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Críticas ordenadas por utilidad
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7,7
52.916
6
19 de febrero de 2020
19 de febrero de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo la mayoría de las críticas profesionales pareciera que nos encontrábamos ante la película del año: impresionante, angustiosa, sorprendente, vibrante, febril, magistral,.....son algunos de los epítetos de nuestros "expertos" patrios. Los criterios de algunos de estos señores continúan constituyendo un misterio insondable para mi inteligencia. O son mucho más listos que yo o hay intereses inconfesables de por medio que por fuerza se me escapan.
Innegable su calidad técnica y cabe calificar de prodigioso su simulación del plano secuencia único. Algunos de los cortes realizados resultan evidentes, pero no por ello desmerecen. Dicen que algún plano secuencia real dura más de 8 minutos y la coordinación de los mismos es simplemente admirable.
Pero...... ¿para qué? ¿Qué historia pretenden contarnos? ¿Que opinión trasladan los creadores sobre la contienda más inhumana (hasta la siguiente, claro), la llamada Gran Guerra de su tiempo? Pues parece que una opinión casi infantil: soldados muy buenos en un lado (el suyo) y muy malos en el otro (el enemigo). Cuando le prometen a uno que va a deleitarse con una buena película sobre la Gran Guerra, inmediatamente se aparece en nuestra mente una de las obras maestras de Kubrick (perdón por la redundancia), Paths of Glory. La comparativa simplemente no ha lugar, sería un ejercicio demasiado cruel. Alguna crítica incluso osó comparar el convencional, pero a la vez poco creible, periplo del soldado protagonista de esta fallida 1917 con el lento e hipnótico descenso (realmente ascenso) a los infiernos del Capitán Willard en Apocalypse Now. Sacrilegio es la única palabra que me viene a la mente para calificar tal ejercicio.
Lo Mejor: Es técnicamente incuestionable, incluso hay que reconocer que el alarde técnico de la simulación del plano secuencia único ni siquiera se hace pesado.
Lo Peor. La vacuidad de la historia narrada. Infantil, superficial, simplona, previsible, convencionalmente rebosante de insulso nacionalismo (británico, en este caso, pero qué más da).
Innegable su calidad técnica y cabe calificar de prodigioso su simulación del plano secuencia único. Algunos de los cortes realizados resultan evidentes, pero no por ello desmerecen. Dicen que algún plano secuencia real dura más de 8 minutos y la coordinación de los mismos es simplemente admirable.
Pero...... ¿para qué? ¿Qué historia pretenden contarnos? ¿Que opinión trasladan los creadores sobre la contienda más inhumana (hasta la siguiente, claro), la llamada Gran Guerra de su tiempo? Pues parece que una opinión casi infantil: soldados muy buenos en un lado (el suyo) y muy malos en el otro (el enemigo). Cuando le prometen a uno que va a deleitarse con una buena película sobre la Gran Guerra, inmediatamente se aparece en nuestra mente una de las obras maestras de Kubrick (perdón por la redundancia), Paths of Glory. La comparativa simplemente no ha lugar, sería un ejercicio demasiado cruel. Alguna crítica incluso osó comparar el convencional, pero a la vez poco creible, periplo del soldado protagonista de esta fallida 1917 con el lento e hipnótico descenso (realmente ascenso) a los infiernos del Capitán Willard en Apocalypse Now. Sacrilegio es la única palabra que me viene a la mente para calificar tal ejercicio.
Lo Mejor: Es técnicamente incuestionable, incluso hay que reconocer que el alarde técnico de la simulación del plano secuencia único ni siquiera se hace pesado.
Lo Peor. La vacuidad de la historia narrada. Infantil, superficial, simplona, previsible, convencionalmente rebosante de insulso nacionalismo (británico, en este caso, pero qué más da).

7,2
36.365
8
19 de febrero de 2020
19 de febrero de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Promete mucho en su primera media hora. El cóctel resultante de mezclar ternura e ingenuidad infantil con un cubito de la más abyecta ideología que ha parido la cruelísima raza humana resulta en un ejercicio intelectual de lo más estimulante. El Hitler imaginario, simpático y pueril (no es spoiler, que aparece en el trailer) no deja de producirnos una sensación ambivalente, incluso incómoda a veces, lo que sin duda supone un clarísimo acierto de la obra. Los personajes, monstruosos en origen, pero que se presentan caricaturizados, deformados valientemente por el encantador prisma de los ojos de un crío de 10 años, prometen una continua dialéctica interna, un ejercicio apasionado sobre los límites de la libertad creativa que parece imponersele al espectador para sacarle de su zona de confort.
Pero llegamos a la segunda mitad con las espectativas en todo lo alto y, con el pretexto de que la realidad siempre acaba imponiéndose (los niños se hacen mayores, a veces a fuerza de recibir las hostias de la vida, especialmente tremendas en tiempos de guerra) el original ejercicio intelectual se acaba. La historia pierde frescura y comienza a navegar por narrativas más convencionales y previsibles. Hitler vuelve a ser muy malo, los judios muy buenos, la guerra produce héroes y villanos habituales, ganan los buenos (los americanos, que tampoco creo que sea spoiler; es más, ni siquiera es verdad, que fueron los rusos)..... y el director salva su culo guareciéndolo de posibles críticas, censuras y/o querellas judiciales.
Y es que a uno se le quedan ganas de que el director tuviese algo más de coraje. Nos prometen un experimento valiente, original, incluso incómodo y acabamos descubriendo que hemos entrado a ver "simplemente" una peli familiar, divertida y tierna. Pues bueno, pues vale.
Lo Mejor: La primera media hora, el planteamiento inicial es valiente y muy original. Sam Rockwell vuelve a estar brillante, más allá de los anuncios en las afueras.
Lo Peor: terminan acochinándose en tablas. Al director, al productor, a los guionistas o a todos a la vez, les entra vértigo libertario, advierten que empiezan a pisar terrenos pantanosos y reculan hacia el convencionalismo.
Pero llegamos a la segunda mitad con las espectativas en todo lo alto y, con el pretexto de que la realidad siempre acaba imponiéndose (los niños se hacen mayores, a veces a fuerza de recibir las hostias de la vida, especialmente tremendas en tiempos de guerra) el original ejercicio intelectual se acaba. La historia pierde frescura y comienza a navegar por narrativas más convencionales y previsibles. Hitler vuelve a ser muy malo, los judios muy buenos, la guerra produce héroes y villanos habituales, ganan los buenos (los americanos, que tampoco creo que sea spoiler; es más, ni siquiera es verdad, que fueron los rusos)..... y el director salva su culo guareciéndolo de posibles críticas, censuras y/o querellas judiciales.
Y es que a uno se le quedan ganas de que el director tuviese algo más de coraje. Nos prometen un experimento valiente, original, incluso incómodo y acabamos descubriendo que hemos entrado a ver "simplemente" una peli familiar, divertida y tierna. Pues bueno, pues vale.
Lo Mejor: La primera media hora, el planteamiento inicial es valiente y muy original. Sam Rockwell vuelve a estar brillante, más allá de los anuncios en las afueras.
Lo Peor: terminan acochinándose en tablas. Al director, al productor, a los guionistas o a todos a la vez, les entra vértigo libertario, advierten que empiezan a pisar terrenos pantanosos y reculan hacia el convencionalismo.

6,9
23.894
6
22 de julio de 2023
22 de julio de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso, película muy bien realizada (se han gastado un pastón). Con buenas actuaciones, especialmente Margot Robbie, que este debe ser su año, pero orientada desde el principio al exceso, tanto sexual, visual, sonoro, de violencia, como de la propia trama. El exceso por sí solo no es negativo: que el producto audiovisual sólo deje tras de sí el recuerdo de dicha superflua desmesura, sí que desmerece el producto.
LO MEJOR: Técnicamente bien realizada. La música es casi perfecta. Alguna actuación es sobresaliente
LO PEOR: Más allá del exceso audiovisual, queda poco. Además ya hay superávit de películas de metacine (cine que habla del propio cine).
LO MEJOR: Técnicamente bien realizada. La música es casi perfecta. Alguna actuación es sobresaliente
LO PEOR: Más allá del exceso audiovisual, queda poco. Además ya hay superávit de películas de metacine (cine que habla del propio cine).
5
6 de mayo de 2025
6 de mayo de 2025
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enésima serie que presenta un fin del mundo pueril, convencional y chovinista. Si criticábamos los apocalipsis hollywoodienses por, entre otras muchas cosas, ser prepotentes y pasar olímpicamente del destino del resto del mundo, éste es similar, pero con acento porteño. Todos tenemos una patria, igual que tenemos un trasero, pero por el mismo sólo suele salir materia maloliente, al menos para el resto de los mortales. Ya Josep Pla decía aquello de "El nacionalismo es como un pet, no més le agrada a qui se'l tira" y ni siquiera él consiguió librase de esa "enfermedad infantil", como la calificó Einstein.
Y no se me entienda mal; respeto el cine argentino. El Secreto de sus Ojos y Relatos Salvajes son casi perfectas, y en ambas aparece Darín. Aquí también, pero me temo que es la única coincidencia. Tuve que ver la serie, porque en mi casa se admira el trabajo de Darín haga lo que haga y aquí lo que hace es simplemente poner la cara para internacionalizar mínimamente el churro doméstico. Debe ser que se lo debía a su infancia o a su juventud, cuando debió tropezarse con el comic de marras, al parecer venerado por el Río de la Plata. O a que Netflix paga buena plata. Seguramente lo segundo.
Poco más. Amenazan con segundas partes, como si 6 horas no fuesen bastante para que uno se harte de nieve, bichos cutres y de paisaje y (estereotipado) paisanaje bonaerenses.
Lo Mejor: las actuaciones son en su mayoría solventes, Darín incluido (aunque para él 'solvente' sea una mala nota).
Lo Peor: La historia ya la han llevado al cine, a la TV, a la literatura o al comic entre 30.000 y 40.000 otras veces y ésta aporta poco más que una localización más sureña de la habitual.
Y no se me entienda mal; respeto el cine argentino. El Secreto de sus Ojos y Relatos Salvajes son casi perfectas, y en ambas aparece Darín. Aquí también, pero me temo que es la única coincidencia. Tuve que ver la serie, porque en mi casa se admira el trabajo de Darín haga lo que haga y aquí lo que hace es simplemente poner la cara para internacionalizar mínimamente el churro doméstico. Debe ser que se lo debía a su infancia o a su juventud, cuando debió tropezarse con el comic de marras, al parecer venerado por el Río de la Plata. O a que Netflix paga buena plata. Seguramente lo segundo.
Poco más. Amenazan con segundas partes, como si 6 horas no fuesen bastante para que uno se harte de nieve, bichos cutres y de paisaje y (estereotipado) paisanaje bonaerenses.
Lo Mejor: las actuaciones son en su mayoría solventes, Darín incluido (aunque para él 'solvente' sea una mala nota).
Lo Peor: La historia ya la han llevado al cine, a la TV, a la literatura o al comic entre 30.000 y 40.000 otras veces y ésta aporta poco más que una localización más sureña de la habitual.
30 de septiembre de 2019
30 de septiembre de 2019
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que todos, absolutamente todos, tenemos nuestra Historia de la Guerra Civil. Amenábar también tiene la suya, al parecer equidistante y con culpas compartidas. No es la mía y, supongo que en cada caso por diferentes motivos, tampoco será la de mucha otra gente.
Pero esto no es lo importante. Lo que se esconde detrás de esta valiente película (hacer películas sobre la GC en España es siempre un deporte de alto riesgo) no es el deseo de defender una postura política concreta, sino de hacer pensar sobre la política y de cómo ésta, a poco que se nos vaya de las manos (o, mas descriptívamente, a poco que se nos vaya de la razón y se nos baje demasiado hacia las tripas), puede convertirse en un mal sueño, de esos que producen monstruos que terminan devorándonos a todos.
Es por tanto una película pertinente, porque nuestra clase política, de forma bastante irresponsable, nos está arrastrando hacia aguas peligrosas y, aunque el barco parece ahora bastante más sólido, no está de más revisar el naufragio más dramático y tenebroso de la Historia moderna de nuestra nación, con la vista puesta en no repetir errores del pasado.
Película madura, de impecable factura, con actuaciones memorables, con respeto a los hechos históricos básicos (incluso demasiado respeto, a veces, que esto no deja de ser una película) y que busca hace pensar en una parte de nuestra Historia que no debemos olvidar demasiado. Película también muy personal, realmente personal al cuadrado, sobre cómo Amenábar entiende que debió vivir los días claves del inicio de la contienda la personalidad indómita del pretencioso y gruñón genio intelectual de Unamuno. También de cómo esta personalidad desciende, realmente se desmorona, al nivel de simple persona, quizás por primera vez en su vida, cuando la monstruosa irracionalidad del fascismo le desborda y atropella. Unamuno se jactaba de su racional rebeldía intelectual contra la dictablanda de Primo, contra la obsolescencia de la monarquía, contra los supuestos excesos de la república, hasta que apareció el monstruo irracional del fascismo que le dejó sin rebeldía, sin argumentos, sin palabras, sin fuerzas ... ¿o no?
LO MEJOR: Las actuaciones de Eduard Fernández, Tito Valverde y un enorme Elejalde. La ambientación. Y sobre todo la idea tras la película y su oportunidad.
LO PEOR: La música (el director insiste e insiste).... y que se quedan tantas cosas sin contar.
Pero esto no es lo importante. Lo que se esconde detrás de esta valiente película (hacer películas sobre la GC en España es siempre un deporte de alto riesgo) no es el deseo de defender una postura política concreta, sino de hacer pensar sobre la política y de cómo ésta, a poco que se nos vaya de las manos (o, mas descriptívamente, a poco que se nos vaya de la razón y se nos baje demasiado hacia las tripas), puede convertirse en un mal sueño, de esos que producen monstruos que terminan devorándonos a todos.
Es por tanto una película pertinente, porque nuestra clase política, de forma bastante irresponsable, nos está arrastrando hacia aguas peligrosas y, aunque el barco parece ahora bastante más sólido, no está de más revisar el naufragio más dramático y tenebroso de la Historia moderna de nuestra nación, con la vista puesta en no repetir errores del pasado.
Película madura, de impecable factura, con actuaciones memorables, con respeto a los hechos históricos básicos (incluso demasiado respeto, a veces, que esto no deja de ser una película) y que busca hace pensar en una parte de nuestra Historia que no debemos olvidar demasiado. Película también muy personal, realmente personal al cuadrado, sobre cómo Amenábar entiende que debió vivir los días claves del inicio de la contienda la personalidad indómita del pretencioso y gruñón genio intelectual de Unamuno. También de cómo esta personalidad desciende, realmente se desmorona, al nivel de simple persona, quizás por primera vez en su vida, cuando la monstruosa irracionalidad del fascismo le desborda y atropella. Unamuno se jactaba de su racional rebeldía intelectual contra la dictablanda de Primo, contra la obsolescencia de la monarquía, contra los supuestos excesos de la república, hasta que apareció el monstruo irracional del fascismo que le dejó sin rebeldía, sin argumentos, sin palabras, sin fuerzas ... ¿o no?
LO MEJOR: Las actuaciones de Eduard Fernández, Tito Valverde y un enorme Elejalde. La ambientación. Y sobre todo la idea tras la película y su oportunidad.
LO PEOR: La música (el director insiste e insiste).... y que se quedan tantas cosas sin contar.
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