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7,5
14.893
9
12 de agosto de 2024
12 de agosto de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Chunking Express: Vidas cruzadas en un puesto de comida rápida
Hace ya tiempo que quería proponer la película que me enamoró de Won K.W. al que recordareis por Deseando amar (técnicamente perfecta pero fría) y Bluberry Nights, su intento fallido, de rehacer Chunking, a la americana, pero sin su frescura.
Me fascinó ese toque ingenuo, palpitante de utilizar un par de historias de amor cotidiano con algún guiño noir, mostrando la vida de personas y su día a día, manías, tonterías obsesiones y cómo afrontar el amor o su falta mediante un humor algo absurdo pero tierno e historias levemente entrelazadas. Para él era media película en dos actos de un proyecto en 4 actos que terminaría posteriormente con Fallen angels. Así la unión de ambas películas formaría para mí su gran obra.
Como de bien nacidos es ser agradecidos, una de agradecimientos:
A Isabel Coixet, por descubrirme esta película y a su autor en una crítica donde afirmaba que la enamoró su cine por el tratamiento de las relaciones cotidianas.
A Tarantino, su gran valedor internacional, atraído por su toque noir y su innovadora técnica fílmica.
Cuando directores tan dispares opinan lo mismo debe ser por algo.
A la filmoteca de Valladolid donde descubrí muchas de sus películas y a la Seminci por el ciclo que le dedicó y me permitió ver el resto.
Volviendo al tema, muchos autores tienen crisis creativas, bloqueos y todos tienen formas dispares de solventarlos, el famoso síndrome del folio vacío que nos mostraba Barton Fink, pero este es el para mí más sorprendente.
Won estaba en mitad de un caótico rodaje, Ashes of time, una innovadora película de artes marciales histórica (wuxia) con un tratamiento del color y montaje rompedor y actores a su estilo (gustaba de moldear de cero a sus actores que tomaba de famosos locales de la moda, música, radio…) .El .proceso era caótico y frustrante. Prácticamente sin guión improvisaba, cambiaba los diálogos, y hasta los personajes que interpretaban un actor; el rodaje en el desierto y las obligaciones de los intérpretes traían continuos retrasos….resultando así una obra interesante pero casi incomprensible.
Frustrado tras dos años decidió parar. Otros se hubieran ido de vacaciones, a un retiro espiritual o tirado la toalla. Atípico como es decidió relajarse de otra forma. Para conseguir financiación, dado que estaba prácticamente arruinado, monta una versión alternativa paródica de la misma película The eagle shoting Heroes. Y de paso rueda para relajarse Chunking Express; libre, sin ataduras ni obligaciones. Simplemente quería hacer lo que le apetecía. Y se nota.
Se nota en los personajes tan humanos y sus obsesiones aparentemente extrañas .En cómo ve el amor, efímero, con fecha de caducidad como una lata de comida o un billete de avión dibujado en una servilleta y a la vez siempre presente.
La técnica es casi invisible pero presente en momentos puntuales. Junto a su fotógrafo Christopher Doyle utiliza una filmación con velocidad adulterada step printing (que consiste en grabar a menos fotogramas por segundo de lo normal, para luego duplicar o triplicar los fotogramas y acabar reproduciéndolo a 24 f.p.s), que enfatiza la relatividad del tiempo. Remarcando así la diferencia entre el t. objetivo y subjetivo, t. sensorial diferenciado del cronológico. Ese segundo que puede ser efímero o eterno según el prisma con que lo vemos y que intenta mostrar en pantalla.
Esto junto a los colores saturados y los diferentes tiempos de filmado entre los personajes de fondo (acelerado) y primer plano (slow motion) provoca la sensación de aislamiento y desconexión de los protagonistas de su entorno y el mundo mostrado en segundo plano.
Espero les parezca tan refrescante y sorprendente como a mí.
Hace ya tiempo que quería proponer la película que me enamoró de Won K.W. al que recordareis por Deseando amar (técnicamente perfecta pero fría) y Bluberry Nights, su intento fallido, de rehacer Chunking, a la americana, pero sin su frescura.
Me fascinó ese toque ingenuo, palpitante de utilizar un par de historias de amor cotidiano con algún guiño noir, mostrando la vida de personas y su día a día, manías, tonterías obsesiones y cómo afrontar el amor o su falta mediante un humor algo absurdo pero tierno e historias levemente entrelazadas. Para él era media película en dos actos de un proyecto en 4 actos que terminaría posteriormente con Fallen angels. Así la unión de ambas películas formaría para mí su gran obra.
Como de bien nacidos es ser agradecidos, una de agradecimientos:
A Isabel Coixet, por descubrirme esta película y a su autor en una crítica donde afirmaba que la enamoró su cine por el tratamiento de las relaciones cotidianas.
A Tarantino, su gran valedor internacional, atraído por su toque noir y su innovadora técnica fílmica.
Cuando directores tan dispares opinan lo mismo debe ser por algo.
A la filmoteca de Valladolid donde descubrí muchas de sus películas y a la Seminci por el ciclo que le dedicó y me permitió ver el resto.
Volviendo al tema, muchos autores tienen crisis creativas, bloqueos y todos tienen formas dispares de solventarlos, el famoso síndrome del folio vacío que nos mostraba Barton Fink, pero este es el para mí más sorprendente.
Won estaba en mitad de un caótico rodaje, Ashes of time, una innovadora película de artes marciales histórica (wuxia) con un tratamiento del color y montaje rompedor y actores a su estilo (gustaba de moldear de cero a sus actores que tomaba de famosos locales de la moda, música, radio…) .El .proceso era caótico y frustrante. Prácticamente sin guión improvisaba, cambiaba los diálogos, y hasta los personajes que interpretaban un actor; el rodaje en el desierto y las obligaciones de los intérpretes traían continuos retrasos….resultando así una obra interesante pero casi incomprensible.
Frustrado tras dos años decidió parar. Otros se hubieran ido de vacaciones, a un retiro espiritual o tirado la toalla. Atípico como es decidió relajarse de otra forma. Para conseguir financiación, dado que estaba prácticamente arruinado, monta una versión alternativa paródica de la misma película The eagle shoting Heroes. Y de paso rueda para relajarse Chunking Express; libre, sin ataduras ni obligaciones. Simplemente quería hacer lo que le apetecía. Y se nota.
Se nota en los personajes tan humanos y sus obsesiones aparentemente extrañas .En cómo ve el amor, efímero, con fecha de caducidad como una lata de comida o un billete de avión dibujado en una servilleta y a la vez siempre presente.
La técnica es casi invisible pero presente en momentos puntuales. Junto a su fotógrafo Christopher Doyle utiliza una filmación con velocidad adulterada step printing (que consiste en grabar a menos fotogramas por segundo de lo normal, para luego duplicar o triplicar los fotogramas y acabar reproduciéndolo a 24 f.p.s), que enfatiza la relatividad del tiempo. Remarcando así la diferencia entre el t. objetivo y subjetivo, t. sensorial diferenciado del cronológico. Ese segundo que puede ser efímero o eterno según el prisma con que lo vemos y que intenta mostrar en pantalla.
Esto junto a los colores saturados y los diferentes tiempos de filmado entre los personajes de fondo (acelerado) y primer plano (slow motion) provoca la sensación de aislamiento y desconexión de los protagonistas de su entorno y el mundo mostrado en segundo plano.
Espero les parezca tan refrescante y sorprendente como a mí.

6,5
15.784
7
2 de julio de 2023
2 de julio de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Rememorando la mirada de un niño…nuevamente.
Recuerdo hace años cuando se pusieron de moda ”las otras miradas”, en un quizá, vano intento de abstraernos de ese punto de vista occidental, masculino y racionalista que habitualmente había impregnado la esencia misma del cine desde que el canon clásico desbancó a los experimentos iniciales de las vanguardias, recordemos que el cine es el único arte en el que las vanguardias-Futurismo, Dadaísmo, Expresionismo, Surrealismo, etc.- surgen antes incluso de la homogeneización del canon clásico.
Así surge el interés por el nuevo cine Iraní (Abbas Kiarostami), Japonés (Imamura, Miyazaki), Chino (la llamada “quinta generación” de los que aún perviven Chen Kaige y Zhang Yimou) y las otras miradas: miradas femeninas como Jane Campion en El piano, propias del realismo mágico Como agua para chocolate y, la que para mí fue quizás más interesante, lograda y cautivadora, la mirada infantil Leolo.
Por ello, grata fue mi sorpresa al descubrir esa pequeña e imperfecta maravilla llamada Bestias del sur salvaje, con la más natural mirada infantil que descubro desde Leolo, donde el realismo mágico-fantástico se imbrica no en Macondo ni en Piedras Negras…sino en La Bañera, en lo más profundo de los pantanos del Misisipi.
Y ahí es donde se enmarcan dos de los aspectos fundamentales de esta película. Porque más allá de la fantástica fotografía de Ben Richardson, el manejo inquieto de la cámara al hombro que otorga un plus de frescura cuasi documental y el acompañamiento de la música, sobre todo destacan dos personajes: Hushpuppy (Quvenzhané Wallis) que no actúa sino que es, devorando cada escena como hemos visto en pocos papeles infantiles, y la Naturaleza, verdadera protagonista que permea continuamente sus vidas, su forma de ser, su temperamento, vertebrando la película. Que destruye a todo aquel que no sepa asumir su cruda realidad y se enraíce con ella. Que otorga y sustrae. Que siempre está presente en la eterna amenaza del rio y la tormenta.
Ante ella, Hushpuppy deberá prepararse para asumir su rol, defender su vida y la forma de vivir -entre la marginalidad y la pureza- de los suyos, y asimilar aquello que todos debemos asumir en la vida.
Espero que esta telaraña de luces y sombras les atrape como a mí
Recuerdo hace años cuando se pusieron de moda ”las otras miradas”, en un quizá, vano intento de abstraernos de ese punto de vista occidental, masculino y racionalista que habitualmente había impregnado la esencia misma del cine desde que el canon clásico desbancó a los experimentos iniciales de las vanguardias, recordemos que el cine es el único arte en el que las vanguardias-Futurismo, Dadaísmo, Expresionismo, Surrealismo, etc.- surgen antes incluso de la homogeneización del canon clásico.
Así surge el interés por el nuevo cine Iraní (Abbas Kiarostami), Japonés (Imamura, Miyazaki), Chino (la llamada “quinta generación” de los que aún perviven Chen Kaige y Zhang Yimou) y las otras miradas: miradas femeninas como Jane Campion en El piano, propias del realismo mágico Como agua para chocolate y, la que para mí fue quizás más interesante, lograda y cautivadora, la mirada infantil Leolo.
Por ello, grata fue mi sorpresa al descubrir esa pequeña e imperfecta maravilla llamada Bestias del sur salvaje, con la más natural mirada infantil que descubro desde Leolo, donde el realismo mágico-fantástico se imbrica no en Macondo ni en Piedras Negras…sino en La Bañera, en lo más profundo de los pantanos del Misisipi.
Y ahí es donde se enmarcan dos de los aspectos fundamentales de esta película. Porque más allá de la fantástica fotografía de Ben Richardson, el manejo inquieto de la cámara al hombro que otorga un plus de frescura cuasi documental y el acompañamiento de la música, sobre todo destacan dos personajes: Hushpuppy (Quvenzhané Wallis) que no actúa sino que es, devorando cada escena como hemos visto en pocos papeles infantiles, y la Naturaleza, verdadera protagonista que permea continuamente sus vidas, su forma de ser, su temperamento, vertebrando la película. Que destruye a todo aquel que no sepa asumir su cruda realidad y se enraíce con ella. Que otorga y sustrae. Que siempre está presente en la eterna amenaza del rio y la tormenta.
Ante ella, Hushpuppy deberá prepararse para asumir su rol, defender su vida y la forma de vivir -entre la marginalidad y la pureza- de los suyos, y asimilar aquello que todos debemos asumir en la vida.
Espero que esta telaraña de luces y sombras les atrape como a mí
6
2 de julio de 2023
2 de julio de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
El Hombre que conocía el infinito : La belleza en la verdad
Tras el fin de la película me levanto con un cierto aroma a añejo, con posos de antiguo “biopic” clásico.
Recuerdo aquellos tiempos en que éste, no era un subgénero justa o injustamente denostado u olvidado.
Historias de superación y esfuerzos: científicos, matemáticos, pintores, literatos…Curie, Edison, Modigliani...
Al mismo tiempo la voz de Jeremy Irons que, como siempre que quiere devora la pantalla, evoca la esencia de cierto cine de otra época, esa sensación de establishment inglés y un recuerdo también, marcando las distancias, a ese cine de época que siempre asociare a James Ivory
Por ello, conscientemente decidí que quería proponer esta película, porque aunaba ese espíritu de superación y transgresión con una ruptura a las convenciones sociales que le tocó vivir.
Porque si bien es cierto que podría haberse profundizado aún más en ciertos aspectos de su personalidad, de su proceso creativo y su contexto - que aparecen tan solo perfilados sin llegar a profundizar- quería reivindicar su figura.
Un modelo de científico, de matemático, de persona enfrentada a una sociedad clasista y reaccionaria por su necesidad de encontrar la belleza en la verdad. Para así reivindicar a todos los científicos en un mundo en el que prima más el éxito vano y vacío de figurar, de estar, de ganar sin esfuerzo, que la constante lucha por descubrir algo hermosamente verdadero.
Así vemos cómo un hombre sencillo, autodidacta, pobre, religioso y además perteneciente a una cultura subyugada, sojuzgada y menospreciada-como era la India bajo el manto del Imperio Británico- se sobrepone a todo ello hasta irrumpir en la clasista sociedad académica inglesa. Logrando cambiar las ideas preconcebidas, tanto de las matemáticas como de la sociedad.
La película, nos irá mostrando el proceso por el cual dos almas tan diferentes como Ramanujan y G. H. Hardy -su mentor en Cambridge y posiblemente uno de los más grandes matemáticos ingleses de la época- pueden sentirse hermanadas en la búsqueda del conocimiento, de la belleza de la verdad.
Por fortuna vemos que éste, al menos es un género que al parecer, aunque con cuentagotas, vuelve, con mejor o peor suerte, vuelve…Hipatia (Ágora), Turing (Descifrando Enigma), Hawkings (La teoría del todo)...y ahora Ramanujan, posiblemente uno de los mayores matemáticos del pasado siglo...y cuya vida consiste en una superación continua de múltiples barreras sociales, étnicas y de estereotipos.
Tras el fin de la película me levanto con un cierto aroma a añejo, con posos de antiguo “biopic” clásico.
Recuerdo aquellos tiempos en que éste, no era un subgénero justa o injustamente denostado u olvidado.
Historias de superación y esfuerzos: científicos, matemáticos, pintores, literatos…Curie, Edison, Modigliani...
Al mismo tiempo la voz de Jeremy Irons que, como siempre que quiere devora la pantalla, evoca la esencia de cierto cine de otra época, esa sensación de establishment inglés y un recuerdo también, marcando las distancias, a ese cine de época que siempre asociare a James Ivory
Por ello, conscientemente decidí que quería proponer esta película, porque aunaba ese espíritu de superación y transgresión con una ruptura a las convenciones sociales que le tocó vivir.
Porque si bien es cierto que podría haberse profundizado aún más en ciertos aspectos de su personalidad, de su proceso creativo y su contexto - que aparecen tan solo perfilados sin llegar a profundizar- quería reivindicar su figura.
Un modelo de científico, de matemático, de persona enfrentada a una sociedad clasista y reaccionaria por su necesidad de encontrar la belleza en la verdad. Para así reivindicar a todos los científicos en un mundo en el que prima más el éxito vano y vacío de figurar, de estar, de ganar sin esfuerzo, que la constante lucha por descubrir algo hermosamente verdadero.
Así vemos cómo un hombre sencillo, autodidacta, pobre, religioso y además perteneciente a una cultura subyugada, sojuzgada y menospreciada-como era la India bajo el manto del Imperio Británico- se sobrepone a todo ello hasta irrumpir en la clasista sociedad académica inglesa. Logrando cambiar las ideas preconcebidas, tanto de las matemáticas como de la sociedad.
La película, nos irá mostrando el proceso por el cual dos almas tan diferentes como Ramanujan y G. H. Hardy -su mentor en Cambridge y posiblemente uno de los más grandes matemáticos ingleses de la época- pueden sentirse hermanadas en la búsqueda del conocimiento, de la belleza de la verdad.
Por fortuna vemos que éste, al menos es un género que al parecer, aunque con cuentagotas, vuelve, con mejor o peor suerte, vuelve…Hipatia (Ágora), Turing (Descifrando Enigma), Hawkings (La teoría del todo)...y ahora Ramanujan, posiblemente uno de los mayores matemáticos del pasado siglo...y cuya vida consiste en una superación continua de múltiples barreras sociales, étnicas y de estereotipos.
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