Si es que Moltisanti es un mafioso, qué hace disfrazado de poli chungo? El único atractivo de la serie y ni siquiera convence. Una serie policiaca más, de entre las doscientas que ya hay, y que no aporta absolutamente nada nuevo. Estereotipos, diálogos carentes de ingenio, historietas recicladas y fantasmadas melodramáticas que más que entretener invocan al tedio. Para colmo, la violencia es de postal y el realismo brilla por su ausencia. Es un poco como si dijeran "mirad que chunga es Detroit" pero lo hicieran invitando a observar el panorama entre los dedos de la mano que nos tapa los ojos. De modo que casi mejor los cerramos directamente y así les ahorramos el trabajo. Qué le vamos a hacer, a otra cosa.

¿Te acuerdas de la escena en la que Madsen tortura al madero en Reservoir Dogs? Pues esto viene a ser una segunda parte ampliada. Violencia enclavada en un único escenario en el que éste acapara todo el protagonismo y se regozija con su característica chulería a lo largo de toda la cinta. Para qué engañarnos, una buena película no es, pero si eres fan de su estilo, te hará pasar un rato entretenido. En cuanto al resto del casting, una pena que el bueno de Trejo no aparezca más, porque no hay ninguna actuación remarcable -a excepción de la de Madsen, que tampoco es para tirar cohetes- y la de Amber Benson es particularmente horrible.

Mira que suelo ser bastante benevolente con las comedias adolescentes yankis y que con unas cervezas de más hasta la más imbécil, véase quintas ediciones de American Pies o Los Feos también Mojan, consiguen arrancarme alguna que otra carcajada. Pues bien, este bodrio infumable es tan demencialmente absurdo y ridículo que fui incapaz de llegar al final de la cinta. El protagonista es un ser tan repelente que más que risa lo que induce es a la arcada. Coge la peor película hecha en España y revístela de los tópicos que hemos visto cien mil veces en el humor estúpido americano y apenas te acercarás a lo que es esta agonía en forma de largometraje. El único punto a favor de toda la película es que sale alguna que otra teta. Lo dicho, horrible es un adjetivo que se queda corto para definir semejante atentado contra la razón.

Qué más se puede decir que no se haya dicho ya de Los Soprano...
Es recordar la serie y encogérseme el alma. Cuando uno piensa que no se puede tildar de arte a nada hecho para la televisión, crean Los Soprano. Una auténtica obra maestra a la altura de las joyas más épicas, desde El Padrino, a La Balsa de la Medusa o Los hermanos Karamazov.
Cada personaje está tan perfectamente cincelado que se consigue esferas perfectas en las que convergen todo lo bueno y lo malo. Odio y empatía al mismo tiempo.
Filosofía pura aplicada a cada resquicio vital que consigue engancharte y hacerte pensar cómo nunca antes lo había hecho con una serie de televisión. Y es que empieza potente pero acaba de un modo increible. La calidad va subiendo de un modo frenético con cada temporada y eso es precisamente lo que hace que otras series tan ensalzadas como Perdidos o Prison Break sean meros chistes comparado con un producto de tantísima calidad como Los Soprano.
La perfección, en definitiva.

Una familia feliz se encuentra en Hollywood de vacaciones cuando de pronto una banda de cabrones les asalta y les roba el coche, con una videocámara dentro, que será testigo de todas las andanzas y últimos segundos de vida de unos cuantos gangsters de baja estopa. Así comienza una película pseudo-documental que retrata de con una tremenda verosimilitud y originalidad, la violencia, sentimientos y modo de vida de los pandilleros de los Ángeles. Muy interesante.