Tarantino juega al equilibrista arriesgando algo más que la admiración de muchos y, como si el croupier fuera Michael Madsen, la tirada de dados le sale perfecta.

No es nada fácil hacer una película que ha de salir mala "per se", conservar todos esos elementos que homenajeas y que además desprenda tu estilo. El bueno de Tarantino se la jugó, pero sabía donde pisar: En el guión. El director de Reservoir dogs consigue una proeza: No decir nada en hora y media de conversaciones de barra, de monólogos de currículum sexual, de intercambio de opiniones sobre cosas banales. Pero a la vez decirlo todo.

En definitiva 90 minutos divididos en dos partes mediante un interludio con monólogo de policía tejano tensos, con una elección de banda sonora a la que nos tiene acostumbrado Quentin y de clímax (por dos veces) desgarrador. Recomendable.

Excelente ejercicio narrativo cuyo resultado final queda magnificado por lo complicado de la empresa que suponía sostener esta tela de araña. Filmada sin complejos, de Niro recurre a los recursos tradicionales del suspense para jugar con el espectador y atar los cabos finales (el cebo para atender durante las 3 horas de metraje) mientras el reparto (coral y de secundarios, muy a lo "uno de los nuestros") tira de carisma.

Pero sin lugar a dudas, su mayor virtud es la optimización narrativa, evitando los líos en el fuero interno del espectador.

Como único pero, el uso de algun cliché, y la faena que le endosaron a Damon, con un papel ciertamente desquiciante.

Una de las mejores sorpresas en lo que llevamos de siglo, máxime si hablamos de un género tan poco prolífico y que despierta tanta alergia a los críticos como es la ciencia ficción.


Ya solo por disfrutar de su dirección cámara al hombro -Justificada- y de su monumental plano secuencia en una batalla de milicias en plena ciudad vale la pena su visionado.

Excelente tesis sobre los límites humanos y los recursos propios cuando se llega a éstos. Una orgía de 90 minutos que hipnotiza hasta caer en la obsesión.


Y como guinda, un final modelo. Así se debe acabar una película.

Muy absorvente film que, bajo una sencilla premisa, resulta ser un buen trabajo de ciencia-ficción y suspense. Resultando ser una ironía e incluso parodia de las quimeras humanas, narra la historia de un joven que descubre un inexplicable poder mental que le permite viajar en el tiempo mediante sus recuerdos inmortalizados en un diario. Esto desencadena una serie de episodios acción-reacción que, aderezados con una violencia inesperada (no es una teen-movie, ojo a los padres de niños) y una rica banda sonora, son plasmados con unas notables interpretaciones de Kutcher (irreconocible, fuera de todos sus papeles hasta éste film) y Smart.

Una grata sorpresa teniendo en cuenta el ser producto de dos directores novatos y que compensa su desfachatez científica -Ni maquinas del tiempo, ni cientificos que pregonen sobre los fatalismos de las paradojas temporales, dotar al protagonista de un poder tan divino sin ningun tipo de justificación- con su ritmo y excelente poder de entretenimiento. Todo con buenas dósis de acción, alguna "gamberrada" (como los amagos de pedofilia) y romanticismo, pues además de todo, este film es sobre el amor.
Lo mejor: Los dos actores protagonistas y su humildad sin pretensiones. Adictiva y absorvente.

Lo peor: A los amantes de la ciencia ficción les sentará bastante mal su desfachatez científica.

En conclusión, una grata sorpresa que en puntos me ha mantenido en tensión y en otros me ha emocionado por el trato al sentimiento rey: el amor.