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3,4
12.400
2
1 de octubre de 2010
1 de octubre de 2010
88 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos quejamos de vicio. Para una peli española que no lleva carga social alguna y que además no va de la guerra civil y la ponemos a parir. Bueno, pues yo para llevar la contraria voy a enumerar algunos de sus muchos méritos:
1. Lo dicho, que no va de la guerra civil.
2. No sale Penélope Cruz, lo cual es un milagro.
3. Hay un tipo por aquí que afirma no ver nunca cine español pero se topó con esta peli y la vio. Es decir, tiene poderes magnéticos, incluso atrae irresistiblemente a personas que habitualmente muestran una alergia aguda al cine español.
4. Ha dado lugar al famosísimo chiste de "Tú no, negro".
5. Silke se quita durante dos horas la compresa con alas.
6. Todos los universitarios españoles de más de 40 años se pueden sentir confortados porque saben que no están solos.
7. Se aprende cómo hincharte a follar siendo la tía más borde del lugar.
8. Mientras estaban ocupados haciendo esta peli ni sus protagonistas ni el personal técnico estaba matando a nadie ni destrozando mobiliario urbano. Esto es importante.
9. La risa es sana y todos hemos convenido en lo mucho que nos ha hecho reir. Tal vez hayamos incluso ganado un par de minutos de vida.
10. Y por último, todo lo que empieza tiene un final. Y esta peli no iba a ser menos.
1. Lo dicho, que no va de la guerra civil.
2. No sale Penélope Cruz, lo cual es un milagro.
3. Hay un tipo por aquí que afirma no ver nunca cine español pero se topó con esta peli y la vio. Es decir, tiene poderes magnéticos, incluso atrae irresistiblemente a personas que habitualmente muestran una alergia aguda al cine español.
4. Ha dado lugar al famosísimo chiste de "Tú no, negro".
5. Silke se quita durante dos horas la compresa con alas.
6. Todos los universitarios españoles de más de 40 años se pueden sentir confortados porque saben que no están solos.
7. Se aprende cómo hincharte a follar siendo la tía más borde del lugar.
8. Mientras estaban ocupados haciendo esta peli ni sus protagonistas ni el personal técnico estaba matando a nadie ni destrozando mobiliario urbano. Esto es importante.
9. La risa es sana y todos hemos convenido en lo mucho que nos ha hecho reir. Tal vez hayamos incluso ganado un par de minutos de vida.
10. Y por último, todo lo que empieza tiene un final. Y esta peli no iba a ser menos.

5,6
10.260
2
17 de junio de 2014
17 de junio de 2014
106 de 154 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es una película leeeeennnta, muuuuy leeeenta.
Y silenciosa, muuuuuy silenciosa.
Y raaaaaaaara, muuuuuuuuy raaaaaaaara.
Os cuento. Más o menos la trama es la siguiente:
Antonio de la Torre es sastre de día y caníbal de noche.
Antonio de la Torre es un tipo tranquilo, solitario y callado.
Antonio de la Torre mira por la ventana.
Antonio de la Torre dobla telas en su taller.
Antonio de la Torre se come tranquilamente un filete.
Antonio de la Torre va a su casita en la montaña.
Antonio de la Torre pasea por la montaña nevada.
Antonio de la Torre descuelga un par de hachas de la pared.
Antonio de la Torre juega al bingo con una señora mayor.
Antonio de la Torre va a ver un manto de la Virgen.
Antonio de la Torre cena otro filete. Sin prisas.
Antonio de la Torre va a la sauna y suda el filete.
Antonio de la Torre mira a su vecina por la ventana.
Antonio de la Torre mastica lentamente otro filete.
Antonio de la Torre vuelve a ir a la sauna a sudarlo.
Antonio de la Torre mira por la ventana una procesión.
Y básicamente ésta es la película de Martín Cuenca.
Como vemos, Antonio de la Torre desde luego se luce bastante.
No sé, tal vez es que el doctor Hannibal Lecter puso el nivel muy alto.
O es que definitivamente el canibalismo es muuuuuuy aburrido.
Y silenciosa, muuuuuy silenciosa.
Y raaaaaaaara, muuuuuuuuy raaaaaaaara.
Os cuento. Más o menos la trama es la siguiente:
Antonio de la Torre es sastre de día y caníbal de noche.
Antonio de la Torre es un tipo tranquilo, solitario y callado.
Antonio de la Torre mira por la ventana.
Antonio de la Torre dobla telas en su taller.
Antonio de la Torre se come tranquilamente un filete.
Antonio de la Torre va a su casita en la montaña.
Antonio de la Torre pasea por la montaña nevada.
Antonio de la Torre descuelga un par de hachas de la pared.
Antonio de la Torre juega al bingo con una señora mayor.
Antonio de la Torre va a ver un manto de la Virgen.
Antonio de la Torre cena otro filete. Sin prisas.
Antonio de la Torre va a la sauna y suda el filete.
Antonio de la Torre mira a su vecina por la ventana.
Antonio de la Torre mastica lentamente otro filete.
Antonio de la Torre vuelve a ir a la sauna a sudarlo.
Antonio de la Torre mira por la ventana una procesión.
Y básicamente ésta es la película de Martín Cuenca.
Como vemos, Antonio de la Torre desde luego se luce bastante.
No sé, tal vez es que el doctor Hannibal Lecter puso el nivel muy alto.
O es que definitivamente el canibalismo es muuuuuuy aburrido.
4
4 de mayo de 2020
4 de mayo de 2020
105 de 156 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras un episodio piloto realmente impactante es fácil engancharse a esta serie que cuenta la historia de una peculiar familia, de una manera bastante original, con una estructura narrativa similar a un puzzle en el que poco a poco las piezas van encajando.
Con constantes saltos temporales desde el presente hacia distintas etapas del pasado de cada personaje, e incluso con inquietantes viajes al futuro, los guionistas, con Dan Fogelman al mando, juegan al trampantojo y consiguen engañar constantemente al espectador. Eso es lo mejor que tiene la serie y lo que indiscutiblemente engancha.
Me encantaría saber los entresijos del rodaje y del montaje. Es que todo va encajando tan exactamente de una temporada a otra que cuesta creer que no formara parte de un relato completo desde el principio. Los muchos premios que lleva encima en ese aspecto son más que merecidos.
Otra cosa ya son los personajes, que si bien en un principio despiertan cierta simpatía, conforme se va avanzando en la trama terminan resultando más y más cargantes, y la historia va perdiendo credibilidad por momentos. Cuesta bastante entender que los 4 personajes principales estén tan marcados por un trágico episodio que está constantemente presente y que han sido incapaces de superar. Ese suceso parece explicarlo todo, la obesidad mórbida de Kate, el alcoholismo de Kevin... en fin, cualquier cosa que les pase tiene su base en lo mismo.
Y luego está Randall, el megaintenso Randall. Sus largos monólogos, ufffffff, llega un momento en que se convierten en insoportables chapas. Es el típico pelmazo que lo ves acercarse de lejos y buscas instintivamente un escondite o una escapatoria. Cualquier cosa puede ser la coartada perfecta para que Randall suelte alguno de sus discursos filosóficos o de sus batallitas de juventud. Es tan íntegro, tan correcto, tan perfecto, tan modélico.... como Jack, el padre ausente al que todos veneran como si de un profeta sagrado se tratara.
En general toda la familia es bastante chapas, para qué nos vamos a engañar. Después de haber visto durante meses en Shameless la contundencia verbal a base de exabruptos de los Gallagher, y después el sencillo lenguaje del hampa en Los Soprano, las infumables palizas mentales que se pegan los Pearson unos a otros y a cualquiera que se les acerque suenan enormemente plastas.
Eso sí, me rindo ante Mandy Moore. Qué tía, qué clase, qué estilazo, qué glamour. Me encanta todo de ella: la ropa, los gorritos, el tipazo, el melenón.... No es de extrañar que la hija sienta esa inquietante aversión hacia ella. Una madre como ésa es un modelo prácticamente inalcanzable, imposible no sentirse un patito feo a su lado.
Y no puedo terminar esta crítica sin felicitar al equipo de maquillaje y peluquería. Increíble cómo caracterizan las distintas edades de los personajes. En algunos casos, como el padre de Randall, han conseguido hasta hacerme dudar de que fuera el mismo actor de joven y de viejo. Un trabajo verdaderamente loable
Con constantes saltos temporales desde el presente hacia distintas etapas del pasado de cada personaje, e incluso con inquietantes viajes al futuro, los guionistas, con Dan Fogelman al mando, juegan al trampantojo y consiguen engañar constantemente al espectador. Eso es lo mejor que tiene la serie y lo que indiscutiblemente engancha.
Me encantaría saber los entresijos del rodaje y del montaje. Es que todo va encajando tan exactamente de una temporada a otra que cuesta creer que no formara parte de un relato completo desde el principio. Los muchos premios que lleva encima en ese aspecto son más que merecidos.
Otra cosa ya son los personajes, que si bien en un principio despiertan cierta simpatía, conforme se va avanzando en la trama terminan resultando más y más cargantes, y la historia va perdiendo credibilidad por momentos. Cuesta bastante entender que los 4 personajes principales estén tan marcados por un trágico episodio que está constantemente presente y que han sido incapaces de superar. Ese suceso parece explicarlo todo, la obesidad mórbida de Kate, el alcoholismo de Kevin... en fin, cualquier cosa que les pase tiene su base en lo mismo.
Y luego está Randall, el megaintenso Randall. Sus largos monólogos, ufffffff, llega un momento en que se convierten en insoportables chapas. Es el típico pelmazo que lo ves acercarse de lejos y buscas instintivamente un escondite o una escapatoria. Cualquier cosa puede ser la coartada perfecta para que Randall suelte alguno de sus discursos filosóficos o de sus batallitas de juventud. Es tan íntegro, tan correcto, tan perfecto, tan modélico.... como Jack, el padre ausente al que todos veneran como si de un profeta sagrado se tratara.
En general toda la familia es bastante chapas, para qué nos vamos a engañar. Después de haber visto durante meses en Shameless la contundencia verbal a base de exabruptos de los Gallagher, y después el sencillo lenguaje del hampa en Los Soprano, las infumables palizas mentales que se pegan los Pearson unos a otros y a cualquiera que se les acerque suenan enormemente plastas.
Eso sí, me rindo ante Mandy Moore. Qué tía, qué clase, qué estilazo, qué glamour. Me encanta todo de ella: la ropa, los gorritos, el tipazo, el melenón.... No es de extrañar que la hija sienta esa inquietante aversión hacia ella. Una madre como ésa es un modelo prácticamente inalcanzable, imposible no sentirse un patito feo a su lado.
Y no puedo terminar esta crítica sin felicitar al equipo de maquillaje y peluquería. Increíble cómo caracterizan las distintas edades de los personajes. En algunos casos, como el padre de Randall, han conseguido hasta hacerme dudar de que fuera el mismo actor de joven y de viejo. Un trabajo verdaderamente loable

7,1
102.674
10
1 de diciembre de 2013
1 de diciembre de 2013
62 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno de mis hijos era pequeño (dos o tres años) se convirtió en un auténtico fanático de "Grease". Un día vio la película en la tele, se quedó embobado, y desde entonces cuando lloraba siempre señalaba la pantalla y gritaba: "Deni Suuuuuko, Deni Suuuuuko" (Danny Zuko es el protagonista de "Grease", por si alguien no lo sabe.)
Yo no sé lo que le dio con la película, pero el caso es que, visto lo visto, se la grabamos y se pasaba las horas muertas sentado delante de la tele escuchando las canciones de ese musical que había marcado la juventud de dos generaciones anteriores. Y si "Grease" ya era una de mis películas favoritas de todos los tiempos, desde que se convirtió en el juguete preferido de mi hijo, en su sonajero, en su carrusel y en su nana... directamente la puse en un altar. Y a su director, bendito Randal Kleiser.
Los niños y los borrachos no engañan. Si hay una música capaz de embelesar a un mocoso hiperactivo, ésa es la de "Grease". Si hay una historia capaz de convertirse en icono pop de toda una generación, ésa es la de "Grease". Y si hay una coreografía millones de veces llevada a escenarios de colegios e institutos de todo el mundo en fiestas de fin de curso, ésa es la de "Grease".
Cientos de veces la he visto y probablemente cientos de veces la volveré a ver y nunca puedo evitar cantar esas canciones y bailarlas ante la pantalla. Que la historia es una gilipollez?? Vale, pero a quién le importa?? Hay una banda sonora más escuchada en la historia del cine?? 26 millones de copias se vendieron en su día; son muuuuuchos millones de copias.
Quién no se ha disfrazado alguna vez de Olivia Newton-John en versión rockera-domina. Y quién no ha querido subirse encima de un Cadillac para cantar "Grease lightning go grease lightning". Y quién no ha lloriqueado para sus adentros "Whyyyyyyyy you let me, ooooh Sandy". Y quién no ha coreado aunque sólo haya sido una vez aquél "You're the one that I want, ooooh oooh ooooh, honey, the one that I want".
Así que cuando hoy mi hijo de 16 años, zapeando, ha chillado "Mamaaaaaaá, Deni Sukooooooo", he pensado: Qué coño, "Grease" se merece un diez. Por haberme hecho cantar y bailar durante años, por haber aprendido inglés coreando las letras de sus canciones y porque durante meses fue el tranquilizante perfecto para un enano de tres años que no se estaba quieto ni a tiros. Y por algunos momentos estelares:
- El embarazo "secreto" de Rizzo, el personaje más entrañable (magnífica Stockard Channing).
- Los andares inolvidables de Danny Suko y su peine, siempre a punto.
- He suspendido hasta la Gimnasia!!!! - Ah, pero... teníamos Gimnasia??
- Danny y Sandy sobre la tarima movible. "You're the one that I want, ooooh oooh ooooh, honey".
Sí, soy una friki, qué passsssssa.
Nadie es perfecto.
Yo no sé lo que le dio con la película, pero el caso es que, visto lo visto, se la grabamos y se pasaba las horas muertas sentado delante de la tele escuchando las canciones de ese musical que había marcado la juventud de dos generaciones anteriores. Y si "Grease" ya era una de mis películas favoritas de todos los tiempos, desde que se convirtió en el juguete preferido de mi hijo, en su sonajero, en su carrusel y en su nana... directamente la puse en un altar. Y a su director, bendito Randal Kleiser.
Los niños y los borrachos no engañan. Si hay una música capaz de embelesar a un mocoso hiperactivo, ésa es la de "Grease". Si hay una historia capaz de convertirse en icono pop de toda una generación, ésa es la de "Grease". Y si hay una coreografía millones de veces llevada a escenarios de colegios e institutos de todo el mundo en fiestas de fin de curso, ésa es la de "Grease".
Cientos de veces la he visto y probablemente cientos de veces la volveré a ver y nunca puedo evitar cantar esas canciones y bailarlas ante la pantalla. Que la historia es una gilipollez?? Vale, pero a quién le importa?? Hay una banda sonora más escuchada en la historia del cine?? 26 millones de copias se vendieron en su día; son muuuuuchos millones de copias.
Quién no se ha disfrazado alguna vez de Olivia Newton-John en versión rockera-domina. Y quién no ha querido subirse encima de un Cadillac para cantar "Grease lightning go grease lightning". Y quién no ha lloriqueado para sus adentros "Whyyyyyyyy you let me, ooooh Sandy". Y quién no ha coreado aunque sólo haya sido una vez aquél "You're the one that I want, ooooh oooh ooooh, honey, the one that I want".
Así que cuando hoy mi hijo de 16 años, zapeando, ha chillado "Mamaaaaaaá, Deni Sukooooooo", he pensado: Qué coño, "Grease" se merece un diez. Por haberme hecho cantar y bailar durante años, por haber aprendido inglés coreando las letras de sus canciones y porque durante meses fue el tranquilizante perfecto para un enano de tres años que no se estaba quieto ni a tiros. Y por algunos momentos estelares:
- El embarazo "secreto" de Rizzo, el personaje más entrañable (magnífica Stockard Channing).
- Los andares inolvidables de Danny Suko y su peine, siempre a punto.
- He suspendido hasta la Gimnasia!!!! - Ah, pero... teníamos Gimnasia??
- Danny y Sandy sobre la tarima movible. "You're the one that I want, ooooh oooh ooooh, honey".
Sí, soy una friki, qué passsssssa.
Nadie es perfecto.

7,4
43.572
1
12 de agosto de 2015
12 de agosto de 2015
75 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Azul" tiene dos cosas por las que merece la pena verse: la cara de Juliette Binoche y la música de Zbigniew Preisner. Punto y pelota.
Ya sé que habrá quien diga: "Claro, tú eres un cardo borriquero, un callo malayo, un grano en el culo de la cinefilia, y como tienes la sensibilidad en el idem, no eres capaz de apreciar los matices, la belleza y la intensidad metafórica del gran Kieslowski".
Pues mira, no te digo yo que no. Es verdad que me pierdo mucho con este hombre. Por ejemplo, no entiendo muy bien por qué en su trilogía sobre los colores de la bandera francesa ha elegido el azul para representar la liberté. En cambio sí he entendido perfectamente que lo elija como símbolo de la infinita tristeza de la protagonista (no en vano en inglés azul y tristeza vienen a ser la misma cosa). Tranquilos, que esa metaforilla la he pillado.
Y también soy capaz de apreciar la belleza de las imágenes, la exquisitez de la fotografía, ese fondo azul casi permanente que se mezcla con la intensidad dramática de la música de Preisner y encoge el corazón al más pintado. Qué es lo que no entiendo entonces? Pues no entiendo lo fundamental: la historia. Y eso en cine es letal.
Quiero decir que qué clase de mujer pierde a su marido y su única hija en un accidente y, en lugar de suicidarse o darse a la bebida o pillarse una depresión del carajo, se muda a otro barrio y decide dedicarse a "no hacer nada"? Ni una borracherilla para olvidar, ni una salida de tono, ni un grito de dolor... nada. Efectivamente el personaje no hace nada. Al menos nada de lo que sería de esperar en un caso así.
Yo esto lo veo más como un videoclip superchulo que como una peli. La protagonista tira a la basura una partitura sobre fondo azul. Luego se come un caramelo con envoltorio azul. Después se pasea por todo París con una lámpara de cristales azules, no sin antes haberse follado al ayudante de su difunto marido en una habitación azul. Y de vez en cuando, para desfogarse, va a nadar a una piscina... a que no adivináis de qué color?
Bonita es bonita que te cagas. La música, brutal, ole los huevos de Preisner. Binoche guapa y estilosa hasta decir basta. Pero... por qué no consigo creerme nada de las historias que cuenta este hombre? Por qué no siento que esa muchacha de verdad se esté muriendo de pena?
Igual es porque cuesta creer que una tía pretenda olvidar una gran tragedia personal simplemente cambiando de barrio y dedicándose al ocio absoluto, y que la tía siga paseándose por la vida igual de estilosa, monísima e ideal, con un corte de pelo supermoerno y sin un solo trasquilón, unos modelazos impresionantes y sin faltarle un detalle a su maquillaje.
Alguien ha visto alguna vez a una persona real que ha perdido a un marido y a un hijo? Desde luego Kieslowski no.
Ya sé que habrá quien diga: "Claro, tú eres un cardo borriquero, un callo malayo, un grano en el culo de la cinefilia, y como tienes la sensibilidad en el idem, no eres capaz de apreciar los matices, la belleza y la intensidad metafórica del gran Kieslowski".
Pues mira, no te digo yo que no. Es verdad que me pierdo mucho con este hombre. Por ejemplo, no entiendo muy bien por qué en su trilogía sobre los colores de la bandera francesa ha elegido el azul para representar la liberté. En cambio sí he entendido perfectamente que lo elija como símbolo de la infinita tristeza de la protagonista (no en vano en inglés azul y tristeza vienen a ser la misma cosa). Tranquilos, que esa metaforilla la he pillado.
Y también soy capaz de apreciar la belleza de las imágenes, la exquisitez de la fotografía, ese fondo azul casi permanente que se mezcla con la intensidad dramática de la música de Preisner y encoge el corazón al más pintado. Qué es lo que no entiendo entonces? Pues no entiendo lo fundamental: la historia. Y eso en cine es letal.
Quiero decir que qué clase de mujer pierde a su marido y su única hija en un accidente y, en lugar de suicidarse o darse a la bebida o pillarse una depresión del carajo, se muda a otro barrio y decide dedicarse a "no hacer nada"? Ni una borracherilla para olvidar, ni una salida de tono, ni un grito de dolor... nada. Efectivamente el personaje no hace nada. Al menos nada de lo que sería de esperar en un caso así.
Yo esto lo veo más como un videoclip superchulo que como una peli. La protagonista tira a la basura una partitura sobre fondo azul. Luego se come un caramelo con envoltorio azul. Después se pasea por todo París con una lámpara de cristales azules, no sin antes haberse follado al ayudante de su difunto marido en una habitación azul. Y de vez en cuando, para desfogarse, va a nadar a una piscina... a que no adivináis de qué color?
Bonita es bonita que te cagas. La música, brutal, ole los huevos de Preisner. Binoche guapa y estilosa hasta decir basta. Pero... por qué no consigo creerme nada de las historias que cuenta este hombre? Por qué no siento que esa muchacha de verdad se esté muriendo de pena?
Igual es porque cuesta creer que una tía pretenda olvidar una gran tragedia personal simplemente cambiando de barrio y dedicándose al ocio absoluto, y que la tía siga paseándose por la vida igual de estilosa, monísima e ideal, con un corte de pelo supermoerno y sin un solo trasquilón, unos modelazos impresionantes y sin faltarle un detalle a su maquillaje.
Alguien ha visto alguna vez a una persona real que ha perdido a un marido y a un hijo? Desde luego Kieslowski no.
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