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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
10 de agosto de 2008
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Flipante, para bien o para mal. Miedo y asco en Las Vegas es inclasificable, no deja de ser un experimento fílmico que deslumbra y apasiona a unos, como causa rechazo a otros. El reto consiste en atreverse a introducirse en ella sin ningún tipo de prejuicios.

Terry Gilliam, fiel a su particular estilo, adapta la novela homónima de Hunter S.Thompson trasladándonos a una de las épocas más convulsas de la reciente historia americana a través de un prisma en el que realidad y ficción se confunden irremediablemente.

Con la guerra de Vietnam y el movimiento hippie de telón de fondo, se nos plantea una brusca inmersión en el mundo de las drogas y la depravación del “sueño” americano. Ese sueño americano se nos muestra como un espejismo que acaba con la autodestrucción de todo aquel que lo persigue. Se trata de un engaño que sólo se puede sobrellevar a base borracheras y cuelgues. Llamativo es que el lugar al que se acuda a buscar el sueño sea Las Vegas.

Dentro de esta peculiar crítica, es reseñable el desvarío en el que Johnny Depp ve a sus colegas periodistas como si fueran reptiles.

El film se mueve de forma, a priori, poco coherente. Se suceden imágenes y situaciones sin aparente lógica que llegan a confundir al espectador, llevadas a un ritmo muy alto que no concede tregua alguna. Así se nos acerca más a la percepción que tienen los personajes sobre lo que les rodea.

En este aspecto cobra importancia la pareja protagonista: Johnny Depp y Benicio del Toro, quienes se pasan toda la película intercambiándose los roles de buenas a primeras. Sus personajes son exageradamente histriónicos y compulsivos. Violentos y perdidos que producen cierta indignación y rechazo en el público, el cual ni se inmutaría ante sus posibles desgracias.

Cameos como los de Tobey Maguire o Christina Ricci son igualmente reflejo de una sociedad enferma y superficial.

Miedo y asco en Las Vegas es un arriesgado delirio que toma las drogas y sus efectos como hilo conductor, haciendo de ésta, una cinta de difícil comprensión y entendimiento más allá del simple morbo o atracción que generalmente producen las películas que se adentran en el campo de la drogadicción. Este es quizá uno de los mayores hándicaps del film de Terry Gilliam: el que uno no se moleste en profundizar y sólo se quede con las gracias de un par de drogadictos que van a hacer unos reportajes en Las Vegas.

No hay que llevarse a error y pensar que se trata de un film de dos “colgaos” y su adicción. Para eso ya hay otras tantas películas. Miedo y asco en Las Vegas es toda una metáfora acerca de una sociedad en un momento histórico marcado por ideas y realidades contrapuestas.

Una sociedad y problemas que bien podrían trasladarse a esta época.
22 de junio de 2008 2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia que se nos propone es una secuela no oficial de Hulk (Ang Lee, 2003). Es “no oficial” pues, a pesar de retomarse donde acabó el anterior film, el origen del personaje se ha reescrito totalmente; un origen que se nos muestra mediante flashbacks durante los títulos de crédito iniciales, obviando por completo lo narrado en la película de Ang Lee.

Así que tenemos una nueva revisión de la historia con aspiraciones a romper las taquillas este verano y con vistas a ser una nueva franquicia. El público decidirá.

Uno cuando ve el film de Louis Leterrier, por más que quiera, no puede dejar de acordarse de la anterior adaptación y compararlas. Y como siempre, las comparaciones son odiosas.

El increíble Hulk, a grandes rasgos, no deja de ser una película de persecuciones, pero con Edward Norton corriendo desesperado, en lugar de coches y autopistas. Es un film entretenido sí, eso es lo que se buscaba; sin embargo, carece de toda la profundidad que le había dado Ang Lee al personaje.

La acción prima sobre el fondo argumental, de ahí que uno no termine de conectar con el siempre aceptable Edward Norton y no haga más que asistir a una sucesión de efectos visuales. Este es, sin duda, el gran pero que se le puede poner al film. Teniendo ante nosotros a uno de los personajes más complicados de Stan Lee y Jack Kirby, la gente de Universal y Marvel Studios han querido seguir la estela de films como Ironman: mucha acción y divertimento para los días de verano. Que piensen otros.

A diferencia de la versión de 2003, ésta es más “salvaje”, Hulk es mucho más agresivo en sus enfrentamientos. Algo en lo que el personaje de Tim Roth aporta su granito de arena. Sin duda las peleas entre Banner y Blonsky son lo más espectacular de la película.

Además, en cuanto a los efectos, el alter-ego de Bruce Banner no está tan logrado, tenemos a una masa más pequeña que la encarnada por Eric Bana. Así mismo, y en relación a esto comentado, la mayor parte de las apariciones de este nuevo Hulk son en escenarios nocturnos y oscuros, con escasa iluminación, puede que para camuflar las carencias del diseño del monstruo.

Lo mejor del film, aparte de su capacidad de entretenimiento (que es innegable) es su reparto. Si Ang Lee contó con Eric Bana, Jennifer Connelly o Nick Nolte entre otros; el francés Louis Leterrier no se queda corto al disponer de un plantel que ya quisieran juntar muchos: los ya mencionados Tim Roth y Edward Norton, Liv Tyler y William Hurt. Así como con un par de apariciones nada desdeñables con mucho significado.

Película recomendable si sólo se busca ver a grandes intérpretes corriendo y soltando un poco de adrenalina y, si se quiere acabar con un empacho de palomitas. Es todo lo contrario a Hulk de 2003. Mientras esta buscaba un sentido más profundo y a veces filosófico de la conducta humana y las emociones, la de 2008 es acción y músculos.
2 de diciembre de 2007
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película cumple con lo que promete pero ya está. Su objetivo es asustar y es de reconocer que hay dos o tres momentos en los que la tensión es bastante alta, pero llega un momento en que se hace repetitiva y predecible; incluso, hay partes que rozan lo patetíco, para echarse unas risas. La opinión de la gente (como en todas las películas españolas) es exagerada y tienden a sobrevalorarla.

El planteamiento es bastante atractivo aunque no del todo original (El proyecto de la Bruja de Blair o algún capítulo de Expediente X, por ejemplo). Hay algún que otro momento muy forzado y/o "sacado de la manga" y las actuaciones de algunos personajes llegan a ser bastante malas.

Para resumir... se trata de un film más que aceptable y, dado el nivel del cine de terror actual, de lo mejor que nos podemos encontrar aunque a la sombra de otras como 28 semanas después. Esto se debe, sobre todo, a un guión algo flojo, la historia no es lo importante aquí. La primera parte de la película es muy interesante, pero la segunda mitad deja que desear. Tal vez, si en lugar de buscar el susto fácil los directores se hubieran esforzado en jugar con el silencio y las atmósferas agobiantes, el resultado habría sido mucho mejor.

Algunos spoliers:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
1. El bombero calvo... parece un super-hombre que se los carga a todos sin problemas y se toma la situación con bastante tranquilidad.

2. La niña de Medeiros y toda la tralla final... da la impresión de que no sabían por donde tirar y metieron a la Iglesia de por medio.

3. La niña y su perro Max... creo que todos pensamos igual, mejor no comentar.

4. Cuando todo parece perdido aparece un vecino diciendo que hay una salida por unas cloacas. Momentos antes ese mismo vecino estaba desesperado porque no podrían salir. ¿Por qué no se le ocurrió antes lo de la 3ª vía de escape? Se habrían ahorrado muchas muertes.

etc.
26 de julio de 2008 2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lejos de lo que uno espera encontrarse al ver Superagente 86; el film no es más que una comedia de acción como tantas otras, con sus chistes insulsos, tramas predecibles o que no vienen a cuento y tópicos a mansalva.

Con el objetivo de hacer taquilla o la poca gracia de los guionistas, en muchos fragmentos de la cinta se ha dejado de lado el humor en favor de la acción, y para una película como esta, eso es algo poco recomendable.

Con un reparto encabezado por Steve Carell, lo que se pide es una mayor carga cómica, más gags y humor absurdo al estilo Agárralo como puedas o la misma serie original de Get Smart. Gags los hay, así como momentos y diálogos desternillantes, pero: o se quedan cortos o se alargan tanto que pierden toda su gracia y frescura.

Tanto Carell como Anne Hathaway cumplen en sus papeles de agente patoso y mujer florero respectivamente. Al personaje del agente 99 se le podría haber sacado bastante más, pero claro, el dinero manda y terminamos siendo testigos de una historia de amor que no aporta nada al film, con una Anne Hathaway que pasa de ser una legendaria agente de CONTROL, a convertirse en la chica en apuros para que nuestro héroe demuestre su hombría.

La pareja protagonista se rodea, asimismo, de un elenco de secundarios encabezados por Dwayne Johnson que realmente no son para tirar cohetes, pues hacen lo mismo que en la mayoría de sus filmes anteriores. Son las cosas que tiene el encasillamiento.

Lo más destacable al respecto, es el cameo de Bill Murray. No tiene desperdicio.

Superagente 86 supone un nuevo tropiezo en la poco reseñable carrera de Peter Segal, al que se le va acabando el crédito que pudiera tener. Sin duda, estamos ante un director que presumiblemente no pasará a la historia del cine. Al igual que la presente película.

A decir verdad, tampoco se puede esperar mucho más de un producto concebido para hacer taquilla veraniega.

La marca de Mel Brooks y la esencia de la serie original se aprecian muy poco, básicamente en algunos homenajes; debido, presumiblemente, al excesivo peso de la trama romántica y los efectos visuales. El Max de Carell está más cerca del Rowan Atkinson de Johnny English, que del Max de Don Adams.

Superagente 86 es una película algo floja que logra divertir por momentos, pero en otros se pone demasiado melosa sin ninguna necesidad, aderezada con unas descargas de adrenalina que no congenian lo suficiente con el espíritu que se pretende transmitir.
3 de julio de 2008 1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cumple nuestras expectativas a base de tópicos. Pocas expectativas eso sí, porque de no ser por la presencia de Kate Beckinsale y Luke Wilson, este film no sería más que carne de videoclub. Ambos forman una pareja que lleva consigo todos los clichés que podríamos esperar. Se trata de una pareja en crisis, a punto de divorciarse debido a la desgracia de perder a un hijo. Su relación, como es de suponer, no pasa por su mejor momento y no hacen más que tirarse los trastos el uno al otro.

Eso sí, cuando llegan los problemas, reencuentran el amor y se juran salir vivos para comenzar de cero.

De las premisas no hace falta hablar demasiado: carreteras secundarias, coche averiado, motel con tipos raros… aunque reconozcámoslo; nos encantan los tópicos.

En este sentido, nos encontramos con Ethan Embry intentando ser un mecánico con chispa para el humor, o con Frank Whaley haciendo del sicótico de turno. Tipos extraños donde los haya que uno no quisiera como vecinos. Al personaje de Whaley se le pueden sacar comparaciones con miles de locos sicóticos dentro del cine, pero es a eso a lo que se juega en el film. Y la verdad es que cumple su cometido, aunque se le echa en falta un poco de ese humor negro en sus comentarios para darle un poco más de vidilla al asunto.

La peli sigue la tónica actual de meter a un personaje extraño con ganas de matar, pero sin dar ninguna explicación de sus motivaciones (Como ejemplo ilustrador, nada menos que la simpática Cuando llama un extraño de Simon West). Parece que se lo quieren tomar tan en serio, o tienen tan pocas ideas, que se ha perdido el interés por la figura del malo de turno. Ya no vemos psicópatas como los de Scream dando su esperado discurso final explicando y defendiendo sus acciones.

Lo que nos encontramos en filmes como el de Nimród Antal es un tipo que se pasa el día corriendo y asustando a sus víctimas antes de matarlas y que no sabe enlazar más de tres frases seguidas. Todo hay que decirlo, para bien o para mal, el final sorprende; uno no se lo espera.

No hay que olvidarse tampoco del personaje bonachón que viene a ayudar sin saber la que se le viene encima. En este caso se trata de un pobre policía que seguramente estaría echando una cabezadita antes de recibir la llamada de auxilio.

A favor de la peli se ha de destacar la ambientación del motel y el juego de golpes en paredes y puertas al que se ve sometida la pareja protagonista antes de comenzar las persecuciones e intentos de huída. Así como la idea de la grabación de las cintas snuff y la sordidez de dejarlas a la vista en la habitación para que los huéspedes las vean (antes de saber que ellos serán los siguientes protagonistas).

Este film es otro ejemplo más de lo descuidado que anda el género, algo que pretenden solucionar con chicas guapas como Kate Beckinsale y sangre (porque aquí la sangre tampoco falta en los momentos finales).
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