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Críticas ordenadas por utilidad
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5,2
14.155
9
15 de diciembre de 2024
15 de diciembre de 2024
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se puede contar una historia olvidándose por completo del argumento y centrándose únicamente en el desarrollo de un personaje? Esta película lo logra a la perfección. Pero no solo lo hace, sino que también predice la reacción de gran parte del público ante el viaje de Arthur tras los eventos ocurridos en Joker (2019).
Uno de los puntos más fuertes de la cinta es su dirección. La fotografía es preciosa y cuidada hasta el más mínimo detalle. Todd Phillips demuestra ser un verdadero maestro al crear imágenes que te dejan sin aliento. Estéticamente, cada fotograma podría ser un póster que representara la película. Su impacto visual es tan seductor y suave como un exquisito corte de carne de Kobe.
Los personajes están interpretados magistralmente. Joaquin Phoenix se sumerge completamente en el papel de Arthur, logrando un retrato conmovedor, deprimente y lúgubre. Por otro lado, Lady Gaga sorprende con una doble interpretación: por un lado, como "Harley Quinn", quien devuelve el sentido a la vida de Arthur, y por otro, como Lee Quinzel, un personaje que representa la reacción del público ante la evolución del protagonista.
Los números musicales están integrados de manera impecable a lo largo del metraje. Cabe mencionar que, personalmente, detesto los musicales. Me resulta insoportable cuando, ante cualquier trivialidad, los personajes rompen a cantar y bailar. Sin embargo, aquí estas intervenciones funcionan. Son fruto de la imaginación fragmentada de Arthur, por lo que solo él y Harley cantan y bailan, compartiendo una locura que los une. El resto de los personajes los observan con extrañeza, reflejando cómo Arthur imagina que el mundo lo percibe: con miradas de juicio y desconcierto. Aunque no son números especialmente memorables, cumplen con su función de adentrarnos en la mente rota del protagonista.
Uno de los puntos más fuertes de la cinta es su dirección. La fotografía es preciosa y cuidada hasta el más mínimo detalle. Todd Phillips demuestra ser un verdadero maestro al crear imágenes que te dejan sin aliento. Estéticamente, cada fotograma podría ser un póster que representara la película. Su impacto visual es tan seductor y suave como un exquisito corte de carne de Kobe.
Los personajes están interpretados magistralmente. Joaquin Phoenix se sumerge completamente en el papel de Arthur, logrando un retrato conmovedor, deprimente y lúgubre. Por otro lado, Lady Gaga sorprende con una doble interpretación: por un lado, como "Harley Quinn", quien devuelve el sentido a la vida de Arthur, y por otro, como Lee Quinzel, un personaje que representa la reacción del público ante la evolución del protagonista.
Los números musicales están integrados de manera impecable a lo largo del metraje. Cabe mencionar que, personalmente, detesto los musicales. Me resulta insoportable cuando, ante cualquier trivialidad, los personajes rompen a cantar y bailar. Sin embargo, aquí estas intervenciones funcionan. Son fruto de la imaginación fragmentada de Arthur, por lo que solo él y Harley cantan y bailan, compartiendo una locura que los une. El resto de los personajes los observan con extrañeza, reflejando cómo Arthur imagina que el mundo lo percibe: con miradas de juicio y desconcierto. Aunque no son números especialmente memorables, cumplen con su función de adentrarnos en la mente rota del protagonista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La trama, aunque secundaria, no es inexistente, pero basar una crítica solamente en ella es obviar su mayor virtud: su intención. Más allá de reconstruir los eventos de la primera película, esta nueva entrega ofrece una historia triste, dura y desoladora. Arthur es un individuo desgraciado, depresivo y víctima de una Gotham que, por primera vez, lo toma en serio y lo adora. Aunque, en realidad, no lo aman a él, sino la idea de lo que representa. Pues hasta entonces Arthur había sido siempre el objeto de burla de sus habitantes, Está creado y diseñado para que los que le dan la espalda queden como despiadados productos de una sociedad que les importa más el símbolo que la persona que hay detrás, con todos sus problemas y con toda su infelicidad.
Arthur es un personaje mentalmente inestable, pero tratado como si estuviera totalmente cuerdo, como si su "genialidad" fuera la que lo llevó a diseñar y perpetrar los actos violentos de los que se le acusa. ¿Pero realmente los cometió?
Durante todo el juicio se habla de los cinco asesinatos que cometió Arthur: Los tres chicos del metro, su amigo el payaso y Murray y se les trata de dar sentido. Arthur confiesa que hubo un sexto, el de su madre... ¿pero nadie se da cuenta que realmente hubo siete? La pobre doctora de la escena final en el psiquiátrico parece quedar olvidada.
Quizás fue todo parte de su imaginación y siempre estuvo encerrado en el psiquiátrico, imaginándose su muerte en la cárcel como el gran chiste final, un chiste que como dijo en el desenlace de la primera película: "no lo pillaríamos". Nunca lo sabremos y realmente no importa, porque ese no es el gran logro de la película. Su gran logro es que logra fusionar la realidad y la ficción.
Es la historia de Arthur Fleck, un pobre diablo que conquista a la sociedad cuando creen que se convierte en el Joker, y que la pierde cuando se arrepiente de haberse atrevido a serlo, porque jamás fue malvado, ni caótico... solo era él y sus horribles circunstancias. Es la historia de origen del verdadero Joker, aunque solo aparece al final, contándole un chiste a Arthur justo antes de matarlo entre carcajadas con un cuchillo.
Arthur es un personaje mentalmente inestable, pero tratado como si estuviera totalmente cuerdo, como si su "genialidad" fuera la que lo llevó a diseñar y perpetrar los actos violentos de los que se le acusa. ¿Pero realmente los cometió?
Durante todo el juicio se habla de los cinco asesinatos que cometió Arthur: Los tres chicos del metro, su amigo el payaso y Murray y se les trata de dar sentido. Arthur confiesa que hubo un sexto, el de su madre... ¿pero nadie se da cuenta que realmente hubo siete? La pobre doctora de la escena final en el psiquiátrico parece quedar olvidada.
Quizás fue todo parte de su imaginación y siempre estuvo encerrado en el psiquiátrico, imaginándose su muerte en la cárcel como el gran chiste final, un chiste que como dijo en el desenlace de la primera película: "no lo pillaríamos". Nunca lo sabremos y realmente no importa, porque ese no es el gran logro de la película. Su gran logro es que logra fusionar la realidad y la ficción.
Es la historia de Arthur Fleck, un pobre diablo que conquista a la sociedad cuando creen que se convierte en el Joker, y que la pierde cuando se arrepiente de haberse atrevido a serlo, porque jamás fue malvado, ni caótico... solo era él y sus horribles circunstancias. Es la historia de origen del verdadero Joker, aunque solo aparece al final, contándole un chiste a Arthur justo antes de matarlo entre carcajadas con un cuchillo.

6,3
9.001
8
21 de enero de 2025
21 de enero de 2025
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Heretic es uno de esos fenómenos que suceden muy pocas veces a lo largo de un año. Un muy buen ejemplo de una categoría de guion que me gusta llamar "Guiones Eficientes". Son historias que, a la vez que interesantes, se pueden realizar con un presupuesto relativamente ajustado, muchas veces usando un par de localizaciones (Saw, 12 hombres sin piedad, pi de Aronofsky son claros ejemplos de este tipo de guiones).
Scott Beck y Bryan Woods desarrollan de una manera muy inteligente y sencilla una premisa compleja, sobre todo en los dos primeros tercios de la película: la fe como propósito individual y como propósito colectivo. En el último tercio parece que pierden en varias instancias el "control" sobre el desarrollo y, aunque en un par de ellas consiguen recuperarlo de manera bastante satisfactoria, entiendo que pueda provocar a gran parte de la audiencia la sensación de que el final se desinfla.
Pero, realmente, estaba destinado a ser así. Los dos primeros tercios son redondos, pero llevan al último tercio a un punto del cual es muy complicado avanzar sin tomarse ciertas licencias. Afortunadamente, y aunque no mantienen el gran nivel, tampoco se desploman. Simplemente son buenos momentos que siguen a momentos geniales. Es como comparar el Monopoly original con el de Disney. El de Disney está bien, pero no hay nada como comprar el Paseo del Prado y el de la Castellana y hacer hoteles allí.
Una de las ventajas de tener un guion tan eficiente es poder contar con talento un poco más establecido (y con "más establecido" me refiero a más caro de pagar). El dinero que normalmente hubiese ido a la construcción de sets se puede usar para atraer a estrellas. El largo tiempo necesario para preparar cada toma en una producción con un gran número de localizaciones normalmente echa para atrás a este tipo de actores y actrices (más días de rodaje, menos días para dedicarse a otros proyectos). Pero en este caso, al limitarse a tres localizaciones por las que se mueve Hugh Grant, este tiempo se recorta para él. Con un rodaje de un mes y trece días de duración, es un caramelito. Probablemente, sus escenas se pudieron grabar en menos de un mes, dejando que las escenas de exterior y otras localizaciones, en las que él no sale, no afectaran a su valioso tiempo.
¡Y vaya si el tiempo de Hugh Grant es valioso! Solo se puede decir que está inmenso, menudo clinic en actuación. Es un villano convincente y aterrador, pero consigue hacer que a la audiencia le importe. Quieres que las chicas, interpretadas maravillosamente por Sophie Thatcher y Chloe East, escapen de este maníaco, por supuesto... pero también quieres que este maníaco consiga cambiar el punto de vista de las jóvenes.
Hablando de Thatcher y East, esta ha sido su gran oportunidad de mostrar lo que saben hacer, y vaya si la han aprovechado. Espero verlas en futuros proyectos en papeles principales otra vez, porque ya han demostrado que pueden mantener el nivel de un Hugh Grant que da lo mejor de sí.
La conclusión de la critica está en la sección de spoilers. No hay spoilers directos del final, aunque lo menciono para indicar el efecto que tiene. No digo como acaba, pero por alguna razón me han obligado en la revisión a ponerlo en esa sección.
Scott Beck y Bryan Woods desarrollan de una manera muy inteligente y sencilla una premisa compleja, sobre todo en los dos primeros tercios de la película: la fe como propósito individual y como propósito colectivo. En el último tercio parece que pierden en varias instancias el "control" sobre el desarrollo y, aunque en un par de ellas consiguen recuperarlo de manera bastante satisfactoria, entiendo que pueda provocar a gran parte de la audiencia la sensación de que el final se desinfla.
Pero, realmente, estaba destinado a ser así. Los dos primeros tercios son redondos, pero llevan al último tercio a un punto del cual es muy complicado avanzar sin tomarse ciertas licencias. Afortunadamente, y aunque no mantienen el gran nivel, tampoco se desploman. Simplemente son buenos momentos que siguen a momentos geniales. Es como comparar el Monopoly original con el de Disney. El de Disney está bien, pero no hay nada como comprar el Paseo del Prado y el de la Castellana y hacer hoteles allí.
Una de las ventajas de tener un guion tan eficiente es poder contar con talento un poco más establecido (y con "más establecido" me refiero a más caro de pagar). El dinero que normalmente hubiese ido a la construcción de sets se puede usar para atraer a estrellas. El largo tiempo necesario para preparar cada toma en una producción con un gran número de localizaciones normalmente echa para atrás a este tipo de actores y actrices (más días de rodaje, menos días para dedicarse a otros proyectos). Pero en este caso, al limitarse a tres localizaciones por las que se mueve Hugh Grant, este tiempo se recorta para él. Con un rodaje de un mes y trece días de duración, es un caramelito. Probablemente, sus escenas se pudieron grabar en menos de un mes, dejando que las escenas de exterior y otras localizaciones, en las que él no sale, no afectaran a su valioso tiempo.
¡Y vaya si el tiempo de Hugh Grant es valioso! Solo se puede decir que está inmenso, menudo clinic en actuación. Es un villano convincente y aterrador, pero consigue hacer que a la audiencia le importe. Quieres que las chicas, interpretadas maravillosamente por Sophie Thatcher y Chloe East, escapen de este maníaco, por supuesto... pero también quieres que este maníaco consiga cambiar el punto de vista de las jóvenes.
Hablando de Thatcher y East, esta ha sido su gran oportunidad de mostrar lo que saben hacer, y vaya si la han aprovechado. Espero verlas en futuros proyectos en papeles principales otra vez, porque ya han demostrado que pueden mantener el nivel de un Hugh Grant que da lo mejor de sí.
La conclusión de la critica está en la sección de spoilers. No hay spoilers directos del final, aunque lo menciono para indicar el efecto que tiene. No digo como acaba, pero por alguna razón me han obligado en la revisión a ponerlo en esa sección.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En definitiva, una película muy disfrutable que da pie al espectador a pensar. Una tensión bien construida y una ambientación muy claustrofóbica. Una ejecución magistral que da lugar a un final abierto a interpretaciones que polariza a la audiencia, pero que, para mí, funciona... no tan bien como el resto de la cinta, pero funciona.

6,4
2.320
8
13 de enero de 2025
13 de enero de 2025
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una gran película, una muy buena historia con una carga emocional brutal. Es un Drama con mayúsculas, Familiar, Romántico, Personal e incluso Culinario. Todo son capas de una misma cebolla cuyo único objetivo no es dar sabor y textura a un plato exquisito, sino más bien estimular las glándulas lacrimógenas de quien la corta, o en este caso de quien la ve.
Hay pocos puntos negativos que darle a esta cinta. Me parece irrisorio que haya un grupo de críticos que dicen que la química es nula entre Pugh y Garfield, pero luego muchos otros dicen que ellos dos son los que llevan la historia a otro nivel. Supongo que uno de esos dos grupos se le daba mejor la Física en el instituto. Yo soy de los que cree que tienen buena química y su relación es bastante natural y creíble... pero he de decir que a mí lo que mejor se me daba era el recreo, así que...
Quizás lo único que se me ocurre que pueda confundir al espectador es el uso de tanto salto temporal. No he perdido el tiempo, ni lo voy a perder demasiado en pararme a pensar como afectaría a la película un estilo más lineal a la hora de contar la historia. Todo lo que se me está ocurriendo ahora lo escribiré a continuación en la sección de spoilers:
Hay pocos puntos negativos que darle a esta cinta. Me parece irrisorio que haya un grupo de críticos que dicen que la química es nula entre Pugh y Garfield, pero luego muchos otros dicen que ellos dos son los que llevan la historia a otro nivel. Supongo que uno de esos dos grupos se le daba mejor la Física en el instituto. Yo soy de los que cree que tienen buena química y su relación es bastante natural y creíble... pero he de decir que a mí lo que mejor se me daba era el recreo, así que...
Quizás lo único que se me ocurre que pueda confundir al espectador es el uso de tanto salto temporal. No he perdido el tiempo, ni lo voy a perder demasiado en pararme a pensar como afectaría a la película un estilo más lineal a la hora de contar la historia. Todo lo que se me está ocurriendo ahora lo escribiré a continuación en la sección de spoilers:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Probablemente lo que ahora actúa como incidente incitador (la recaída del tumor), sería tal vez un segundo punto de giro, siendo el primer punto de giro el primer tumor de ovarios. El incidente incitador sería el atropello, cuando se conocen y empiezan a salir. No veo qué es lo que gana la película al hacer los saltos temporales y al ponernos el segundo tumor al principio. Obviamente es muy impactante, pero al mismo tiempo da la sensación que es muy abrupto y no le da tiempo al espectador a experimentar el desarrollo de los personajes hasta ese punto.
Parece que trata de dar el golpe de efecto muy pronto. Almut estaría de acuerdo conmigo aquí: Se nota que hay maceración pero no la han dejado el tiempo suficiente como para que todos los sabores se absorban en la carne. Da la sensación que han subido la temperatura del fuego y han cocinado más rápido lo que, tal vez, habría que haber dejado a una temperatura más baja durante más tiempo.
El final es sublime, en la escena de la pista de patinaje sobre hielo me derretí en la butaca. No puedo evitar tener que luchar contra las lágrimas ahora que estoy escribiendo esto, a mí me caló muy hondo. Vuelve a patinar porque sabe que se va a reencontrar con su padre, la razón por la que había dejado de patinar porque le recordaba que ya no estaba con ella. La escena de Tobías con su hija, enseñándole lo que Almut le había enseñado en vida... Almut siempre será recordada por la huella que ha dejado en su familia. Por eso no importa si gana o pierde el concurso de cocina, no es lo que importa. Que haya luchado por competir, eso es lo importante.
Esta película es un plato digno de dos estrellas Michelin, y aunque con más paciencia podría haber alcanzado las tres, sigue siendo un manjar que muchas cintas ni siquiera logran rozar. Ojalá la mitad de las películas que llegan a los cines buscasen al menos competir por un Bib Gourmand.
Parece que trata de dar el golpe de efecto muy pronto. Almut estaría de acuerdo conmigo aquí: Se nota que hay maceración pero no la han dejado el tiempo suficiente como para que todos los sabores se absorban en la carne. Da la sensación que han subido la temperatura del fuego y han cocinado más rápido lo que, tal vez, habría que haber dejado a una temperatura más baja durante más tiempo.
El final es sublime, en la escena de la pista de patinaje sobre hielo me derretí en la butaca. No puedo evitar tener que luchar contra las lágrimas ahora que estoy escribiendo esto, a mí me caló muy hondo. Vuelve a patinar porque sabe que se va a reencontrar con su padre, la razón por la que había dejado de patinar porque le recordaba que ya no estaba con ella. La escena de Tobías con su hija, enseñándole lo que Almut le había enseñado en vida... Almut siempre será recordada por la huella que ha dejado en su familia. Por eso no importa si gana o pierde el concurso de cocina, no es lo que importa. Que haya luchado por competir, eso es lo importante.
Esta película es un plato digno de dos estrellas Michelin, y aunque con más paciencia podría haber alcanzado las tres, sigue siendo un manjar que muchas cintas ni siquiera logran rozar. Ojalá la mitad de las películas que llegan a los cines buscasen al menos competir por un Bib Gourmand.

6,8
17.533
7
16 de enero de 2025
16 de enero de 2025
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que este es el ejemplo del 7 más 7 en la historia de los sietes. Robert Eggers nos trae este remake del "plagio" de Murnau a la novela de Bram Stoker. Es una actualización muy digna de la historia. Mejora en muchos aspectos su disfrute en comparación con la original, que personalmente me parece un bodrio infumable (aunque su valor histórico sea innegable). El director es capaz de crear un viaje estético maravilloso con unas imágenes y una ambientación espectaculares.
Lamentablemente, la historia tiene las limitaciones que, al ser su remake, también tenía la original. Adolece de una falta de ritmo evidente en ciertas partes que pueden llegar a adormecer. Además si la película de 1922 ya se hacía larga con solo 90 minutos de metraje (buena parte de los cuales son texto... mucho texto), esta, con más de dos horas de duración no es que se pase volando, precisamente.
Uno de los puntos que también distraían de la versión de Murnau era lo sobreactuados que estaban todos los personajes (salvo por la excepción del Conde Orlok). Esto era algo propio del cine mudo de la época, que en mi opinión ha envejecido mal. En este sentido, esta versión mejora. La actuación de sus personajes es muy natural, a excepción de Ellen.
Lily-Rose Depp lleva la sobreactuación a niveles máximos. Su personaje abusa de un lenguaje irreal incluso para la época en la que se sitúa la historia que puede llegar a resultar cansino. Además, el guion solo le permite desarrollar un único registro interpretativo, lo que limita enormemente su actuación. Es el único personaje de toda la película que actúa como si estuviese en una obra de teatro, es un poco demasiado "intensita".
El Conde Orlok... ese bigote que lleva... ¡que desastre! Una de las pocas cosas que hacía bien la versión de Murnau era la caracterización del Conde Orlok, interpretado por Max Schreck, pero aquí deciden añadirle ese bigotito ridículo. Por otro lado, me encanta como juegan con las sombras para no mostrar al vampiro durante las primeras escenas en las que aparece... pero en cuanto lo enfocan bien iluminado, y se aprecia claramente su apariencia pierde todo el aura.
Bill Skarsgård interpreta a Orlok con kilos de prostéticos y maquillaje encima como si de un fumador con EPOC se tratase. Consigue generar grima con sus movimientos lentos, su respiración y la manera en la que absorbe la sangre de sus victimas, que es cuanto menos perturbadora. Para mi gusto, habla demasiado. Tiene demasiadas líneas de dialogo que le restan misticismo. Al personaje le vendría como "diente al cuello" decir menos y hacer más, dejando que sus silencios y gestos hablen por si mismos.
Nicholas Hoult, que interpreta a Hutter consigue transmitir a la perfección con sus expresiones faciales el horror al que se enfrenta a lo largo de toda la película. Sin embargo, para ser justos, tampoco hace mucho más. Su papel se limita reaccionar a los eventos que suceden a su alrededor, sin intervenir activamente en cambiarlos.
Ralph Ineson y Dafoe deslumbran como el dúo medico y se complementan de manera brillante. Su química es uno de los puntos fuertes de la cinta. Aaron Taylor-Johnson, junto a Ema Corrin pasan sin pena ni gloria, salvo por un par de momentos inolvidables (e impactantes) que ofrecen en los compases finales. Simon McBurney, está inmenso interpretando la locura de Herr Knock. Logrando que su personaje sea una auténtica montaña rusa.
En definitiva, Robert Eggers consigue, como en casi toda su filmografía, crear imágenes bellísimas con una estética cuidada al milímetro en una escena, para luego mostrar el momento más desagradable e incómodo en la escena siguiente. Es un maestro en conseguir que el espectador pase de no poder despegar los ojos de la pantalla, embobado, a tener que mirar hacia otro lado, asqueado, en cuestión de segundos. Toda la secuencia del carruaje puede ser, sin lugar a dudas, la mejor de todo el año: Una auténtica delicia sensorial.
Lamentablemente, la historia tiene las limitaciones que, al ser su remake, también tenía la original. Adolece de una falta de ritmo evidente en ciertas partes que pueden llegar a adormecer. Además si la película de 1922 ya se hacía larga con solo 90 minutos de metraje (buena parte de los cuales son texto... mucho texto), esta, con más de dos horas de duración no es que se pase volando, precisamente.
Uno de los puntos que también distraían de la versión de Murnau era lo sobreactuados que estaban todos los personajes (salvo por la excepción del Conde Orlok). Esto era algo propio del cine mudo de la época, que en mi opinión ha envejecido mal. En este sentido, esta versión mejora. La actuación de sus personajes es muy natural, a excepción de Ellen.
Lily-Rose Depp lleva la sobreactuación a niveles máximos. Su personaje abusa de un lenguaje irreal incluso para la época en la que se sitúa la historia que puede llegar a resultar cansino. Además, el guion solo le permite desarrollar un único registro interpretativo, lo que limita enormemente su actuación. Es el único personaje de toda la película que actúa como si estuviese en una obra de teatro, es un poco demasiado "intensita".
El Conde Orlok... ese bigote que lleva... ¡que desastre! Una de las pocas cosas que hacía bien la versión de Murnau era la caracterización del Conde Orlok, interpretado por Max Schreck, pero aquí deciden añadirle ese bigotito ridículo. Por otro lado, me encanta como juegan con las sombras para no mostrar al vampiro durante las primeras escenas en las que aparece... pero en cuanto lo enfocan bien iluminado, y se aprecia claramente su apariencia pierde todo el aura.
Bill Skarsgård interpreta a Orlok con kilos de prostéticos y maquillaje encima como si de un fumador con EPOC se tratase. Consigue generar grima con sus movimientos lentos, su respiración y la manera en la que absorbe la sangre de sus victimas, que es cuanto menos perturbadora. Para mi gusto, habla demasiado. Tiene demasiadas líneas de dialogo que le restan misticismo. Al personaje le vendría como "diente al cuello" decir menos y hacer más, dejando que sus silencios y gestos hablen por si mismos.
Nicholas Hoult, que interpreta a Hutter consigue transmitir a la perfección con sus expresiones faciales el horror al que se enfrenta a lo largo de toda la película. Sin embargo, para ser justos, tampoco hace mucho más. Su papel se limita reaccionar a los eventos que suceden a su alrededor, sin intervenir activamente en cambiarlos.
Ralph Ineson y Dafoe deslumbran como el dúo medico y se complementan de manera brillante. Su química es uno de los puntos fuertes de la cinta. Aaron Taylor-Johnson, junto a Ema Corrin pasan sin pena ni gloria, salvo por un par de momentos inolvidables (e impactantes) que ofrecen en los compases finales. Simon McBurney, está inmenso interpretando la locura de Herr Knock. Logrando que su personaje sea una auténtica montaña rusa.
En definitiva, Robert Eggers consigue, como en casi toda su filmografía, crear imágenes bellísimas con una estética cuidada al milímetro en una escena, para luego mostrar el momento más desagradable e incómodo en la escena siguiente. Es un maestro en conseguir que el espectador pase de no poder despegar los ojos de la pantalla, embobado, a tener que mirar hacia otro lado, asqueado, en cuestión de segundos. Toda la secuencia del carruaje puede ser, sin lugar a dudas, la mejor de todo el año: Una auténtica delicia sensorial.
9
10 de marzo de 2025
10 de marzo de 2025
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seamos sinceros, en la última década ha habido un boom de biopics musicales que roza lo enfermizo. Desde Bohemian Rapsody, todo aquel grupo, individuo, animal o planta que haya alguna vez tocado un instrumento musical o cantado una canción, tiene su largometraje donde se narran los momentos más importantes de sus vidas. Elvis, Whitney Houston, Amy Winehouse, Elton John, Judy Garland, Robbie Williams...
No me he visto ni el 10% y la verdad que me he visto Un Completo Desconocido porque la otra opción posible que tenía era Capitán América. Nunca podría haber imaginado lo que me alegra haber tomado esa decisión. Que decir que Bob Dylan nunca ha sido un músico al que le haya prestado demasiada atención. Que si, que Blowing in the wind y Knockin on Heaven's door son obras maestras y por supuesto que me las he puesto más de una vez en bucle, pero más allá de esas Bobby siempre lo había considerado el artista que les gustaba a mis padres.
Como comprenderéis, al entrar yo en el cine baje bastante la media de edad de la sala... sí, la sala estaba bastante llena. Pero no os confundáis, porque se me pusieron los pelos de punta igual, o incluso más que mis compañeros de visionado. ¿Qué quiero decir con esto? pensaréis... Simple: Si para alguien que Bob Dylan no es más que un lejano nombre al que nunca le ha prestado demasiada atención... y aún así esta película ha conseguido pegarme al asiento, que me saltase alguna que otra lagrima y que al salir del cine, añadiese 5 o 6 canciones del susodicho a mi lista de spotify es que hace muchas cosas muy bien.
Timothée está a un nivel superior. Que pasada. No he visto aún The Brutalist y sin haber visto ninguna de esas dos películas ya predije que Brody ganaría el Oscar, porque por diseño era un papel hecho y manufacturado para ganarlo... pero viendo el viaje de Chalamet para interpretar a Dylan y lo que decían sus compañeros de él, me parece una injusticia tremenda. Es una actuación que eleva la película... él es la película.
No me he visto ni el 10% y la verdad que me he visto Un Completo Desconocido porque la otra opción posible que tenía era Capitán América. Nunca podría haber imaginado lo que me alegra haber tomado esa decisión. Que decir que Bob Dylan nunca ha sido un músico al que le haya prestado demasiada atención. Que si, que Blowing in the wind y Knockin on Heaven's door son obras maestras y por supuesto que me las he puesto más de una vez en bucle, pero más allá de esas Bobby siempre lo había considerado el artista que les gustaba a mis padres.
Como comprenderéis, al entrar yo en el cine baje bastante la media de edad de la sala... sí, la sala estaba bastante llena. Pero no os confundáis, porque se me pusieron los pelos de punta igual, o incluso más que mis compañeros de visionado. ¿Qué quiero decir con esto? pensaréis... Simple: Si para alguien que Bob Dylan no es más que un lejano nombre al que nunca le ha prestado demasiada atención... y aún así esta película ha conseguido pegarme al asiento, que me saltase alguna que otra lagrima y que al salir del cine, añadiese 5 o 6 canciones del susodicho a mi lista de spotify es que hace muchas cosas muy bien.
Timothée está a un nivel superior. Que pasada. No he visto aún The Brutalist y sin haber visto ninguna de esas dos películas ya predije que Brody ganaría el Oscar, porque por diseño era un papel hecho y manufacturado para ganarlo... pero viendo el viaje de Chalamet para interpretar a Dylan y lo que decían sus compañeros de él, me parece una injusticia tremenda. Es una actuación que eleva la película... él es la película.
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