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7,7
21.555
9
12 de abril de 2021
12 de abril de 2021
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Anthony Hopkins es una actor soberbio no se le escapa a nadie a estas alturas.
Su manera de retratar la confusión, la desconfianza, el orgullo herido, la desnortación propia de un enfermo avanzado de Alzheimer es impecable; quizá sólo al alcance de unos pocos genios del celuloide con todas las tablas del mundo.
Me creo absolutamente su interpretación. Además, el guión está hábilmente escorado hacia el thriller, con lo que la intriga aporta aún más interés a desentrañar lo que ocurre. Y lo que ocurre (he aquí lo novedoso de esta película) no está retratado bajo el prisma de quien cuida a un enfermo, sino del propio enfermo, con todas las desconexiones, olvidos y confusiones, propias de la enfermedad.
Hay un libro magnífico de Donald Ray Pollock llamado Knockemstiff que me gustó mucho, entre otras cosas porque había uno de los relatos que estaba contado precisamente por otro enfermo de Alzheimer, imagináos la impresión al leer un relato tan deslavazado e inconexo, pero genial.
Pocos peros que poner a esta película, me he emocionado, he sentido inquietud por las partes turbias no explicadas del todo (ni falta que hace, es parte de su encanto) y en definitiva, una gozada de película, de las mejores del año sin lugar a dudas.
Su manera de retratar la confusión, la desconfianza, el orgullo herido, la desnortación propia de un enfermo avanzado de Alzheimer es impecable; quizá sólo al alcance de unos pocos genios del celuloide con todas las tablas del mundo.
Me creo absolutamente su interpretación. Además, el guión está hábilmente escorado hacia el thriller, con lo que la intriga aporta aún más interés a desentrañar lo que ocurre. Y lo que ocurre (he aquí lo novedoso de esta película) no está retratado bajo el prisma de quien cuida a un enfermo, sino del propio enfermo, con todas las desconexiones, olvidos y confusiones, propias de la enfermedad.
Hay un libro magnífico de Donald Ray Pollock llamado Knockemstiff que me gustó mucho, entre otras cosas porque había uno de los relatos que estaba contado precisamente por otro enfermo de Alzheimer, imagináos la impresión al leer un relato tan deslavazado e inconexo, pero genial.
Pocos peros que poner a esta película, me he emocionado, he sentido inquietud por las partes turbias no explicadas del todo (ni falta que hace, es parte de su encanto) y en definitiva, una gozada de película, de las mejores del año sin lugar a dudas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Especial atención a la frase "estoy perdiendo todas las hojas". Soy como un árbol que estuviera perdiendo las hojas.
-Quiero volver con ella.
-Con su hija?
-No, con mi mamá.
Volver a ser un niño perdido que necesita la seguridad y el calor del seno materno.
Aterrador en toda su crudeza. Y magistral.
-Quiero volver con ella.
-Con su hija?
-No, con mi mamá.
Volver a ser un niño perdido que necesita la seguridad y el calor del seno materno.
Aterrador en toda su crudeza. Y magistral.

7,6
1.803
8
5 de noviembre de 2020
5 de noviembre de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de las películas que marcaron mi adolescencia completamente. Forma parte, por derecho propio, de mi educación sentimental. Trata de saber perder o, al menos, de aprender a encajar todo lo malo o mediocre que nos va a tocar a lo largo de la vida, que por desgracia, suele ser bastante, según suerte y acierto personal.
El planteamiento no puede ser más sencillo, un joven adolescente debe incorporarse al mundo laboral debido a las dificultades económicas dentro de una familia humilde. El tratamiento de la película es sobrio, no hay apenas música, se dice más con silencios que con palabras y, en definitiva, se retratan muchas de las miserias de la condición humana en una exposición muy sencilla de los acontecimientos.
La lucha por el puesto laboral, esa sensación de pelear por migajas, puestos grises y alienantes destinados a los que provienen de un medio proletario, sin apoyo de ningún tipo ni opciones para aspirar a algo más edificante. La eterna soledad del que no es nadie y además es tímido, ese yo pertrechado dentro de uno mismo que todos hemos sido a edades tempranas y quizá somos todavía, cuando no nos vemos capaces de fingir para formar parte del rebaño y ser aceptados. La lucha también por el amor, por ser correspondido en un mundo que parece un supermercado, donde sólo las mejores piezas tienen postor asegurado y los demás, la gente normal, deben buscarse la vida para encontrar algo de cariño.
Una radiografía de muchos de los males de este mundo y de esta sociedad tan ajena, hostil y extraña para la gente mediocre con ganas de escapar y sin medios para hacerlo.
(SIGO EN ZONA SPOILER)
El planteamiento no puede ser más sencillo, un joven adolescente debe incorporarse al mundo laboral debido a las dificultades económicas dentro de una familia humilde. El tratamiento de la película es sobrio, no hay apenas música, se dice más con silencios que con palabras y, en definitiva, se retratan muchas de las miserias de la condición humana en una exposición muy sencilla de los acontecimientos.
La lucha por el puesto laboral, esa sensación de pelear por migajas, puestos grises y alienantes destinados a los que provienen de un medio proletario, sin apoyo de ningún tipo ni opciones para aspirar a algo más edificante. La eterna soledad del que no es nadie y además es tímido, ese yo pertrechado dentro de uno mismo que todos hemos sido a edades tempranas y quizá somos todavía, cuando no nos vemos capaces de fingir para formar parte del rebaño y ser aceptados. La lucha también por el amor, por ser correspondido en un mundo que parece un supermercado, donde sólo las mejores piezas tienen postor asegurado y los demás, la gente normal, deben buscarse la vida para encontrar algo de cariño.
Una radiografía de muchos de los males de este mundo y de esta sociedad tan ajena, hostil y extraña para la gente mediocre con ganas de escapar y sin medios para hacerlo.
(SIGO EN ZONA SPOILER)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Esa escena final en el baile con el protagonista desolado, esperando a que llegue la chica a la que querría amar pero que nunca aparece. Como esas oportunidades en la vida que deseamos con todas nuestras fuerzas y al final nunca se producen. La chica que te habla no es en absoluto la que te gusta, la gente que se acerca a ti (los viejos que quieren beberse su botella de champán gratis) nunca lo hace por las razones adecuadas y al final, toca sobrevivir con lo que sea, lo poco que hayas podido conservar de entre los pedazos de tus ilusiones.
Esta película va de la maravillosa estética del perdedor, que no es en absoluto bello en su derrota, pero sí dignísimo, aceptando las cosas tal como le llegan y al final, bailando en la conga de la vida, alegrándote casi por no hundirte más, porque no queda otra que seguir bailando, aunque la música sea triste, la chica que te gusta jamás pueda ser para ti y la ilusión de tener un trabajo "para toda la vida" te convierta en un hombre gris hasta el fin de tus días y sin posibilidad de redención.
Porque de eso va la vida amigos, de saber perder aunque sea lo último que se quiera.
Esta película va de la maravillosa estética del perdedor, que no es en absoluto bello en su derrota, pero sí dignísimo, aceptando las cosas tal como le llegan y al final, bailando en la conga de la vida, alegrándote casi por no hundirte más, porque no queda otra que seguir bailando, aunque la música sea triste, la chica que te gusta jamás pueda ser para ti y la ilusión de tener un trabajo "para toda la vida" te convierta en un hombre gris hasta el fin de tus días y sin posibilidad de redención.
Porque de eso va la vida amigos, de saber perder aunque sea lo último que se quiera.

7,0
10.659
8
2 de febrero de 2024
2 de febrero de 2024
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué pillín el Vermut.
Cómo juega con los límites, cómo se arrellana en la frontera de las líneas rojas para hacer ver fácil lo difícil y recordarnos lo incómodo del envés sombrío de la especie humana. Me gusta ese riesgo, me gusta cómo en todo momento humaniza al monstruo, porque todos somos un dédalo de cosas buenas y malas, porque el maniqueísmo del bueno y malo sentencia pero no matiza, porque la realidad es un fresco trazado a base de claroscuros.
Me dejo de patraña grandilocuente. Me gusta el cine incómodo, pero no tanto. Es decir, algo que te remueva pero no provoque el vómito (me viene a la cabeza A Serbian Film, por ejemplo).
Vemos a un prota raro, con aristas sociales, con la sombra de la fatalidad asomando a su conciencia atribulada, blablabla. El chaval hace por socializar, por epatar con otras personas, busca el cobijo en la relación afectiva, lucha contra sus demonios. Pero al final, no hay personas buenas y malas (esto es un constructo por el cual, la sociedad conferimos atributos morales a personas para categorizarlas más cómodamente), sólo quedan las consecuencias de nuestros actos.
Lo fácil habría sido eso, llegar a los actos. Estaba viendo las escenas clave del final de la peli con cierta curiosidad, ¿llegará el director a entrar en materia y dejarse de sutilezas? ¿Veremos la cara terrible del ser humano?
Y sortea el gran conflicto de ver lo que no queremos con un par de trucos muy bien ensamblados. ¿Somos igualmente culpables de nuestras más oscuras fantasías que de los hechos flagrantes? Peli creíble y rematada a la perfección. Nada que objetar. Director diferente a lo que solemos ver en las pelis españolas y para mí, hasta ahora, su mejor peli.
Director a seguir, como ya sospeché desde que vi la singularísima Magical Girl.
Cómo juega con los límites, cómo se arrellana en la frontera de las líneas rojas para hacer ver fácil lo difícil y recordarnos lo incómodo del envés sombrío de la especie humana. Me gusta ese riesgo, me gusta cómo en todo momento humaniza al monstruo, porque todos somos un dédalo de cosas buenas y malas, porque el maniqueísmo del bueno y malo sentencia pero no matiza, porque la realidad es un fresco trazado a base de claroscuros.
Me dejo de patraña grandilocuente. Me gusta el cine incómodo, pero no tanto. Es decir, algo que te remueva pero no provoque el vómito (me viene a la cabeza A Serbian Film, por ejemplo).
Vemos a un prota raro, con aristas sociales, con la sombra de la fatalidad asomando a su conciencia atribulada, blablabla. El chaval hace por socializar, por epatar con otras personas, busca el cobijo en la relación afectiva, lucha contra sus demonios. Pero al final, no hay personas buenas y malas (esto es un constructo por el cual, la sociedad conferimos atributos morales a personas para categorizarlas más cómodamente), sólo quedan las consecuencias de nuestros actos.
Lo fácil habría sido eso, llegar a los actos. Estaba viendo las escenas clave del final de la peli con cierta curiosidad, ¿llegará el director a entrar en materia y dejarse de sutilezas? ¿Veremos la cara terrible del ser humano?
Y sortea el gran conflicto de ver lo que no queremos con un par de trucos muy bien ensamblados. ¿Somos igualmente culpables de nuestras más oscuras fantasías que de los hechos flagrantes? Peli creíble y rematada a la perfección. Nada que objetar. Director diferente a lo que solemos ver en las pelis españolas y para mí, hasta ahora, su mejor peli.
Director a seguir, como ya sospeché desde que vi la singularísima Magical Girl.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La única cosa que me rechina es la aceptación de la chica al monstruo de la noche a la mañana por haberse sacrificado en lo físico. Veo plausible que ella tenga esa parafilia del cuidador muy acentuada, pero no sé yo si resulta verosímil del todo hallar el perdón por algo tan tangencial.
Dicho sea de paso, perdón por lo que se piensa, se imagina, porque tampoco el protagonista hace nada, a fin de cuentas. Muy bien planteado el dilema moral de lo que no se hace, pero recibe igualmente la condena social.
Dicho sea de paso, perdón por lo que se piensa, se imagina, porque tampoco el protagonista hace nada, a fin de cuentas. Muy bien planteado el dilema moral de lo que no se hace, pero recibe igualmente la condena social.

7,0
4.203
5
22 de marzo de 2022
22 de marzo de 2022
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin veo una peli del afamado Asghar Farhadi y lo que he visto, tampoco me ha cambiado la vida, la verdad.
Venía con muy buenas críticas y lo cierto es que, sin estar mal, tampoco es una cinta que vaya a dejar mucho poso en mí como espectador. Reconozco un costumbrismo bien retratado, una buena radiografía de una sociedad anquilosada en un tiempo pasado indeterminado, a resultas de una dictadura férrea que resiste al paso del tiempo.
Después viene la historia, una colección de miserias donde se puede estar preso por deudas económicas (como hace no tanto tiempo, en este país) y sin posibilidad de redención hasta que no pagues. La peli me ha parecido bastante patética, en su acepción de gran padecimiento o angustia. Todo es demasiado triste, demasiado penoso y evidentemente sentimos empatía hacia el prota y sus infortunios. Nada le sale bien ni cuando le sale bien. Te das cuenta de lo difícil que es salir adelante cuando el sistema está podrido y nadie te ayuda. Lo que parecía una buena acción acaba por volverse en contra de él y la desesperación le hace perder los papeles, al no encontrar más salidas a su situación.
Pero la película me ha resultado reiterativa en exceso y hasta aburrida en algunas partes en las que me iba quedando dormido. Quizá lo que retrata está bien pero el ritmo acaba desapareciendo irremisiblemente. Y sí, amigos, contar una historia obliga a tener un pulso, a conferirle un ritmo que nos haga querer seguir atentos.
Con esta peli, a mí no me ha pasado, qué le vamos a hacer.
Venía con muy buenas críticas y lo cierto es que, sin estar mal, tampoco es una cinta que vaya a dejar mucho poso en mí como espectador. Reconozco un costumbrismo bien retratado, una buena radiografía de una sociedad anquilosada en un tiempo pasado indeterminado, a resultas de una dictadura férrea que resiste al paso del tiempo.
Después viene la historia, una colección de miserias donde se puede estar preso por deudas económicas (como hace no tanto tiempo, en este país) y sin posibilidad de redención hasta que no pagues. La peli me ha parecido bastante patética, en su acepción de gran padecimiento o angustia. Todo es demasiado triste, demasiado penoso y evidentemente sentimos empatía hacia el prota y sus infortunios. Nada le sale bien ni cuando le sale bien. Te das cuenta de lo difícil que es salir adelante cuando el sistema está podrido y nadie te ayuda. Lo que parecía una buena acción acaba por volverse en contra de él y la desesperación le hace perder los papeles, al no encontrar más salidas a su situación.
Pero la película me ha resultado reiterativa en exceso y hasta aburrida en algunas partes en las que me iba quedando dormido. Quizá lo que retrata está bien pero el ritmo acaba desapareciendo irremisiblemente. Y sí, amigos, contar una historia obliga a tener un pulso, a conferirle un ritmo que nos haga querer seguir atentos.
Con esta peli, a mí no me ha pasado, qué le vamos a hacer.

7,2
5.255
3
10 de septiembre de 2021
10 de septiembre de 2021
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Os animo a revisitar este supuesto clásico con los ojos de hoy. A revisar una historia lenta y plana, una dirección escueta, excesivamente sobria, una historia que va progresando de aquí para allá con un ritmo cansino y unos personajes perdedores con los que no terminamos de simpatizar gran cosa (salvo quizá Susan Sarandon, la ingenua chiquilla que no se entera de nada y de la que todos tratan de aprovecharse).
Me pasa con muchas películas. Las tengo en la lista de espera de clásicos para ver, porque mucha gente dice que es buena, porque la puntuación es alta, porque la dirigió el enfant terrible Louis Malle. Un día se alinean todos los astros y te dispones a verla. Te entra el sopor. Ocurre poco y lo que ocurre es mundano, anodino, sin estrella. La película va alargando el metraje y ya estás medio desconectado, ojeando el móvil y entendiendo que lo que pudo epatar hace cuarenta años, está deslucido por el paso del tiempo a día de hoy.
Pero ha pasado el tiempo, y la verdad desagradable asoma, como dijo el poeta. Envejecer, morir, es el único argumento de la obra.
La película es bastante coñazo, no hay más lecturas. La idea del viejo que quiere recuperar su dignidad y los años de frustraciones perdidas, tampoco es una idea nueva. Y probablemente se haya expuesto mejor en otras películas. Le iba a poner un cinco pero fue tal el aburrimiento que no puedo aprobarla. Me encantan los dos protagonistas, pero no en esta obra.
O como dijo Groucho Marx, he pasado una tarde estupenda.
Pero no ha sido esta.
Me pasa con muchas películas. Las tengo en la lista de espera de clásicos para ver, porque mucha gente dice que es buena, porque la puntuación es alta, porque la dirigió el enfant terrible Louis Malle. Un día se alinean todos los astros y te dispones a verla. Te entra el sopor. Ocurre poco y lo que ocurre es mundano, anodino, sin estrella. La película va alargando el metraje y ya estás medio desconectado, ojeando el móvil y entendiendo que lo que pudo epatar hace cuarenta años, está deslucido por el paso del tiempo a día de hoy.
Pero ha pasado el tiempo, y la verdad desagradable asoma, como dijo el poeta. Envejecer, morir, es el único argumento de la obra.
La película es bastante coñazo, no hay más lecturas. La idea del viejo que quiere recuperar su dignidad y los años de frustraciones perdidas, tampoco es una idea nueva. Y probablemente se haya expuesto mejor en otras películas. Le iba a poner un cinco pero fue tal el aburrimiento que no puedo aprobarla. Me encantan los dos protagonistas, pero no en esta obra.
O como dijo Groucho Marx, he pasado una tarde estupenda.
Pero no ha sido esta.
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