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Críticas 148
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
5
7 de diciembre de 2021
25 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine el tema del fin de mundo siempre ha sido algo recurrente en cuanto a fantástico se refiere. Muchos son los films que han abordado el tema desde diferentes perspectivas, desde distopías apocalípticas y llenas de acción tipo "Mad Max" de George Miller a otras mucho más íntimas y psicológicas como "Melancolía" de Lars von Trier.

El film que nos ocupa bebe directamente del film protagonizado por Kristen Dunst, pues apuesta por un relato mucho más sosegado en cuanto a efectos y pirotecnia, pero intenso en cuanto a su carga psíquica. Ambas cintas nos muestra a un grupo reducido de personas que deben hacer frente a las últimas horas de su existencia ante una inminente catástrofe natural, donde saldrán a relucir miserias y reflexiones existenciales. Otra influencia directa es "La invitación" de Karyn Kusama, que aún alejándose de tono y mensaje, si mantiene la misma forma al utilizar esa atmósfera enrarecida y opresiva que va asfixiando a los personajes a medida que avanza el metraje.

El principal problema de la película de Griffin es su indecisión genérica, es decir, el director oscila por varios tonos sin decantarse por ninguno de ellos, haciendo de su narración un vaivén emocional que no llega ser congruente con sus pretensiones. Durante la presentación de los personaje, se adopta aires de comedia negra, con los actores potenciando su vis cómica en los diálogos para pasar, una vez desenmascarada su trama, al drama más desaforado y existencialista, algo que subraya su estridente y pastelosa banda sonora.

Es precisamente esta dualidad la que descoloca al espectador que no sabe si se trata de una broma con matices de seriedad o un chiste sin gracia que se toma demasiado en serio a sí mismo. Por suerte, tenemos a un gran elenco de actores que afrontan con dignidad unas interpretaciones que en otras manos estarían llenas de estridencias y sobreactuación, manteniendo un duro pulso con esos diálogos oportunistas y grandilocuentes que no llevan a ninguna parte.

No le hubiera sentado nada mal dejar atrás su lado más lacrimógeno y potenciar esa cara más gamberra y desfasada que pedía a gritos su trama. Además, para los más escépticos con la situación actual, el subtexto del film incluye una crítica tan obvia como sangrante a la gestión gubernamental de cierta pandemia que asola nuestros días. En otras palabras, aquellos que comulguen con las ideas más negacionistas aquí encontrarán alicientes suficientes como para reforzar sus teorías.

Lo mejor; Su planteamiento, apoyado por unos actores comedidos y consecuentes.

Lo peor; Sus idas y venidas temáticas. ¿Es un dramón? ¿Una comedia ácida sobre las relaciones familiares? ¿Una crítica social? ¿Todo a la vez?
19 de marzo de 2020
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los 90, el cine de terror vivió una entusiasta fiebre por el cine de género nipón, sobretodo después del éxito de "Ringu" de Hideo Nakata. Multitud de sucedáneos, más o menos inspirados, llegaron a nuestras carteleras y, una vez agotada la fórmula por saturación, llegó el momento de los remakes hollywoodenses.

Primero fue la citada cinta de 1999, y luego le llegó el turno a "Ju-On" de Takashi Shimizu, que puso tan en boga los espíritus de infantes azulados. Interpretada por Sarah Michelle Gellar y dirigida por el mismo director de la original, aquí apodada "El grito", supuso un relativo acierto al no prescindir del elemento oriental, trasladando a la protagonista y sus enfrentamientos espectrales por tierras del Sol Naciente.

Casi 15 años más tarde nos llega una nueva entrega de la saga (que la tuvo) actualizando la trama a las nuevas demandas, o esa era la intención. En un giro de originalidad apabullante, la maldición es transportada junto aquél que la padece, remitiendo al dicho "no importa donde sino con quien". Así, el pretendido blanqueamiento cultural conjuga a la perfección con esta idea, ya que la acción es trasladada a Norte América en cuestión de segundos, incluso llegando a cambiar a los mismos espectros que, aún presentado sus características largas y sucias melenas, ya no son de origen japonés.

La estructura de confusos flashbacks, con tres historias anteriores que se superponen a la actual, no ayuda al conjunto, que salta de una a otra sin que incite el mínimo interés. Esa lejanía del componente exótico (aunque desgastado) que aporta la cultura japonesa, arroja al film al más puro de los convencionalismos, siendo un retal de películas de la típica película de fantasmas sin garra ni brío, repitiendo esquemas, mal estructurados, donde ni la planificación de escenas ni el ritmo funcionan. Personajes que desaparecen, situaciones que vienen y van, todo un despropósito de estructura narrativa que ni la presencia de ("insidious woman") Lin Shaye aporta algo al desaguisado conjunto.

Totalmente obsoleta, la cinta se muestra incapaz de sorprender o incomodar (salvo algún que otro sobresalto bien colocado), quedando a mero pasatiempo para aquellas tardes en las que la pantalla requiere la mínima atención.

Lo mejor; El único momento inesperado, donde el desaparecido hijo de la protagonista tiene un papel importante.

Lo peor; Lo peor en estos casos, antes coquetea con lo absurdo que con el terror.
6 de octubre de 2019
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la tibia acogida por parte de la crítica y el merecido varapalo artístico que supusieron sus dos anteriores trabajos, Rob Zombie parece querer volver a jugar sobre seguro, regresando al universo cruento que le encumbró en la cima de género, formando parte de esa nueva élite de directores a tener en cuenta en el futuro.

Mucho ha llovido desde que sorprendiera con ese canto al cine setentero más desfasado que fue "La Casa de los Mil Cadáveres", o ese magnífico twist genérico con el que ideó su secuela, "Los Renegados del Diablo", sin duda su mejor obra. Tras su personal incursión en el mundo de Myers llegó la hecatombe. Con auto impuesta licencia para crear, dejó que todos sus fantasmas e imágenes psicodélicas se conjugaran en dos obras que, salvo algún apunte de interés, crearon polémica allá por donde se proyectaban, dividiendo al espectador, que no sabía si tomarse en serio ese nuevo nivel de locura.

Si "Lord of Salem" ya rozaba el paroxismo de la auto complacencia, definitivamente "31" supuso la gota que colmaba el vaso, ese que el público no estaba dispuesto a tolerar. Acostumbrado a ser laureado por sus films, no creo que a Zombie le sentaran muy bien las sangrantes críticas a las que se vio expuesto. Por ello recurre a los supervivientes de la familia, a los que sigue en su fuga cual road movie, ofreciendo de nuevo lo mejor que sabe hacer, es decir, moverse por esos sórdidos mundos de baja estopa, lleno de criminales, sangre y violencia.

El problema es que, después de su segundo film, ya no hay nada que explicar, resultando esta secuela totalmente innecesaria, vagando por terrenos conocidos que no conducen a ninguna parte y que no aportan nada al universo ya establecido. La secuela de 2005 ya supuso toda una ruptura con la atmósfera alucinógena de la primera y, esta tercera parte de la trilogía, se desarrolla dentro de los mismos parámetros.

Por si fuera poco, una sensación de artificialidad inunda el film, donde todo está orquestado para que el director pueda volver a demostrar su valía dentro del género y proporcionando constantes sensaciones de déjà vu en el espectador. Una pregunta que nos hacemos, sobretodo después de visualizar sus últimos trabajos, es; ¿cuándo aprenderá Zombie a no darle tanto protagonismo a su histriónica esposa? ¿No se da cuenta que sus limitaciones interpretativas siempre quedan disimuladas en un segundo plano?. Por suerte para el espectador, aunque un poco tarde, el director coge carrerilla en su segundo acto, brindando esa violencia con la que tanto nos deleita y que retrata como pocos con su cámara.

En conclusión, sin ser otra de las decepciones a los que nos tenía acostumbrados últimamente, su reciente entrega peca de todos los aciertos y tropiezos con los que se enfrentó en el pasado, a la vez que supone un pequeño rayo de esperanza dentro de lo que parecía una de las filmografías más interesantes del terror visceral.

Lo mejor; La marca Zombie, léase, crueldad, suciedad, sordidez y mala meche.

Lo peor; No cuenta absolutamente nada, tampoco propone nada, pareciendo un interludio de una futura entrega. Tampoco ese desmesurado afán por destacar de Sheri Moon Zombie ayuda mucho, la verdad.
8 de febrero de 2020
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sombra de la obra maestra de Ridley Scott es alargadísima. Solo hay que echar un vistazo a esas producciones que reciben su influencia, directa o indirecta, y, sobretodo, a esas que la calcan u "homenajean". "Alíen, el octavo pasajero" sentó las bases de esa eterna buscada fusión entre terror y ciencia ficción, construyendo un film claustrofóbico, minimalista e intenso. Poco más se puede hacer para aportar algo a lo mostrado, salvo cambiar al "alíen" de turno y su ecosistema.

Sumergir bajo tenebrosas aguas todo un complejo industrial, con sus respectivos elementos humanos, para enfrentarse a fuerzas desconocidas procedentes del averno no es nada nuevo, Cameron ya jugó con ello en "The Abyss", incluso nuestro cine patrio presentó "La Grieta" de Piquer Simón, pasando por la más reciente "Esfera" de Barry Levinson, de la que se nutre la cinta que nos ocupa.

Conjugando varios elementos vistos en otros films, desde los citados hasta "The Descent" de Neil Marshall, Eubank propone un film de factura impecable pero en el que el espectador reconocerá sin esfuerzo su descarada influencia, no escondiendo nada nuevo bajo él. Secuencias enteras del film de 1979 son trasladadas (calcadas) al film protagonizado por Stewart, además lo hace sin ningún tipo de rubor y eso, al final, le honra.

La gran baza del film es el no avergonzarse del producto que tiene entre manos e, conociendo los elementos de los que dispone, intentar ofrecer una cinta ligera, llena de acción, suspense y terror. Objetivo que logra solo parcialmente.

Sin lugar a dudas se trata de una cinta ágil, que rápidamente se pone en posición y cuyo ritmo no decae hasta su climax. El problema lo encontramos en sus intenciones más oscuras, ante la incapacidad de introducir de forma consecuente los elementos terroríficos dentro de la trama sin esa sensación reiterativa en sus manidas situaciones. Exceptuando contadas ocasiones donde sí funciona ese elemento perturbador, más proveniente del entorno que de la amenaza real, el resto acarrea un desaprovechamiento de unos recursos que podían haber dado mucho más de sí.

Lo mejor; La fugaz sensación de desamparo que sufren los personajes, resumida en un simple plano de las oscuras aguas. Y, para ser justos, posee una excelente producción que la salva de la mediocridad.

Lo peor; La sensación de descontrol del guión, mostrándose totalmente desubicado y con él, el espectador. Stewart no acaba de encajar en el conjunto.
22 de octubre de 2019
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El atroz, sensacionalista y contundente experimento de Deodato les valió, a él y a todo su equipo, problemas judiciales de gran peso al tener que demostrar in situ algunos de los trucos que se utilizaron en su controvertida "Holocausto Caníbal". Precisamente por su mezcla de realidad y ficción, el espectador de aquellos tiempos no sabía ante qué tipo de film se encontraba, formulándose con ella preguntas como; ¿era esa matanza real? ¿De verdad existía esa tribu caníbal? ¿Eran actores?.

Avanzándose al posterior célebre found footage, sobretodo a partir de "La Bruja de Blair" de Sánchez y Myrick, uno no sabía si las atrocidades que sucedían en pantalla eran veraces o esmerados trucos de feria. Con el paso de los años, sabríamos que la carnicería animal sí era real y la humana, salvando alguna que otra leyenda negra que circula por la red, ficticia.

Su inminente remake era algo que venía cociéndose desde mucho tiempo atrás. Fueron varios los rumores que apuntaban a ello y un interminable desfile de directores parecía pasar del proyecto una vez se asomaban a él. Hasta que, un día cualquiera, un nombre aplaudido por el público cogió las riendas del proyecto. Este no era otro que Eli Roth, responsable de "Hostel" y su magnífica secuela. Las expectativas eran grandes y cada nuevo dato sobre el rodaje era recibido con expectación. Aunque el hecho de que la cinta tardara más de dos años en estrenarse en salas, en teoría debido a problemas ocasionados durante la postproducción, no era un buen presagio.

Por desgracia para los fans, nada quedaba ya de aquel director que inauguró el "Torture porn" americano con su saga de mochileros mutilados. Roth había perdido gran parte de su poderío mientras disfrutaba de cameos y de actuaciones autocomplacientes. Algo que sentenció su buen hacer tras la cámara (solo hay que ver su filmografía posterior).

En la cinta, Roth se aleja del tono documental de la original para ofrecer un film inocuamente juvenil. La mordaz crítica que incluía la cinta del director italiano deja paso a una ridícula moralina ecologista, donde unos jóvenes activistas se las verán con la tribu de caníbales al intentar salvar la selva. El facilón subtexto rápidamente se diluye para construir un film adolescente plagado de tópicos manidos y con un ineficaz y desubicado humor negro que le juega en contra. Allí donde había terrible realidad, aquí hay vacío artificio. La truculencia del original, que epataba al espectador y que a veces era difícilmente soportable, se muestra aquí gratuita y exento de ese poder transgresor que la encumbró como ese clásico imperecedero que pocos visionados resiste.

Al final, y a pesar de escudarse bajo el título provisional de la cinta primigenia, jugando así a la nostalgia, Roth consigue una de las mayores decepciones de los últimos tiempos. Dinamita sin concesiones una propuesta a priori interesante al apostar por un camino más fácil e inofensivo, con pésimo resultado y que se distancia en cuanto a logros del film de 1980. Al aficionado solo le queda lamentar que las riendas no hayan recaído sobre un director mucho más maduro, con más brío y con menos pereza en la dirección. Un desastre monumental.

Lo mejor; El accidente de avioneta, el único momento rodado con cierto esmero.

Lo peor; Bueno, por donde empezamos... pero sobre todo, el horrible reparto, a cada cual peor.
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