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Críticas 2.199
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
17 de agosto de 2017
76 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo creo que ni en nuestras peores pesadillas podíamos imaginar que Guy Ritchie, aun conociendo su trabajo, pudiera abortar una película así.

Vamos a olvidarnos de la leyenda. Dejemos a un lado a John Boorman y a todo lo que tenga que ver con el mito. Vamos a fingir que no nos hemos dado cuenta del irreverente destrozo al que han sometido al ciclo artúrico y no vamos a caer en la tentación de hacer comparaciones. No hace falta, «Rey Arturo» se desmorona por sí misma. Guy Ritchie pretende una aventura en torno al legendario Arturo, con su poco de espada y brujería y su otro poco de humor y acción. De acuerdo. Para ello, quita todo lo que tiene de legendario, trascendente, emocionante y único y construye una plana y fofa historia carente de originalidad en la que nuestro héroe es una especie de gangster medio proxeneta que, para ser inclusivos, tiene como amigos a un mulato y a un chino dueño de un gimnasio de artes marciales que se llama Jorge. La monda.

Pero, ojo, que Arturito guarda una historia personal conmovedora relacionada con la muerte de sus padres que nunca antes habíamos visto en ninguna película ni libro, ¿eh?, y que es lo que le motiva llegado el momento para hacer frente al malo muy malo requetemalo interpretado por «el sigues igual de apuesto» Jude Law. Con ayuda de otros personajes y de la poderosísima espada Excalibur, hará la revolución para recuperar el trono. Excalibur es la leche..., cuando la empuñas con las dos manos te da una especie de subidón mágico tipo Frodo con el anillo de poder (¡!). El cupo de igualdad de género queda cubierto con el personaje de «la maga». No tiene nombre, ella es «la maga». Nos dicen que la envía Merlín, pero a Merlín no se le ve el pelo porque Merlín también está muy visto ya; será que está muy ocupado en la fragua de su torre mágica forjando espadas de báculos que le roba a otros magos... Pero qué...

Todo esto y muchas cosas más, como murciélagos gigantes y serpientes gigantes (¿por qué serpientes y no dragones, como el Pendragon que es? Pues porque sí, obvio), con una dirección de Ritchie patética, drogada; con diálogos penosos, flashbacks de vergüenza, como toda esa parte en «las tierras oscuras» que parecen tomas falsas de la película, y chascarrillos de tres al cuarto. Añádase al engendro unos efectos especiales de cuatro duros en escenarios nocturnos y tenebrosos para que no se note; ese CGI de Charlie Hunnam luchando con los soldados es algo que no creí que volvería a ver en el cine. Es muy lamentable, en serio. Mi admirado Aidan Gillen no debería ni aparecer aquí, este actor está a otro nivel.

Podría contar más cosas en spoiler pero... ¿para qué? Sería redundar en lo mala que es y me odiaríais por alargar esta crítica. No tengo más que decir.
17 de marzo de 2017
166 de 280 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a intentar exponer mis ideas en tres puntos fundamentales porque si no me ando por las ramas.

Guion pobre. Resumiendo a grandes rasgos se trata de la sempiterna persecución de los muy malos a los muy buenos por media Norteamérica, con parada obligatoria en motel/hotel/casa que, por supuesto, sufrirá por sorpresa el ataque de los malos. Nada nuevo. Dicen que «Logan» tiene aire de western, pero en realidad el esquema que presenta es de película de acción de toda la vida. Sin ir más lejos, a mí me recuerda demasiado a «Soldado Universal» y «Mad Max: la cúpula del trueno», solo que siendo peor. Para terminar, en un alarde de originalidad extrema y alejándose por completo de la saga X-Men (nótese la ironía), habrá que salvar a un puñado de niños mutantes de los malos. Te lo has currado, señor Mangold, sí señor.

El planteamiento. Lo que debería servir para situarnos en la trama se omite sin contemplaciones. Seré yo la torpe, no lo discuto, pero ¿de verdad soy la única que durante hora y media no dejaba de pensar en qué córcholis había ocurrido en el mundo para que los mutantes no existan, Charles y Logan se escondan o anden todos con mil remordimientos y depresiones? A mí tanto misterio me saca de la historia. Hacia el final sueltan algunas explicaciones de pasada y por encima, para que no pensemos mucho al respecto, pero evadir esta información solo conlleva una cosa: que no comprendamos el presente estado emocional, psicológico y físico de los personajes y no nos resulte coherente con lo que conocemos de este universo.

Historia gratuitamente dramática. Ver a los héroes hechos unas piltrafas es muy desagradable, sobre todo porque, repito, no está justificado en la historia. La vejez y la vulnerabilidad son temas sobre los que reflexionar, sí, de acuerdo, pero «Logan» no es que profundice mucho en ello. Lo que hace es ajustar cuentas con los héroes y decirles a la cara que en el fondo solo son unos asesinos, aunque necesarios. Pues no, los X-Men no merecían ese maltrato moral y físico al que se les somete simplemente por el hecho de que queda más serio y más oscuro de cara a la galería. Yo no voy a llorar por este sentimentalismo impuesto.

Lo mejor, un Hugh Jackman espectacular, un Patrick Stewart conmovedor y unas escenas entre X-24 y Lobezno que a mi parecer son las más logradas de la película por lo contundentes que resultan. Se podría haber aprovechado mucho más ese argumento. La niña es un monstruito, vaya con los niños asesinos.

En spoiler saco las garras, pero en plan buen rollo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-La malvada empresa Transigen, de la que no sabemos nada, es la que se ha encargado de eliminar las mutaciones de los seres humanos a través de la alimentación. A escala planetaria y al mismo tiempo, por supuesto. Su poder no acaba ahí, sino que sus laboratorios de México están haciendo experimentos para crear mutantes que puedan controlar como superasesinos; atención a que nos dicen expresamente que «en México sí está permitido»... What?

-En esa empresa donde hacen experimentos tan importantes... los niños mutantes están a cargo de unas enfermeras mexicanas opositoras. Lo normal. Me choca que el experimento no salga bien con ningún niño; demasiada incompetencia, ¿no? Pues vale, ningún niño manipulado desde su nacimiento quiere ser un asesino así que, uff, qué gasto de dinero: vamos a matarlos a todos. Bien. Vamos a matar a los niños de nuestras instalaciones secretas, pero como somos muy malos y además muy chulos nosotros entramos en los laboratorios en plan guerra de Vietnam a masacrarlos haciendo ruido y metiendo barullo, nada de discreción y limpieza, mientras la enfermera mexicana Gabriela tiene tiempo de grabarlo todo con el móvil, lo que le servirá para editar un pedazo de video y dejárselo a Logan post mortem. Muy bien.

-Gabriela y el resto de enfermeras (todas, ¿eh?, ni una sola enfermera cómplice) tratarán entre el caos de poner a salvo a los niños que puedan. Y lo consiguen. Y Gabriela sigue grabando. Las demás enfermeras no sé qué habrán hecho por el camino porque no ha quedado ninguna viva, pero los niños mutantes sí (¿ehn?) y están todos juntos en una cabaña en Dakota del Norte, muy cerca de la frontera con Canadá. Si pasan a Canadá, están a salvo, pero para que haya más tensión se quedan en Estados Unidos a la espera de que lleguen más niños. Así, provocando a los malos.

-Gabriela se escapa con Laura y en vez de ir directa a Dakota del Norte como sus compañeras se queda por allí. En una de esas pues escucha rumores de que Lobezno anda cerca. De lo que cualquiera hablaría en la recepción de un motel, claro. Su grito de «necesito un héroe» es de lo más ridículo que puedo recordar.

-Laura tiene once años y está esquelética, pero ella sola puede con todo un batallón de soldados de cien quilos de peso. Exagerado no, lo siguiente.

-Nuestro grupo va por la carretera y ve que una buena familia ha tenido un accidente, así que Logan empuja un poco el coche para que arranque. En España diríamos «gracias» y «adiós», pero los americanos no, por algo son el mejor país del mundo: ellos los invitan a cenar y a dormir a su casa como agradecimiento, y encima el encantador hijo Nate le deja su móvil a Laura toda la noche. Nate no está enganchado al whatsapp.

-Logan sufre un colapso y, haciendo una elipsis, aparece a continuación en la consulta de un médico. Logan le dice a Laura: «no sé cómo me has traído aquí». No te preocupes, Logan, tampoco el director sabe cómo la niña ha trasportado tu cuerpo, ha robado el coche del turista y ha conducido hasta el pueblo más cercano no habiendo salido de un laboratorio. Exagerado no, lo siguiente.

-Los niños mutantes ¿por qué no se defienden cuando los militares los persiguen por el bosque? Quizá es porque saben que después de todo no los van a matar, sino que solo los van a retener sin hacerles daño para que obviamente puedan escaparse en el momento oportuno.

-X-24 es un asesino despiadado sin conciencia ni raciocinio. Siguiendo ordenes, entra en la casa de la familia Munson en medio de la noche y llega a la habitación donde Xavier y Laura están. Todo fácil y tranquilo. ¿Qué hace X-24 entonces? Nada, espera a que Charles, su víctima, suelte su discursito entrañable para despedirse ya de la saga y, una vez ha terminado, lo apuñala. Qué consideración, en serio.
14 de enero de 2017
59 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que los expertos en videojuegos y jugones en general tendrán muchas y más interesantes cosas que decir respecto a esta esperada adaptación del popular juego para consola «Assassin’s Creed». El resto solo podemos limitarnos a juzgar esta película independientemente de sus orígenes.

«Assassin’s Creed» empieza con unas letras explicativas, la alternativa a la voz en off, sobre la época y la historia donde se nos dice que Templarios y Assassins están en lucha en la Andalucía del siglo quince (olé) por el Fruto del Edén. Pasemos por alto las invenciones históricas y el repateo que me produce que de nuevo los Templarios sean los malvados (¿por qué?, yo estoy con ellos). No importa, a mí lo que de verdad me descolocó de este principio es que tuviera faltas ortográficas. Sí, lo siento, pero no pienso pasarlo por alto: es de risa que una película de este calibre cometa la imperdonable incorrección de añadir dos comas en medio de dos oraciones. Amigos correctores y traductores, esto no puede ser, un poco más de cuidado.

Si soy sincera, lo mejor de esta película es Fassbender, cómo no, porque Fassbender es..., Fassbender está... No hay palabras para describirlo, pero en realidad eso no puede desviar nuestra atención de la poca personalidad que tiene todo. Una clínica/organización/centro científico sito en Madrid (olé) muy oculto, ahí al lado del Manzanares, con una doctora que para ganarse la confianza de la gente los obliga a engancharse a una máquina en forma de brazo mecánico sin más instrucciones que «concéntrate» o «te necesitamos». De verdad, no se puede supeditar el guion al falso misterio, y aquí todos se esfuerzan en ser lo más misteriosos posibles con la intención mil veces repetida de crear una hipotética intriga en el espectador. A mí me aburre.

El resultado es una cinta insulsa con una historia indiferente y unos personajes planos que pueden cambiar de parecer entre escena y escena, y esto es literal, ¿eh, Sofía? La acción se supone que homenajea al videojuego, pero no sabría qué deciros viendo la incompetencia de los soldados, que tienen armas de fuego y no disparan y a quienes les pillan por sorpresa unos señores encapuchados y vestidos con ropas identificables. Eso es pasar desapercibido, sí señor. Por no hablar de la hipocresía que supone el Credo: si «nada es verdad» y «todo está permitido», ¿por qué se pelean con los Templarios? ¿Por qué tanta inquina? ¿Cuáles son sus verdaderos ideales que les llevan a morir sin dudar por ellos? ¿Acaso no defienden la verdad? Yo no me he enterado, no sé quién lo habrá hecho.

No se pasa un mal rato, de acuerdo, pero el salto de fe nos estampa contra el suelo.
30 de marzo de 2013
50 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y fue. Claro que fue. Cómo no seguirle si te ofrece su mano.

Película solemne, técnicamente asombrosa, emocionalmente apasionada y estéticamente creativa. Nicholas Ray dirige con una sabiduría inclasificable una obra que es un lienzo de pinturas frías y rojos brillantes, figuras tenebrosas, sedas rasgadas, romanos imponentes y monarcas en lujosa decadencia. Historia y Religión unidos en una trama que no sigue el patrón que se presupone para contar la vida de Jesús, sino que aporta una visión personal y mucho más amplia de los acontecimientos, desarrollando las luchas políticas, el nacionalismo judío y el punto de vista de la Roma imperial. Atención, por ejemplo, a los primeros minutos de metraje, que sirven como presentación del contexto histórico de la película y donde Ray demuestra que la muerte puede rodarse desde muy distintas perspectivas.

Lo principal, sin embargo, sigue siendo Jesús, que de eso se trata. Este Cristo es sagrado de los pies a la cabeza, grandioso y divino hasta en las sombras que proyecta. Jeffrey Hunter hace un trabajo sensacional y sus escenas son todas de una potencia visual y un tratamiento espiritual único. Trasciende la pantalla, y la lágrimas brotan porque uno no puede, ni debe, quedarse impasible ante el amor puro, el perdón más absoluto y la bondad más sincera. «No lloréis por mi», dice Jesús camino del Calvario, pero yo sí lloro, Cristo, por ti.

Obra que ha marcado e influido de una manera total en las películas posteriores sobre Jesús, con lo cual aumenta su mérito si cabe. No me canso de verla ni de sentirla. Bellísima.
26 de diciembre de 2011
78 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sé que se puede disparar el «NO» con esta crítica y con lo que voy a decir, pero es que no me queda más remedio que decirlo: ¿alguien me puede explicar qué pinta la princesa Mononoke en toda esta historia?

Vista la película, me quedan muy claro dos errores que entorpecen la narración y tiran de la nota hacia abajo. Una, es su larga duración; y dos, directamente relacionado con lo primero, es la cantidad de personajes que pululan por la trama sin ninguna razón. Sí, sin ninguna razón: cazadores, samuráis, mujeres del poblado (demasiado protagonismo le dan) y, por supuesto, Mononoke, quien, tal y como está planteado el argumento, no aporta absolutamente nada, excepto romances que no se entienden. De hecho, Mononoke y su familia animal están desaprovechados y parecen estorbarse más que complementarse.

Así, quitando a una o a otros, al resto de ramificaciones y centrándonos en la historia de Ashitaka (el verdadero protagonista) y la cura a su maldición, junto con la guerra entre el Hombre (representado por una mujer, no lo suficientemente retratada) y la Naturaleza (o mejor aún, Dioses), la historia podría haber sido mucho más épica, dramática e incluso poética. Estas tres piezas, bien conectadas, no hubieran necesitado ni tantos minutos ni tantas vueltas de guión.

Con todo, siendo lo que es, «La princesa Mononoke» entretiene, aunque no entusiasme, y se disfruta por el derroche de fantasía que nos ofrece el director y por la espléndida banda sonora. Además, el mensaje pacifista y ecologista, aunque con sus grietas y posibles dudas, es positivo y está planteado sin burdos maniqueos que hubieran ofendido la inteligencia del espectador.

La clasificación «para mayores de 7 años» me parece demasiado corta, porque atención si estáis pensando en ponérsela a un niño: hay descuartizamientos, algo de sangre, muertes y seres fantásticos que pueden producir auténtico terror. Mi asco hacia los demonios era tan grande que apenas podía mirar. Para el resto de la familia, una opción más que digna, aunque esté lejos de la obra maestra que muchos quieren ver en ella.
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