Ciertamente es un gran película, o mejor dicho una película que deja huella, sobre todo su personaje principal. Pero no he leído en ningún sitio nada relacionado con el mal cuerpo que se te queda en algunos momentos del metraje. Siempre da la sensación de que algo grave va a pasar, que la tragedia se palpa en todos los personajes, desde ese novio triste que se echa la protagonista, su propio hijo, o la relación de su exmarido con su hija, incluso el vecino de arriba con problemas psíquicos. A mi parecer ese lado positivo que finalmente transmite Gloria al reponerse a todos los golpes y mirar hacia delante queda en un segundo plano ante lo "incómodas" que resultan muchas situaciones y personajes....Me habrá cogido en un mal día.

Se diluye poco a poco el sello del director canadiense cada vez que cede algo en sus películas a la gran industria americana. Aquí la actriz principal está totalmente fuera de la historia y es muy poco creíble su personaje. Al igual que es inverosímil la imagen que da de las ciudades fronterizas de Méjico, a pesar del horroroso influjo de las mafias de la droga. Y la infraestructura americana de policía, DEA, CIA e infiltrados en la lucha antidroga se pasa de frenada varias veces. No se puede decir que sea una mala película, mantiene la tensión, la acción cuasi bélica, y tiene una gran fotografía. Pero la intensidad profundidad y misterio indefinible que había, por ejemplo, en Incendies no aparecen aquí en ningún momento.

Koreeda rueda una road movie con cinco personajes perdedores, desarraigados pero con cierto encanto. El tono de la película en su primera mitad es de drama social-comedia con policiaco, un mejunje a lo Parásitos, que resulta algo desconcertante. Pero la segunda mitad se torna en la escapada de los cinco en una furgoneta, con un acercamiento con mucho cariño al fondo de los personajes. En algunos momentos de esta parte del metraje nos encontramos con momentos sublimes.

Creo que no volveré a ver otra película de Susane Bier. En otras ocasiones había disfrutado de sus tremendos dramones, pero en este caso he acabado saturado de tantos lágrimones. Sí, reconozco que me emocionó (tengo la lágrima fácil) pero treminé por aborrecer esta incursión americana de la directora danesa. Ni siquiera la actuación de Benicio Del Toro, que en la primera media hora promete mucho, acabó de gustarme; los constantes primeros planos a los que somete esta directora a sus actores hace que termines cansándote de sus caras, más aún si se trata de un "gesticulador" como Del Toro. Espero que el actor hispano no acabe como Jack Nicholson.

La verdad es que a mi no me ha decepcionado, ya me esperaba algo tan insulso como esto. Y es que se me ha perdido en el tiempo la época en que consideraba a los Coen algo interesantes (la verdad es que nunca han contado nada con gran calado); ¿sobrevalorados? posiblemente, o por lo menos últimamente han perdido completamente la inspiración.
¿Y "No es pais para viejos"? Pues, ¿qué quieres que te diga?, tampoco creo que sea ninguna obra definitiva, ni mucho menos.
La pregunta clave es ¿por qué voy yo al cine a ver las películas de los Coen?. El ver a Brad Pitt haciendo un papel más o menos gracioso no vale 5 euros.