En el mundo actual donde todo es blanco o negro, bueno o malo, donde no existen los grises, esta película nos marca un punto, un oasis, donde nadie es perfecto cien por cien ni malo malísimo las 24 horas del día, donde para conseguir algo a veces te tienes que mojar el culo, y mucho, una película donde los personajes están vivos, no son rocas pétreas en las que nada hace mella, nooo, aquí viven, sufren y padecen, evolucionan, nada es lo que parece, nada está quieto, todo se va moviendo, la vida discurre inexorable y las personas con ella, ese pequeño microcosmos, ese pequeño pueblo va evolucionando, no sabemos hacia dónde, ni hacia qué, todo fluye, y nos lleva de la mano para que veamos su discurrir.
Los actores están sencillamente magníficos, a destacar tanto Frances McDorman como Woody Harrelson, dejaros llevar por el director, disfrutad de la peli, luego toca pensar y reflexionar sobre lo que nos han contado.

Prometía la serie, los nombres atraían con Emilio Aragón a la cabeza, en el reparto unos cuantos actores y actrices conocidos y con gancho. La premisa era difícil pero atractiva y el primer episodio no arranca mal.
Hasta aquí todo lo bueno que se puede contar de pulsaciones.
Confirme pasaban los episodios la dinámica era una cuesta abajo cada vez con mayor pendiente hasta ese final sonrojante que da vergüenza ajena.
Molesta la fraglante tomadura de pelo, la enorme perdida de tiempo y la estupidez con que resuelven el último capítulo, aunque ya se veía venir desde hacía ya bastante.
Todo era alargar una trama sin ton ni son, para llenar capítulos y colocar anuncios entre medio, pero por lo menos podían tener algo de vergüenza y acabar la serie, porque si esperan continuarla se van a quedar solos, este bodrio no da para llenar ni un minuto más. El final es digno de la sala de los horrores de las peores series de la historia, el sueño de Resines en los Serrano es una obra maestra comparado con ésto.
Hagan lo que se les ocurra pero no pierdan ni un segundo con esta bazofia.

Un atentado donde mueren ocho personas es el interesante punto de partida de esta serie, uno se imagina una investigación, un argumento serio que nos lleve a una verdad oscura y oculta, pero enseguida todo se desmorona como un castillo de naipes, no es que caiga poco a poco, es que se derrumba ya desde el inicio, la trama parece que la han pensado en una noche de copas, muchas copas, donde todo vale y suena bien, los personajes centrales son en su mayoría tan ridículos que los actores no saben por donde tirar ni salir, los malos son de chiste, completamente absurdos, ni salidos de un tebeo de Mortadelo y Filemón, los buenos vergonzosos simplemente.
Lo único bueno es que tampoco hay que esperar mucho para darse cuenta del desastre, muy pronto ya suenan las alarmas en tu cerebro que te avisa del gigantesco bodrio que tienes delante. La serie tiene algunos fallos que son difíciles de explicar, parece que ni los propios autores la hayan visto.
En definitiva, un producto donde solo hay un envoltorio bonito, dentro no hay nada, solo una sucesión de despropósitos.

El primer episodio te dejará pegado al sillón y enseguida querrás continuar con los siguientes, es hipnótico, cómo una concatenación de sucesos pueden traer semejantes consecuencias, el guión es fantástico, se nota la mano de los Cohen sobretodo por ese humor negro tan característico suyo, los personajes son fantásticos, desde el perdedor y su evolución hasta convertirse en un triunfador, pasando por la agente mucho más inteligente de lo que podría parecer en un primer momento, el jefe tan necio como buena persona, la pareja de gánsteres tan peculiar, hasta llegar al principal, el asesino que encarna al mal en estado puro, esencia de maldad mezclada con un código y un humor extraños que lo convierten en un ser muy especial, en definitiva, una galería de personajes realmente curiosos, y todo esto envuelto en los paisajes desolados de Minesota, donde seguro que nunca pasa nada. También destacable el elenco de actores, todos estupendos, mención especial para Billy Bob Thornton, fabuloso.
Al que no la haya visto le envidio, porque va a disfrutar muchísimo con ella.

Comedia típica española cargada de buenas intenciones. El peso de la película lo llevan los actores, un reparto coral que consigue su objetivo, que no es otro que arrancarnos alguna risa y hacernos pasar un rato agradable. Por lo demás, la historia parece escrita por un niño, el director sabe lo que tiene entre manos y cumple. Poca cosa más se puede decir. Entretenida.
Curioso cómo se empeñan en esconder que Inma Cuesta ha cogido algunos kilos, porque está igual de guapa o incluso más.