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8
2 de marzo de 2021
2 de marzo de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cómo siempre que estoy cambiando de sabores cinematográficos me voy para el otro extremo y me encuentro como en esta ocasión con un interesante documental, ``En Construcción” de José Guerín. Nunca había visto nada de Guerín, así que me puse a leer críticas sobre su filmografía. En Construcción es su segundo documental como largo. Anteriormente filmó Innisfree (1990), donde hace un viaje sobre los lugares donde John Ford grabó “El hombre tranquilo”
Me acosté en una noche tranquila para poder ver la peli y quede atrapado por las imágenes de la cinta. ¿Qué es para mí En Construcción? Es el amor a lo que queda del pasado. Amor por todo aquello que se va desmoronando frente al ojo de la cámara. También es el proceso urbanístico de un nuevo barrio en la raval de Barcelona (España); en donde los vecinos del barrio son los protagonistas de los cimientos de las vidas que transcurren en el día a día.
Nota importante sobre la película, es el clímax parsimonioso del documental. Un tono natural pero que a su vez ahonda en historias clavadas por el presente de un nuevo barrio, que con un humor toca temas como la muerte, el pasado, y el paso del tiempo. Sumar el destacable sonido de la película. El uso del sonido en off y el fuera de campo como procedimiento continuo hace de un tiempo calmo, y donde también rige la ampliación de la imaginación en el espectador. El sonido en construcción siempre está presente en la cinta como recorrido sonoro.
La mirada. El trabajo de cámara sobre los rostros es notable y hace eje en el cúmulo de la caída de lo viejo y la construcción de lo nuevo. En Guerín, la mirada es el esplendor de la honestidad de lo que miramos.
Un film arquitectónico que hace que el paso del tiempo haga su trabajo entre los nuevos propietarios del barrio, y aquellos que quedaron entre el polvo del recuerdo.
Me acosté en una noche tranquila para poder ver la peli y quede atrapado por las imágenes de la cinta. ¿Qué es para mí En Construcción? Es el amor a lo que queda del pasado. Amor por todo aquello que se va desmoronando frente al ojo de la cámara. También es el proceso urbanístico de un nuevo barrio en la raval de Barcelona (España); en donde los vecinos del barrio son los protagonistas de los cimientos de las vidas que transcurren en el día a día.
Nota importante sobre la película, es el clímax parsimonioso del documental. Un tono natural pero que a su vez ahonda en historias clavadas por el presente de un nuevo barrio, que con un humor toca temas como la muerte, el pasado, y el paso del tiempo. Sumar el destacable sonido de la película. El uso del sonido en off y el fuera de campo como procedimiento continuo hace de un tiempo calmo, y donde también rige la ampliación de la imaginación en el espectador. El sonido en construcción siempre está presente en la cinta como recorrido sonoro.
La mirada. El trabajo de cámara sobre los rostros es notable y hace eje en el cúmulo de la caída de lo viejo y la construcción de lo nuevo. En Guerín, la mirada es el esplendor de la honestidad de lo que miramos.
Un film arquitectónico que hace que el paso del tiempo haga su trabajo entre los nuevos propietarios del barrio, y aquellos que quedaron entre el polvo del recuerdo.
27 de mayo de 2022
27 de mayo de 2022
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Por fin llegó el momento de ver la película que quería ver hace tiempo. Hace varios años me había tropezado con este título, y por una cosa u otra lo postergaba. Me vi la trilogía de Koker y es aquí en este sabor a fruto maduro dónde la estela hace ver la poesía del autor en su máximo esplendor. Lo que más me llamó la atención es cómo contar una película dónde el drama es casi imperceptible, y aún así te tiene atornillado en el asiento. La búsqueda de la muerte por parte del protagonista no nos deja saber prácticamente casi nada del por qué su deseo, sino más bien ver el transcurrir de su objetivo a través de los ojos de sus candidatos a ayudarlo en su sepulcro. Es en las historias de los otros que vemos reflejada la tensión y el dolor de Badii, nuestro protagonista. Y ya que mencioné la palabra tensión, es interesante como el in crescendo dramático del personaje de Baddi al no poder lograr con el correr de las hora su objetivo, el personaje entra en zonas de confusión y el trabajo del actor es sumamente interesante para llegar al climax de conflicto. Hay una escena que refleja el punto clave sobre lo que trata la película, que es como genera imágenes poéticas tan fuertes sin diálogos. Baldii no logra encontrar alguien que lo ayude y se acerca a un terreno montañoso repleto de máquinas excavadoras que extraen y depositan tierra. Justo el tema trascendental que suscita el film, se cuenta en imágenes simples mediante montículos de tierras en dónde se trasluce la sombra del protagonista. Todo es cubierto de polvo por el viento que cubre el terreno, y los cuerpos de los trabajadores y del mismo Badii. Acto seguido, un corte de escena nos lleva a la tercera persona, un turco aficionado a la taxidermia que le dará un ejemplo sin que el argumento caiga en zonas moralistas. El final de El sabor de las cerezas es un incierto o mejor dicho abierto al espectador, dejando tal vez un correlato en dónde la vida continúa, sigue su rumbo. Nuevamente un corte de escena, y observamos el set de filmación; el director y los actores en situaciones meramente cotidianas.

7,1
73.276
8
30 de marzo de 2022
30 de marzo de 2022
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Últimamente se ha dado de cruzarme con películas que no tenía pensado ver o reencontrarme de algún modo. Vi volver a penas salió en el cine. Tuve una gran experiencia y me había quedado maravillado con la actuación de Penélope Cruz. Más de diez años después mi sensación cambió un poco. Es probable que esta nueva mirada venga porque he visto unas cuantas películas más con los años de Almodóvar y del trabajo de Penélope.
El personaje de Raimunda interpretado por Penélope Cruz está inmerso en una historia coral de un pueblo rural de España. Un personaje que se entrecruza con decisiones que debe afrontar cuando algo parece querer encaminarse, el pasado vuelve como un fantasma entre los ojos. Me pareció Penélope manejar muy bien los colores almodovarianos del humor; ese humor ácido repleto de angustias y diálogos bizarros. Ahora hay escenas que no me han cerrado en su narrativa.
El guion encaja perfecto, pero hay escenas como aquella dónde la hija le cuenta a su madre (Raimunda) la situación que ha pasado con su supuesto padre, dónde no se entiende el clímax de la escena. Tal vez querer generar un momento de melodrama ante una escena cubierta de dramatismo, sumarle una música de suspense de fondo que corta de toda posibilidad de identificación con los personajes. La acción no coincide con el clima. La Paula mirando a cámara (ese juego de cámara sólo ocurre en ese único momento en toda la cinta) testificando ante el espectador, contando ya no a su madre sino a cámara para que quede de manifiesto el acto. Para mí no funciona en esa escena, pero me sucediò todo lo contrario (hasta me parece una de las mejores escenas de la película) cuando Agustina, la vecina de Irene en la casa del pueblo, es invitada a un programa de tv por su hermana para dar testimonio de su enfermedad para así poder ganar dinero para viajar a EEUU y hacerse el tratamiento que necesita por su enfermedad. Una escena repleta de diálogos que llegan al límite del humor negro, como bien sabe llevar el director en sus películas con ese tono tan particular.
La experiencia de `volver´ ha sido el reencuentro con aquella bella Penélope, en primeros planos que recuerdan a las actrices italianas de los `60, con cuerpos apabullantes de sensualidad. La importancia de estas historias de generaciones de mujeres de pueblos que han dejado su ciudad pero que una parte de ellas están en el pasado. Como ha pesar de la presencia del fantasma que se vuelve carne, todo el tiempo los cuerpos están transformado el tiempo de lo que pasó y lo que vendrá. Ese juego está muy bien logrado desde el guión y la impronta de Almodóvar.
El personaje de Raimunda interpretado por Penélope Cruz está inmerso en una historia coral de un pueblo rural de España. Un personaje que se entrecruza con decisiones que debe afrontar cuando algo parece querer encaminarse, el pasado vuelve como un fantasma entre los ojos. Me pareció Penélope manejar muy bien los colores almodovarianos del humor; ese humor ácido repleto de angustias y diálogos bizarros. Ahora hay escenas que no me han cerrado en su narrativa.
El guion encaja perfecto, pero hay escenas como aquella dónde la hija le cuenta a su madre (Raimunda) la situación que ha pasado con su supuesto padre, dónde no se entiende el clímax de la escena. Tal vez querer generar un momento de melodrama ante una escena cubierta de dramatismo, sumarle una música de suspense de fondo que corta de toda posibilidad de identificación con los personajes. La acción no coincide con el clima. La Paula mirando a cámara (ese juego de cámara sólo ocurre en ese único momento en toda la cinta) testificando ante el espectador, contando ya no a su madre sino a cámara para que quede de manifiesto el acto. Para mí no funciona en esa escena, pero me sucediò todo lo contrario (hasta me parece una de las mejores escenas de la película) cuando Agustina, la vecina de Irene en la casa del pueblo, es invitada a un programa de tv por su hermana para dar testimonio de su enfermedad para así poder ganar dinero para viajar a EEUU y hacerse el tratamiento que necesita por su enfermedad. Una escena repleta de diálogos que llegan al límite del humor negro, como bien sabe llevar el director en sus películas con ese tono tan particular.
La experiencia de `volver´ ha sido el reencuentro con aquella bella Penélope, en primeros planos que recuerdan a las actrices italianas de los `60, con cuerpos apabullantes de sensualidad. La importancia de estas historias de generaciones de mujeres de pueblos que han dejado su ciudad pero que una parte de ellas están en el pasado. Como ha pesar de la presencia del fantasma que se vuelve carne, todo el tiempo los cuerpos están transformado el tiempo de lo que pasó y lo que vendrá. Ese juego está muy bien logrado desde el guión y la impronta de Almodóvar.
El último truco del Sr. Schwarcewallde y del Sr. Edgar
El último truco del Sr. Schwarcewallde y del Sr. Edgar
CortometrajeAnimación

6,0
404
Animación
8
17 de febrero de 2022
17 de febrero de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
Es una cinta de animación, pero lo llamaría “Jugando con el montaje a través de la plástica”. Es el uso del Stop Motion de una manera exquisita.
Estaba a punto de sentarme a mirar el film The Otik del mismo Svankmajer, pero me ganó la curiosidad de ver sus primeros trabajos, y me quedé impregnado por su magia. Muchos de los curiosos del cine independiente, en algún momento nos hemos encontrado con retazos de sus imágenes intrigantes en algún programa de TV o en pequeños cortos, sin saber que eran del gran artista Jan Svankmajer. Hurgando en su trabajo me di cuenta que había visto “Oscuridad, luz, oscuridad” que tiene semejanzas con su primer trabajo. De esta primera película me llamó la atención el nivel de creatividad y como el montaje es casi esencial para lograr ese efecto trascendente en su impronta. Svankmajer en una entrevista que le hicieron y que dejo al final de este texto, que es en el montaje donde está la mano del creador, la artesanía del tiempo en los sueños. Esto fue aquello que lo impresionó del cine ya que él venía del mundo del teatro. Y es en el teatro dónde vemos similitudes en sus primeros trabajos. El uso del teatrino, bambalinas, escenografía teatral y por supuesto, las marionetas. Estos objetos son frutos de su niñez que son inspiración en su trabajo. Svankmajer se considera un artista más que un director de animación. El no prescinde de la animación para poder crear. En la entrevista realizada por la UNAM (Universidad de México), cuenta que la poesía y el collage también reina su hacer.
Volviendo al cortometraje, es importante recalcar que más allá de la simple trama, el espacio y los cuerpos están marcados por el tiempo; usados, viejos y trata en todo momento que quede acentuado. La peli trata de dos magos que se enfrentan por quien hace el mejor truco. Con el correr de la magia todo empieza a derrumbarse hacia un final impredecible. El uso de humanos como marionetas le da un toque terrorífico creando una atmósfera de ensueño, dónde se dan momentos de repetición como en los trucos de magia dónde al sacar con la mano de la galera, aparece la magia; en el caso de Svankmajer el surrealismo es su imaginario, la quimera de sus trabajos para que el inconsciente juegue sus multiplicidades de sentidos.
Estaba a punto de sentarme a mirar el film The Otik del mismo Svankmajer, pero me ganó la curiosidad de ver sus primeros trabajos, y me quedé impregnado por su magia. Muchos de los curiosos del cine independiente, en algún momento nos hemos encontrado con retazos de sus imágenes intrigantes en algún programa de TV o en pequeños cortos, sin saber que eran del gran artista Jan Svankmajer. Hurgando en su trabajo me di cuenta que había visto “Oscuridad, luz, oscuridad” que tiene semejanzas con su primer trabajo. De esta primera película me llamó la atención el nivel de creatividad y como el montaje es casi esencial para lograr ese efecto trascendente en su impronta. Svankmajer en una entrevista que le hicieron y que dejo al final de este texto, que es en el montaje donde está la mano del creador, la artesanía del tiempo en los sueños. Esto fue aquello que lo impresionó del cine ya que él venía del mundo del teatro. Y es en el teatro dónde vemos similitudes en sus primeros trabajos. El uso del teatrino, bambalinas, escenografía teatral y por supuesto, las marionetas. Estos objetos son frutos de su niñez que son inspiración en su trabajo. Svankmajer se considera un artista más que un director de animación. El no prescinde de la animación para poder crear. En la entrevista realizada por la UNAM (Universidad de México), cuenta que la poesía y el collage también reina su hacer.
Volviendo al cortometraje, es importante recalcar que más allá de la simple trama, el espacio y los cuerpos están marcados por el tiempo; usados, viejos y trata en todo momento que quede acentuado. La peli trata de dos magos que se enfrentan por quien hace el mejor truco. Con el correr de la magia todo empieza a derrumbarse hacia un final impredecible. El uso de humanos como marionetas le da un toque terrorífico creando una atmósfera de ensueño, dónde se dan momentos de repetición como en los trucos de magia dónde al sacar con la mano de la galera, aparece la magia; en el caso de Svankmajer el surrealismo es su imaginario, la quimera de sus trabajos para que el inconsciente juegue sus multiplicidades de sentidos.
19 de enero de 2022
19 de enero de 2022
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.Tercera película que veo Kiarostami. ¿Dónde está el amigo…?, sería la primera cinta de la trilogía. Le siguen Y la vida continúa, y cierra con A través de los olivos. Entre las tres películas se conectan la vida en pueblos rurales, los mismos personajes en el transcurrir del tiempo en una ciudad iraní. Las actuaciones en las películas de Kiarostami están atravesadas por la vida misma. Al punto que los actores en su mayoría son no actores, sino que son personas de la misma ciudad. Eso le da un color muy particular al realismo que subyace en sus películas entre ese juego espera a que suceda lo real desde lo imprevisto. En el cine de A. Kiarostami aparece mucho en los planos secuencia como si estuviera a punto de cazar un instante de verdad. No importa si la toma es demasiado larga con tal que lo real acuda al acontecimiento.
En cuanto a la historia, hay un tratamiento sobre la educación y la disciplina proyectada en la niñez. Me llamó la atención como los diálogos se repiten, y eso me habla como la incomunicación de los adultos genera un vacío en los niños en búsqueda de un absurdo que no debería existir. Entregar el cuaderno de tareas a su compañero porque este lo tomó por error. Para el niño es tan importante ese objetivo porque si no lo logra, el maestro prometió expulsarlo del colegio. Una trama simple que genera un viaje o mejor dicho una odisea de un pueblo a otro. La premisa está en la ruptura del estado de las cosas, en el cambio de lo que está sujeto como orden. Es así que el niño solo encuentra incomprensión y angustia y soledad de parte de los adultos.
De las películas de Kiarostami que he visto me ha impregnado su estética por lo primitivo. Aquello precario que hace lugar a un universo único. Aquello que es una reconstrucción de la realidad. Mostrar la realidad, dándole ese carácter Esto lo vemos desde los planos largos hasta el mecanismo de dispositivos de metalenguaje. Del cine hablando de cine, mostrando los artificios y remarcando que esto que estamos viendo es ficción. Es cierto que en ¿Dónde está la casa de mi amigo? No vemos con frecuencia este dispositivo, pero si vemos un lenguaje particular en los diálogos repetitivos de los personajes, y en algo que me llamó la atención que es la iluminación. En las escenas nocturnas, la fotografía muestra colores más saturados, jugando con las luces que reflejan el vitraux que están en los ventanales de las pequeñas casas; dándole así una perspectiva que resalta el lenguaje propio.
Martín Martínez
En cuanto a la historia, hay un tratamiento sobre la educación y la disciplina proyectada en la niñez. Me llamó la atención como los diálogos se repiten, y eso me habla como la incomunicación de los adultos genera un vacío en los niños en búsqueda de un absurdo que no debería existir. Entregar el cuaderno de tareas a su compañero porque este lo tomó por error. Para el niño es tan importante ese objetivo porque si no lo logra, el maestro prometió expulsarlo del colegio. Una trama simple que genera un viaje o mejor dicho una odisea de un pueblo a otro. La premisa está en la ruptura del estado de las cosas, en el cambio de lo que está sujeto como orden. Es así que el niño solo encuentra incomprensión y angustia y soledad de parte de los adultos.
De las películas de Kiarostami que he visto me ha impregnado su estética por lo primitivo. Aquello precario que hace lugar a un universo único. Aquello que es una reconstrucción de la realidad. Mostrar la realidad, dándole ese carácter Esto lo vemos desde los planos largos hasta el mecanismo de dispositivos de metalenguaje. Del cine hablando de cine, mostrando los artificios y remarcando que esto que estamos viendo es ficción. Es cierto que en ¿Dónde está la casa de mi amigo? No vemos con frecuencia este dispositivo, pero si vemos un lenguaje particular en los diálogos repetitivos de los personajes, y en algo que me llamó la atención que es la iluminación. En las escenas nocturnas, la fotografía muestra colores más saturados, jugando con las luces que reflejan el vitraux que están en los ventanales de las pequeñas casas; dándole así una perspectiva que resalta el lenguaje propio.
Martín Martínez
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