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7
18 de noviembre de 2013
18 de noviembre de 2013
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son muchos los directores que cuando descubren el pastel de un asunto digno de dar a conocer al mundo, lo hacen sin tapujos empleando el cine de denuncia a través de su género natural, el documental.
La documentalista Gabriela Cowperthwaite se fijó en un suceso acaecido durante el verano de 2010 en el parque SeaWorld de Orlando (compañía estadounidense dedicada a la explotación de varios parques temáticos relacionados con los animales marinos) en el que una entrenadora murió atacada por una de sus orcas.
Tiene mérito aquí la amiga porque conseguir poner en tela de juicio a una empresa como 'Seaworld', que haciendo el símil podemos decir que es el 'Disneyworld' marino, no debe resultar fácil. Dos años investigando hechos aterradores, autopsias, entrevistados (doloridos unos y arrepentidos otros) y animales completamente infelices aunque se nos venda lo contrario dan como resultado este documental (con muchas papeletas para meterse en el quinteto finalista de los Oscar) en el que se nos explica que aquel 'accidente' (tal y como lo calificaron los mandatarios del Parque) tenía su origen, sus precedentes y su casuística encubierta.
Aunque algo impersonal en su estilo e incompleto en su contenido, pues falta que algún dirigente de la empresa se hubiese dignado a dar la cara (y no porque la directora no lo intentara), estamos ante un buen documental, muy necesario, osado, con imágenes aterradoras, hechos reveladores (uno ya no puede ver con los mismos ojos este tipo de 'ocio') y una sensación final de satisfacción tras descubrir mucha de la verdad oculta sobre la muerte de aquella pobre chica (muy guapa por cierto) en aquel fatídico show de Florida.
La documentalista Gabriela Cowperthwaite se fijó en un suceso acaecido durante el verano de 2010 en el parque SeaWorld de Orlando (compañía estadounidense dedicada a la explotación de varios parques temáticos relacionados con los animales marinos) en el que una entrenadora murió atacada por una de sus orcas.
Tiene mérito aquí la amiga porque conseguir poner en tela de juicio a una empresa como 'Seaworld', que haciendo el símil podemos decir que es el 'Disneyworld' marino, no debe resultar fácil. Dos años investigando hechos aterradores, autopsias, entrevistados (doloridos unos y arrepentidos otros) y animales completamente infelices aunque se nos venda lo contrario dan como resultado este documental (con muchas papeletas para meterse en el quinteto finalista de los Oscar) en el que se nos explica que aquel 'accidente' (tal y como lo calificaron los mandatarios del Parque) tenía su origen, sus precedentes y su casuística encubierta.
Aunque algo impersonal en su estilo e incompleto en su contenido, pues falta que algún dirigente de la empresa se hubiese dignado a dar la cara (y no porque la directora no lo intentara), estamos ante un buen documental, muy necesario, osado, con imágenes aterradoras, hechos reveladores (uno ya no puede ver con los mismos ojos este tipo de 'ocio') y una sensación final de satisfacción tras descubrir mucha de la verdad oculta sobre la muerte de aquella pobre chica (muy guapa por cierto) en aquel fatídico show de Florida.

7,5
10.393
7
17 de enero de 2015
17 de enero de 2015
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta difícil escribir sobre 'Tangerines'. Es la tercera vez que me pongo delante del ordenador.
Impresionan muchas cosas. Tal vez la que más poso deja sea la serenidad con la que está contada, pese a estar ambientada en plena guerra de Abjazia, uno de tantos enfrentamientos que surgieron tras la caída del bloque del Este. Su protagonista, Ivo, es de esos personajes que se cuela directamente en las entrañas del espectador. Produce un efecto hipnótico desde el mismo momento en que aparece en pantalla.
Cine antibelicista bajo un prisma inusual. Concebida, diseñada y ejecutada con una delicadeza que asusta. La concreta y singularísima situación que se produce en la puerta de su casa es acojonante. Ver a Ivo lidiar con semejante marrón acaba conformando una historia de una humanidad insultante. Pero la cosa no se queda ahí, son muchos los valores que salen a la palestra.
Si bien, hacia el final de su metraje hay una secuencia que no me acaba de convencer, estamos ante un gran guión (ojo a muchos de sus diálogos), una enorme interpretación (Lembit Ulfsak se llama el amigo) y una deliciosa banda sonora que hacen de esta joya estoniana (gentilicio correcto según la RAE) una de las mayores sorpresas del ya finiquitado 2014.
De obligado visionado.
Impresionan muchas cosas. Tal vez la que más poso deja sea la serenidad con la que está contada, pese a estar ambientada en plena guerra de Abjazia, uno de tantos enfrentamientos que surgieron tras la caída del bloque del Este. Su protagonista, Ivo, es de esos personajes que se cuela directamente en las entrañas del espectador. Produce un efecto hipnótico desde el mismo momento en que aparece en pantalla.
Cine antibelicista bajo un prisma inusual. Concebida, diseñada y ejecutada con una delicadeza que asusta. La concreta y singularísima situación que se produce en la puerta de su casa es acojonante. Ver a Ivo lidiar con semejante marrón acaba conformando una historia de una humanidad insultante. Pero la cosa no se queda ahí, son muchos los valores que salen a la palestra.
Si bien, hacia el final de su metraje hay una secuencia que no me acaba de convencer, estamos ante un gran guión (ojo a muchos de sus diálogos), una enorme interpretación (Lembit Ulfsak se llama el amigo) y una deliciosa banda sonora que hacen de esta joya estoniana (gentilicio correcto según la RAE) una de las mayores sorpresas del ya finiquitado 2014.
De obligado visionado.

6,5
4.714
7
2 de enero de 2011
2 de enero de 2011
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es fácil plantear un argumento utilizando el instrumento del dolor como protagonista absoluto de la película. Y no hablamos de un dolor de muelas ni del dolor por una historia de amor rota, hablamos de algo tan antinatural, cruel y lastimoso como la pérdida de un hijo.
El éxito de la cinta radíca en ese excelente guión, en no resultar pretenciosa, en limitarse única y exclusivamente en mostrarnos el dolor que sienten esos padres y en cómo afronta cada uno esa desconsolada situación, centrándose en las miradas, en los gestos, en los silencios, en los gritos, psicoanalizando a esos dos grandes protagonistas que John Cameron ha sabido encontrar en la Kidman y en Aaron Eckhart.
Porque ambos están perfectos, quizás el personaje de Nicole tenga mayor calado porque estábamos ávidos por volverla a ver a gran altura y lo ha conseguido. Saben estar contenidos y saben explotar cuando esa rabia que llevan dentro termina por acorralarles. Excelencias interpretativas aparte, su notoriedad se debe a que permite que saques tus propias conclusiones, no es autoritaria, el director renuncia hábilmente a la manipulación y eso, en un drama de este calibre, es tener tino, sin olvidar la escrupulosa sensibilidad en el tratamiento de tan monstruosa tesitura.
Si además cuentas con una secundaria de lujo como Dianne Wiest, una banda sonora acertadísima y finalmente dejas entrever un halo de esperanza ante tanto desgarro emocional te queda una buena película de verdad. Posiblemente la historia hubiese podido dar algo más de sí pero el resultado final sigue siendo muy convincente.
El éxito de la cinta radíca en ese excelente guión, en no resultar pretenciosa, en limitarse única y exclusivamente en mostrarnos el dolor que sienten esos padres y en cómo afronta cada uno esa desconsolada situación, centrándose en las miradas, en los gestos, en los silencios, en los gritos, psicoanalizando a esos dos grandes protagonistas que John Cameron ha sabido encontrar en la Kidman y en Aaron Eckhart.
Porque ambos están perfectos, quizás el personaje de Nicole tenga mayor calado porque estábamos ávidos por volverla a ver a gran altura y lo ha conseguido. Saben estar contenidos y saben explotar cuando esa rabia que llevan dentro termina por acorralarles. Excelencias interpretativas aparte, su notoriedad se debe a que permite que saques tus propias conclusiones, no es autoritaria, el director renuncia hábilmente a la manipulación y eso, en un drama de este calibre, es tener tino, sin olvidar la escrupulosa sensibilidad en el tratamiento de tan monstruosa tesitura.
Si además cuentas con una secundaria de lujo como Dianne Wiest, una banda sonora acertadísima y finalmente dejas entrever un halo de esperanza ante tanto desgarro emocional te queda una buena película de verdad. Posiblemente la historia hubiese podido dar algo más de sí pero el resultado final sigue siendo muy convincente.
8
21 de julio de 2010
21 de julio de 2010
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Stoning of Soraya M. está basada en la novela del mismo nombre escrita por el periodista franco-iraní Freidoune Sahebjam.
Narra los hechos ocurridos en una remota aldea de Irán, cuando en 1986 una mujer fue falsamente acusada por su marido de adulterio, considerado como un crimen por la Sharia (el severo código de las leyes del integrismo islámico) y castigada a morir lapidada.
Quiero empezar diciendo que se trata de una notable película que podría haber llegado a ser una obra maestra sin discusión de no pecar en determinadas situaciones y secuencias de cierto sensacionalismo y tal vez falta de rigor.
Aún así, sólo por ver a ese prodigio que lleva por nombre Shohreh Aghdashloo, la película merece su visionado. Es de tal magnitud el alarde interpretativo de esta veterana actríz en su primer papel protagonista (la hemos podido ver en Casa de Arena y Niebla o El Exorcismo de Emily Rose) que vuelvo a reiterar, sólo por ver cómo ejecuta ese papel de Tía de la condenada, la cinta merece la pena.
Pero si a la terrible y cruel historia se le engarza un sencillo pero convincente guión, se dota a la trama de un perfecto desarrollo y puesta en escena, (ya digo que peca de sensacionalista pero no quita para que su factura sea casi impecable), un magnífico casting (la propia actríz que interpreta el papel de Soraya, Mozhan Marnò, también te quita el hipo), el marido de ella, el Mulá del pueblo.. una agradable banda sonora y una exquisita fotografía nos queda un notabilísimo filme que increiblemente quedó fuera de todos los circuitos de premios y galardones.
Yo creo que el fín único de la cinta, más allá de enfatizar la terrible situación a la que se enfrentan las mujeres en la sociedad musulmana, no es otro que mostrar gráficamente la barbarie que supone morir lapidado, simple y llanamente, y es algo que hasta ahora nadie había hecho. Aquí no hay medias tintas.
Cine necesario, mezcla de denuncia social y película de terror, de una crudeza insoportable pero a mi entender, rodada de manera implacable y con una asombrosa fuerza que te atrapa desde el primer momento, buena parte de la culpa la tiene Shohreh Aghdashloo...
Qué frustrante tuvo que ser para la Iraní quedarse sin nominación para el Oscar.
Sorpresón de Kilo !
8,5
Narra los hechos ocurridos en una remota aldea de Irán, cuando en 1986 una mujer fue falsamente acusada por su marido de adulterio, considerado como un crimen por la Sharia (el severo código de las leyes del integrismo islámico) y castigada a morir lapidada.
Quiero empezar diciendo que se trata de una notable película que podría haber llegado a ser una obra maestra sin discusión de no pecar en determinadas situaciones y secuencias de cierto sensacionalismo y tal vez falta de rigor.
Aún así, sólo por ver a ese prodigio que lleva por nombre Shohreh Aghdashloo, la película merece su visionado. Es de tal magnitud el alarde interpretativo de esta veterana actríz en su primer papel protagonista (la hemos podido ver en Casa de Arena y Niebla o El Exorcismo de Emily Rose) que vuelvo a reiterar, sólo por ver cómo ejecuta ese papel de Tía de la condenada, la cinta merece la pena.
Pero si a la terrible y cruel historia se le engarza un sencillo pero convincente guión, se dota a la trama de un perfecto desarrollo y puesta en escena, (ya digo que peca de sensacionalista pero no quita para que su factura sea casi impecable), un magnífico casting (la propia actríz que interpreta el papel de Soraya, Mozhan Marnò, también te quita el hipo), el marido de ella, el Mulá del pueblo.. una agradable banda sonora y una exquisita fotografía nos queda un notabilísimo filme que increiblemente quedó fuera de todos los circuitos de premios y galardones.
Yo creo que el fín único de la cinta, más allá de enfatizar la terrible situación a la que se enfrentan las mujeres en la sociedad musulmana, no es otro que mostrar gráficamente la barbarie que supone morir lapidado, simple y llanamente, y es algo que hasta ahora nadie había hecho. Aquí no hay medias tintas.
Cine necesario, mezcla de denuncia social y película de terror, de una crudeza insoportable pero a mi entender, rodada de manera implacable y con una asombrosa fuerza que te atrapa desde el primer momento, buena parte de la culpa la tiene Shohreh Aghdashloo...
Qué frustrante tuvo que ser para la Iraní quedarse sin nominación para el Oscar.
Sorpresón de Kilo !
8,5
7
9 de febrero de 2011
9 de febrero de 2011
11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Valle de Korengal, zona clave porque muchos de los líderes talibanes son originarios de esta cuenca, es un terreno al este de Afganistan que apenas llega a los diez kilómetros de extensión. Hasta el pasado verano con la retirada de tropas americanas, sin lugar a dudas fue el escenario más violento y peligroso de todo el país para el ejército estadounidense.
El documental ha sido realizado por un periodista (S.Junger) y un fotógrafo (T.Hetherington) que tuvieron los santos huevos de pasar varios meses con los marines americanos en medio del temido valle. Cintas sobre las guerras en Irak y Afganistán hemos vistos muchas estos últimos años pero ninguna hasta ahora contenía escenas filmadas en el mismo escenario de batalla y en tiempo real. Esta es la gran baza de Restrepo.
Y es que la historia se centra en el significado de ser soldado en esas condiciones tan extremas. Con la adrenalina por montera, los soldados que ocuparon esa concreta zona de Afganistán, cuna de los talibanes más radicales, estuvieron sometidos a combates casi a diario, en una zona de complicadísimo acceso y traicionera por lo escarpado del terreno.
El documental peca en determinados momentos de repetitivo pero lo suple con un montaje perfectamente diseñado en el que se intercalan entrevistas con algunos de los soldados (algunos insultantemente jóvenes) que pudieron contarlo.
Buen documental, de espeluznante realismo, algo reiterativo y con un tramo final en el que se relata la operación “Rock Avalanche” que quita literalmente la respiración. En una de las entrevistas, un imberbe recluta decía: “Prefiero no dormir y así no tener que soñar”. No me extraña.
El documental ha sido realizado por un periodista (S.Junger) y un fotógrafo (T.Hetherington) que tuvieron los santos huevos de pasar varios meses con los marines americanos en medio del temido valle. Cintas sobre las guerras en Irak y Afganistán hemos vistos muchas estos últimos años pero ninguna hasta ahora contenía escenas filmadas en el mismo escenario de batalla y en tiempo real. Esta es la gran baza de Restrepo.
Y es que la historia se centra en el significado de ser soldado en esas condiciones tan extremas. Con la adrenalina por montera, los soldados que ocuparon esa concreta zona de Afganistán, cuna de los talibanes más radicales, estuvieron sometidos a combates casi a diario, en una zona de complicadísimo acceso y traicionera por lo escarpado del terreno.
El documental peca en determinados momentos de repetitivo pero lo suple con un montaje perfectamente diseñado en el que se intercalan entrevistas con algunos de los soldados (algunos insultantemente jóvenes) que pudieron contarlo.
Buen documental, de espeluznante realismo, algo reiterativo y con un tramo final en el que se relata la operación “Rock Avalanche” que quita literalmente la respiración. En una de las entrevistas, un imberbe recluta decía: “Prefiero no dormir y así no tener que soñar”. No me extraña.
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