Antes de ver la película, cualquier persona se imagina el papelón que hace Jack Nicholson, porque es un rol que le va al pelo.

Los primeros minutos pasan un poco lentos, en la que la ilusión empieza a despertar por momentos. La imagen de Jack entrando en el centro activa las ganas, y cuando conecta con la primera sesión de terapia la mente ya está en un mundo paralelo de locura.

La película está tan bien hecha que te hace entrar de verdad en un centro psiquiátrico, y te hace sentir lo que siente Jack. A medida que pasa el tiempo sientes ya la fuerza de Nicholson en tu cuerpo, conjugada con la ironía y las risas que, de manera muy lograda y acertada, provoca la película.

Una sucesión de escenas cada una mejor que la siguiente en la que el tiempo se pasa volando, quién sabe si sobre el nido de un cuco.

Terminé de ver la serie hace un año y pico, justo cuando salió la quinta temporada, pero me animo a escribir la crítica ahora que es cuando he podido recuperar el aliento.

Es una serie magistral. No tiene nada que envidiar a la ciencia ficción y demás géneros, ya que nos hace reflexionar sobre algo que no existe, con el detalle de que por dentro todos sabemos que va a ocurrir de un momento a otro. No sabemos si realmente algún día llegarán extraterrestres a la Tierra, pero apostaría a que algún capítulo de Black Mirror va a ocurrir dentro de algunos años.

Por si fuera poco, también hace viajar al pasado. Black Mirror me recuerda a la más gloriosa época de cine clásico sobre todo de Frank Kapra, con sus películas sobre las cualidades humanas, sobre lo profundo versus lo superficial, sobre lo que realmente importa, sobre cómo a veces desperdiciamos nuestro tiempo en cosas efímeras, sobre cómo nuestros problemas se ven muy pequeños desde el espacio.

Y es que un gran mérito de la serie es saber cuál es el límite de lo que llamamos "puede pasar" al "esto no va a pasar". Si se fijan tiene un mérito increíble, todos los capítulos dan en el clavo y no creo que haya ninguno que esté desorbitado en relación a la posibilidad de que aparezca en un futuro no tan futuro.

Y como despedida, por supuesto, me dirijo a todos ustedes: No llamen más a los teléfonos del tarot las 3 de la madrugada, pregunten a los creadores de esta serie.