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Críticas 68
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
8 de enero de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo de menos es la guerra de Yugoslavia, Bosnia y el Islam. 'En el camino', desde mi interpretación, muestra que los símbolos de identidad, llegados a cierto nivel de desarrollo humano, no son más que meros artificios. O muy onerosos artificios, si echamos la vista atrás, como le ocurre a la protagonista, y nos encontramos con barbaridades impresentables cometidas en su nombre.

Para mostrar esta idea la directora no se rompe el coco. Con una narración sin rodeos, un Islam moderno, un Islam integrista, una Bosnia laica y la comunidad serbobosnia desfilan por el film desprovistos de elementos que inviten al juicio de brocha gorda con la prensa dominical española bajo el brazo. Las motivaciones y los rencores de cada una están asociados de forma equilibrada. Causa efecto, sin más. Sólo se sale de la espiral la protagonista negándose a seguir agitando el monigote de las patrias, étnias o religiones.

Lo singular de la película es que, por las noticias que nos llegan, no abunda precisamente el ejemplo que da la protagonista negandose a sufrir por lo irremediable (las consecuencias de la guerra) Todo parece indicar que las reivindicaciones de la República Srpska para separarse de Bosnia no tardarán en aparecer en las pantallas de los informativos.

Por este motivo, porque va a la contra de lo que está por llegar, porque no estigmatiza, porque está rodada de forma diáfana y sobria, pero sin renunciar a la elegancia de algunas escenas -como el vídeo grabado con el móvil de su pareja durmiendo con el que se consuela cuando no está- 'En el camino' es una cinta muy destacable. Y es cine útil.
13 de abril de 2011
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia real de un policía que en un ataque de conciencia quiso denunciar algunas irregularidades y terminó delatando a sus compañeros y marcando un antes y un después en la historia de la policía de NY. Narración meticulosa e implacable. Desde un punto romántico o nostálgico, la ambientación, los exteriores, el vestuario setentero, con unos actores que no son conocidos, no es otra cosa que un auténtico viaje de placer. Mi interpretación en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Son comunes las películas en las que los policías se sumergen tanto en el mundo de la delincuencia y la miseria que llegan a formar parte de ella. No sólo por convertirse en delincuentes, sino también, desde la más firme moral, estar atrapados en su labor. Un ejemplo es 'Ley 627', de Tavernier. El protagonista, por su profesión, lleva una vida igual de miserable y sin rumbo que los yonquis a los que persigue. Y lo que hace, por muy en serio que se lo tome, tampoco sirve para nada.

En este caso, al principio vemos a los toxicómanos, dependientes, enganchados, forzados a vivir en la podedumbre por su adicción. Cuatro espabilados les sacan la sangre, la policía les trata como subhumanos. No valen más que el poco dinero que puedan reunir o los chivatazos que puedan dar. El protagonista, un policía, convive y trata con ellos en las calles. Su unidad ya ha traspasado hace tiempo la línea que diferencia el delito de la ley y simplemente impone su orden en el caos y saca provecho de ello.

Como es joven, es captado por una investigación de corrupción en la policía. Todavía no le ha dado tiempo a corromperse, tiene una carrera meteórica, es el eslabón débil de su grupo, corrupto hasta las orejas. Vemos que el personaje tiene sus desvelos por este motivo, que su padre le dice cariacontecido que todos saben que la policía es corrupta. Típicas chinitas diminutas pero que resquebrajan todo el cristal.Duda, pero al fin acude al ayudante del fiscal, se ofrece a colaborar, va de gallito, impone él las condiciones y....

...termina atrapado por los engranajes de la ley como un yonqui a la heroina. SU actitud chulesca del principio se va al garete. La gente con la que colabora va ascendiendo gracias a él y le abandonan por destinos mejores. Le van usando, para diferentes casos, unos y otros leguleyos. Todos sus compañeros le dan la espalda. Es un cadáver andante por las amenazas de muerte. Tiene que huir de la ciudad con su mujer y su hijo. Se le ve sudar, retorcerse de angustia. Comenta que cuando dice la verdad tiene la sensación de que miente. Su evolución no es distinta a la del yonqui que empieza en grandes fiestas, o la de la que termina puta engatusada por millonarios. Quería marcarse un punto a su favor e irremediablemente termina arruinando su vida. No parecía así al principio, pensaba que lo podía controlar, pero...

Por una veleidad moral pierde a todos sus amigos, trunca la vida de su familia, se convierte en un apestado y, encima, la ley también se vuelve contra él. Todo esto sin estar seguro de querer hacer lo que está haciendo. Y pierde el control de su delación. Termina contándolo todo. Enfrentado a todos. Solo. Y, además, proscrito para toda la vida en el cuerpo de policía. Su destrucción psíquica es devastadora. La película muestra cómo los débiles o los que dudan por un instante pero para siempre, los que dan ese traspiés de no dejarse llevar, en cualquier sentido o condición, pueden ser machacados, deglutidos y escupidos de la vida.
3 de febrero de 2011
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Faltaban un par de años para que Croacia se llenase de llaveros de Snoopy con el uniforme ustacha o para que en Serbia proliferaran las banderas con el águila bícefala, sin la estrella roja, y los partidos chetniks. En la gestación de este clima Goran Markovic rodó 'Vec Vidjeno', una cinta sobre las heridas sin cicatrizar de la revolución partisana y la decadencia del ideal comunista tras el sesentayochismo. Si bien lo hizo a través de la mente de un protagonista de personalidad reprimida y con instintos psicopáticos, no es una película del género 'serial killer' al uso, aunque leo en imdb que así fue publicitada en la prensa yugoslava. Es mucho más.

Un apabullante Mustafa Nadarevic, Mihailo, es un profesor de piano en la Yugoslavia de 1971. Dos pequeños detalles dejan ver cuál era la situación del país: en un informativo dan la noticia de la destitución de Aleksandar 'Leka' Rankovic', lugarteniente de Tito, encargado de la seguridad del dictador y que velaba por Yugoslavia con mano de hierro. Tras las manifestaciones del 68 y las rebeliones nacionalistas en Croacia, llegó la Constitución del 72 y cierto lavado de cara del régimen. La caída de Rankovic fue el gesto más importante dentro de estas reformas; al mismo tiempo, Markovic nos muestra juventud arrogante y vaga apostada en las esquinas, juventud que le da al karate y juventud que tatarea a los Rolling Stones y de mayor quiere ser modelo de pasarela.

El país de los partisanos había cambiado de cabo a rabo.

Continúo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En este contexto, con los nuevos aires, la bellímisma Anica Dobra , Olgica, (que debutaba en la gran pantalla), siempre con minifalda, siempre de rojo, seduce sin buscarlo al profesor de piano de un centro educativo. Un pianista que llevaba décadas sin tocar. Encaprichada inicia una relación sexual sin compromiso con él. Pero resulta que este hombre es un tipo singular. Reprimido, tímido, le cuesta desenvolverse. Está mortificado. Aunque al final, en una terapia a base de coitos, va volviendo a la vida.

Fue un niño que no salía de las faldas de su madre. De una familia acomodada, siempre vestido de marinerito. Su padre estaba relacionado con el mundo del espectáculo y era un bon vivant. Terminó divorciándose de su mujer y haciéndole daño.

Todos estos recuerdos van volviendo a la mente del protagonista en su romance con Olgica. Comparte piso con otra familia, pero su espacio, que parece una alcoba con trastos viejos, un desván, resulta que lo conserva tal cual lo dejaron sus padres. Olgica se prueba trapos de su madre, enreda en sus estuches, joyeros... todo esto funciona como 'madalenas de Proust' con las que Mihailo va recuperando la memoria.

Llegaron los partisanos y sentenciaron a muerte a su padre por colaboracionista. Su madre enfermó, tras intentos de suicidio, y terminó postrada en la cama. Él no pudo cuidarla porque una familia, que ocupó literalmente su casa en nombre de la revolución, se lo impidió. La madre muere. Él se queda solo. Arrinconado. Aguantando durante años los cánticos de un partisano borracho y sus camaradas en la habitación de al lado, sin tabique, separados por una estantería.

Tras regresar a la vida, a su mente, tal y como la dejó veinte años atrás, al tomar conciencia, vuelve a encontrarse con lo mismo. La chica, muy comprometida con el sistema, utiliza la revolución (una obra de teatro que han de realizar en el centro) para trepar. En eso se había convertido el Partido Comunista en todos los países del Este. En una mentira para arribistas. No en vano, Olgica no tarda en mostrar interés únicamente en que Mihailo toque en piano en la función organizada por ella, gracias a la cual, si es un éxito, podrá entrar en el partido y comparse un piso propio (el problema de la vivienda es recurrente en el film, familias compartiendo, una frase de un viejo "pocos de Belgrado vivimos en el viejo Belgrado").

Y para rematar, Olgica se entretiene con el joven, guapo y ufano profesor de karate. Mihailo se siente utilizado. Para Olgica es natural. Sus caprichos son lo primero, reivindica. Como una ideología cuyo epitafio reza que utilizó al hombre a su servicio, en lugar de al revés: el comunismo. Entonces Mihailo estalla y, ahora sí, comienza una película gore al clamor de una sentencia: el odio se alimenta de odio.
9 de abril de 2020
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos amplia oferta de series, más que amplia infinita, pero no hay dios que acierte. Aquellos años 00 en los que todas eran buenas, excelentes, mejores que el cine, ya hace mucho que pasaron. Encontrar algo que pueda reproducir aquellos momentos de Soprano, Six Feet Under, Wire, Deadwood, En terapia, etc... es milagroso. Y ese milagro se ha producido. Succession es una joya. Si The thick of it era probablemente la mejor comedia que jamás había visto un servidor, Succession es lo mismo pero regado de presupuesto y recursos. No hace falta extenderse mucho más. Es perfecta y es la joya que nos queda.
11 de enero de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Familia Topalovic, seis generaciones de varones viven en la misma casa. No hay mujeres, todas han muerto. Y todos regentan una funeraria cuya herencia se disputan a golpes. Se trata de una comedia salvaje de humor criminal. A semejantes sujetos sólo les falta enfrentarse a alguien de su ralea y, efectivamente, así sucede con una familia rival. La locura no tendrá freno durante todo el metraje.

Vaya por delante para comprender qué clase de humor es éste que, en un momento dado, uno de los dueños de la funeraria, deseando expandir el negocio en la década de los treinta, elogia el progreso que representa Alemania ¡el futuro! con la incipiente tecnología para la incineración de cadáveres.

En la ex Yugoslavia está considerada una de las mejores películas de todos los tiempos, si no la mejor. Muy recomendable para quien se haya reído a mandíbula batiente con los desmadres que hicieron famoso mundialmente a Kusturica.
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