Más allá del argumento un tanto efectista y típico, está bien escrito y dirigido. Muchas referencias a películas clásicas, con un toque de humor ácido. La fotografía es muy buena. Y las interpretaciones son creíbles.

Me atrevería a decir que esta serie podría ser objeto de estudio en muchas de las más importantes universidades del planeta. La forma que tiene de analizar y exponer las relaciones y sentimientos humanos no lo ha hecho nunca una película o una serie cuyo eje principal sea el hampa. Es maravilloso ese enfoque.

Los primeros episodios son buenos, pero el desarrollo es lo que convierte a este show en el mejor de todos los tiempos (con permiso de The Wire), al menos en el apartado dramático. Pero ahí no nos quedamos, porque aparte de presentar arquetipos y destrozar estereotipos y clichés de nuestra era de una forma colosal, lo hace permitiéndose mostrar algo de humor, y hablo de un ingenio sobresaliente.

Sed pacientes y disfrutad cada escena, cada secuencia, cada diálogo, cada plano, porque cuando terminéis la serie querréis borrarla de vuestra memoria para disfrutarla de nuevo, tantas veces como fuese posible.

10/10

Esta tipo de cine se tenía que volver a realizar. Los programas sensacionalistas de la TV no son necesarios para reflejar la verdadera miseria de este tipo de barrios. Y se ha recuperado la esencia del estilo quinqui de una forma bastante plausible.

Que los personajes se interpreten prácticamente a ellos mismos le añade una credibilidad apabullante, y el juego de cámara no está mal, me gustan los planos y los encuadres. El único fallo que le veo bastante subrayable es que el guion y montaje es un poco confuso y caótico, pero al menos ata algunos cabos importantes.

Muy recomendable, en definitiva.

El cine debe existir por películas como esta. Las imágenes se fusionan con la música y nos ofrecen algo poético, puro.

La mirada de Masina es de lo más estremecedor que he visto en mi vida.

La música de Nino Rota es impresionante.

La forma de tratar la imagen en esta cinta solo lo pueden hacer los genios como Fellini.

Sabes que has visto una obra maestra cuando has captado un significado tan inconmensurable a través de la potencia de unas imágenes cautivadoras.

10/10.

El género del terror es uno de esos que ha sido sobreexplotado y que ha ofrecido una cantidad de cintas exagerada para encontrarnos con un escaso porcentaje que merezca realmente la pena. En los últimos años se ha impuesto el terror de sobresalto, de emoción, al terror psicológico, que es, desde mi punto de vista, el que causa un miedo más intenso y real, y duradero.

La coherencia interna en este género es de lo más importante. Y no vale recurrir a un deus ex machina, o a un todovale solo porque estés tratando un tema sobrenatural. Tienes que traerlo bien fundado. Aquí se consigue. Los mismos médicos no dudan de la eficacia del exorcismo, porque esa eficacia se basa en la sugestión, algo plausible en el campo de la psiquiatría y psicología. Ahora bien, ahí es donde se siembra la duda, ¿hasta dónde puede llegar la ciencia?

La madre, desesperada, hablará con un sacerdote que, a pesar de sus creencias, está bastante actualizado en temas de psiquiatría, y el exorcismo lo ve como un práctica obsoleta. No obstante, de nuevo, se siembra la duda, y al conocer el estado de la chiquilla se le crea un mar de inseguridades. Esto, para mí, es la clave de la película. Cómo la dualidad humana es inevitable, y la lucha del bien contra el mal se manifiesta a veces de las formas más extremas e inexplicables.

Maravillosa cinta que, de haberse hecho unos años más tarde, disfrutaría de unos efectos especiales que harían que la película fuese ya una bestialidad solo apta para los más valientes. Aún así, muy meritorio todo el apartado técnico.

7/10