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Críticas ordenadas por utilidad
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6,2
4.128
8
1 de febrero de 2021
1 de febrero de 2021
65 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se estrenó "Los Olvidados" de Luis Buñuel, buena parte de la opinión pública la rechazó por inmoral, porque mostraba una imagen desagradable de México, gente como Jorge Negrete, que había trabajado con el director aragonés, le dieron la espalda por pensar que atentaba contra el buen gusto y la moral nacional. Han pasado 70 años y con el estreno de "Nuevo Orden" comprobamos que hay cosas que han cambiado, mientras que otras continúan igual.
Y es que tanto la una como la otra han sido criticadas en base a percepciones bastante equivocadas. Curiosamente ambas películas recurren a hechos ciertamente truculentos y exagerados, escenas que bien pueden perturbarnos y generar rechazo, aunque en el fondo no hacen sino señalar cierta problemática que, con otras formas, reside en la sociedad. Da igual que la llamemos mexicana o española. Vista hoy "Los olvidados" no ha perdido su gancho, aunque resulta ya más digerible y, en todo caso, pudo ocupar el lugar que le correspondía a su calidad. No sé si eso le ocurrirá a "Nuevo Mundo", en todo caso ciertas críticas me suenan igual de injustas.
Se la tacha de clasista, de limitarse a escenificar los temores de la clase acomodada, como si Agustín Laje se hubiera atrevido a representar sus fantasías más retorcidas, o, en todo caso, ser exageradamente ambigua en cuanto a su posicionamiento. No es en absoluto así, conviene tener un poco de perspicacia y preguntarse cuáles son las causas posibles de esa situación a través de ciertas pistas que la película va dejando. Sin ir más lejos, podemos ver como la policía recorre una explanada frente a un edificio gubernamental repleto de tiendas de campaña, por lo que claramente se deduce que acampadas de protestas, un largo período de manifestaciones que tras ser ignorados, los olvidados del sistema decidieron ir más lejos para desfogar su rabia. En ese sentido la historia de Rolando es capital, quien atraviesa una penosa situación personal y no encuentra ayuda, a penas recibe una limosna de sus viejos empleadores y no parece que pueda obtener más ayuda. Desasistido. Mientras que en el hospital dónde está ingresada su esposa la situación es turbulenta, en la boda que se celebra en El Pedregal, todo es despreocupación, fiesta y música. Ahí mencionan las mordidas que repartió el patriarca Novello entre los invitados hay autoridades, hay una jueza... ¿en serio que no podemos percibir la relación endogámica entre el dinero y los diferentes poderes (política y judicatura)?
Es cierto que la narración se concentra en buena parte en el devenir de la familia Novello, los ricos, mientras que los mestizos e indígenas quedan en un segundo plano. Esa decisión me resultó de gran astucia porque viene a refutar el típico pensamiento proyectado por los voceros de las élites, el pensamiento de la oligarquía, que creen que si bien pueden existir ciertas problemáticas en la sociedad, éstas no les alcanzarán a ellos, protegidos por su dinero y sus propiedades, servirá de diques de contención frente a las crisis económicas y sociales. "Nuevo Orden" evoca un escenario dónde efectivamente eso sí ocurre. La gente se harta y la sociedad colapsa. Si la historia se volcara exclusivamente en los humildes, ¿cuántos de esos pijos, de esos fresas, podrían mirar entonces la película con mueca impávida o sencillamente tacharla estúpidamente de 'buenista'? Según yo lo veo, Franco desea mostrar que los problemas de desigualdad, de continuar esta trayectoria, podría efectivamente traer grandes altercados, consecuencias verdaderamente inquietantes y que despiertan un temor que la película refleja con una contundencia inapelable.
Noticias recientes como ahora el asalto al capitolio de Washington DC el pasado 6 de Enero, las protestas de los Chalecos amarillos o las manifestaciones multitudinarias en Chile, si bien se deben a motivos diferentes y las dos últimas son legítimas mientras que la primera fue un intento de golpe de estado, son hechos que vienen a corroborar la reflexión de Michel Franco. Todas surgen desde un enorme malestar social, la rabia de los olvidados, que perciben que sus sociedades poseen recursos para solucionar sus problemas, pero que sin embargo les son vedados para reservarlos a los más pudientes. En ese sentido, creo que esa ambigüedad del autor es acertada, no muestra una visión unívoca y deja espacio para que el espectador pueda interpretar a su manera la historia que presencia. Desafortunadamente, compruebo que esa capacidad, a nivel general, parece algo atrofiada, que mucha gente se muestra incapaz de pasar la lectura superficial. Porque incluso se podría esbozar la visión histórica que subyace, donde estos hechos serían otro capítulo violento más del siglo XIX (el siglo de revueltas), el porfiriato, y la revolución de 1910. "Sólo los muertos han visto el final de la guerra", reza el epígrafe final.
A mí modo de ver se trata de una obra anarquista de izquierdas, que desconfía de los poderes tales como el ejército, la política o las élites económicas, en todo caso muestra confianza en los lazos transversales que los personajes tejen al margen de raza y clase social, que constituyen el caldo de cultivo para salvar el porvenir y desviarnos de tan siniestras visiones.
En cuanto al final, doy mi interpretación personal en el spoiler.
Y es que tanto la una como la otra han sido criticadas en base a percepciones bastante equivocadas. Curiosamente ambas películas recurren a hechos ciertamente truculentos y exagerados, escenas que bien pueden perturbarnos y generar rechazo, aunque en el fondo no hacen sino señalar cierta problemática que, con otras formas, reside en la sociedad. Da igual que la llamemos mexicana o española. Vista hoy "Los olvidados" no ha perdido su gancho, aunque resulta ya más digerible y, en todo caso, pudo ocupar el lugar que le correspondía a su calidad. No sé si eso le ocurrirá a "Nuevo Mundo", en todo caso ciertas críticas me suenan igual de injustas.
Se la tacha de clasista, de limitarse a escenificar los temores de la clase acomodada, como si Agustín Laje se hubiera atrevido a representar sus fantasías más retorcidas, o, en todo caso, ser exageradamente ambigua en cuanto a su posicionamiento. No es en absoluto así, conviene tener un poco de perspicacia y preguntarse cuáles son las causas posibles de esa situación a través de ciertas pistas que la película va dejando. Sin ir más lejos, podemos ver como la policía recorre una explanada frente a un edificio gubernamental repleto de tiendas de campaña, por lo que claramente se deduce que acampadas de protestas, un largo período de manifestaciones que tras ser ignorados, los olvidados del sistema decidieron ir más lejos para desfogar su rabia. En ese sentido la historia de Rolando es capital, quien atraviesa una penosa situación personal y no encuentra ayuda, a penas recibe una limosna de sus viejos empleadores y no parece que pueda obtener más ayuda. Desasistido. Mientras que en el hospital dónde está ingresada su esposa la situación es turbulenta, en la boda que se celebra en El Pedregal, todo es despreocupación, fiesta y música. Ahí mencionan las mordidas que repartió el patriarca Novello entre los invitados hay autoridades, hay una jueza... ¿en serio que no podemos percibir la relación endogámica entre el dinero y los diferentes poderes (política y judicatura)?
Es cierto que la narración se concentra en buena parte en el devenir de la familia Novello, los ricos, mientras que los mestizos e indígenas quedan en un segundo plano. Esa decisión me resultó de gran astucia porque viene a refutar el típico pensamiento proyectado por los voceros de las élites, el pensamiento de la oligarquía, que creen que si bien pueden existir ciertas problemáticas en la sociedad, éstas no les alcanzarán a ellos, protegidos por su dinero y sus propiedades, servirá de diques de contención frente a las crisis económicas y sociales. "Nuevo Orden" evoca un escenario dónde efectivamente eso sí ocurre. La gente se harta y la sociedad colapsa. Si la historia se volcara exclusivamente en los humildes, ¿cuántos de esos pijos, de esos fresas, podrían mirar entonces la película con mueca impávida o sencillamente tacharla estúpidamente de 'buenista'? Según yo lo veo, Franco desea mostrar que los problemas de desigualdad, de continuar esta trayectoria, podría efectivamente traer grandes altercados, consecuencias verdaderamente inquietantes y que despiertan un temor que la película refleja con una contundencia inapelable.
Noticias recientes como ahora el asalto al capitolio de Washington DC el pasado 6 de Enero, las protestas de los Chalecos amarillos o las manifestaciones multitudinarias en Chile, si bien se deben a motivos diferentes y las dos últimas son legítimas mientras que la primera fue un intento de golpe de estado, son hechos que vienen a corroborar la reflexión de Michel Franco. Todas surgen desde un enorme malestar social, la rabia de los olvidados, que perciben que sus sociedades poseen recursos para solucionar sus problemas, pero que sin embargo les son vedados para reservarlos a los más pudientes. En ese sentido, creo que esa ambigüedad del autor es acertada, no muestra una visión unívoca y deja espacio para que el espectador pueda interpretar a su manera la historia que presencia. Desafortunadamente, compruebo que esa capacidad, a nivel general, parece algo atrofiada, que mucha gente se muestra incapaz de pasar la lectura superficial. Porque incluso se podría esbozar la visión histórica que subyace, donde estos hechos serían otro capítulo violento más del siglo XIX (el siglo de revueltas), el porfiriato, y la revolución de 1910. "Sólo los muertos han visto el final de la guerra", reza el epígrafe final.
A mí modo de ver se trata de una obra anarquista de izquierdas, que desconfía de los poderes tales como el ejército, la política o las élites económicas, en todo caso muestra confianza en los lazos transversales que los personajes tejen al margen de raza y clase social, que constituyen el caldo de cultivo para salvar el porvenir y desviarnos de tan siniestras visiones.
En cuanto al final, doy mi interpretación personal en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Dentro de esa orden fascista que surge tras la represión de las revueltas, el ejército posee una carta blanca total y abominable. Cuando los Novello acuden a un general, interpretado por Gustavo Sánchez Parra, este, para preservar entre las clases potentadas la buena imagen del ejército sencillamente materializa la narrativa que Daniel le confiesa por teléfono, pues equivocadamente supone que Cristian y Marta, sus empleados no son mediadores con esa facción corrupta del ejército, sino sus aliados y que están compinchados con ellos para sacarles el dinero por el rescate de Marianne. Cuando al final acuden a la casa de Marta en la noche que hipotéticamente deben recibir el millón de pesos, los interpela con un "qué tal el negocio?", frase ambigua que puede significar tanto que sus negocios sucios son tolerados (como en la argentina "El clan") como que les han descubierto. En todo caso, más tarde falsean un asesinato de Cristian a Marianne para que los Novello crean que lo que supusieron era verdad. Los soldados secuestradores en cambio son entregados a ese mismo cuartel dónde están todos los cíviles secuestrados y ahí son ejecutados. Para mí eso significa que el ejército efectivamente hace esos negocios, pero esos soldados intentaron operar por su cuenta, al margen del primer rescate de 10 millones, el que piden por video-mensaje y e-mail.
Por cierto, al final, ese mundo tenebroso vemos como los ricos permanecen tranquilos en sus propiedades, quizá más discretas, mientras que los olvidados sufren la represión, los controles policiales y deben solicitar permisos de trabajo para continuar sirviendo a los ricos. No queda así claro que la película no es racista si no que denuncia el racismo endémico?
Por cierto, al final, ese mundo tenebroso vemos como los ricos permanecen tranquilos en sus propiedades, quizá más discretas, mientras que los olvidados sufren la represión, los controles policiales y deben solicitar permisos de trabajo para continuar sirviendo a los ricos. No queda así claro que la película no es racista si no que denuncia el racismo endémico?

7,0
18.686
6
1 de marzo de 2007
1 de marzo de 2007
80 de 116 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conozco a no poca gente que ha hablado auténticas maravillas sobre esta película. Hablando de ella como la gran sorpresa del año, una pequeña gran joya, el gran hallazgo del cine europeo y todo ese tipo calificativos que la gente suele gastar con películas que consiguen sobrecogerles cuando no lo esperaban. Yo he querido meterme en ese club, pero no he podido. A esta película le veo los mecanismos, le noto el tufo peliculero y aunque eso no es necesariamente un defecto por si solo, para mí sí que lo es para que pueda sentirme sobrecogido y atrapado por una historia de este calado. El mal en ella me ha de parecer auténtico, creíble al 100%, no quiero ver drama, si no realidad. No he encontrado esa naturalidad, no puedo añadirme a sus admiradores. Además, ya empiezo a estar bastante cansado de las películas de segunda guerra mundial, me parece que se está exprimiendo demasiado a esa vaca con swasticas y judíos. Empiezo a estar hasta el mismísimo gorro, la verdad.
Ojo, que la película me parece interesante. Es moderadamente elegante, está realizada con mimo y muy buenas intenciones, tiene un gran potencial que luego, no obstante, no acaba de explotar. Por un lado la dirección de Verhoeven peca de ser demasiado convencional, su sentido para confeccionar planos resulta demasiado formal, demasiado clasicoide y por lo tanto visualmente la encuentro muy desnaturalizada. Por otro, en los personajes no aprecio una auténtica dimensión (quizá podríamos exceptuar al nazi coleccionista de sellos), no me han parecido creíbles, incluso un poco cartón piedra, hasta el punto que a pesar de los horrores que atraviesan uno no se siente capaz para interesarse por su devenir. Son tantas las calamidades que quieren colar, todas tan agolpadas, que mientras las ves, sabes que, como aún falta un rato para que la película acabe, van a intentar retorcerlo un poco más, con lo que ves la película preguntándote, a ver que fiera van a meter en la jaula para que rellene esta historia.
No se puede negar: el tramo final resulta anticlimático. El que una película de espionaje tenga que convertirse en un súbito film de misterio parece que la quieran estirarla como si de un chicle se tratara. No le veo el sentido. Y que la película esté contada en flashback me parece que no le hace ningún favor, no lo veo necesario. Además le resta emoción porque ya sabes como va a acabar la sufrida semi-meretriz. De haber entrado al cine cuando la película ya estaba empezada hasta la hubiese visto con otros ojos.
No demoniza por completo a unos ni santifica a los otros. Consigue que al final los holandeses también te resulten repugnantes (a los nazis ya los tenemos suficientemente repugnados) y te hagan ver que es la circunstancia lo que condiciona el carácter de un bando o de un hombre. Puede usted anotarse un tanto en su casillero, mr. Verhoeven se puede anotar un tanto. Eso sí que le hace un favor y la hace estar un poco por encima del mero producto palomitero.
Ojo, que la película me parece interesante. Es moderadamente elegante, está realizada con mimo y muy buenas intenciones, tiene un gran potencial que luego, no obstante, no acaba de explotar. Por un lado la dirección de Verhoeven peca de ser demasiado convencional, su sentido para confeccionar planos resulta demasiado formal, demasiado clasicoide y por lo tanto visualmente la encuentro muy desnaturalizada. Por otro, en los personajes no aprecio una auténtica dimensión (quizá podríamos exceptuar al nazi coleccionista de sellos), no me han parecido creíbles, incluso un poco cartón piedra, hasta el punto que a pesar de los horrores que atraviesan uno no se siente capaz para interesarse por su devenir. Son tantas las calamidades que quieren colar, todas tan agolpadas, que mientras las ves, sabes que, como aún falta un rato para que la película acabe, van a intentar retorcerlo un poco más, con lo que ves la película preguntándote, a ver que fiera van a meter en la jaula para que rellene esta historia.
No se puede negar: el tramo final resulta anticlimático. El que una película de espionaje tenga que convertirse en un súbito film de misterio parece que la quieran estirarla como si de un chicle se tratara. No le veo el sentido. Y que la película esté contada en flashback me parece que no le hace ningún favor, no lo veo necesario. Además le resta emoción porque ya sabes como va a acabar la sufrida semi-meretriz. De haber entrado al cine cuando la película ya estaba empezada hasta la hubiese visto con otros ojos.
No demoniza por completo a unos ni santifica a los otros. Consigue que al final los holandeses también te resulten repugnantes (a los nazis ya los tenemos suficientemente repugnados) y te hagan ver que es la circunstancia lo que condiciona el carácter de un bando o de un hombre. Puede usted anotarse un tanto en su casillero, mr. Verhoeven se puede anotar un tanto. Eso sí que le hace un favor y la hace estar un poco por encima del mero producto palomitero.

8,2
81.460
9
15 de octubre de 2005
15 de octubre de 2005
50 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar de "En el nombre del padre" es hablar de un extraño fenómeno. Es hablar de una película alta y explícitamente crítica, que consigue transmitirte el sentimiento de indignación que provocan los hechos reales en los que están basados pero que también cuenta con un alto nivel artístico, tanto a nivel de realización como a nivel interpretativo y por si fuese poco consigue que su excelente guión te absorba completamente en la historia, tal y como debería suceder con toda película que se precie. No hay muchas películas que combinen con tan buena mano ambas actitudes y consigan tan excelentes resultados y eso ya quiere decir algo.
En lo que a mí respecta esta es una película indiscutible, que debe ser vista por los aficionados a cualquier género, ya que resulta un drama muy natural, que no exagera los hechos para conseguir mayor atención, les basta con intentar mostrarlos tal cual para sobrecogernos, gracias también a unas interpretaciones bordadas por sus protagonistas: Daniel Day-Lewis (qué grande es este actor) y Peter Postlethwaite, que llevan el peso de la película con brillantez, además de estar bien secundados por el resto del reparto. Y como todo en esta película está bien hecho, la dirección y la música empleada también son excelente, todo se conjuga a la perfección.
Una de las grandes películas de los 90 y también del cine europeo: IMPRESCINDIBLE.
En lo que a mí respecta esta es una película indiscutible, que debe ser vista por los aficionados a cualquier género, ya que resulta un drama muy natural, que no exagera los hechos para conseguir mayor atención, les basta con intentar mostrarlos tal cual para sobrecogernos, gracias también a unas interpretaciones bordadas por sus protagonistas: Daniel Day-Lewis (qué grande es este actor) y Peter Postlethwaite, que llevan el peso de la película con brillantez, además de estar bien secundados por el resto del reparto. Y como todo en esta película está bien hecho, la dirección y la música empleada también son excelente, todo se conjuga a la perfección.
Una de las grandes películas de los 90 y también del cine europeo: IMPRESCINDIBLE.

7,0
32.632
9
15 de abril de 2008
15 de abril de 2008
45 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
De las películas que he podido ver de Bertolucci hasta la fecha, ésta ha sido la que más me ha gustado, por encima incluso de su obra más reconocida, El Último Tango en París, cuyo último segmento me pareció abyecto. A banda de polémicas, controversias y demás morbosidades, lo que para mí de verdad cuenta en esta película es el aire bohemio que se respira en ella, el conseguido carácter hedonista de sus protagonistas y su (adorable) amor hacia el cine, con sus juegos y demás historias. Cuando la vi no me dio la sensación de que se trataba de un intento gratuito de escandalizar, no después de tener en cuenta su carácter liberal, más que perverso o subversivo. Antes que intentar llamar la atención, veo unos personajes curiosos respecto a su sexualidad, que se liberan de ataduras al establecerse entre ellos esa relación tan estrecha de forma tan inmediata, cosa mostrada con bastante naturalidad y gracia.
Y por supuesto, Eva Green. Es el gran hallazgo de esta película. Me enamoré instantáneamente, y no es por los desnudos, que a fin de cuentas son unos pocos minutos, lo que a mí me gustó verdaderamente son los claroscuros que le transfiere al temperamento del personaje, sus contradicciones, sus expresiones, verla en pantalla es una auténtica delicia. Este fue su primer trabajo en el cine y también el mejor porque su personaje es más auténtico. Lástima que haya tirado por otro lado y no siga haciendo películas a este nivel, que se haya lanzado a superproducciones de mayor o menor efectividad, dónde no puede desarrollar a fondo su talento como actriz.
Lo referente al Mayo del 68 lo veo cómo algo anecdótico, un decorado de fondo, el marco histórico que sirve para justificar los ideales y el carácter de los personajes (que es lo que de verdad trata la película), en ningún momento me parece que quiera diseccionar o retratar esa época a nivel global, tan sólo a unos personajes característicos que vivieron esa época. Por eso en ese sentido no me parece fallida, cómo he llegado a leer. Sin duda hubiese sido interesante que se tratara el tema con mayor profundidad, pero dado que esa no es su intención, entonces no le veo sentido a atacarle por ese flanco o por el libertinaje de la obra. Si hay que mencionar a Bertolucci, mejor hacerlo para por su elegante puesta en escena.
Dudo mucho que un tipo como Bertolucci no sea consciente de la sociedad en la que vive actualmente y que, si de verdad su intención fuera escandalizar, opte por utilizar unas bazas parecidas a las que ya empleó hace 30 años. Mäs bien ha sido al revés, que la sociedad se ha acercado a su mirada. Sus obras suelen tener un marcado componente sexual y la masa ha ido rebajando su tolerancia respecto al tema, por eso mismo no termino de ver acertados a los que tachan esta película de ser un intento de el Último Tango en París II, ésta tiene personalidad propia y va más allá de la simple controversia. Notable al margen de lo que haya hecho o dejado de hacer Bertolucci antes de ésta.
Y por supuesto, Eva Green. Es el gran hallazgo de esta película. Me enamoré instantáneamente, y no es por los desnudos, que a fin de cuentas son unos pocos minutos, lo que a mí me gustó verdaderamente son los claroscuros que le transfiere al temperamento del personaje, sus contradicciones, sus expresiones, verla en pantalla es una auténtica delicia. Este fue su primer trabajo en el cine y también el mejor porque su personaje es más auténtico. Lástima que haya tirado por otro lado y no siga haciendo películas a este nivel, que se haya lanzado a superproducciones de mayor o menor efectividad, dónde no puede desarrollar a fondo su talento como actriz.
Lo referente al Mayo del 68 lo veo cómo algo anecdótico, un decorado de fondo, el marco histórico que sirve para justificar los ideales y el carácter de los personajes (que es lo que de verdad trata la película), en ningún momento me parece que quiera diseccionar o retratar esa época a nivel global, tan sólo a unos personajes característicos que vivieron esa época. Por eso en ese sentido no me parece fallida, cómo he llegado a leer. Sin duda hubiese sido interesante que se tratara el tema con mayor profundidad, pero dado que esa no es su intención, entonces no le veo sentido a atacarle por ese flanco o por el libertinaje de la obra. Si hay que mencionar a Bertolucci, mejor hacerlo para por su elegante puesta en escena.
Dudo mucho que un tipo como Bertolucci no sea consciente de la sociedad en la que vive actualmente y que, si de verdad su intención fuera escandalizar, opte por utilizar unas bazas parecidas a las que ya empleó hace 30 años. Mäs bien ha sido al revés, que la sociedad se ha acercado a su mirada. Sus obras suelen tener un marcado componente sexual y la masa ha ido rebajando su tolerancia respecto al tema, por eso mismo no termino de ver acertados a los que tachan esta película de ser un intento de el Último Tango en París II, ésta tiene personalidad propia y va más allá de la simple controversia. Notable al margen de lo que haya hecho o dejado de hacer Bertolucci antes de ésta.

7,6
5.183
7
27 de diciembre de 2008
27 de diciembre de 2008
48 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cómo queriendo replicar a esas películas que ensalzan los valores tradicionales del mundo rural, Imamura tomó a una aldea perdida en las montañas al norte de Japón para, sin escatimar apenas en crudeza, decir que no todo es entrañable y amable, que la suma de pobreza y aislamiento geográfico bien puede aproximar a una comunidad a una brutalidad casi primitiva. Aunque se sirve de ciertas metáforas visuales de animales, con las que establece unos paralelismos que asemejan a unos y a otros, son las retrógradas costumbres y las supersticiones de las que son pasto los aldeanos sus principales bazas para sostener su discurso. Las periódicas hambrunas han hecho del homicidio una medida preventiva y, al igual que los búfalos, para que el grupo pueda ir mejor, deben deshacerse obligatoriamente de sus miembros más débiles y menos productivos, por eso se abandona a los ancianos en el monte Narayama, para asegurarse el tiro, ya que en caso que les de por valorar su vida tengan la supervivencia inalcanzable. Ese alejamiento tan extremado de la civilización les permite también gozar de poder para aplicar castigos desmesurados para cortar de raíz los problemas. Sirva como ejemplo la escena más escalofriante de todas, ésa en la que una familia entera es enterrada viva por el simple hecho de robar algo de comida, una pena ejecutada con una crueldad inhumana y socialmente aceptada. O esa superstición que empuja al padre a pedirle a su hija que se acueste con todos los jóvenes para aplacar las supuestas iras del espíritu de un alma en pena, hecho impensable en el resto del país, dónde una mujer bien podía ser degradada por el simple hecho de tocar la mano de un extraño.
El sexo sirve como herramienta para remarcar el alejamiento de las convenciones sociales patente en la aldea, y no sólo por la alegría con la que se entregan a la jodienda, cosa bien sana, si no por momentos tan extraños como cuando el padre y la abuela tantean a diferentes lugareñas para concertarle un polvo (sin ánimo de compromiso) a uno de los hijos menores. Hace falta estar tronado. Mi madre hace eso y de la vergüenza me tiro de cabeza por la ventana.
La anciana Orin parece representar el símbolo de los sentimientos humanos, pues es con ella con quien únicamente se observa ternura y bondad humana en la pantalla, ejerciendo así de contraste (junto con los bellos paisajes) para equilibrar el crudo retrato rural.
La abundancia y lo explícitas de las escenas sexuales, las cuales aparentemente no parecen ser imprescindibles, y esa falta de interés por dejar claro sobre lo que se pretende hablar consiguen que en sus primeros compases la película resulte extraña y confusa, pero vale la pena concederle un poco de tiempo para finalmente ver una de las películas más insólitas, cautivadoras, desabridas y desapacibles del cine japonés, que lejos de querer aleccionar moralmente, al final reflejará hasta que extremos es capaz de llegar el ser humano para sacrificarse por sus congéneres.
El sexo sirve como herramienta para remarcar el alejamiento de las convenciones sociales patente en la aldea, y no sólo por la alegría con la que se entregan a la jodienda, cosa bien sana, si no por momentos tan extraños como cuando el padre y la abuela tantean a diferentes lugareñas para concertarle un polvo (sin ánimo de compromiso) a uno de los hijos menores. Hace falta estar tronado. Mi madre hace eso y de la vergüenza me tiro de cabeza por la ventana.
La anciana Orin parece representar el símbolo de los sentimientos humanos, pues es con ella con quien únicamente se observa ternura y bondad humana en la pantalla, ejerciendo así de contraste (junto con los bellos paisajes) para equilibrar el crudo retrato rural.
La abundancia y lo explícitas de las escenas sexuales, las cuales aparentemente no parecen ser imprescindibles, y esa falta de interés por dejar claro sobre lo que se pretende hablar consiguen que en sus primeros compases la película resulte extraña y confusa, pero vale la pena concederle un poco de tiempo para finalmente ver una de las películas más insólitas, cautivadoras, desabridas y desapacibles del cine japonés, que lejos de querer aleccionar moralmente, al final reflejará hasta que extremos es capaz de llegar el ser humano para sacrificarse por sus congéneres.
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