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6,9
865
6
16 de abril de 2013
16 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Todo sobre Lily" es una cinta que tiene en sí justificación de ser por y para la actualidad juvenil que supone la sociedad de Japón (y Asia en general). Porque en tecnología son tan poderosos como la madre naturaleza pero socialmente hablamos de entornos fríos transformados en bucles sin salida para niños en plena transición hacia la madurez. "Castaway On The Moon" de Lee Hae-Joon hablaba de ese mundo asfixiante que aislaba a un hombre y a una hikikomori para vivir en sus respectivas islas: la esperanza se despojaba en la comprensión mutua y su consiguiente amistad. No faltaban recaídas y puestas de sol, pero el sello optimista de la película se palpaba desde el primer fotograma. En "Todo sobre Lily" la esperanza se encuentra en un universo intangible, un éter que les da 'razón de existencia' y en donde la puesta de sol sólo llega a asomarse en un verano fugaz.
A parte de algunas frases para el recuerdo del foro cibernético, lo más interesante de la película es el concepto 'etéreo' que quiere retratar sobre el contraste que hay en la vida. Planos que respiran cierto lirismo como el enfoque de la sombra de la niña, la escena de la cometa, el pez volador, el uso de la luz en un entorno más oscuro, un campo de cosecha dividido, los 'ruidos-que-no-son-ruidos' en la mente del protagonista... Todas estas escenas sirven para el principio de la misma cinta y para afianzar evolución en cada personaje degradado.
Todo el éter está concentrado en una diva del Pop ambiental (una Björk de menor calibre, dicho sea de paso): si el fanatismo tiene tanta relevancia en la juventud asiática no es por casualidad, no es por físico como en la sociedad norteamericana, ni es por moda... En la cinta, se busca en ella la 'espiritualidad' que ahogue sus gritos tal cuál una de las escenas finales del chico que llevaba cascos. En sus realidades no la encuentran, tienen padres faltos de responsabilidad, amistades condicionales y un entorno alrededor demasiado desalmado para comprenderlos. Aquí también inciden las escenas de chat dentro del universo virtual (y es que no por nada hay tanto hikikomori en Japón).
Todo esto conlleva a crearse un lugar de confort: el éter. Como un campo soleado de hierbas verdes, se respira paz. En la realidad, Yuichi es un mandado, cansado de intentar encajar; conoce los irremediables infortunios que acarrea esa vida: los problemas no existen: son. Es lo único que hay, pero "al igual que una luz fuerte genera una sombra oscura, lo mismo hace el éter" y en esa burbuja, nadie puede tocarlo. Nadie debe romper con el éter.* [Explicación spoiler]
Tras estos aportes que sustentan bastante bien la cinta y junto a un continuo ritmo marcado, llegan los defectos: peca de definir lo etéreo con imágenes 'videocliperas' que derivan en lo artificial, con falta de consistencia ante planos caóticos que no conllevan a nada. Las fotografías de Zhang Yimou o Wong Kar-Wai por ejemplo, no recurren a la pretensión porque lo plasmado habla por sí sólo: primero el contenido, luego la forma, es una norma que no se debe olvidar. Es decir, hay algo de paja estética que me parece innecesaria, y a parte de esa interesantísima fuente abstracta vital que se nos quiere mostrar, parte de un conjunto de tópicos explorados (y explotados) con esa misma visión desesperanzadora sobre una sociedad condenada a y por adolescentes 'rotos' en el abandono de la niñez a la adolescencia.
A parte de algunas frases para el recuerdo del foro cibernético, lo más interesante de la película es el concepto 'etéreo' que quiere retratar sobre el contraste que hay en la vida. Planos que respiran cierto lirismo como el enfoque de la sombra de la niña, la escena de la cometa, el pez volador, el uso de la luz en un entorno más oscuro, un campo de cosecha dividido, los 'ruidos-que-no-son-ruidos' en la mente del protagonista... Todas estas escenas sirven para el principio de la misma cinta y para afianzar evolución en cada personaje degradado.
Todo el éter está concentrado en una diva del Pop ambiental (una Björk de menor calibre, dicho sea de paso): si el fanatismo tiene tanta relevancia en la juventud asiática no es por casualidad, no es por físico como en la sociedad norteamericana, ni es por moda... En la cinta, se busca en ella la 'espiritualidad' que ahogue sus gritos tal cuál una de las escenas finales del chico que llevaba cascos. En sus realidades no la encuentran, tienen padres faltos de responsabilidad, amistades condicionales y un entorno alrededor demasiado desalmado para comprenderlos. Aquí también inciden las escenas de chat dentro del universo virtual (y es que no por nada hay tanto hikikomori en Japón).
Todo esto conlleva a crearse un lugar de confort: el éter. Como un campo soleado de hierbas verdes, se respira paz. En la realidad, Yuichi es un mandado, cansado de intentar encajar; conoce los irremediables infortunios que acarrea esa vida: los problemas no existen: son. Es lo único que hay, pero "al igual que una luz fuerte genera una sombra oscura, lo mismo hace el éter" y en esa burbuja, nadie puede tocarlo. Nadie debe romper con el éter.* [Explicación spoiler]
Tras estos aportes que sustentan bastante bien la cinta y junto a un continuo ritmo marcado, llegan los defectos: peca de definir lo etéreo con imágenes 'videocliperas' que derivan en lo artificial, con falta de consistencia ante planos caóticos que no conllevan a nada. Las fotografías de Zhang Yimou o Wong Kar-Wai por ejemplo, no recurren a la pretensión porque lo plasmado habla por sí sólo: primero el contenido, luego la forma, es una norma que no se debe olvidar. Es decir, hay algo de paja estética que me parece innecesaria, y a parte de esa interesantísima fuente abstracta vital que se nos quiere mostrar, parte de un conjunto de tópicos explorados (y explotados) con esa misma visión desesperanzadora sobre una sociedad condenada a y por adolescentes 'rotos' en el abandono de la niñez a la adolescencia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
*Pero al momento de no poder entrar al concierto de Lily, el "amigo" de Yuichi ha corrompido lo único que no podía corromper en la vacía vida de Yuichi, el propio éter. Más inquebrantable incluso que su ¿amor? hacia Kuno. La pantalla externa del concierto se apaga y con ella el confort de nuestro protagonista, que desencadenará en un asesinato. Esto manchará la reputación de Lily y el foro de fans sólo hablará sobre ese 'asesino' al que deben coger. Yuichi ya no tiene esperanza de vida ni en la realidad física, ni en la abstracta. Una visión mucho más trágica que en la de "Castaway On The Moon".

5,5
51.700
6
11 de agosto de 2012
11 de agosto de 2012
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Ted" me ha parecido una comedia de lo más simpática; consciente de sus clichés y filmada con un vacío de exploración técnica, reniega de ser una cinta 'fake' como por ejemplo supuso la reciente invasión de "Paul" (o hasta "Super 8") a la gran pantalla.
MacFarlane ha conseguido un buen resultado con el proceso de plasmación de sus personajes animados de "Padre de familia" a otros reales pero no muy diferentes aquí, evidenciándose la imposibilidad de crecimiento de esos personajes animados en contraste con los reales y situando a Ted en medio de estos dos mundos.
Es todo un conjunto risorio de gags ingeniosos con clichés harto previsibles que se enfocan en el más puro anhelo del espectador adulto: la inocencia y el recuerdo. La emoción que uno sentiría en el estreno de "La guerra de las galaxias. Episodio IV: Una nueva esperanza" o las lágrimas incesantes que antaño provocó "E.T., el extraterrestre", parecieron terminadas aún con Hollywood intentando revivirlos en estos dos últimos años mediante remakes, homenajes o vueltas a formatos clásicos, aunque por suerte o pena para mí, yo soy de los años noventa por lo que el concepto no se respalda tanto en mí.
La cinta refleja su verdadera idea en la nostalgia del espectador, con referencias a cintas ochenteras o la propia imagen del oso que parlotea chistes grotescos y facilones. En el pasado reside el futuro y en la maduración la nostalgia (como bien explican las críticas de Maldito Bastardo y antonio1004 que recomiendo leer), y es aquí donde se afinca su enorme interés.
Se nos muestra a un chico que pidió el deseo de hacer vivo a su oso de peluche y por arte de un milagro, se le concedió, al tiempo que su maduración quedaba inmóvil. De esta manera, surge el conflicto de la responsabilidad del chico una vez es mayor y es que uno no debe anclarse al pasado o descarriarse en la nostalgia, pero tampoco darlo por abandonado. Es el equilibrio lo que nos hace mejor persona, la línea trazada entre la maduración y la pesadumbre.
"Ted" es una de las mejores comedias que seguramente habrá este año, sus tópicos o escenas ridículas le son perdonadas porque son conscientes de ellas y sólo conllevan la función de transmitir el sincero mensaje que el director parece resaltar. Lejos de esto, el argumento es simple y se ve venir a leguas lo que va a ocurrir, pero repito que es un recurso utilizado eficazmente.
MacFarlane ha conseguido un buen resultado con el proceso de plasmación de sus personajes animados de "Padre de familia" a otros reales pero no muy diferentes aquí, evidenciándose la imposibilidad de crecimiento de esos personajes animados en contraste con los reales y situando a Ted en medio de estos dos mundos.
Es todo un conjunto risorio de gags ingeniosos con clichés harto previsibles que se enfocan en el más puro anhelo del espectador adulto: la inocencia y el recuerdo. La emoción que uno sentiría en el estreno de "La guerra de las galaxias. Episodio IV: Una nueva esperanza" o las lágrimas incesantes que antaño provocó "E.T., el extraterrestre", parecieron terminadas aún con Hollywood intentando revivirlos en estos dos últimos años mediante remakes, homenajes o vueltas a formatos clásicos, aunque por suerte o pena para mí, yo soy de los años noventa por lo que el concepto no se respalda tanto en mí.
La cinta refleja su verdadera idea en la nostalgia del espectador, con referencias a cintas ochenteras o la propia imagen del oso que parlotea chistes grotescos y facilones. En el pasado reside el futuro y en la maduración la nostalgia (como bien explican las críticas de Maldito Bastardo y antonio1004 que recomiendo leer), y es aquí donde se afinca su enorme interés.
Se nos muestra a un chico que pidió el deseo de hacer vivo a su oso de peluche y por arte de un milagro, se le concedió, al tiempo que su maduración quedaba inmóvil. De esta manera, surge el conflicto de la responsabilidad del chico una vez es mayor y es que uno no debe anclarse al pasado o descarriarse en la nostalgia, pero tampoco darlo por abandonado. Es el equilibrio lo que nos hace mejor persona, la línea trazada entre la maduración y la pesadumbre.
"Ted" es una de las mejores comedias que seguramente habrá este año, sus tópicos o escenas ridículas le son perdonadas porque son conscientes de ellas y sólo conllevan la función de transmitir el sincero mensaje que el director parece resaltar. Lejos de esto, el argumento es simple y se ve venir a leguas lo que va a ocurrir, pero repito que es un recurso utilizado eficazmente.

6,6
27.919
7
21 de enero de 2013
21 de enero de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Estaba haciendo mi proyecto y la primera vez salió perfecto, pero la segunda, no. Funcionó un poco, pero luego, no. Y no sé por qué.
-Quizás no lo entendiste la primera vez. La gente cree que la ciencia está aquí (señala al cerebro) pero también está aquí (señala al corazón). ¿La primera vez te entusiasmó tu proyecto?
-Sí
-¿Y la segunda vez?
-No, sólo quería acabarlo.
-Entonces, cambiaste las variables.
Tim Burton "escapa" de esa tumba llamada Disney para traernos una cinta que homenajea los inicios del cine fantástico con multitud de referencias: Drácula, Godzilla, el propio Vincent Price encarnado en el profesor 'loco', la brillante escena en donde se referencia el corto "Bambi Meets Godzilla" o el plano en el que sale una tumba de una gata con las palabras "Goodbye Kitty" (el gag es evidente).
Pero "Frankenweenie" no es un mero sinfín de referencias culturales a los orígenes del cine. Burton da rienda a una muestra personal de su forma de sentir el cine y hacerlo propio, y esa conversación inicial es la clave de ella, el secreto del buen cine: en todo experimento, la variable del corazón nunca puede faltar. El uso del concepto de la electricidad como forma de dar 'vida' a lo que uno recrea o reinventa. [SPOILER]La película inicia con Victor haciendo su propia cinta de monstruos que se convertirá en realidad llegados al clímax final[FIN SPOILER] y así mismo, se nos revela la vida de Tim en su trabajo: Hollywood es representada en las letras de New Holland, un terreno en donde sus experiencias como cineasta dieron su fruto. Vemos una obra que en tiempos pasados causó su despido y ahora es vanagloriado por los mismos que lo tacharon de 'extrañas ideas que aterrorizan a padres y ensucian la mente de sus niños', el cortometraje que honoraba al clásico Frankenstein transfigurado en un largometraje más enriquecido que destila belleza imaginativa, sentida e inteligente...
Las tumbas preparadas eran para las futuras cintas de un director flojo en sus últimos proyectos y nosotros el verdugo que las construyó. Burton parecía casi un cadáver hasta que, este año, por arte de electricidad, resucitó para volver a un cine que es vida en su mejor estado.
-Quizás no lo entendiste la primera vez. La gente cree que la ciencia está aquí (señala al cerebro) pero también está aquí (señala al corazón). ¿La primera vez te entusiasmó tu proyecto?
-Sí
-¿Y la segunda vez?
-No, sólo quería acabarlo.
-Entonces, cambiaste las variables.
Tim Burton "escapa" de esa tumba llamada Disney para traernos una cinta que homenajea los inicios del cine fantástico con multitud de referencias: Drácula, Godzilla, el propio Vincent Price encarnado en el profesor 'loco', la brillante escena en donde se referencia el corto "Bambi Meets Godzilla" o el plano en el que sale una tumba de una gata con las palabras "Goodbye Kitty" (el gag es evidente).
Pero "Frankenweenie" no es un mero sinfín de referencias culturales a los orígenes del cine. Burton da rienda a una muestra personal de su forma de sentir el cine y hacerlo propio, y esa conversación inicial es la clave de ella, el secreto del buen cine: en todo experimento, la variable del corazón nunca puede faltar. El uso del concepto de la electricidad como forma de dar 'vida' a lo que uno recrea o reinventa. [SPOILER]La película inicia con Victor haciendo su propia cinta de monstruos que se convertirá en realidad llegados al clímax final[FIN SPOILER] y así mismo, se nos revela la vida de Tim en su trabajo: Hollywood es representada en las letras de New Holland, un terreno en donde sus experiencias como cineasta dieron su fruto. Vemos una obra que en tiempos pasados causó su despido y ahora es vanagloriado por los mismos que lo tacharon de 'extrañas ideas que aterrorizan a padres y ensucian la mente de sus niños', el cortometraje que honoraba al clásico Frankenstein transfigurado en un largometraje más enriquecido que destila belleza imaginativa, sentida e inteligente...
Las tumbas preparadas eran para las futuras cintas de un director flojo en sus últimos proyectos y nosotros el verdugo que las construyó. Burton parecía casi un cadáver hasta que, este año, por arte de electricidad, resucitó para volver a un cine que es vida en su mejor estado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Por ahí leí que no acababa de gustar al dar un punto esperanzador y menos realista a la resucitación constante, perdiéndose el mensaje sobre el no retorno hacia la muerte natural. La película jamás se sustentó sobre bases realistas y tampoco tenía el interés de jugar con las leyes de la muerte y la vida, aunque sean constantes en el cine de Burton. Lo que hace es recrear una realidad alternativa: Tim Burton es Victor, la electricidad su pasión por el cine/experimento que crea/reinventa y el perro su proyecto deseado. De esta forma, Burton/Victor siempre podrá revivir su perro/película/experimento científico si es con electricidad/amor por lo que hace (junto al intelecto/conocimiento científico).
Aquel que concibe mediante plagio o apatía, crea un monstruo cinematográfico que deseará destruir después (y sino él, nosotros al menos).
Aquel que concibe mediante plagio o apatía, crea un monstruo cinematográfico que deseará destruir después (y sino él, nosotros al menos).
6
15 de diciembre de 2012
15 de diciembre de 2012
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi premonición fue acertada, 'El Hobbit' personalmente me parece inferior a la trilogía de 'El Señor de los Anillos'. La diferencia es que se torna menos sombría y más cómica, con diálogos más simples y personajes mucho menos carismáticos que algunos inolvidables de la trilogía, como los cuatro hobbits que dan inicio a "La comunidad del anillo". La razón de que en esta nueva saga los personajes sean menos complejos y por contra, la acción sea el verdadero protagonista, es porque en la misma novela, Tolkien la enfocó a un público infantil, contrario al de ESDLA.
En 'El Hobbit', Bilbo sale triunfante: un personaje lleno de simpatía, tan vívido y "hobbiteriano" fielmente trabajado. No sobran las características de su propia especie: huidor de los problemas, preconcebidamente temeroso, con buen gozo de la vida acomodaticia y sin buscar aventuras... Hasta que un día un mago se lo propone, dejar atrás una vida acomodada para exteriorizar y conocer el mundo que tanto en sus libros había leído. Una referencia hacia el presente en el que los videojuegos, internet o la tv son fuentes de recarga constante, casi inevitables para sobrevivir.
Los diálogos ya no cobran tanta relevancia pero la acción marcha a pasos gigantes, ligados a un nivel visual emocionante en el que los planos picados amplían su grandilocuencia como homenaje a los fans, ansiosos de rememorar lo que avistaron nueve años atrás. ¿Excesiva e innecesaria duración que da como resultado un espectáculo cansino? No lo creo. A pesar de que el abuso de cámara lenta en ciertas escenas le resta veracidad y belleza, toda la acción precipitada es tan aventurera como se pretendía. Porque de eso es de lo que nos habla 'El Hobbit', de correr una aventura en la que no parezca haber fin.
Peter Jackson ha querido homenajear el universo de Tolkien desde su punto de vista, un espectáculo para un público sediento de orcos, elfos, enanos y demás especies, sin prestarse a un público más juvenil para una historia de su talla. Añade nuevos personajes porque, como cita Gandalf al inicio de la película: "Toda gran historia merece estar adornada". Las comparaciones son odiosas y echar un reojo al pasado puede perjudicarnos la vista del presente. El aire forzado y levemente desgastado a aquella trilogía se enturbia para dar una -aunque justificada- menor grandilocuencia con una seriedad poco profunda. La aventura continuará el año que viene, "Lord of The Rings" es fantasía pasada.
En 'El Hobbit', Bilbo sale triunfante: un personaje lleno de simpatía, tan vívido y "hobbiteriano" fielmente trabajado. No sobran las características de su propia especie: huidor de los problemas, preconcebidamente temeroso, con buen gozo de la vida acomodaticia y sin buscar aventuras... Hasta que un día un mago se lo propone, dejar atrás una vida acomodada para exteriorizar y conocer el mundo que tanto en sus libros había leído. Una referencia hacia el presente en el que los videojuegos, internet o la tv son fuentes de recarga constante, casi inevitables para sobrevivir.
Los diálogos ya no cobran tanta relevancia pero la acción marcha a pasos gigantes, ligados a un nivel visual emocionante en el que los planos picados amplían su grandilocuencia como homenaje a los fans, ansiosos de rememorar lo que avistaron nueve años atrás. ¿Excesiva e innecesaria duración que da como resultado un espectáculo cansino? No lo creo. A pesar de que el abuso de cámara lenta en ciertas escenas le resta veracidad y belleza, toda la acción precipitada es tan aventurera como se pretendía. Porque de eso es de lo que nos habla 'El Hobbit', de correr una aventura en la que no parezca haber fin.
Peter Jackson ha querido homenajear el universo de Tolkien desde su punto de vista, un espectáculo para un público sediento de orcos, elfos, enanos y demás especies, sin prestarse a un público más juvenil para una historia de su talla. Añade nuevos personajes porque, como cita Gandalf al inicio de la película: "Toda gran historia merece estar adornada". Las comparaciones son odiosas y echar un reojo al pasado puede perjudicarnos la vista del presente. El aire forzado y levemente desgastado a aquella trilogía se enturbia para dar una -aunque justificada- menor grandilocuencia con una seriedad poco profunda. La aventura continuará el año que viene, "Lord of The Rings" es fantasía pasada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me sobran momentos cliché y previsibles que, lo dicho, refuerzan ese intento por homenajear a la clásica trilogía para dar un resultado a medio camino entre la efectividad y el plagio.
El final con Smaug abriendo el ojo, la escena de Thorin cuando abraza a Bilbo como agradecimiento, el protagonismo de Thorin con el orco, etc. Hay varias.
Tampoco acaba de convencerme su humor infantil y previsible. En ESDLA por lo contrario, era risueño e inteligente a la par que fluído y expontáneo. Sólo hace falta revisionar el inicio de "La comunidad del anillo" cuando se describen a los hobbits. Pero vamos, a falta de haberme leído la novela, no se le puede discutir demasiado, el resultado cumple con el objetivo de Jackson: no ser tan infantil que se reduzca al público más joven.
El final con Smaug abriendo el ojo, la escena de Thorin cuando abraza a Bilbo como agradecimiento, el protagonismo de Thorin con el orco, etc. Hay varias.
Tampoco acaba de convencerme su humor infantil y previsible. En ESDLA por lo contrario, era risueño e inteligente a la par que fluído y expontáneo. Sólo hace falta revisionar el inicio de "La comunidad del anillo" cuando se describen a los hobbits. Pero vamos, a falta de haberme leído la novela, no se le puede discutir demasiado, el resultado cumple con el objetivo de Jackson: no ser tan infantil que se reduzca al público más joven.
CortometrajeAnimación

7,8
15.177
Animación
7
5 de abril de 2013
5 de abril de 2013
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"La maison en petits cubes" es un cortometraje animado de Kunio Katô que -merecidamente- logró la estatuilla dorada en un año en el que los temas de vida y muerte empaparon las salas de cine (y de premios) con cintas como "Slumdog Millionaire", "El curioso caso de Benjamin Button" o la española "Canino".
El corto narra un amor y nostalgia que sobrepasa límites de tiempo (el agua) y espacio (los bloques como memoria vital) y que acaba exponiendo un escenario de despedida ante la cercana muerte del protagonista: un anciano que ha llegado -casi literalmente- al cielo y límite de sus experiencias.
Los cuatro primeros minutos son la construcción del propio tiempo; el viento y la lluvia como tormentos venideros en el intento de seguir construyendo (y fortificando) un hogar. Abundan los detalles metafóricos como la paloma que abandona para ser un preludio de despedida o la pipa sumergida como inhalador del dolor de experiencias. Cimentada la presentación del momento actual, se procede a bucear por ese embrollo de flashbacks nostálgicos a través del agua.
La retrospectiva hacia la niñez avanza durante todo el cortometraje conforme empieza a descender los bloques (desde la muerte de su mujer hasta cuando la madre le enseñaba de bebé a "construir un hogar" con sus piezas de juguetes). Luego se nos enfoca el plano de un árbol frondoso en un tiempo de verano y enfatiza el amor de lo que girará su misma vida. Deconstruye sus recuerdos para, una vez ha tocado fondo, ver todo lo construído (literal y metafóricamente), aunque sea de forma semi-amarga por el paso del tiempo/agua con una copa vacía en la mano.
Es como tal, una exploración precedente a la muerte. Toda su vida ha pasado delante de sus ojos y finaliza con un brindis de vino que puede resultar tan dulce y amargo como la vida. La similitud con "Up" es casi infinita; más si añadimos su omnipresente respeto por la ecología. Es la inundación metafórica y la puesta poética animada en su forma lo que hacen del corto... una odisea de recuerdos más especial que original, pero memorable sin ninguna duda.
El corto narra un amor y nostalgia que sobrepasa límites de tiempo (el agua) y espacio (los bloques como memoria vital) y que acaba exponiendo un escenario de despedida ante la cercana muerte del protagonista: un anciano que ha llegado -casi literalmente- al cielo y límite de sus experiencias.
Los cuatro primeros minutos son la construcción del propio tiempo; el viento y la lluvia como tormentos venideros en el intento de seguir construyendo (y fortificando) un hogar. Abundan los detalles metafóricos como la paloma que abandona para ser un preludio de despedida o la pipa sumergida como inhalador del dolor de experiencias. Cimentada la presentación del momento actual, se procede a bucear por ese embrollo de flashbacks nostálgicos a través del agua.
La retrospectiva hacia la niñez avanza durante todo el cortometraje conforme empieza a descender los bloques (desde la muerte de su mujer hasta cuando la madre le enseñaba de bebé a "construir un hogar" con sus piezas de juguetes). Luego se nos enfoca el plano de un árbol frondoso en un tiempo de verano y enfatiza el amor de lo que girará su misma vida. Deconstruye sus recuerdos para, una vez ha tocado fondo, ver todo lo construído (literal y metafóricamente), aunque sea de forma semi-amarga por el paso del tiempo/agua con una copa vacía en la mano.
Es como tal, una exploración precedente a la muerte. Toda su vida ha pasado delante de sus ojos y finaliza con un brindis de vino que puede resultar tan dulce y amargo como la vida. La similitud con "Up" es casi infinita; más si añadimos su omnipresente respeto por la ecología. Es la inundación metafórica y la puesta poética animada en su forma lo que hacen del corto... una odisea de recuerdos más especial que original, pero memorable sin ninguna duda.
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