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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
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18 de noviembre de 2016 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza con un encuentro muy cuco entre los dos protagonistas que basta para calificarlo de buen principio: atrapa. Eso sí, aviso: la trama se vuelve telenovelesca por momentos. No es algo que se vea venir en la escena del autobús, así que os advierto que a lo largo de la peli saldrán mariachis cantando a la luz de la luna, miradas fogosas bajo sendas frentes empapadas en sudor, arrebatos de pasión y de furia, llantos desgarradores, cámaras lentas y primeros planos de besos al son de violines. El verbo amar se conjuga en cada diálogo. Uno termina preguntándose por qué no la titularían "Pasiones en las Nubes". Pero también hay que reconocerle sus matices: a intervalos aparecen situaciones graciosas muy refrescantes, y hay escenas que son sencillamente bonitas.

Si alguien os propone ver esto y sois de los que no soportan los empalagues: HUÍD.
Si sois unos románticos desenfrenados la recomiendo encarecidamente, vais a tocar el cielo ;)
Si estáis aquí por Keanu Reeves, bueno, de la sobredosis de azúcar no os libráis pero dicen que a nadie le amarga un dulce ;)

Menciones aparte: Anthony Quinn es una joya de la interpretación le pongas el guión que le pongas. Aitana Sánchez Gijón está guapísima y necesita un curso de doblaje. Hay que reconocer que el juego que sabe darle al sol el encargado de la fotografía es una delicia. Por favor, que alguien le haga un masaje facial a Giancarlo Giannini (o le dé una tila al director).
23 de junio de 2024
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay por ahí un sinfín de historias de amor, relatadas de forma más o menos romántica y más o menos edulcorada. Esta se coloca en el extremo más crudo del espectro. Casi ni se nota que lo es.

Por un lado tenemos a Silvia, una madre soltera hermética y ex- alcohólica que, más que vivir, se deja llevar por su rutina. Por otro está Saul, un hombre con demencia que precisa supervisión continua. No tiene memoria a corto plazo, lo que le obliga a ser transparente. Sólo reacciona a su presente inmediato, la única parte de su vida que es capaz de procesar.

Esta historia tan complicada de contar consigue convencernos gracias a las magníficas interpretaciones de los protagonistas (y los secundarios. En especial la abuela.) La química silenciosa y contenida entre los dos protagonistas, tan improbable como evidente, desarma todo escepticismo. Y da mucho que pensar: te hace replantearte la forma en que la sociedad trata a las personas con demencia, pero también el propio concepto de amor romántico. La empatía, tal vez, depende mucho menos de la inteligencia emocional que de algún instinto misterioso, inmediato e irrevocable.
7 de noviembre de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kate Winslet es maravillosa. Acabo de ver The Reader, por segunda vez en mi vida y, para mi sorpresa, me he emocionado. No sé hasta qué punto se lo debo a ella en concreto en vez de a la película en general, porque me entusiasman las historias que hablan de sentimientos y de principios morales. Especialmente cuando van en dirección contraria, como ocurre en esta película. Lo que me ha flipado de la grandísima Winslet es que no la he visto a ella. Su pragmatismo brusco en esta película no tiene nada que ver con su fresca sensualidad en “Quills” o con su espontaneidad adolescente en “Sentido y Sensibilidad” y la mirada que ponía aquí, fija y dura, de avidez de información sin adornos, no recuerdo habérsela visto nunca antes. Esta actriz no tiene tics propios, se entrega plenamente a su personaje. Aquí ella es Hannah, y Hannah es rotundamente clara, una mujer sin dobleces que hace algo abominable por una razón muy sencilla que no se para a analizar, porque no sabe leer, con lo que eso supone para ella. No lee, por lo que no obtiene información por sí misma, sólo depende de la que recibe. No lee y eso para ella, que es una lectora ávida en potencia, es más digno de vergüenza que ser responsable consciente de un crimen. O más. Hace falta información para alimentar la consciencia. O tal vez, para sentir que el criterio propio es digno de ser escuchado. En la zona de spoilers doy mi opinión sobre el final.

No le pongo más nota porque el resto de la película es olvidable. La trama solo brilla con Winslet y, en cierta medida, con David Kross (me encanta Ralph Fiennes por lo general, pero hay que reconocer que el 90% de la simpatía que me despierta Michael se la debo a la versión joven del personaje, aunque solo sea por volumen de texto). El problema de que, aquí, sea Winslet el foco de nuestro interés en la película, es que queda demasiado victimizada a nuestros ojos. En la vida real, no debería haberme inspirado tanta simpatía y esto es por un mal manejo del resto de la trama, de un desaprovechamiento del aspecto judicial y de la dirección. Me habría encantado tener un conflicto interno viendo esta película y analizando ambas partes de la historia. En lugar de eso, he sentido una mezcla de pena y fascinación por Hannah y un cierto aburrimiento por todo lo demás.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Lo bellísimo de este final aparentemente triste es que ella se suicida como culmen de su crecimiento intelectual, que permite el moral. Es llevada a la cárcel por dictamen de un juez, pero es ella quien decide negarse la libertad, porque por fin tiene herramientas para juzgarse a sí misma. Por fin, la enorme sensibilidad que desprende esta mujer esclava del trabajo durante la primera parte de la película va en la dirección de sus actos. La hija judía superviviente del incendio no lo sabe, porque no la conoció, pero tanto Michael como nosotros los espectadores sabemos que sí ha habido redención. Y eso, por fin, libera a Michael, abogado culto desde la cuna, que aprende a través de Hannah que la distinción entre el bien y el mal, más allá de una obligación, es un privilegio. En el momento del reencuentro, Michael es frío con la mujer en la que no ha dejado de pensar durante décadas, porque teme no conocerla. Cuando muere, comprende que sí lo hizo. Y, por fin, puede devolver la paz a su propia vida y honrar el recuerdo de esa mujer.
13 de marzo de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Trama potente que pierde fuerza por culpa de interpretaciones histriónicas. Me refiero a Jennifer Jones, aunque me da pena porque ella era muy joven y el papel muy difícil. Pero Perla podría haber sido un personaje fascinante si hubiese sido interpretado con un poco más de madurez, contención y mucha menos teatralidad. Si uno suprime de la historia los conflictos entre los miembros de la familia y las escenas inicial y final (memorables), se queda con una película perfectamente olvidable de corte telenovelesco, sin más. Al margen de este dato, la trama en sí merece una oportunidad. Voto por un remake (que no ocurrirá, porque la rectitud moral y la preservación del honor, temas centrales aquí, son probablemente los únicos tabúes del cine actual, una pena). También es muy interesante ver a Gregory Peck en un papel opuesto al de héroe distinguido y elegante en el que siempre le creí encasillado, sobre todo porque este registro de canalla y forajido lo borda también. Por último destaco la interpretación de Lillian Gish (Laura Belle), llena de sensibilidad y responsable de una de las escenas más bellas de la película*.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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*La muerte de Laura Belle.
13 de marzo de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué pena ponerle un 7 a una película tan rematadamente buena. Está tan cuidada en todos los sentidos que casi parece que ese era el efecto que los directores pretendían conseguir, el de dejarnos a propósito con las ganas de emocionarnos; no estoy segura de si acabo de ver una especie de burla disfrazada de drama, o al revés. Por otro lado supongo que, si el cine es como la vida, tenía que hacerse una película como esta. Nos rodean mil historias que no merecen la pena ser contadas; la basura insípida que, como regla, se omite en las biografías, en los fotogramas e incluso en la propia memoria. Pero ahí están los hermanos Coen con su retorcida ironía para rendirle homenaje. Muy interesante y desde luego original, pero no la volveré a ver.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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No me ha vuelto loca la película, pero me parece simplista dar por sentado que la indiferencia que sentimos hacia el protagonista sea un defecto, sin más. En mi opinión la película es un análisis de lo que queda de los sueños cuando se gastan, porque ese es el principal problema de Llewyn, el que determina su tórpida trayectoria de un fracaso a otro. El sueño de triunfar del que habla Llewyn con tanto idealismo en realidad ya no existe. Es enormemente irónico que rechace cualquier asomo de estabilidad y comodidad, alegando preferir perseguir un sueño que limitarse a "existir", cuando es evidente desde el principio que actúa meramente por inercia. Malvive por inercia. Incluso antes de ese final tan claustrofóbico ya sabemos que no triunfará jamás, nos lo dice su absoluto desapasionamiento. O el nuestro, puesto que jamás llegamos a simpatizar con él. Ahí está ese gato vagabundo para demostrarnoslo, acaparando toda nuestra atención con sus entradas aleatorias; acaparando también la del propio Llewyn, cuyas decisiones están más influidas por ese gato que por su propio deseo de triunfar.
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