Esta película va sobre poker, y por tanto tiene las virtudes y las limitaciones que este tema ofrece.

Cuenta la historia de un jugador de poker interpretado por Matt Damon, en un momento crítico de su vida que transcurre alrededor del juego. En esta aventura se encuentra principalmente con dos personajes importantes interpretados por Edward Norton y John Malkovich. Ambos son grandes actores pero destaca el segundo como el villano de la cinta. Si tuviera que resumir la película diría que es sencillamente un duelo de poker entre el protagonista y el villano ruso apodado KGB con algunas interrupciones entre medias.

Por otro lado, cualquiera que haya jugado al poker más de un puñado de partidas sabrá que es lo que siente el protagonista, y por qué se ve arrastrado a arriesgar más de lo que se puede permitir en un principio.

Es una película divertida, y que te mantiene con cierta tensión, pero incluso con los actores que tiene, la historia no trasciende en absoluto. No ofrece una reflexión sobre el juego ni aporta un punto de vista nuevo y pese a la crísis que sufre el protagonista no se aprecia una evolución. En mi opinión el protagonista llega a conclusiones equivocadas, pero cada uno que juzgue por si mismo.

En resumen, es realmente entretenida, pero cuando se termine no te llevarás gran cosa.