Un análisis de los mitos y tópicos en torno a sexo, amor y relaciones de pareja, siempre bajo el prisma de esa mezcla, tan típica de Allen, de intelectualidad, profundidad y ligereza. A partir de lo que los personajes callan o insinúan, lo que hacen y dicen y lo que cuentan al entrevistador-psiquiatra-cámara, el espectador va des-colocando las piezas del puzzle. No para llegar a conclusiones, sino para poner en duda las pocas seguridades que creyera tener. En esto Allen es un artista, en poner todo del revés.

Con tan buena crítica, con tanto éxito de taquilla, esperaba más. Me he encontrado con una película construida a base de los tópicos más simples y manidos, tanto en su trama como en los episodios singulares y en sus personajes. A estas alturas esperaba un humor más fino, una caricatura más inteligente, algo más. Lástima, porque los actores hubieran podido dar mucho más juego. Lo dicho: una decepción. Se anuncia una secuela gallega. Ojalá sepan hacer algo mejor.

Conjunto de historias independientes con un denominador común: las pasiones humanas llevadas al extremo. Se hacen realidad acciones que quizás imaginamos en momentos de ira, pero que nunca (por lo menos si somos personas psicológica y socialmente equilibradas) llegaríamos a acometer.Todo ello pasado por el tamiz del humor, que hace soportables algunas escenas abiertamente crueles. Por momentos me he sentido mal, he tenido que apartar la vista de la pantalla, pero el gesto final es la sonrisa. Me gustó, aunque me pregunto si no hay una cierta banalización de la violencia, algo que me parece cuando menos cuestionable en un momento histórico de gran crispación y ensañamiento.

La verdad es que, a pesar de un reparto de lujo, no fui capaz de pasar de una hora...
A mi juicio, no queda reflejada la personalidad, egocéntrica, sí, pero también enormemente seductora del genial pintor. El atractivo y la genialidad que, como es bien conocido, caracterizaban al pintor debe ponerlos el propio espectador, yo no los encontraba por ninguna parte.

Empezaré confesando que no he visto la serie completa. Los primeros capítulos me engancharon, pero a la altura de la tercera temporada claudiqué. Me parecía demasiado reiterativo, me aburrían esos constantes "dimes y diretes" que no aportaban nada nuevo, que no eran sino más de lo mismo. Tenía la sensación de estar en un tiovivo. Una serie con tantos personajes no necesita que se le añadan elementos irrelevantes. Hay tema de sobra. Menos es más. Pero ¿quién se resiste a prolongar una serie de éxito?
Excelentes vestuario y ambientación. Y excelentes los personajes de abuela (magistral esa Maggie Smith resabiada e irónica) y nieta mayor (el personaje que mejor se va configurando, que más va madurando a lo largo del tiempo), dos gigantes que se bastaban solos para sostener la serie, sin necesidad de aturullarnos con mil historietas insustanciales (es decir, sin sustancia).