Comedieta de usar y tirar (bien lejos), americanada para paletos sumisos a las "ideicas escatológias" de Adam Sandler y cía. que no hace maldita la gracia en casi ni una sola escena. Destacaría el interés que le pone Nick Swardson que construye un personaje esteriotipado a más no poder, orientado a la sensiblería más rastrera y tramposa. Le "ayudan" Christina Ricci (jo... lo que hacen algunas por la pasta) y Don Johnson en sus horas más abisales.
Intentan dar originalidad al escabroso tema del porno, pero los yankees han hallado la fórmula del "porno sin porno", en la que sí estuvieron más acertados en ¿Hacemos una porno?, pero se queda en una pantochada sin la más mínima gracia y con un guión adivinable desde el minuto 1 de proyección.
Un film muy menor como el "arma" del protagonista.

Confieso que apenas recordaba el clásico de 1941 porque me pareció muy kitsch, poco emocionante y sin garra. Las innumerables secuelas durante casi 70 años han sido de dudosa calidad fundamentalmente las realizadas por nuestro querido Paul Naschy.

El film que nos ocupa salva en gran parte esa sensación de deja vú cuando la maquinaria del cine americano entra a saco fundamentalmente con sus efectos especiales para recrear una función cuanto menos vistosa y lucida que consigue lo que pretende, distraer y mantener la atención del espectador. Y esto hoy en día es bastante meritorio.

Destaco la labor del gran maestro del maquillaje Rick Backer, la transformación del hombre a bestia muy lograda y perfeccionada desde aquel legendario "Un hombre americano en Londres"; la labor interpretativa de Benicio del Toro que se integra y se mete en la piel del personaje con el tesón y perfeccionismo característico en él, así como la serena belleza de Emily Blunt como contrapunto a tanta oscuridad y fealdad que requiere la ambientación de la historia.

Censuro la labor del director sin chispa ni emoción, la actuación de Anthony Hopkins repetitiva y mecánica hasta la extenuación y un guión que podría haberse esmerado algo más, para dar mayor coherencia y solidez a la evolución de la historia, que se revela poco sorpendente e incluso con algunas incoherencias que lastran el resultado.

No obstante y sobre todo para las nuevas generaciones, esta forma de entender y disfrutar el terror seguro que les motivará para consumir nuevas películas del género.

Deleznable subproducto de media tarde sabatina ofrecido por la entrañable antena 3, por otra parte benefactora de nuestras más dichosas y afortunadas sornadas vespertinas junto con los documentales de la 2..
La trayectoria de una mujer separada en desagradables circunstancias desencadena su huída a nueva vida por experimentar. En virtud de su contratación en un hotel y la influencia de una leyenda autóctona en su azarosa existencia, nos delega un "puro" de mucho cuidado. Su intento de sumergirnos en averiguar la solución de sus desdichas salva in extremis la peor nota de la función.
Háganme caso y disfruten de la siesta, su cuerpo y espíritu se lo agradecerán.

Flojo thriller teutón para la tele sobre la archítipica maldición de una bruja a las chicas de un pueblo cuando van a alcanzar la mayoría de edad.
A destacar la belleza y el buen hacer de la actriz inglesa Eleanor Tomlinson y a desmerecer la indiferencia que merecía la empresa ya sea por la pobreza de medios, de ideas y del resto del reparto, que a duras penas sacan a flote el "barco".
Sustos, vueltas de tuerca y sorpresas más que previsibles que debilitan la calidad del subproducto.
No pretende ir más allá del mero "entretenimiento" para ver y olvidar rápidamente. Lo cual no está mal del todo.

Hacía tiempo que no revisaba la clase Z de películas para la TV, y me picó la curiosidad o mejor dicho caí en la trampa como un bendito al leer la sinopsis de filmaffinity. Ayyy, en que estaría pensando ...
La elección del reparto se ha debido realizar después de no haberlos previamente cogido ni en el casting de la peli más cutre.
Peor elenco es complicado y con una dirección espantosa.
Argumento manido hasta la extenuación.
Guión con más agujeros que un colador y además forzado para que pienses quien es la persona culpable.
La tensión es mínima y previsible
Perdérsela es sin duda una gran idea.