A una película que desgrana poco a poco, a modo de capítulos autoconclusivos y comenzando por el último, la historia de un detective "amateur" con incurables pérdidas de memoria a corto plazo que busca vengar el asesinato de su mujer... debe concedersele, como mínimo, el honor de poseer un planteamiento original y fresco. Además es entretenida, y su peculiar forma de narrar la historia obliga a mantener la atención (aunque, por otro lado... cualquier película de detectives y misterio exige un mínimo de atención para poder disfrutarse plenamente). Sólo por lo contado hasta ahora, Memento debería considerarse una película interesante, por lo menos.

Pero hay más, como la crueldad (a veces hasta sadismo) con el que tratan al personaje cuando saben que no recordará nada pasados unos minutos, quizás un ácido reflejo de cómo actua la sociedad cuando sabe que no habrá represalias... de como el personaje principal pasa de incansable y recto vengador (como todo un verdadero Batman) a una persona frágil, obligada a afrontar sus miserias y su verdad como cualquier hijo de vecino... no digo más, salvo que la película posee una magnífica trama, a pesar de (o gracias a) la inusual forma de contarla.

Cualquiera que vea la película por primera vez sabe que es necesario verla dos veces... e incluso tres, pues son muchos los detalles que guarda.

Tres años antes de esta magnífica película, Christopher Nolan nos mostraba un muy digno resurgir del Señor de la Noche, Batman por más señas, y confieso que por entonces, después de haber salido muy satisfecho del cine, sentí el frío temor de una segunda parte, y es que pocas segundas partes de películas de heroes sientan bien a dichos heroes (Batman, desde luego, se ha llevado la peor parte de sufridas y denigrantes continuaciones).

Pero... ¡Pero, cuál fue mi sorpresa al ver el Caballero Oscuro! ¡Cuán errados estaban mis pasados temores! Un Batman más que digno y la quintaesencia definitiva de lo que el Joker representa, absorbiendolo todo con su presencia, impredecible y absurdo hasta el extremo... casi se diría que esta película está más centrada en el Joker que el mismo Batman, y posiblemente así sea, pero es que el bueno del Detective no destaca por su histrionismo ni por llamar excesivamente la atención.

Soy un acérrimo aficionado a las aventuras y desventuras del Detective, pero ciertamente no considero que ninguna película de superheroes sea grandiosa... pero ésta, desde luego, se merece una gran nota por haber reflejado, como ninguna otra, los dos gigantes que son Batman y el Joker.

Si hay una palabra que pueda definir esta película, creo que sería "desbordante": hay tal aglomeración de situaciones, efectos, giros de cámara, sonidos... realmente te mantiene enganchado con el impresionante circo que es capaz de montar en cualquier instante.

Sin embargo, en mi caso, debo admitir que aunque me entretuvo en su momento, y salí satisfecho del cine después del estreno, nunca he pensado en volver a verla... y dudo de que vuelva a hacerlo, ya que sinceramente creo que me empalagaría semejante despliegue sensorial masivo.

Un buen entrenemiento, vacío de cualquier otra relevancia.