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6,0
1.240
6
9 de mayo de 2011
9 de mayo de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como si Antonioni se hubiera calzado las botas y se subiera a un caballo.
Seamos claros. El argumento y los tópicos enseñados en esta película se han contado unas ochocientas miles de veces en 100 años del género. El parco, el bueno, el cabrón y la chica, juntos en una travesía peligrosa en busca de…. venganza? La verdad eso no lo sabemos, y he ahí la gracia del cuento.
Por que lo que hace al Tiroteo diferir de sus demás hermanas es eso, la falta clara de motivaciones, que están escondidas en alguna críptica maraña que Hellman nos presenta para que saquemos nuestras propias conclusiones. Por que hay que ser honesto y pararla varias veces, para poder explicarse las decisiones que toman los personajes en ciertas partes y como se va desarrollando la acción. Admitamos que a la bicha protagonista no hay quién la aguante, ni por todas las monedas que ofrezca.
Estas teorías llegarían a ser plasmadas por el realizador de manera mucho más madura y lograda en su genial “Two-Lane Blacktop” en 1971
Lo de western “psicológico” no era ninguna novedad en esas épocas. Basta con adentrarse unos 15 años antes, cuando comenzó la magnífica saga del tándem Anthony Mann-James Stewart. Pero claro, tenemos los sesentas, el ácido, las flores, etc. No es ilícito confundirse.
Un súper interesante western que se va nutriendo de los cambios que iban ocurriendo en el género en aquellos años. Cambios que forman parte de una evolución natural. Ni Hellman, ni Leone, ni mi idolatrado Peckinpah inventaron la rueda, sino que aportaron, prolíficamente, a seguir moviendo adelante a las pelis del oeste. Ni crepuscular ni pimientos.
Gran parte del peso de la cinta recae sobre las espaldas del gigante Warren Oates. El actor está simplemente magnífico. Sentimos a través de él primero la indiferencia, para ir pasando de a poco a la incredulidad, el hastío y finalmente el miedo. Un crack de tomo y lomo. Por supuesto, qué novedad, totalmente infravalorado.
Seamos claros. El argumento y los tópicos enseñados en esta película se han contado unas ochocientas miles de veces en 100 años del género. El parco, el bueno, el cabrón y la chica, juntos en una travesía peligrosa en busca de…. venganza? La verdad eso no lo sabemos, y he ahí la gracia del cuento.
Por que lo que hace al Tiroteo diferir de sus demás hermanas es eso, la falta clara de motivaciones, que están escondidas en alguna críptica maraña que Hellman nos presenta para que saquemos nuestras propias conclusiones. Por que hay que ser honesto y pararla varias veces, para poder explicarse las decisiones que toman los personajes en ciertas partes y como se va desarrollando la acción. Admitamos que a la bicha protagonista no hay quién la aguante, ni por todas las monedas que ofrezca.
Estas teorías llegarían a ser plasmadas por el realizador de manera mucho más madura y lograda en su genial “Two-Lane Blacktop” en 1971
Lo de western “psicológico” no era ninguna novedad en esas épocas. Basta con adentrarse unos 15 años antes, cuando comenzó la magnífica saga del tándem Anthony Mann-James Stewart. Pero claro, tenemos los sesentas, el ácido, las flores, etc. No es ilícito confundirse.
Un súper interesante western que se va nutriendo de los cambios que iban ocurriendo en el género en aquellos años. Cambios que forman parte de una evolución natural. Ni Hellman, ni Leone, ni mi idolatrado Peckinpah inventaron la rueda, sino que aportaron, prolíficamente, a seguir moviendo adelante a las pelis del oeste. Ni crepuscular ni pimientos.
Gran parte del peso de la cinta recae sobre las espaldas del gigante Warren Oates. El actor está simplemente magnífico. Sentimos a través de él primero la indiferencia, para ir pasando de a poco a la incredulidad, el hastío y finalmente el miedo. Un crack de tomo y lomo. Por supuesto, qué novedad, totalmente infravalorado.
21 de julio de 2010
21 de julio de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay mucha ciencia en el siguiente review. Encontré este engendro por el TV-Cable, sin verla desde el comienzo y obviamente sin acabarla de ver.
Nunca he visto la cinta original pero si conozco algo del argumento, el cual parece realmente cojonudo y valiente para realizarse en plena Guerra Fría. Sin contar que la dirección de Robert Wise es por decir lo menos, siempre precisa. Pero el refrito que tenemos en cuestión claramente la transforma al modo del siglo 21, con su soporífero e inane canturreo sobre la ecología y eso de que somos todos culpables de lo que pasa con el mundo. En resumen, no culpar a nadie.
No voy a meterme en los vericuetos dell risible guión, la labor insípida y sin rumbo del director de turno, los diálogos para taparse la cara en la sala de pura vergüenza ajena, el inacabable número de sin sentidos (como juntar a los “mejores” científicos para llevarlos al mismo epicentro de un probable cataclismo semi-nuclear), llamar al mismísimo John Cleese para que no haga absolutamente nada o aguantar el peinado y las muecas cafeinadas de una alucinada Kathy Bates. Esto último me lleva a las actuaciones, quizás las más malas de los últimos años.
Hay que hablar del mini Will Smith haciendo de cabro chico insoportable. Obviamente su performance resulta insportable, pero sólo porque el pobre crío no tiene una coña idea de cómo actuar. No metan la excusa de que el peque tiene unos 9 años no más, o acaso no se acuerdan de Ana Torrent, cuando nos dejó mudos a todos en esas dos joyas de Erice y Saura en los setentas? Sobre nuestro amigo el Keanu, ya es para ponerse a llorar. Aunque suene irónico, este papel le viene anillo al dedo, ya que puede desenvolverse en todo su esplendor con su inexpresividad y cara de palo inaguantables. No me explico como este ganapán sigue acaparando personajes taquilleros.
Todos sin excepción declaman líneas de dialogo execrables y vergonzosas, con el apoyo de un director de cuarta división que no es capaz de sacarle brillo prácticamente a ninguna letra del parlamento, dejando en comparación a George Lucas como una especie de Kenneth Brannagh.
Aún así, entre tanta tiniebla de incapacidad y aburrimiento, emerge el rostro de Jennifer Connelly, esa musa bellísima y magnética de alucinantes ojos verdes que nos dejaba en el suelo en los noventas con su figura exuberante. Lamentablemente la han condenado a ser una estrella de segundo orden y con cada película la vemos cada vez mas peligrosamente delgada, una verdadera pena. Pero no por eso vamos a dejar de amarla, ya que sabemos que con una dirección competente, esta chica de verdad puede actuar.
Es en ese momento, viéndola indefensa peleando con esos diálogos horroroso sin recibir ayuda alguna de un impávido Scott Derrickson, cuando nos damos cuenta de que estamos ante un llamado de auxilio de Hollywood hacia la humanidad. La pregunta es si de verdad el mundo está interesado en hacer algo para salvarlo.
Nunca he visto la cinta original pero si conozco algo del argumento, el cual parece realmente cojonudo y valiente para realizarse en plena Guerra Fría. Sin contar que la dirección de Robert Wise es por decir lo menos, siempre precisa. Pero el refrito que tenemos en cuestión claramente la transforma al modo del siglo 21, con su soporífero e inane canturreo sobre la ecología y eso de que somos todos culpables de lo que pasa con el mundo. En resumen, no culpar a nadie.
No voy a meterme en los vericuetos dell risible guión, la labor insípida y sin rumbo del director de turno, los diálogos para taparse la cara en la sala de pura vergüenza ajena, el inacabable número de sin sentidos (como juntar a los “mejores” científicos para llevarlos al mismo epicentro de un probable cataclismo semi-nuclear), llamar al mismísimo John Cleese para que no haga absolutamente nada o aguantar el peinado y las muecas cafeinadas de una alucinada Kathy Bates. Esto último me lleva a las actuaciones, quizás las más malas de los últimos años.
Hay que hablar del mini Will Smith haciendo de cabro chico insoportable. Obviamente su performance resulta insportable, pero sólo porque el pobre crío no tiene una coña idea de cómo actuar. No metan la excusa de que el peque tiene unos 9 años no más, o acaso no se acuerdan de Ana Torrent, cuando nos dejó mudos a todos en esas dos joyas de Erice y Saura en los setentas? Sobre nuestro amigo el Keanu, ya es para ponerse a llorar. Aunque suene irónico, este papel le viene anillo al dedo, ya que puede desenvolverse en todo su esplendor con su inexpresividad y cara de palo inaguantables. No me explico como este ganapán sigue acaparando personajes taquilleros.
Todos sin excepción declaman líneas de dialogo execrables y vergonzosas, con el apoyo de un director de cuarta división que no es capaz de sacarle brillo prácticamente a ninguna letra del parlamento, dejando en comparación a George Lucas como una especie de Kenneth Brannagh.
Aún así, entre tanta tiniebla de incapacidad y aburrimiento, emerge el rostro de Jennifer Connelly, esa musa bellísima y magnética de alucinantes ojos verdes que nos dejaba en el suelo en los noventas con su figura exuberante. Lamentablemente la han condenado a ser una estrella de segundo orden y con cada película la vemos cada vez mas peligrosamente delgada, una verdadera pena. Pero no por eso vamos a dejar de amarla, ya que sabemos que con una dirección competente, esta chica de verdad puede actuar.
Es en ese momento, viéndola indefensa peleando con esos diálogos horroroso sin recibir ayuda alguna de un impávido Scott Derrickson, cuando nos damos cuenta de que estamos ante un llamado de auxilio de Hollywood hacia la humanidad. La pregunta es si de verdad el mundo está interesado en hacer algo para salvarlo.
24 de agosto de 2010
24 de agosto de 2010
21 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perdónenme, pero esta no es más que otra tomadura de pelo de las grandes. Herzog vuelve a sorprendernos con otra de sus sub-mierdas que rueda de vez en cuando, que se suman al grupo selecto de basuras como “Fata Morgana”, “Corazón de Cristal” y la hollywoodense “Teniente Corrupto”. Digo sorprendernos, por que este es el mismo tipo que firmó las sobresalientes “Aguirre”, “Stroszek”, “ Kaspar Hauser”, “Nosferatu” e incluso su debut en el cine “Signos de Vida”, que era excelente.
No le pongo un vil uno, por que es cierto, algunos de los planos de este bodrio son muy poderosos, gracias a ese blanco y negro de estudiante de cine y la morbosa manera de encuadrar a sus personajes. Pero vamos, esto no es una galería fotográfica, es una película en movimiento!!, como decía un gran director gringo de antaño.
A continuación posibles spoilers, aunque no exista trama:
Como acostumbra, por que parece que al Herzog le da alergia filmar en su propio país, coge el avión junto a su equipo y reparto y nos lleva (¿Por qué? Nadie sabe) a las Islas Canarias, una vez ahí, nos cuenta sobre una especie de “Centro” (¿De qué? Nadie sabe) , donde está atrincherado un “Educador” (¿De qué? Nadie sabe), tiene de rehén a un tonto que no para de reírse (¿De qué? Nadie sabe). Mientras tanto un tipo va en una moto (¿Para adonde? Nadie sabe), mientras una tipa huye despavorida (¿De qué? Nadie sabe). Cerca hay una panda de tipos acechando al Educador (¿Por qué? Nadie sabe), supongo que para sacar al tonto que se ríe (¿Por qué? Nadie sabe). Como los de la panda son unos inútiles no hayan la manera de entrar así que, (¿Por qué? Nadie sabe) supongo que de aburridos, se dedican a hacer el payaso entre ellos de las maneras mas inverosímiles, haciendo (¿Por qué? Nadie sabe) dar vueltas en círculo a un auto, obligando (¿Por qué? Nadie sabe) a dos de ellos a follar, botando una palmera (¿Por qué? Nadie sabe) , haciéndole (¿Por qué? Nadie sabe) la vida imposible a dos tipos medios ciegos que portan unos palos, que al parecer están cuidando algo o a alguien (¿A qué o a quién? Nadie sabe). Como esos dos dan sueño, se dedican a (¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Nadie sabe) atormentar a los animales que pululan por la zona, matando gallinas, quebrándolas o arrojándolas a través de un vidrio roto, haciendo pelear a dos gallos, crucificando a un mono, matando a palos a una cerda con crías, todo lo último sin recurrir a efectos especiales. Finalmente el educador se cabrea y sale del Centro, haciendo que la panda huya de él (¿Por qué? Nadie sabe), pero el está mas interesado en cantarle unas cuantas (¿Por qué? Nadie sabe) a un árbol seco, mientras uno de los de la panda, cuya única línea de díalogo es “Fuerte, fuerte” se ríe como loco de un camello con un tipo de defecto físico que de paso se está cagando (¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Nadie sabe).
Sarcástica y corrosiva metáfora sobre la tiranía y la estupidez humana…… ¡No me vengan con huevadas, por favor!
No le pongo un vil uno, por que es cierto, algunos de los planos de este bodrio son muy poderosos, gracias a ese blanco y negro de estudiante de cine y la morbosa manera de encuadrar a sus personajes. Pero vamos, esto no es una galería fotográfica, es una película en movimiento!!, como decía un gran director gringo de antaño.
A continuación posibles spoilers, aunque no exista trama:
Como acostumbra, por que parece que al Herzog le da alergia filmar en su propio país, coge el avión junto a su equipo y reparto y nos lleva (¿Por qué? Nadie sabe) a las Islas Canarias, una vez ahí, nos cuenta sobre una especie de “Centro” (¿De qué? Nadie sabe) , donde está atrincherado un “Educador” (¿De qué? Nadie sabe), tiene de rehén a un tonto que no para de reírse (¿De qué? Nadie sabe). Mientras tanto un tipo va en una moto (¿Para adonde? Nadie sabe), mientras una tipa huye despavorida (¿De qué? Nadie sabe). Cerca hay una panda de tipos acechando al Educador (¿Por qué? Nadie sabe), supongo que para sacar al tonto que se ríe (¿Por qué? Nadie sabe). Como los de la panda son unos inútiles no hayan la manera de entrar así que, (¿Por qué? Nadie sabe) supongo que de aburridos, se dedican a hacer el payaso entre ellos de las maneras mas inverosímiles, haciendo (¿Por qué? Nadie sabe) dar vueltas en círculo a un auto, obligando (¿Por qué? Nadie sabe) a dos de ellos a follar, botando una palmera (¿Por qué? Nadie sabe) , haciéndole (¿Por qué? Nadie sabe) la vida imposible a dos tipos medios ciegos que portan unos palos, que al parecer están cuidando algo o a alguien (¿A qué o a quién? Nadie sabe). Como esos dos dan sueño, se dedican a (¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Nadie sabe) atormentar a los animales que pululan por la zona, matando gallinas, quebrándolas o arrojándolas a través de un vidrio roto, haciendo pelear a dos gallos, crucificando a un mono, matando a palos a una cerda con crías, todo lo último sin recurrir a efectos especiales. Finalmente el educador se cabrea y sale del Centro, haciendo que la panda huya de él (¿Por qué? Nadie sabe), pero el está mas interesado en cantarle unas cuantas (¿Por qué? Nadie sabe) a un árbol seco, mientras uno de los de la panda, cuya única línea de díalogo es “Fuerte, fuerte” se ríe como loco de un camello con un tipo de defecto físico que de paso se está cagando (¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Nadie sabe).
Sarcástica y corrosiva metáfora sobre la tiranía y la estupidez humana…… ¡No me vengan con huevadas, por favor!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El reparto está constituido en su totalidad por personas acondroplásicas, mas comúnmente conocidos como pigmeos, enanos o gente pequeña. Supongo que esto es mucho más importante que la historia misma, por lo tanto no quise revelarlo mas arriba.
Y eso que de mi país salió Jodorowski.
Y eso que de mi país salió Jodorowski.
9 de julio de 2008
9 de julio de 2008
18 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
La critica de Manderlay podrá resultar útil los que preocupados del detallismo y mas de algún dato interesante. Los muchos nombres y canciones no alcanzan para sacarle la más mínima nota a ese bodrio. El elemento mas importante del review se refiere a la historia de Ripper Owens y Judas Priest. Es en esta parte donde comienza la ira.
Alguno de estos mamarrachos de Hollywood pensó que era una buena idea, hacer una suerte de bio-pic de este personaje. Es mas, el nombre original del guión era "Metal God", como la mítica canción de los británicos en cuestión.
Sobre el mundo de las drogas, el alcohol y las busconas groupies, se ha mostrado hasta el hastío en numerosos documentales o video-homes. Nada para escándalo. La trama no supera a la de una tele-cebolla de dirección inexistente. Whalberg esta malísimo como siempre. ¿Nominación a los Oscars?...¿Importa de algo en estos días?. La Aniston, aporta con belleza y destruye con su incapacidad de salirse de su personaje de serie de TV. El resto del reparto, solo muñecos que balbucean con acento británico. El papel con algo de trabajo recae en Timothy Spall, experimentado actor inglés, haciendo del manager de la banda. El final es de las peores chorradas que me ha tocado ver en la vida. Rematando con el Marky Mark con ropitas del tipo “Grunge” alejado de toda la pose y “encontrándose consigo mismo”.
Nada nuevo hasta ahora.
Durante la película, se escucha con vehemencia el término “Heavy Metal”. Los que conocen a Judas Priest saben perfectamente que les están vendiendo peras por naranjas. Lo único que veo aquí son tipos amanerados, cantando horrorosas canciones del tipo esperpéntico llamado “Hair” o “Glam” rock: Bon Jovi, Poison, Cinderella, Warrant… y la lista sigue.
¿Estos iluminados productores se habrán puesto alguna vez en pensar en la existencia de Iron Maiden, DIO, Accept, Black Sabbath? Si van a usar el termino “Metal”, algo de respeto por favor. Gracias a la fortuna, toda esa escoria Glam desapareció sin dejar rastro mientras el Heavy sigue de pie, pasadas las modas y la tontería mediática. Sin embargo, en esta época tonta, MTV nos quiere vender que metal son raperos con guitarra y ropa holgada.
Sobre el tema, recomiendo una película mucho más seria y con más contenido: “This Is Spinal Tap”.
Alguno de estos mamarrachos de Hollywood pensó que era una buena idea, hacer una suerte de bio-pic de este personaje. Es mas, el nombre original del guión era "Metal God", como la mítica canción de los británicos en cuestión.
Sobre el mundo de las drogas, el alcohol y las busconas groupies, se ha mostrado hasta el hastío en numerosos documentales o video-homes. Nada para escándalo. La trama no supera a la de una tele-cebolla de dirección inexistente. Whalberg esta malísimo como siempre. ¿Nominación a los Oscars?...¿Importa de algo en estos días?. La Aniston, aporta con belleza y destruye con su incapacidad de salirse de su personaje de serie de TV. El resto del reparto, solo muñecos que balbucean con acento británico. El papel con algo de trabajo recae en Timothy Spall, experimentado actor inglés, haciendo del manager de la banda. El final es de las peores chorradas que me ha tocado ver en la vida. Rematando con el Marky Mark con ropitas del tipo “Grunge” alejado de toda la pose y “encontrándose consigo mismo”.
Nada nuevo hasta ahora.
Durante la película, se escucha con vehemencia el término “Heavy Metal”. Los que conocen a Judas Priest saben perfectamente que les están vendiendo peras por naranjas. Lo único que veo aquí son tipos amanerados, cantando horrorosas canciones del tipo esperpéntico llamado “Hair” o “Glam” rock: Bon Jovi, Poison, Cinderella, Warrant… y la lista sigue.
¿Estos iluminados productores se habrán puesto alguna vez en pensar en la existencia de Iron Maiden, DIO, Accept, Black Sabbath? Si van a usar el termino “Metal”, algo de respeto por favor. Gracias a la fortuna, toda esa escoria Glam desapareció sin dejar rastro mientras el Heavy sigue de pie, pasadas las modas y la tontería mediática. Sin embargo, en esta época tonta, MTV nos quiere vender que metal son raperos con guitarra y ropa holgada.
Sobre el tema, recomiendo una película mucho más seria y con más contenido: “This Is Spinal Tap”.
12 de octubre de 2012
12 de octubre de 2012
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin lugar a dudas el cine italiano de finales de los cincuenta hasta mediados de los sesentas es de cuidado.
De entre tanto nombre rutilante de la era, emerge un desconocido (para su servidor) Valerio Zurlini y nos regala esta joya.
Una historia tan humana y tierna como intensa y desgarradora a la vez, se va hilvanando de manera perfecta en locaciones naturales captadas con una fotografía notable.
Nos volvemos a la adolescencia y nos ponemos en los pantalones del imberbe protagonista y soñamos con estar echado en la playa, mirando a los ojos a la maravillosa Claudia Cardinale, hermosísima como nunca.
De entre tanto nombre rutilante de la era, emerge un desconocido (para su servidor) Valerio Zurlini y nos regala esta joya.
Una historia tan humana y tierna como intensa y desgarradora a la vez, se va hilvanando de manera perfecta en locaciones naturales captadas con una fotografía notable.
Nos volvemos a la adolescencia y nos ponemos en los pantalones del imberbe protagonista y soñamos con estar echado en la playa, mirando a los ojos a la maravillosa Claudia Cardinale, hermosísima como nunca.
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