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5,5
6.582
3
25 de mayo de 2019
25 de mayo de 2019
26 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta comedia que pretende tener un cierto halo gamberro, en la línea de una copia endulzada de ALGO PASA CON MARY, se queda tan lejos, tan lejos de su propuesta, que acaba siendo casi un simulacro de NOTTING HILL, pero sin la sinceridad de objetivos de esta última: comedia romántica al cien por cien. La maravillosa y siempre correcta, de ahí para arriba, Charlize Theron se frente a un desconocido en España Seth Rogen, una especie de humorista o monologuista estadounidense que tiene tan poco de actor como de gracia el guión. Porque esa es otra, el guión naufraga desde el principio, con unos personajes secundarios que tienen incluso menos gracias que los protagonistas y con unos diálogos sin chispa y sin sentido. Sólo algún gag aislado anima mínimamente el metraje que se hace largo y tedioso. Theron, Charlize: hay que elegir mejor.

5,8
5.426
4
5 de enero de 2022
5 de enero de 2022
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia negra que pretende ser una especie de canto antinavideño pero a la que le faltan, desde el primer momento, personajes más trabajados y empáticos, diálogos más ingeniosos y una atmósfera más conseguida, más inquietante.
Con actores más que reconocidos y una puesta en escena que promete, la película comienza a desinflarse en cuanto el espectador descubre porqué se reúnen los personajes en esa casa y qué van a celebrar además de una presunta Nochebuena entre amigos de toda la vida.
El problema se acrecienta cuando la historia se hace muy poco creíble y el espectador comienza a desconectarse de la historia y a importarle poco o nada lo que les ocurra a los protagonistas.
Los chistes son muy poco gamberros y la parte negra de la comedia apenas existe, aunque se ve compensado porque la comedia no acaba tampoco de despuntar. Solo una cierta curiosidad y la esperanza de que rompa en algún momento hacen que se aguante hasta el final sin derrumbarse.
Poco, muy poco, extraña mucho que haya ganada un premio al mejor guión en un festival tan prestigioso como Sitges.
Con actores más que reconocidos y una puesta en escena que promete, la película comienza a desinflarse en cuanto el espectador descubre porqué se reúnen los personajes en esa casa y qué van a celebrar además de una presunta Nochebuena entre amigos de toda la vida.
El problema se acrecienta cuando la historia se hace muy poco creíble y el espectador comienza a desconectarse de la historia y a importarle poco o nada lo que les ocurra a los protagonistas.
Los chistes son muy poco gamberros y la parte negra de la comedia apenas existe, aunque se ve compensado porque la comedia no acaba tampoco de despuntar. Solo una cierta curiosidad y la esperanza de que rompa en algún momento hacen que se aguante hasta el final sin derrumbarse.
Poco, muy poco, extraña mucho que haya ganada un premio al mejor guión en un festival tan prestigioso como Sitges.

6,2
17.185
5
4 de noviembre de 2017
4 de noviembre de 2017
32 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que toca varios palos, pasando de thriller a drama y acabando como dura y pura película de terror. Bien ambientada, visualmente muy potente, con una historia y unos personajes bien dibujados (se ve que el director es ante todo guionista), virtudes todas que quedan empequeñecidas por dos problemas muy evidentes: falta de ritmo que hace que, a ratos, la película se vuelva lenta (imperdonable en un thriller o en una película de terror) y, sobre todo, que el espectador sea engañado. No, no lo hacen en LOS OTROS, no lo hacen en el SEXTO SENTIDO, y lo hacen menos groseramente en MÚLTIPLE, muy menor a las anteriores pero, como estas, referente que sin duda Sergio G. Sánchez se marca para su estreno como director. Si al espectador le muestras algo y luego le dices que no, que es que eran imaginaciones de uno de los personajes, le has engañado, les has contado un cuento que solo está en la mente de un personaje, no es una historia como tal. Es más fácil que pensar en un recurso cinematográfico nuevo o usado, tanto da, pero trabajado. Y eso no se puede perdonar.
Documental

7,3
1.927
7
2 de noviembre de 2021
2 de noviembre de 2021
31 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este documental es tan necesario que debería emitirse obligatoriamente en colegios e institutos, no solo en España, también en algunos de los países que aquí se señalan como inventores de la leyenda negra española que para muchos es ya una verdad absoluta.
Hace tiempo leí un ensayo, no soy mucho de este tipo de literatura, que estaba teniendo un éxito tan grande como inesperado, colocándose al nivel de un best-seller de novela. Se trataba de IMPERIOFOBIA, de Elvira Roca Varela, que es una de las voces y los rostros que López-Linares va mostrándonos en su documental.
O sea, yo ya iba ciertamente predispuesto a entender a la primera lo que se nos muestra en el documental y que no es otra cosa que los embustes, exageraciones y mentiras que a través de siglos se vertieron sobre el Imperio Español, sus guerras, su colonización y descubrimiento de nuevas tierras y, en general, que sobre su actuación moral en la aplicación de sus políticas, pergeñaron sus enemigos, temerosos del poder y la reputación de aquel formidable Imperio. Temores, envidias y odios que aquí, desgraciadamente asumimos como ciertos sin mucho protocolo ni rechazo.
Estos enemigos, si bien eran muchos y variados, se individualizan en los protestantes centroeuropeos, particularmente calvinistas y luteranos, los Países Bajos y Gran Bretaña. También, con menos ferocidad, nuestros vecinos franceses, que no dieron la cara hasta 1808 con la invasión napoleónica.
Voces muy diversas y variadas pero todas prestigiosas, nos van desgranando de forma amena y muy elocuente cuánto hay de verdad en la leyenda negra española, reivindicando y poniendo en valor a personajes históricos denostados terriblemente en los libros de historia, incluso y sobre todo en los editados aquí, en España, como fueron Isabel I de Castilla, Felipe II o Fray Junípero Serra.
Es tal el prestigio y la independencia de académicos, literatos, educadores como Carmen Iglesias, García de Cortázar, Pedro Insúa, incluso foráneos como Stanley G. Payne o Nigel Townson, que tomar sus coincidentes teorías e ideas como verdad absoluta es casi una obligación para el espectador.
Lo más desagradable es la constatación de que mientras desde fuera nos denigraban, aquí casi que pedíamos perdón y asumíamos culpas inexistentes, tanto es el daño inflingido desde fuera como el que causa la propia asunción de hechos no sucedidos por nuestra parte. Qué país somos...
Un documental que demuestra que la propaganda bien utilizada es capaz de ensombrecer y dilapidar cualquier acción, por mucho que ésta fuera continuada y grandiosa (descubrimiento y colonización de América), audaz y necesaria (la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano que permite que la cartografía empiece a esbozar un mapamundi decente) o productiva para el conjunto mundial (nuevas rutas comerciales entre Asia y Europa, intercambio de productos y cultura con China).
La expulsión de los judíos, el acogimiento de los conversos como ciudadanos, el mestizaje con la población indígena americana y su integración por Ley como ciudadanos castellanos, son examinados y explicados por estos expertos, llegando a conclusiones que colocan a España como una nación moderna y que respeta los derechos humanos muy por encima de aquellas que la calumnian, siempre en el contexto de la época, no olvidemos que hablamos de hechos acaecidos en el siglo XIV y siguientes.
Imprescindible, ameno, cualquiera que asista a su proyección sale entre orgulloso de ser español e indignado del trato que se nos ha dado como nación.
Hace tiempo leí un ensayo, no soy mucho de este tipo de literatura, que estaba teniendo un éxito tan grande como inesperado, colocándose al nivel de un best-seller de novela. Se trataba de IMPERIOFOBIA, de Elvira Roca Varela, que es una de las voces y los rostros que López-Linares va mostrándonos en su documental.
O sea, yo ya iba ciertamente predispuesto a entender a la primera lo que se nos muestra en el documental y que no es otra cosa que los embustes, exageraciones y mentiras que a través de siglos se vertieron sobre el Imperio Español, sus guerras, su colonización y descubrimiento de nuevas tierras y, en general, que sobre su actuación moral en la aplicación de sus políticas, pergeñaron sus enemigos, temerosos del poder y la reputación de aquel formidable Imperio. Temores, envidias y odios que aquí, desgraciadamente asumimos como ciertos sin mucho protocolo ni rechazo.
Estos enemigos, si bien eran muchos y variados, se individualizan en los protestantes centroeuropeos, particularmente calvinistas y luteranos, los Países Bajos y Gran Bretaña. También, con menos ferocidad, nuestros vecinos franceses, que no dieron la cara hasta 1808 con la invasión napoleónica.
Voces muy diversas y variadas pero todas prestigiosas, nos van desgranando de forma amena y muy elocuente cuánto hay de verdad en la leyenda negra española, reivindicando y poniendo en valor a personajes históricos denostados terriblemente en los libros de historia, incluso y sobre todo en los editados aquí, en España, como fueron Isabel I de Castilla, Felipe II o Fray Junípero Serra.
Es tal el prestigio y la independencia de académicos, literatos, educadores como Carmen Iglesias, García de Cortázar, Pedro Insúa, incluso foráneos como Stanley G. Payne o Nigel Townson, que tomar sus coincidentes teorías e ideas como verdad absoluta es casi una obligación para el espectador.
Lo más desagradable es la constatación de que mientras desde fuera nos denigraban, aquí casi que pedíamos perdón y asumíamos culpas inexistentes, tanto es el daño inflingido desde fuera como el que causa la propia asunción de hechos no sucedidos por nuestra parte. Qué país somos...
Un documental que demuestra que la propaganda bien utilizada es capaz de ensombrecer y dilapidar cualquier acción, por mucho que ésta fuera continuada y grandiosa (descubrimiento y colonización de América), audaz y necesaria (la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano que permite que la cartografía empiece a esbozar un mapamundi decente) o productiva para el conjunto mundial (nuevas rutas comerciales entre Asia y Europa, intercambio de productos y cultura con China).
La expulsión de los judíos, el acogimiento de los conversos como ciudadanos, el mestizaje con la población indígena americana y su integración por Ley como ciudadanos castellanos, son examinados y explicados por estos expertos, llegando a conclusiones que colocan a España como una nación moderna y que respeta los derechos humanos muy por encima de aquellas que la calumnian, siempre en el contexto de la época, no olvidemos que hablamos de hechos acaecidos en el siglo XIV y siguientes.
Imprescindible, ameno, cualquiera que asista a su proyección sale entre orgulloso de ser español e indignado del trato que se nos ha dado como nación.

7,4
20.311
6
25 de octubre de 2022
25 de octubre de 2022
24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
El muy politizado director Santiago Mitre nos ofrece una película de tema político, claro, basada en los devastadores hechos reales que las diferentes juntas militares de los años setenta y primeros ochenta marcaron a sangre y fuego Argentina.
Es una película agradecida, en cuanto en tanto la historia interesa y conmueve en ocasiones a los espectadores, todos además muy predispuestos a ponerse del lado de la justicia y la democracia, faltaría más.
La parte más atractiva de la película, y ahí está el problema, son sin duda las magníficas actuaciones de todos y cada uno de los intérpretes que aparecen en escena, desde el muy protagónico Darín hasta el último de los secundarios, todos en la línea que marca la sensacional cantera de actores argentinos. Un aparte merece el niño que interpreta la hijo de Ricardo Darín, espectacular en cada gesto, se come la pantalla.
Y el problema es que las buenas actuaciones están flotando sobre una historia a la que le falta guión y le sobran buenas intenciones: adolece de diálogos con fuerza, de imágenes impactantes. No tiene perdón que un material tan bueno como son las atrocidades y vejaciones que sufrieron las víctimas de la dictadura, la prepotencia de los milicos, la sucesión de hechos terribles acaecidos en esos años, no se corresponda con una tensión narrativa que solo asoma de cuando en cuando.
El juicio, que ocupa gran parte del metraje y es la razón de ser central de la historia, tampoco llega a extremos de grandeza cinematográfica, algo esperable por el material del que parte.
Con todo, la película emociona a ratos, conmueve a ratos, interesa siempre y la entrada al cine está más que justificada por cualquiera de las tremendas actuaciones de un reparto estelar, bien elegido y que maravilla en cuanto a parecido con los protagonistas reales de esta tremenda historia que muchos seguimos con avidez en la prensa de entonces.
Es una película agradecida, en cuanto en tanto la historia interesa y conmueve en ocasiones a los espectadores, todos además muy predispuestos a ponerse del lado de la justicia y la democracia, faltaría más.
La parte más atractiva de la película, y ahí está el problema, son sin duda las magníficas actuaciones de todos y cada uno de los intérpretes que aparecen en escena, desde el muy protagónico Darín hasta el último de los secundarios, todos en la línea que marca la sensacional cantera de actores argentinos. Un aparte merece el niño que interpreta la hijo de Ricardo Darín, espectacular en cada gesto, se come la pantalla.
Y el problema es que las buenas actuaciones están flotando sobre una historia a la que le falta guión y le sobran buenas intenciones: adolece de diálogos con fuerza, de imágenes impactantes. No tiene perdón que un material tan bueno como son las atrocidades y vejaciones que sufrieron las víctimas de la dictadura, la prepotencia de los milicos, la sucesión de hechos terribles acaecidos en esos años, no se corresponda con una tensión narrativa que solo asoma de cuando en cuando.
El juicio, que ocupa gran parte del metraje y es la razón de ser central de la historia, tampoco llega a extremos de grandeza cinematográfica, algo esperable por el material del que parte.
Con todo, la película emociona a ratos, conmueve a ratos, interesa siempre y la entrada al cine está más que justificada por cualquiera de las tremendas actuaciones de un reparto estelar, bien elegido y que maravilla en cuanto a parecido con los protagonistas reales de esta tremenda historia que muchos seguimos con avidez en la prensa de entonces.
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