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8
1 de febrero de 2010
1 de febrero de 2010
25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película sobre Frankenstein del director Terence Fisher y la que más se acerca a la novela de Shelley; eso sí, sin prescindir de ese carácter psicópata e irónico que caracterizará al personaje del Barón Frankenstein a lo largo de toda la saga. En ella se nos cuenta los primeros experimentos del doctor Frankenstein y sus asombrosos descubrimientos, que le llevarán a la locura y posteriormente a ser un fuera de la ley.
Estamos ante una gran película de terror clásico y, a mi juicio, ante una de las mejores películas del a veces algo irregular Terence Fisher, que aquí se muestra más que capaz para competir y superar a los más grandes del cine. Filmada con bajo presupuesto y magníficamente en interiores, La Maldición de Frankenstein no pierde en ningún momento el pulso narrativo, se sigue con mucho interés e inquieta y divierte a partes iguales. Imprescindible para todos los seguidores del cine de terror con mayúsculas, de una forma de hacer cine que ya raramente se estila en este género, elegante y sin artificiales golpes de efecto. En ella todo se insinúa y funciona, sin necesidad de recurrir a litronas de hemoglobina barata y traidoras subidas de sonido para asustar al personal. Y es que nada le falta para ser una estupenda película de terror, una mansión tenebrosa, un pueblito perdido entre montañas, supersticiones, experimentos impíos, doctores excéntricos y monstruos del infierno.
Si todo ello no resultara suficiente, otra de las grandes razones para ver esta película son las magníficas interpretaciones de Peter Cushing y Christopher lee, especialmente el primero en el papel de Barón Frankenstein, con ese fino y elegante humor británico que siempre le acompañará. Parece que el personaje fuera creado específicamente para él y se nota que Cushing disfruta como un crío con lo que está haciendo. A pesar de que se les ha criticado a los dos actores, injustamente creo yo, por sus carencias interpretativas, limitadas a la Serie-B y a la Hammer, hay que reconocer que sus personajes de Drácula, Frankenstein, Sherlock Holmes o Van Helsing, entre otros, si no han sido los mejor interpretados, sí han resultado ser los más carismáticos.
Estamos ante una gran película de terror clásico y, a mi juicio, ante una de las mejores películas del a veces algo irregular Terence Fisher, que aquí se muestra más que capaz para competir y superar a los más grandes del cine. Filmada con bajo presupuesto y magníficamente en interiores, La Maldición de Frankenstein no pierde en ningún momento el pulso narrativo, se sigue con mucho interés e inquieta y divierte a partes iguales. Imprescindible para todos los seguidores del cine de terror con mayúsculas, de una forma de hacer cine que ya raramente se estila en este género, elegante y sin artificiales golpes de efecto. En ella todo se insinúa y funciona, sin necesidad de recurrir a litronas de hemoglobina barata y traidoras subidas de sonido para asustar al personal. Y es que nada le falta para ser una estupenda película de terror, una mansión tenebrosa, un pueblito perdido entre montañas, supersticiones, experimentos impíos, doctores excéntricos y monstruos del infierno.
Si todo ello no resultara suficiente, otra de las grandes razones para ver esta película son las magníficas interpretaciones de Peter Cushing y Christopher lee, especialmente el primero en el papel de Barón Frankenstein, con ese fino y elegante humor británico que siempre le acompañará. Parece que el personaje fuera creado específicamente para él y se nota que Cushing disfruta como un crío con lo que está haciendo. A pesar de que se les ha criticado a los dos actores, injustamente creo yo, por sus carencias interpretativas, limitadas a la Serie-B y a la Hammer, hay que reconocer que sus personajes de Drácula, Frankenstein, Sherlock Holmes o Van Helsing, entre otros, si no han sido los mejor interpretados, sí han resultado ser los más carismáticos.

5,2
9.520
6
10 de febrero de 2010
10 de febrero de 2010
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obviamente no estamos ante una película de Bergman. Tampoco se puede incluir dentro del grupo de las grandes comedias de la historia del cine. Es ésta una de esas películas para ver con los colegas con unas birras y pasar un buen rato. Cada película tiene sus momentos y yo recuerdo ver “Hermanos por pelotas” en ese plan y echarme unas risas.
Entiendo que a muchos les horrorice este tipo de películas, me parece lo más normal, pero eso sí, si así es no tiene mucho sentido dedicar un segundo a ver una película que se titula “Hermanos por pelotas”. La película no engaña en ningún momento y sabes desde el principio a qué atenerte. Hay que reconocer que es una película mala con pelotas, pero está hecha así a propósito y ése es el encanto que tiene. Es una comedia de sal gruesa, ordinaria, donde las palabras puta o jódete ocupan más de la mitad del guión; pero repito, si se ve sin prejuicios y en las circunstancias adecuadas puede provocar más de una carcajada. Además, el cachondeo que le echaron durante el doblaje Santiago Segura y Florentino Fernández hace que la película sea aún más divertida.
Ahora que la generación Ni-Ni (ni estudia ni trabaja) es una realidad que preocupa y abochorna a partes iguales a un Occidente cada vez más estúpido y aborregado, “Hermanos por pelotas” puede tener más contenido y ser una crítica social más afilada de lo que a primera vista puede parecer.
Entiendo que a muchos les horrorice este tipo de películas, me parece lo más normal, pero eso sí, si así es no tiene mucho sentido dedicar un segundo a ver una película que se titula “Hermanos por pelotas”. La película no engaña en ningún momento y sabes desde el principio a qué atenerte. Hay que reconocer que es una película mala con pelotas, pero está hecha así a propósito y ése es el encanto que tiene. Es una comedia de sal gruesa, ordinaria, donde las palabras puta o jódete ocupan más de la mitad del guión; pero repito, si se ve sin prejuicios y en las circunstancias adecuadas puede provocar más de una carcajada. Además, el cachondeo que le echaron durante el doblaje Santiago Segura y Florentino Fernández hace que la película sea aún más divertida.
Ahora que la generación Ni-Ni (ni estudia ni trabaja) es una realidad que preocupa y abochorna a partes iguales a un Occidente cada vez más estúpido y aborregado, “Hermanos por pelotas” puede tener más contenido y ser una crítica social más afilada de lo que a primera vista puede parecer.

6,9
79.186
5
17 de febrero de 2010
17 de febrero de 2010
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que nunca me ha gustado mucho James Bond. Siempre he sido más de Schwarzenegger o Bruce Willis, tipos que acababan las películas con la ropa raída, llenos de suciedad y de sangre, aunque fuera la ajena. El inglés siempre me ha parecido muy pijo y más un producto de marketing para vender coches y relojes que un verdadero héroe de acción. Es por eso que me cuento entre los que les ha gustado el nuevo James Bond interpretado por Daniel Craig. Me ha parecido un personaje más humano y coherente con su trabajo de agente secreto, ganando en frialdad y violencia, capaz además de recibir una hostia y despeinarse, cosa que parecía imposible en Pierce Brosnan, que lo peor que le podía suceder era que se le soltase la corbata.
Por lo demás, la historia es bastante flojita, apenas da para cubrir una hora de película. Se nota que durante la última media hora la película deambula perdida, intentando llenar metraje más mal que bien. Cuenta, eso sí, con alguna escena de acción muy conseguida, una emocionante partida de póquer y un Mads Mikkelsen que encarna a un memorable villano, siendo una pena que no le dedicasen más tiempo en la película. En definitiva, una entretenida película ideal para verla tirado en el sofá un domingo por la tarde.
Por lo demás, la historia es bastante flojita, apenas da para cubrir una hora de película. Se nota que durante la última media hora la película deambula perdida, intentando llenar metraje más mal que bien. Cuenta, eso sí, con alguna escena de acción muy conseguida, una emocionante partida de póquer y un Mads Mikkelsen que encarna a un memorable villano, siendo una pena que no le dedicasen más tiempo en la película. En definitiva, una entretenida película ideal para verla tirado en el sofá un domingo por la tarde.

6,4
8.102
6
4 de febrero de 2010
4 de febrero de 2010
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que la película se centre en personajes diferentes entre sí y sin ningún nexo en común, pero que todos ellos representen una etapa de la vida de Bob Dylan, es el mayor acierto de I´m not there, y al mismo tiempo, uno de sus grandes inconvenientes. Porque para los que desconocen la vida del artista les va a resultar difícil seguir el ritmo de la película sin caer en determinados momentos en el aburrimiento. Incluso para los Dylanitas la sensación, en general, no deja de ser agridulce. Me parece que a veces Todd Haynes piensa más en él mismo que en la persona objeto de la película, pecando de pretencioso en más de una ocasión, lo que hace que la película sufra de partes bastante irregulares. Como la incomprensible e innecesaria parte de Richard Gere, con el símil de fondo de Pat Garrett y Billy The Kid, o ciertas metáforas trasnochadas, como la de Dylan ametrallando al público.
No obstante, se trata de un biopic arriesgado, que rompe los cánones del género, consiguiendo muchos momentos más que notables. Es de agradecer que el director no se haya dedicado únicamente a esa imagen estereotipada que se tiene de Dylan relacionada con la canción protesta (término que él mismo aborrecía) y que se haya centrado en aspectos más atractivos de su persona, como su actitud de rebeldía permanente y a contracorriente, la etapa en que, a pesar de los insultos, enchufó la guitarra eléctrica y revolucionó el rock and roll, su lucha contra la mala prensa, o su intento de alejarse de la fama y dedicarse a su familia a finales de los sesenta.
En cuanto a las interpretaciones, destacar las de Cate Blanchett, en el papel del Dylan más identificable de la película, el del Blonde on Blonde y estrella del rock; y la de Heath Ledger, en una de sus últimas actuaciones, dando vida al Dylan de mediados de los setenta, en plena ruptura matrimonial. Ambos actores consiguen unas notables y creíbles actuaciones, y es en ellas donde más nos acercamos a la figura de Bob Dylan y donde la película se hace más interesante. En contraposición, las actuaciones de Christian Bale y Richard Gere son más frías e indiferentes.
Con todo, estamos ante una película irregular, pero a tener en cuenta, especialmente para los seguidores del músico. Es una película interesante, valiente e independiente, además de resultar ser un buen documento sobre la época. Por otro lado, el hecho de que Dylan siga vivo hace suponer que no será la película definitiva sobre el artista. También puede servir a aquél que quiera introducirse en la música del artista, pues la banda sonora de I´m not there es estupenda, con algunas versiones de temas como Tombstone Blues realmente buenas.
No obstante, se trata de un biopic arriesgado, que rompe los cánones del género, consiguiendo muchos momentos más que notables. Es de agradecer que el director no se haya dedicado únicamente a esa imagen estereotipada que se tiene de Dylan relacionada con la canción protesta (término que él mismo aborrecía) y que se haya centrado en aspectos más atractivos de su persona, como su actitud de rebeldía permanente y a contracorriente, la etapa en que, a pesar de los insultos, enchufó la guitarra eléctrica y revolucionó el rock and roll, su lucha contra la mala prensa, o su intento de alejarse de la fama y dedicarse a su familia a finales de los sesenta.
En cuanto a las interpretaciones, destacar las de Cate Blanchett, en el papel del Dylan más identificable de la película, el del Blonde on Blonde y estrella del rock; y la de Heath Ledger, en una de sus últimas actuaciones, dando vida al Dylan de mediados de los setenta, en plena ruptura matrimonial. Ambos actores consiguen unas notables y creíbles actuaciones, y es en ellas donde más nos acercamos a la figura de Bob Dylan y donde la película se hace más interesante. En contraposición, las actuaciones de Christian Bale y Richard Gere son más frías e indiferentes.
Con todo, estamos ante una película irregular, pero a tener en cuenta, especialmente para los seguidores del músico. Es una película interesante, valiente e independiente, además de resultar ser un buen documento sobre la época. Por otro lado, el hecho de que Dylan siga vivo hace suponer que no será la película definitiva sobre el artista. También puede servir a aquél que quiera introducirse en la música del artista, pues la banda sonora de I´m not there es estupenda, con algunas versiones de temas como Tombstone Blues realmente buenas.

5,2
49.840
7
12 de enero de 2011
12 de enero de 2011
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de “Alexander” es que cuando es mala lo es con ganas, y a eso se debe tan malas críticas y que esté, a mi juicio, infravalorada. Porque la película también contiene elementos de gran interés y de momentos de cine más que notables. La batalla de Gaugamela, con esas falanges macedonias aguantando a los persas mientras Alejandro carga con sus jinetes, es de lo mejor que se ha rodado nunca en cuestión de batallas. Otros puntos fuertes son la banda sonora, una gran fotografía, el tratamiento de la vida militar, las relaciones de Alejandro con sus soldados y su afán, en contraposición a estos, de extender su imperio hasta el más allá.
¿Qué falla en la película? Para mí uno de los grandes errores de la película es el haber invertido gran parte del presupuesto en un reparto de lujo, el cual podía haber sido destinado a la recreación de momentos fundamentales de la vida de Alejandro, como la batalla del Gránico o el asedio de Tiro, que apenas ni se mencionan en la película. A mí me da igual que aparezcan la Jolie o el Hopkins, pero ese salto narrativo que va desde el destierro de Alejandro hasta Gaugamela es imperdonable, que contribuye además a que la película parezca a veces una sucesión de secuencias mal hilvanadas.
Otras cosas que no funcionan son las relaciones de Alejandro con su madre y ese pretendido misticismo a la hora de tratar la vida sexual de Alejandro, cuestión de lo más intrascendente. Es durante estos momentos donde la película llega a aburrir y a exasperar, haciéndole restar unos cuantos puntos.
Por todo ello, “Alexander” es una película irregular y fallida en su conjunto, pero que cuenta también con momentos brillantes y puntos lo suficientemente interesantes. A diferencia de otros productos de usar y tirar, es una película que gana con el tiempo, pues muestra en todo momento cariño y respeto hacia la Historia. Y es que, a pesar de todo, “Alexander” es una película más adulta y superior a otras contemporáneas suyas, como “Troya” o “El Reino de los Cielos”.
¿Qué falla en la película? Para mí uno de los grandes errores de la película es el haber invertido gran parte del presupuesto en un reparto de lujo, el cual podía haber sido destinado a la recreación de momentos fundamentales de la vida de Alejandro, como la batalla del Gránico o el asedio de Tiro, que apenas ni se mencionan en la película. A mí me da igual que aparezcan la Jolie o el Hopkins, pero ese salto narrativo que va desde el destierro de Alejandro hasta Gaugamela es imperdonable, que contribuye además a que la película parezca a veces una sucesión de secuencias mal hilvanadas.
Otras cosas que no funcionan son las relaciones de Alejandro con su madre y ese pretendido misticismo a la hora de tratar la vida sexual de Alejandro, cuestión de lo más intrascendente. Es durante estos momentos donde la película llega a aburrir y a exasperar, haciéndole restar unos cuantos puntos.
Por todo ello, “Alexander” es una película irregular y fallida en su conjunto, pero que cuenta también con momentos brillantes y puntos lo suficientemente interesantes. A diferencia de otros productos de usar y tirar, es una película que gana con el tiempo, pues muestra en todo momento cariño y respeto hacia la Historia. Y es que, a pesar de todo, “Alexander” es una película más adulta y superior a otras contemporáneas suyas, como “Troya” o “El Reino de los Cielos”.
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