Una serie que se narra en los finales del siglo XIX, en un barco de vapor que tiene como destino la ciudad de Nueva York. La duración de estos eventos, aunque no estoy del todo seguro, sucede aproximadamente dentro de una semana.

La pregunta más importante vendría a ser ¿De qué trata la serie? La serie parte de la premisa ¿Qué pasaría si es que lo vemos no es la realidad?; sin embargo, el trasfondo va más lejos, con un tema delicado y profundo. Podría resumirlo con la siguiente frase: “"Superamos el dolor de un evento trágico, cuando no corremos de él, cuando lo aceptamos y continuamos con nuestras vidas”. Dentro de este concepto, la serie nos refuerza y nos pega en la cara de las consecuencias de no superar estas caídas de la vida; sin embargo, peca de pretensiosa y didáctica, hasta llegar a un punto donde las fuerzas contrarias a la idea central se vuelven casi inexistentes.

Dentro de los elementos de la historia, podemos observar que los personajes atraviesan por distintos conflictos externos y, en el protagonista, Maura, vemos un desarrollo del personaje que lo hace crecer por medio de conflictos internos que el personaje va enfrentando; sin embargo, esto no ocurre en los demás personajes, los cuales, se vuelven poco atractivos mientras avanza la trama.

La serie muestra un transcurso de tiempo lineal, incorporando con frecuencia flashbacks que nos permiten conocer eventos trágicos sobre los personajes que la serie va presentando; no es difícil para el espectador ubicarse en el tiempo correcto de la serie.

Otra de las cosas que no me gusto de la serie es que muchos de los eventos ocurren por casualidad y no por causalidad, o por lo menos, eso podemos observar en los primeros capítulos donde por mas que retrocedamos episodios, no encontraremos una lógica correcta a los eventos que están ocurriendo. Son en los episodios finales, donde se podrá comprender el motivo de estos eventos, y claro está, deja abierta la posibilidad de un mundo donde todo puede ocurrir, un recurso un tanto fácil y flojo por parte de los escritores. A pesar de ello, y considerando lo mostrado en los episodios finales, la serie muestra un desarrollo coherente dentro del mundo ficticio que nos ha creado.

No es una serie extraordinaria, buena para pasar el rato, con un mensaje potente pero que se debilita por si misma al transcurrir los episodios, volviéndola poco convincente y pretensiosa, con una clara intención de cara al público.

En la 1ra temporada le puse 9/10 al anime; ahora en la 2da, después del capitulo 12 de la pelea contra la hormiga negra, y claro esta, todos los anteriores capítulos, subo mi nota a un 10.

Si, es una historia conocida, repetida. Pero que historia en la actualidad no tiene los mismos temas de fondo? En cine, series o anime para lo mismo; la diferencia esta en la ambientación, y claro esta, en como narras esta historia.

Solo Leveling esta haciéndolo mejor que su propio comic (manhwa) y eso es sorprendente.

Me arrepiento haber leido el manhwa si sabia que el trabajo seria tan notable, tan fuerte y dedicado. Es bastante jodido saber lo que pasa, aunque claro, notas las diferencias y te sorprendes para bien. Envidia total a quienes no conocen la historia total y ven poco a poco como avanza. NO LEAN EL MANHWA, la tentación es fuerte, pero resistan, van a tener una historia IMPRESIONANTE.

Barton Fink es una película de 1991 dirigida y escrita por Joel Coen, Ethan Coen que narra la historia de un escritor de teatro, que, ante el éxito de su carrera como dramaturgo, es llamado para realizar guiones en el convulsionado mundo de Hollywood.

La película ha tenido diferentes clasificaciones dependiendo de la mirada personal de cada uno, y es que esta película es así. Habrá quienes la amen, habrá quienes la odien. Personalmente me encuentro en el primer grupo.

Barton Fink es un escritor con grandes sueños personales, un luchador dentro de su ámbito profesional que está logrando mucho éxito, pero que, decide lanzarse a lo desconocido, a un mundo donde el talento y la emoción es dejada de lado por la crítica y los ingresos. Es así como con dudas internas, decide aceptar el trabajo y parte hacia el Hotel Earle, el cual, se convertirá rápidamente en una representación de sus más profundos temores de un reto para el cual no estuvo preparado mentalmente, en un infierno en la tierra, donde la sensación de asfixia, y el desmembramiento de sus paredes, son el sentir interno del mismo Barton, su estado anímico, su vida.

Allí conoce a Charlie, un corredor de seguros que representa el caos y la violencia que se oculta debajo de una vida simple, cotidiana; es la inspiración, el deseo de profundizar, como Barton mismo dice, en la vida de las personas simples, en el común de la sociedad; pero tenemos un problema, Barton es incapaz de ponerse en los zapatos de otros, no los escucha, es egocéntrico.

El bloqueo mental que sufre el escritor no es más que el reflejo de la toma decisiones ambiciosas que podemos tener, de escapar a nuestros sueños por el placentero espacio de aceptación y fama, de riqueza y prestigio; pero dentro de la habitación donde nuestro escritor sufre por no poder empezar su guion, también esta el deseo de liberarse, el cuadro, el bendito cuadro que aparece en un gran numero de escenas, ese deseo interno y constante de Barton de ser libre.

La dirección de los hermanos Coen es excelente, mostrando su habilidad para crear una atmósfera inquietante y surrealista en la que los personajes se sienten atrapados. La película también se destaca por su uso del simbolismo y el subtexto, lo que la convierte en una experiencia profundamente enriquecedora. La música de Carter Burwell es impresionante y ayuda a crear la sensación de tensión constante que domina la película.

El guion cinematográfico es igualmente impresionante, explorando diversos temas complejos como la naturaleza del arte y la relación entre el artista y su público, la identidad, la política, la industria cinematográfica, etc. La complejidad de los personajes es excepcional, especialmente en el caso de Barton Fink, cuyo arco de personaje es emocionalmente poderoso y se siente auténtico, grandioso. El diálogo es ingenioso, con un uso frecuente de metáforas y simbolismo para representar los temas de la película.

Es posible que cada uno tenga una propia interpretación de la película, es posible que las metáforas y simbolismos usados, lleguen a uno con distintos matices, y eso es precisamente, la gran genialidad de esta obra de arte.

Sin duda alguna, para mí, esta es la mejor obra creada por los talentosos hermanos Coen.

Desde sus primeros instantes, la película se convierte en una red hipnótica que atrapa al espectador, desde las misteriosas partículas flotando en el espacio hasta un clímax impactante que deja una huella duradera. A diferencia de las convenciones tradicionales de extraterrestres en platillos voladores, esta invasión alienígena plantea un escenario mucho más inquietante, estableciendo un tono que anticipa lo desconocido.

La atmósfera tejida en la película es una mezcla magistral de inquietud y terror, como una nube opresiva que se posa sobre cada escena. La narrativa nos sumerge en el abismo de la pérdida de la capacidad de tomar decisiones, una sustracción sutil pero implacable de la individualidad humana. Este tema central es un espejo de los temores más profundos de la sociedad, un recordatorio inquietante de la fragilidad de lo que creemos ser.

La película también toca temas secundarios de manera efectiva, como la paranoia y la desconfianza. Los personajes se convierten en víctimas de su propia mente y de la desconfianza que se propaga como un virus en medio del caos. La resistencia y la lucha por la identidad propia se manifiestan en las acciones y decisiones de los protagonistas, creando capas de tensión que elevan la trama a niveles emocionales intensos.

La banda sonora juega un papel fundamental en la creación de la atmósfera, fusionando notas melódicas con los momentos más intensos de la narrativa. Su presencia es casi palpable, añadiendo profundidad a cada escena y amplificando el impacto emocional en el espectador. La música se convierte en un aliado estratégico para inducir la tensión y la ansiedad en el público, creando un vínculo emocional que se fortalece a lo largo de la película.

"Les Diaboliques", dirigida por H.G. Clouzot, es una película que cautiva desde sus primeros minutos y te sumerge en una trama en constante evolución, llena de giros sorprendentes. Desde el inicio, el espectador queda atrapado en una red de misterios y tensiones que no dan tregua hasta el impactante desenlace.

El final de la película es, sin duda, uno de sus puntos fuertes. La sorpresa y la revelación que se presenta en los últimos minutos dejan al espectador con la boca abierta, cerrando con broche de oro una historia llena de intrigas y engaños.

Los personajes están hábilmente desarrollados y sus actuaciones resultan creíbles en todo momento. La interacción entre ellos añade un toque de complejidad a la trama y deja al espectador cuestionándose las verdaderas intenciones de cada uno. La película se construye sobre una red de relaciones ambiguas y secretos, que aumentan la intriga y el suspenso a lo largo de toda la narrativa.

La atmósfera oscura y de alto suspenso es un elemento distintivo de "Les Diaboliques". La dirección de Clouzot crea una sensación constante de inquietud y tensión, manteniendo al espectador en vilo durante toda la proyección. Cada escena está cuidadosamente construida para generar un ambiente opresivo y misterioso que se siente palpable en cada fotograma.

La película presenta una serie de temas profundos que añaden una capa adicional de complejidad a la trama. La dualidad es un elemento recurrente en la película, manifestándose tanto en la relación entre los personajes como en los acontecimientos que se desarrollan. La culpa, el machismo de la época, la crueldad y la envidia son temas que se entrelazan sutilmente en la narrativa, aportando profundidad y significado a la historia.

La banda sonora de Georges Van Parys complementa perfectamente la atmósfera de la película. Con una combinación de melodías inquietantes y emocionantes, la música contribuye a generar una experiencia inmersiva y emotiva para el espectador.