Al parecer nuestro astronauta Pedro Duque dice sobre esta película que cualquier parecido con la realidad es pura casualidad; normal.
Una gran fotografía sobre nuestro planeta nos embarca en una historia fantástica (de haber sido yo el protagonista habría muerto en la primera secuencia seguro) que se vuelve claustrofóbica (sí, en el espacio) y desde el primer momento nos mantiene en tensión, que no nos abandonará hasta la conclusión de la misma. Demuestra que Sandra Bullock sabe hacer algo más que comedias, pero que George Clooney está una vez más en su supervisto papel de seductor y poco más.

No soy fan de Tim Burton, pese a lo cual, no dejo de ir una y otra vez al cine a ver sus pelis. Me gustó Alicia en el país de las maravillas, Charlie y la fábrica de chocolate, y no sé si alguna más. Esta me ha aburrido. Tras un expectante comienzo, la trama va surgiendo como a base de gags, a veces sin humor, otras sin hilar, hasta llegar a un final, en el que la lucha de diversos espectros, por una conservera, no resulta nada más que pesada y para aquel entonces, ya había bostezado varias veces y no sabía de qué manera poner las posaderas. Me gustó la elegancia de Michelle Pfeiffer. Y poco más.