Qué agradable una película como esta, tan alejada de los cánones occidentales.
Y qué largo el camino al autoconocimiento.
El budismo es lo que es, una búsqueda.Una búsqueda para valientes. Y esos valientes tienen la recompensa de la felicidad, algo tan alejado de los placeres que se nos vende por las diferentes pantallas.

Todo un hallazgo y un soplo de aire fresco.

Un viaje a través de Ecuador de la mano de un descendiente inca que guía a tres hombres y dos mujeres por montañas, selvas y lugares milenarios.
Se me han quedado muy adentro algunos de los momentos, que deben ser mirados sin interpretación y con la luz del alma. Todo viaje es, en realidad, hacia el interior, y esta película me ha llevado con su sencillez y verdad del momento presente a un camino puro en plena naturaleza.
Ante un documental como este sobran los apelativos y las críticas. Tan solo cabe vivirlo, sentirlo e integrarlo
libre de interpretaciones, como todo momento digno de ser vivible.
Pura vida.

Este fue el título con el que vi la película cuando tenía 17 años, y fue verla y cambiarme la vida. Cosas de la adolescencia tardía. De alguna forma me llegó muy adentro y me di cuenta que no tenía por qué ser ese chico bueno que siempre hace caso de sus padres y aplicado en los estudios y trabajos y quise verme reflejado de alguna forma en ese Sean Penn arrojado, decidido y dispuesto a ir contra las normas, le llamen delincuente o lo que sea. Por encima de todo. Despertó en mí un lado dormido.
Y bueno, todo lo que hice después fue una locura a la que no hay que encontrar sentido más que el de ser rebelde en todo lo que hiciera a más no poder, y más cosas que se me hubieran puesto por delante. Rompí con todo, y esta película fue la que me inspiró.
Y cuando pienso en esa época, casi treinta años después, supe que tenía que pasarla y me llegó en el momento oportuno. Cambiaría el haber hecho daño anímico a algunas personas cercanas, pero he logrado estar en paz conmigo mismo. Sucedió cuando tuvo que suceder y no pudo ser de otra forma. Fue la expresión de mi alma, que tras esa época anárquica post "Jóvenes perversos" vivió una época de progresivo sosiego interior, en la cual continúo.
Bendigo esta película y lo que significó en esa época. Retrata una época de mi vida.
No hace mucho volví a verla y me removió un tremendo cariño, y me sigue pareciendo una excelente película, radical en sus emociones. Es como una compañera de viaje, a la altura de personas, libros y medicinas chamánicas que han pasado por mi vida.

Esperaba más de esta película, con ese arranque tan interesante, pero parece que no acaba de arrancar nunca ni de transmitir un mensaje más potente.
Tampoco me ha llegado a interesar el personaje de Spacey, y su actuación con esa cara de bonachón despistado me ha llegado a saturar. Y tampoco sé bien qué relación tiene ese granjero con la venida de un habitante de K-pax.¿Acaso no ocurren desgracias así todos los días a lo largo y ancho del mundo?
La peli promete y el planteamiento es bueno pero al final es un churro total.

Una maravilla. Me dejo llevar por las emociones en una película, y esta me ha llegado muy adentro.
Su espiritualidad no es un camino fácil pues el ego ofrece múltiples y milenarias resistencias, pero al final siempre resulta triunfante el amor, el AMOR (no confundir con el romanticismo con sus apegos y carencias).
He llorado, he reído, me ha hecho pensar... hay películas que llegan, y las palabras, en estas ocasiones sobran.
Una maravilla.