En un principio tranquila, la historia parece no deparar sorpresas, no al menos más allá del puro costumbrismo Almodovariano. Una historia de vidas enlazadas, de desencuentros y encuentros.
Lo sorprendente es ver la completa mezcla entre un verdadero drama, trágico, hasta duro, con el humor del pueblo, la comedia diaria de la gente normal, aquellas pequeñas cosas que nos hacen gracia. Y sobretodo, como la trama avanza inexorable sin cambios de ritmo muy bruscos, desnudándose poco a poco. Una buena película, que narra una buena historia y que cuenta con un espectacular reparto. No es una obra maestra, pero se defiende.

Apasionante e intrigante historia, que atrapa y llena de estupor, tan bien contada que es muy fácil empatizar tanto con la labor del profesor, como en el ascenso a un totalitarismo de laboratorio que padecen los alumnos.
Espectacular empleo de la fotografía.
La única pega es el exagerado desenlace, que le quita verosimilitud a una película muy bien narrada, y creíble. Quizá con ello logra más impacto emotivo y visceral en el espectador, sacrificando lo que antes he dicho, la credibilidad.