You must be a loged user to know your affinity with RickDeckard'82
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

5,7
47.433
5
22 de agosto de 2013
22 de agosto de 2013
35 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Neill Blomkamp demuestra con esta película su incapacidad para sacarle partido a una buena historia, porque al principio prometía y de haber seguido con un ritmo más pausado que desarrollara bien la trama podría realmente denominarse una película de reivindicación social, con un contenido y un propósito serio. Pero al director se le acabaron las ideas, no sabía como continuar y decidió hacer de Matt Damon un Robocop del futuro y reventar la película a base de explosiones, sesos, hostias como panes y muchos disparos, dejando poco hueco para el realismo y la coherencia de la que tanto alardea esta película. No hay mucho más que decir, salvo que la historia acaba siendo muy floja, insulsa y dejándote una sensación de ¿esto es todo?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La gran idea para hacer que Kruger sigua vivo y así alargar la acción un poco más es estúpida a más no poder. El tío está más que muerto, con la cabeza reventada y mágicamente lo reviven en la máquina sanadora esa que resulta ser el eje con el que la historia fluye. Todo gira entorno a ese inventazo que parece revivir a quien le da la gana puesto que ni Jodie Foster ni Matt Damon revivieron y estaban igual de muertos que lo estaba Kruger.
Otra cosa que me dejó patidifuso es como al enfundarse Matt Damon el traje de Robocop se convierte en super hombre que ni sangra ni se rompe nada y todo eso con una radiación mortal encima que debería de debilitarlo cada vez más y que ni siquiera la nota. Todo el mundo en Elysium debería de tener ese traje y sin embargo lo tiene el hacker ese en un almacén ahí tirado como si nada. Gran guión, sin ninguna laguna.
Otra cosa que me dejó patidifuso es como al enfundarse Matt Damon el traje de Robocop se convierte en super hombre que ni sangra ni se rompe nada y todo eso con una radiación mortal encima que debería de debilitarlo cada vez más y que ni siquiera la nota. Todo el mundo en Elysium debería de tener ese traje y sin embargo lo tiene el hacker ese en un almacén ahí tirado como si nada. Gran guión, sin ninguna laguna.
27 de septiembre de 2014
27 de septiembre de 2014
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin City es irrepetible, fue una de las grandes innovadoras de un subgénero como el neo-noir que siempre fue muy irregular, fue un soplo de aire fresco. Su estética tipo cómic, muy pintoresca y original causó asombro en muchos de sus afortunados espectadores (entre los que se incluye un servidor). Papeles memorables como esos John Hartigan, Dwight o Marvin, impecablemente interpretados por Bruce Willis, Clive Owen y Mickey Rourke. Secundarios brillantes, doblaje espectacular y una historia enrevesada y atractiva como pocas hicieron de la original un deleite.
Dicho esto y precavido de que Tarantino ya no toma parte en este entierro, me dispongo a ver la secuela. Robert Rodríguez ("Machete kills") y Frank Miller ("The Spirit") son los encargados, esto pinta mal. Las expectativas son bajas, esperándome una ida de olla de estos, cuanto menos, peculiares realizadores. Empieza la película (en 3D cambia la cosa) y las imágenes siguen siendo poderosas, imaginativas y frescas. La estética es parecida a la original, me gusta. Los personajes son bastante planos, pero ahí entra en juego el factor Eva Green, que da nombre a la cinta y por alguna razón. Su historia además de ser la más entretenida (sino la única) ocupa la mayor parte del film. Las otras son menores, irrisorias en comparación (las historias de Jessica Alba y Joseph Gordon-Levitt no tienen gancho). La ambientación es la adecuada y la originalidad en las escenas de acción se agradece a ratos.
Conclusión (que me enrollo demasiado): Buena película, digna secuela para lo que se ve en otras franquicias. Tiene sus más y sus menos evidentes pero...¿acaso esperábais que estuviera a la altura de la primera? Eso es sencillamente imposible. Recomendable para pasar un buen rato reviviendo a la querida "Ciudad del pecado" y olvidarse de listones o comparaciones.
Dicho esto y precavido de que Tarantino ya no toma parte en este entierro, me dispongo a ver la secuela. Robert Rodríguez ("Machete kills") y Frank Miller ("The Spirit") son los encargados, esto pinta mal. Las expectativas son bajas, esperándome una ida de olla de estos, cuanto menos, peculiares realizadores. Empieza la película (en 3D cambia la cosa) y las imágenes siguen siendo poderosas, imaginativas y frescas. La estética es parecida a la original, me gusta. Los personajes son bastante planos, pero ahí entra en juego el factor Eva Green, que da nombre a la cinta y por alguna razón. Su historia además de ser la más entretenida (sino la única) ocupa la mayor parte del film. Las otras son menores, irrisorias en comparación (las historias de Jessica Alba y Joseph Gordon-Levitt no tienen gancho). La ambientación es la adecuada y la originalidad en las escenas de acción se agradece a ratos.
Conclusión (que me enrollo demasiado): Buena película, digna secuela para lo que se ve en otras franquicias. Tiene sus más y sus menos evidentes pero...¿acaso esperábais que estuviera a la altura de la primera? Eso es sencillamente imposible. Recomendable para pasar un buen rato reviviendo a la querida "Ciudad del pecado" y olvidarse de listones o comparaciones.
8
4 de septiembre de 2015
4 de septiembre de 2015
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Show me a hero” es una miniserie de HBO dirigida por Paul Haggis (Crash), escrita por David Simon (The Wire, Treme, The Corner) y protagonizada por Oscar Isaac en el papel del demócrata Nick Wasiscko. La narrativa -basada en hechos reales- relata las dificultades y obstáculos que, en 1987, atraviesa el joven alcalde de la ciudad de Yonkers Nick Wasiscko para llevar adelante un plan de construcción de viviendas de bajo coste en los barrios blancos de la urbe. De esta manera comienza una lucha solitaria por conseguir cumplir la ley, en contra de un sector enfurecido y de políticos manipuladores que buscan echar abajo al alcalde electo. Estos seis episodios nos trasladan a dicha ciudad del estado de Nueva York y nos acerca a todos los estratos sociales que la habitan. Barrios marginales poblados de afroamericanos y latinos en su mayoría, donde algunos aprovechan para delinquir pero muchos otros honrados trabajadores buscan la manera de mejorar sus vidas y las de sus familias e iniciar una nueva vida en las nuevas viviendas pendientes de aprobación.
Paul Haggis tiene una especial predilección por las historias de las minorías desfavorecidas en EE.UU. (véase Crash) y demuestra, nuevamente, mano diestra a la hora de desarrollar una historia cautivadora y reivindicativa. En yuxtaposición a la segunda temporada de True Detective, aquí hay una orientación y un sentido a todas las subtramas que acontecen a lo largo de la serie. Todas las historias, por pequeñas que sean, aportan distintas perspectivas a la trama principal; desde una afroamericana que espera marcharse del barrio para desengancharse de una vida de excesos hasta una señora blanca que se opone encarecidamente al proyecto. Pero la serie también funciona como un drama judicial con tintes políticos; un mano a manos entre el juez que dictamina las órdenes y los políticos que se oponen a cumplirlas. En definitiva, Haggis logra mantenerte pegado a la pantalla la hora que dura cada episodio y te mantiene en vilo hasta su resolución final. Las actuaciones son de categoría y nos es para menos con el reparto que cuenta entre los que destacan Bob Balaban, Jon Bernthal, Winona Ryder, Jim Belushi, Catherine Keener o Alfred Molina entre otros. Pero, sin duda alguna, la estrella protagonista que nos brinda una interpretación memorable es Oscar Isaac cuya interpretación de Wasiscko raya la perfección. Su personaje muestra una temprana victoria al ser elegido alcalde de la ciudad que pronto se verá truncada por las vicisitudes de la política y los caprichos del destino que se cebarán con él y con su lucha por convencer a los miembros del consejo municipal que la construcción de estas polémicas viviendas debe llevarse a cabo. Continuando por el guión, David Simon regresa por la puerta grande una vez más con esta brillante historia con un estilo narrativo deslavazado y lleno de historias separadas que poco o nada tienen que ver las unas con las otras pero que terminan por encajar cual puzzle. La música está a cargo de Bruce Springsteen y en ella encontramos grandes hits del cantante correspondientes a su época dorada en los ochenta que sin duda constituye un gran aliciente para sus fans. La fotografía es realista, austera y sin grandes ostentaciones. Tampoco necesita ser detallista ni bella en sus imágenes ya que aquí los personajes ocupan el primer plano.
En conclusión, “Show me a hero” merece la pena su tiempo. Quizá no sea entretenida en el sentido puro de la palabra pero sí aleccionadora. Aparte de mostrarnos las entrañas del repugnante juego político -donde la reputación vale más que la razón- minuciosamente, tampoco se olvida de retratar la terrible situación social que atravesaba la ciudad de Yonkers y la tensión que se respiró entre sus ciudadanos a finales de los 80 y principio de los 90. Numerosas historias humanas, alejadas del poder y a merced de los gobernantes que deben decidir hacer lo correcto o no. En medio de este caos, Nick Wasiscko intenta liderar con sentido y prudencia pero la buena praxis en nuestra sociedad está tristemente sobrevalorada y aquellos que la practiquen se verán en una encrucijada.
Paul Haggis tiene una especial predilección por las historias de las minorías desfavorecidas en EE.UU. (véase Crash) y demuestra, nuevamente, mano diestra a la hora de desarrollar una historia cautivadora y reivindicativa. En yuxtaposición a la segunda temporada de True Detective, aquí hay una orientación y un sentido a todas las subtramas que acontecen a lo largo de la serie. Todas las historias, por pequeñas que sean, aportan distintas perspectivas a la trama principal; desde una afroamericana que espera marcharse del barrio para desengancharse de una vida de excesos hasta una señora blanca que se opone encarecidamente al proyecto. Pero la serie también funciona como un drama judicial con tintes políticos; un mano a manos entre el juez que dictamina las órdenes y los políticos que se oponen a cumplirlas. En definitiva, Haggis logra mantenerte pegado a la pantalla la hora que dura cada episodio y te mantiene en vilo hasta su resolución final. Las actuaciones son de categoría y nos es para menos con el reparto que cuenta entre los que destacan Bob Balaban, Jon Bernthal, Winona Ryder, Jim Belushi, Catherine Keener o Alfred Molina entre otros. Pero, sin duda alguna, la estrella protagonista que nos brinda una interpretación memorable es Oscar Isaac cuya interpretación de Wasiscko raya la perfección. Su personaje muestra una temprana victoria al ser elegido alcalde de la ciudad que pronto se verá truncada por las vicisitudes de la política y los caprichos del destino que se cebarán con él y con su lucha por convencer a los miembros del consejo municipal que la construcción de estas polémicas viviendas debe llevarse a cabo. Continuando por el guión, David Simon regresa por la puerta grande una vez más con esta brillante historia con un estilo narrativo deslavazado y lleno de historias separadas que poco o nada tienen que ver las unas con las otras pero que terminan por encajar cual puzzle. La música está a cargo de Bruce Springsteen y en ella encontramos grandes hits del cantante correspondientes a su época dorada en los ochenta que sin duda constituye un gran aliciente para sus fans. La fotografía es realista, austera y sin grandes ostentaciones. Tampoco necesita ser detallista ni bella en sus imágenes ya que aquí los personajes ocupan el primer plano.
En conclusión, “Show me a hero” merece la pena su tiempo. Quizá no sea entretenida en el sentido puro de la palabra pero sí aleccionadora. Aparte de mostrarnos las entrañas del repugnante juego político -donde la reputación vale más que la razón- minuciosamente, tampoco se olvida de retratar la terrible situación social que atravesaba la ciudad de Yonkers y la tensión que se respiró entre sus ciudadanos a finales de los 80 y principio de los 90. Numerosas historias humanas, alejadas del poder y a merced de los gobernantes que deben decidir hacer lo correcto o no. En medio de este caos, Nick Wasiscko intenta liderar con sentido y prudencia pero la buena praxis en nuestra sociedad está tristemente sobrevalorada y aquellos que la practiquen se verán en una encrucijada.

6,0
2.542
7
23 de mayo de 2015
23 de mayo de 2015
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lazos de sangre es la ultima película del realizador galo Guillaume Canet (Pequeñas mentiras sin importancia) que cuenta con un elenco de lujo entre los que destacan Clive Owen, James Caan, Billy Crudup, Marion Cotillard y un largo etcétera que no me molestare en detallar. La historia, ambientada en Nueva York durante los años 70, narra la complicada existencia de una familia media americana compuesta de un policía (Crudup), su hermano delincuente (Owen), su hermana y su padre (Caan) y se centra principalmente en la tensa relación entre estos dos primeros. Una relación que afectará tanto sus vidas como la de sus seres queridos, donde la presión irá aumentando paulatinamente a lo largo de sus más de dos horas de duración hasta el estallido final.
Empezando por la dirección de Canet, el cual mantiene bien el rumbo hacia el que quiere llevar la cinta y es que con el guión con el que tiene que trabajar es sencillo acabar con la paciencia del espectador y perderse en un mar de propuestas inacabadas. Si bien han estirado demasiado su metraje y algunas subtramas se podían haber omitido, afin de favorecer la principal -y más interesante- entre los dos hermanos, el ritmo se mantiene firme mayoritariamente. Pasando al guión, el cual está adaptado por el propio Canet con ayuda del también cineasta James Gray (Two Lovers, La noche es nuestra, El sueño de Ellis) y está inspirado en la película francesa “Liens de sang” de 2008. Esta es una de esas historias largas y elaboradas, con personajes protagonistas bien definidos y aunque cuenta con numerosos acontecimientos, aquí sirven como herramienta para desarrollar y explorar las emociones de estos hermanos y observar como reaccionan ante los peligros que se les plantean. No esperéis un gran final, bombástico u ornamentado sino algo a menor escala, más personal e íntimo -aunque también hay alguna que otra persecución-. Dicho esto, las actuaciones deben estar a la altura de las circunstancias ¿Lo están? Rotundamente sí, son de lo mejor que yo haya visto en lo que va de año y no es para menos porque este reparto es inmejorable. James Caan cumple con su papel sobradamente, los actores de reparto hacen bien su labor y el duelo interpretativo que ofrecen Crudup y Owen es notable. Ambos se complementan bien en la pantalla, sus personalidades son diametralmente opuestas y deben aprender a lidiar el uno con el otro porque, al fin y al cabo, son familia. Representan el blanco y el negro, el aceite y el vinagre y es ese tira y afloja entre el formal y el rebelde el que mantiene con vida a la cinta. Su historia es la única más magnética y pese a que intentan rodearla de otras adicionales, algunas son insulsas e innecesarias. La fotografía está a cargo del mismo que colaboró en todas y cada una de las producciones de Canet y es ciertamente notable. Quiero apuntar que la belleza natural de la Nueva York de la época juega un rol muy importante en conseguirlo y es que, personalmente, es imposible equivocarse con semejante telón de fondo. Terminando por la banda sonora, a juego con los setenta que toma una importancia capital en la película hasta el punto de formar un personaje por sí solo y todo un placer para los sentidos. La música fue, es y será una parte esencial de cualquier película que se precie, sin ella pierde vida y en Lazos de sangre se han tomado muy en serio este preciado aspecto.
En definitiva, Blood Ties es una buena cinta dramática con personajes convincentes, situaciones realistas y esporádicas escenas de acción que satisfarán al impaciente espectador. Aquí no hay villanos ni héroes, no todo es blanco o negro sino que cubre un territorio muy grisáceo donde las decisiones tomadas tienen buenas o malas consecuencias y repercuten en mayor o menor grado en sus vidas. Como digo las actuaciones son generalmente buenas, aunque este es el show de los dos hermanos y desgraciadamente la mayoría de secundarios -y sus vidas- no terminan por trascender en el conjunto global, lo que lastra ocasionalmente el ritmo del filme y llega a poner a prueba la voluntad del espectador. Muy recomendable para los amantes del género y para todos aquellos que les guste una cinta cocinada a fuego lento.
P.D.: Esta y más críticas, análisis, noticias y opiniones las podréis encontrar en www.universolumiere.blogspot.com
Empezando por la dirección de Canet, el cual mantiene bien el rumbo hacia el que quiere llevar la cinta y es que con el guión con el que tiene que trabajar es sencillo acabar con la paciencia del espectador y perderse en un mar de propuestas inacabadas. Si bien han estirado demasiado su metraje y algunas subtramas se podían haber omitido, afin de favorecer la principal -y más interesante- entre los dos hermanos, el ritmo se mantiene firme mayoritariamente. Pasando al guión, el cual está adaptado por el propio Canet con ayuda del también cineasta James Gray (Two Lovers, La noche es nuestra, El sueño de Ellis) y está inspirado en la película francesa “Liens de sang” de 2008. Esta es una de esas historias largas y elaboradas, con personajes protagonistas bien definidos y aunque cuenta con numerosos acontecimientos, aquí sirven como herramienta para desarrollar y explorar las emociones de estos hermanos y observar como reaccionan ante los peligros que se les plantean. No esperéis un gran final, bombástico u ornamentado sino algo a menor escala, más personal e íntimo -aunque también hay alguna que otra persecución-. Dicho esto, las actuaciones deben estar a la altura de las circunstancias ¿Lo están? Rotundamente sí, son de lo mejor que yo haya visto en lo que va de año y no es para menos porque este reparto es inmejorable. James Caan cumple con su papel sobradamente, los actores de reparto hacen bien su labor y el duelo interpretativo que ofrecen Crudup y Owen es notable. Ambos se complementan bien en la pantalla, sus personalidades son diametralmente opuestas y deben aprender a lidiar el uno con el otro porque, al fin y al cabo, son familia. Representan el blanco y el negro, el aceite y el vinagre y es ese tira y afloja entre el formal y el rebelde el que mantiene con vida a la cinta. Su historia es la única más magnética y pese a que intentan rodearla de otras adicionales, algunas son insulsas e innecesarias. La fotografía está a cargo del mismo que colaboró en todas y cada una de las producciones de Canet y es ciertamente notable. Quiero apuntar que la belleza natural de la Nueva York de la época juega un rol muy importante en conseguirlo y es que, personalmente, es imposible equivocarse con semejante telón de fondo. Terminando por la banda sonora, a juego con los setenta que toma una importancia capital en la película hasta el punto de formar un personaje por sí solo y todo un placer para los sentidos. La música fue, es y será una parte esencial de cualquier película que se precie, sin ella pierde vida y en Lazos de sangre se han tomado muy en serio este preciado aspecto.
En definitiva, Blood Ties es una buena cinta dramática con personajes convincentes, situaciones realistas y esporádicas escenas de acción que satisfarán al impaciente espectador. Aquí no hay villanos ni héroes, no todo es blanco o negro sino que cubre un territorio muy grisáceo donde las decisiones tomadas tienen buenas o malas consecuencias y repercuten en mayor o menor grado en sus vidas. Como digo las actuaciones son generalmente buenas, aunque este es el show de los dos hermanos y desgraciadamente la mayoría de secundarios -y sus vidas- no terminan por trascender en el conjunto global, lo que lastra ocasionalmente el ritmo del filme y llega a poner a prueba la voluntad del espectador. Muy recomendable para los amantes del género y para todos aquellos que les guste una cinta cocinada a fuego lento.
P.D.: Esta y más críticas, análisis, noticias y opiniones las podréis encontrar en www.universolumiere.blogspot.com

5,8
56.142
5
10 de junio de 2015
10 de junio de 2015
47 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jurassic World es la cuarta entrega de la saga iniciada por Steven Spielberg en los años 90 y está dirigida por Colin Trevorrow (Seguridad no garantizada), un debutante en lo referente a grandes superproducciones que se enfrenta al reto de reanimar una franquicia maltratada. El reparto cambia por completo: cambiamos al icónico Dr. Grant por Owen, un domador de velociraptors, interpretado por Chris Pratt (Guardianes de la galaxia) al que le acompaña Claire, la supervisora del parque, interpretada por Bryce Dallas Howard (Manderlay, Spiderman 3). A esta pareja protagonista se suman actores de renombre como Vincent D’Onofrio (La Chaqueta Metálica) y Omar Sy (Intocable). La historia regresa a la Isla Nublar, donde todo comenzó años atrás. Ahora el parque no solo está en funcionamiento sino que tiene un gran reclamo turístico. Sin embargo, aparentemente los dinosaurios están muy vistos -¡menuda tontería!-, la gente está acostumbrada a ellos y por eso los directivos deciden crear un nuevo dinosaurio, con la esperanza de atraer turistas de nuevo -aunque en la película el parque está lleno, no sé de que se quejan-. Por supuesto, no podían crear un dinosaurio herbívoro e inofensivo porque eso no pondría en peligro la integridad de todos los visitantes del parque y no provocaría ningún tipo de destrucción así que, por el bien del espectáculo, deciden mezclar en la batidora genética el ADN de algunas de las especies más peligrosas, letales e inteligentes que jamás han existido en el planeta Tierra y les sale el Indominus Rex.
Empezando por la dirección de Colin Trevorrow, la cual resulta muy irregular. La película se divide en dos mitades yuxtapuestas: una primera donde presenta y describe a los personajes protagonistas y una segunda llena de acción, destrucción y obviamente dinosaurios. La primera hora nos bombardea con personajes estereotipados y poco carismáticos, conversaciones nefastas y una presentación nada emocionante del parque, debido a que la gran mayoría de imágenes salen en cualquiera de los trailers promocionales. Entre soplidos y bostezos llega una segunda parte que toma un giro de 180 grados y consigue satisfacer parcialmente al espectador expectante por ver dinosaurios, dispuesto a dejar atrás el desastre inicial, convenciéndose de que el entretenimiento está por venir. Digo parcialmente porque aunque cuenta con grandes imágenes y escenas de acción espectaculares, el CGI está presente en todo momento cual Indominus Rex, acechando como un depredador y no te otorga ni el más mínimo descanso. Al principio cuela pero tras dos horas la paciencia se acaba y me aborda la frustración -¿tanto cuesta confiar en los efectos prácticos?-.
Las actuaciones tampoco salvan a Jurassic World de la quema. Por una parte están Chris Pratt y Bryce Dallas Howard que brindan sólidas actuaciones y tienen buena química entre ellos. Por el otro, tenemos a todos los demás que son más monigotes que otra cosa: los dos insoportables críos por los que supuestamente debes preocuparte transmiten la emoción de una piedra -¡estáis viendo animales extinguidos hace 231 millones de años!- y el papel de D’Onofrio como jefe de seguridad beligerante resulta caricaturesco -¡como todos los demás, incluido el exasperante guión!-
El guión está carente de espíritu y de motivación. En Parque Jurásico, la moraleja ese centraba en el respeto a la naturaleza. Aparte de deleitarnos con aventuras humanas al estilo de Indiana Jones también nos enseñaban que la ambición del Hombre termina por volverse contra sí mismo. En esta, el concepto es que los dinosaurios son aburridos y que la gente quiere ver algo nuevo porque están cansados ya de tanta tontería mesozoica. Así que niños, ya sabéis que ¿¡por qué conformaros con un velociraptor cuando podéis crear el dinosaurio que os de la gana!?
Sin embargo, he de decir que un aspecto redimible de semejante bodrio es, sin el menor género de duda, la banda sonora compuesta por Michael Giacchino (Ratatouille, Up, Misión Imposible 4), la cual constituye el aspecto más rememorativo de la original ya que, si bien mantiene intacto el espíritu creado por John Williams no duda en aportarle gratas novedades.
En definitiva, Jurassic World no encuentra la magia perdida en la tercera parte de la saga y pese a contar con algunas buenas interpretaciones y un director talentoso que intenta ofrecer algo novedoso, la comicidad del guión y el abuso de CGI terminan por hundir la película, convirtiéndose en un quiero y no puedo, quedando así relegada a un producto entretenido pero insatisfactorio cuando se trata del regreso de una franquicia de tal envergadura. Viendo lo conseguido en 1993 y ante el enorme progreso hecho en el campo audiovisual desde entonces, estaban ante la oportunidad de hacer lo que Spielberg no pudo y conseguir traer de vuelta al T-Rex y cía. a lo grande. Habrá que seguir esperando.
Empezando por la dirección de Colin Trevorrow, la cual resulta muy irregular. La película se divide en dos mitades yuxtapuestas: una primera donde presenta y describe a los personajes protagonistas y una segunda llena de acción, destrucción y obviamente dinosaurios. La primera hora nos bombardea con personajes estereotipados y poco carismáticos, conversaciones nefastas y una presentación nada emocionante del parque, debido a que la gran mayoría de imágenes salen en cualquiera de los trailers promocionales. Entre soplidos y bostezos llega una segunda parte que toma un giro de 180 grados y consigue satisfacer parcialmente al espectador expectante por ver dinosaurios, dispuesto a dejar atrás el desastre inicial, convenciéndose de que el entretenimiento está por venir. Digo parcialmente porque aunque cuenta con grandes imágenes y escenas de acción espectaculares, el CGI está presente en todo momento cual Indominus Rex, acechando como un depredador y no te otorga ni el más mínimo descanso. Al principio cuela pero tras dos horas la paciencia se acaba y me aborda la frustración -¿tanto cuesta confiar en los efectos prácticos?-.
Las actuaciones tampoco salvan a Jurassic World de la quema. Por una parte están Chris Pratt y Bryce Dallas Howard que brindan sólidas actuaciones y tienen buena química entre ellos. Por el otro, tenemos a todos los demás que son más monigotes que otra cosa: los dos insoportables críos por los que supuestamente debes preocuparte transmiten la emoción de una piedra -¡estáis viendo animales extinguidos hace 231 millones de años!- y el papel de D’Onofrio como jefe de seguridad beligerante resulta caricaturesco -¡como todos los demás, incluido el exasperante guión!-
El guión está carente de espíritu y de motivación. En Parque Jurásico, la moraleja ese centraba en el respeto a la naturaleza. Aparte de deleitarnos con aventuras humanas al estilo de Indiana Jones también nos enseñaban que la ambición del Hombre termina por volverse contra sí mismo. En esta, el concepto es que los dinosaurios son aburridos y que la gente quiere ver algo nuevo porque están cansados ya de tanta tontería mesozoica. Así que niños, ya sabéis que ¿¡por qué conformaros con un velociraptor cuando podéis crear el dinosaurio que os de la gana!?
Sin embargo, he de decir que un aspecto redimible de semejante bodrio es, sin el menor género de duda, la banda sonora compuesta por Michael Giacchino (Ratatouille, Up, Misión Imposible 4), la cual constituye el aspecto más rememorativo de la original ya que, si bien mantiene intacto el espíritu creado por John Williams no duda en aportarle gratas novedades.
En definitiva, Jurassic World no encuentra la magia perdida en la tercera parte de la saga y pese a contar con algunas buenas interpretaciones y un director talentoso que intenta ofrecer algo novedoso, la comicidad del guión y el abuso de CGI terminan por hundir la película, convirtiéndose en un quiero y no puedo, quedando así relegada a un producto entretenido pero insatisfactorio cuando se trata del regreso de una franquicia de tal envergadura. Viendo lo conseguido en 1993 y ante el enorme progreso hecho en el campo audiovisual desde entonces, estaban ante la oportunidad de hacer lo que Spielberg no pudo y conseguir traer de vuelta al T-Rex y cía. a lo grande. Habrá que seguir esperando.
Más sobre RickDeckard'82
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here