En el título se resume lo que puedo decir acerca de este engendro, supongo que directo a DVD al no haber tenido noticia de ninguna sala de cine incendiada por los espectadores últimamente. La trama principal con los "malos" es penosa, risible desde todos los puntos de vista y por supuesto inverosímil a mas no poder. La subtrama familiar simplemente apesta. Los actores no son demasiado buenos (atención a la cara de ella al encontrar a la "hijastra" accidentada) los diálogos son tan antinaturales y acartonados como las situaciones y los impresionantes escenarios naturales africanos que se podían sospechar brillan por su ausencia. El desenlace...de juzgado de guardia, oiga.
En el spoiler me hago tres preguntas

Simplona película cargada de ínfulas de pretendida reflexión profunda sobre quien sabe que (¿la estupidez humana, el amor?) constituida como una obra en tres actos que parece justificar que el secuestro, la violación y las palizas son un método de galanteo valido que al parecer da buenos resultados. Todo se basa exclusivamente en la interpretación de los dos protagonistas con planos cortos y medios en un entorno confinado, primero la celda y luego la casa de ella.
Entre lo esperpéntico del guion y el ritmo algo lento hay que reconocer que al menos consigue entretener.

Reconozcamos sus méritos: Es sumamente difícil hacer una película tan lenta, tan plastorra y tan vacía con una premisa, a priori tan interesante. Puedes pasar toda ella esperando que pase algo, lo que sea, y cuando pasa es que sale el FIN aunque tampoco venga a cuento.
Aviso para navegantes: Si buscas pasar el rato y te ha llamado la atención la palabra "vampiros" en la sinopsis, busca algo acerca de fontaneros o tramoyistas por si es mas ameno. Esto se parece bastante mas a los "Diálogos Platónicos" que a "True Blood" y si por lo menos aportase algo se le podría perdonar, pero repta angustiosamente entre tribulaciones absurdas y enormes agujeros en la trama (o lo que sea) hasta un final que se podía haber puesto muchos minutos mas allá o mas acá sin que exista diferencia. La sensación de estafa es manifiesta.
Una constante en las películas de vampiros es que estén siempre amargados: Eso de vivir para siempre y no conocer la enfermedad, la vejez, la decrepitud y la muerte debe ser tristisimo

Vale, es penosa de solemnidad, pero alguien tiene que aportar que, aparte de sus virtudes cinematográficas que son ciertamente entre escasas e inexistentes, como producto final de consumo, esta bizarrada tiene muchísima gracia y puede ser una película ideal para ver con amigos y pasar un buen rato.

Hay films malos a secas que te dejan la sensación de tomadura de pelo y los hay malos a los que les puede perdonar. Este plagio descarado de Yojimbo está en el segundo grupo. Sufres por la pobre María Socas, en peligro de coger una pulmonía al ir despechugada toda la película, pero todavía puede consolarse porque la mayoría de las otras niñas van directamente en pelotas y hasta un par de penes también podemos ver fugazmente, por aquello de la igualdad.

Si esos combates con tocas por turnos y esperas, ese baile "sensual" con la mujer de cuatro pechos, soportando el temor de que uno de los de goma caiga al suelo en cualquier momento (así de cutre es la cosa), o sobre todo ese terrible monstruo tentacular sospechosamente parecido a la rana Gustavo en todo, no te arrancan una sonrisa es que no tienes corazón.
Visto el cartel, ya desde el minuto uno, cuando aparece en pantalla ese protagonista, claramente la versión en miniatura del héroe del retrato (parece un antes y después de pasar por el gimnasio) ya tienes diversión asegurada si te lo tomas a bien y disfrutas del esperpento en lo que vale.

Se trata de un subproducto barato para streaming y eso se aprecia, no solo en la animación o el guión, sino en el título mismo. Da un poco de pena que las cosas estén tan mal que, hasta en una película infantil, donde se debería tener más cuidado, nadie haya reparado en que el título escogido está tan mal. Supongo que habrá participado mucha gente en el proyecto, desde el guionista, al encargado de la realización del cartel, pasando por el señor que barre y, sin embargo, llega a los niños con este título vergonzoso.

Salvar el árbol no es una oración, ni siquiera nos dice nada. ¿Hay que salvarlo o no salvarlo, salvar el árbol tiene premio, es bueno o malo, salvar el árbol da alergia quizá...? Esto es lo que se llama en castellano un verbo muerto o verbo huérfano. Ese mismo castellano que el supuesto lenguaje inclusivo está destrozando. Si valdría dentro de un contexto, como por ejemplo en el resumen: "Hay una forma de ayudarles… ¡SALVAR EL ÁRBOL!" Aquí es una expresión correcta como proposición subordinada que responde a ¿Cuál es la forma de ayudarles? Y no hace tanto esto se enseñaba en las escuelas de EGB.
Salvad el árbol (con d, como imperativo) por ejemplo, es una oración gramaticalmente completa, con significado.
El supuesto mensaje ecológico esta igual de meditado. Mala con agonía.