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6,4
35.173
7
14 de abril de 2011
14 de abril de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El saber se convierte en este film en la droga de su protagonista, insaciable ante la posibilidad de acumular conocimientos y hacerse de oro con ellos. Una pastilla es capaz de convertir a un ciudadano mediocre en un erudito respetable capaz de campar en cualquier conversación, pero hay un precio muy caro que pagar, el de la imposibilidad de retorno al ciudadano corriente que fue una vez.
Sobre esta base se construye un film entretenido y original con un estilo muy cercano al de la reciente Destino oculto, disfrazando un relato de ficción de historia cotidiana, con unos personajes sencillos que giran en torno a ese elemento fantástico, que en esta ocasión es la pastilla milagrosa que convierte la mente en un torrente de ideas.
Destaca la lectura que subyace en la trama de la historia, sobre la esclavitud del individuo hacia cualquier droga, no necesariamente fabricada en laboratorio, y la dificultad y peligro que conlleva el convertirnos en algo que no somos, obligándonos a mantener una vida que no es la nuestra.
Si hay algo que reprochar a este film es su iluminación poco natural, que recuerda en gran medida a la empleada por Spielberg en Minority Report, rodeando a los personajes de un aura artificial y eliminando la profundidad de los espacios. Si bien utiliza muy bien los efectos visuales, tal vez se recrea demasiado en ellos y resultan reiterativos.
Sin duda una cinta donde prima el guión por encima de la dirección o los elementos técnicos. Muy recomendable para plantearnos quiénes somos y dónde queremos llegar. Si nuestro cerebro no tiene capacidad para asumir todo el conocimiento, mejor escoger qué queremos saber.
Sobre esta base se construye un film entretenido y original con un estilo muy cercano al de la reciente Destino oculto, disfrazando un relato de ficción de historia cotidiana, con unos personajes sencillos que giran en torno a ese elemento fantástico, que en esta ocasión es la pastilla milagrosa que convierte la mente en un torrente de ideas.
Destaca la lectura que subyace en la trama de la historia, sobre la esclavitud del individuo hacia cualquier droga, no necesariamente fabricada en laboratorio, y la dificultad y peligro que conlleva el convertirnos en algo que no somos, obligándonos a mantener una vida que no es la nuestra.
Si hay algo que reprochar a este film es su iluminación poco natural, que recuerda en gran medida a la empleada por Spielberg en Minority Report, rodeando a los personajes de un aura artificial y eliminando la profundidad de los espacios. Si bien utiliza muy bien los efectos visuales, tal vez se recrea demasiado en ellos y resultan reiterativos.
Sin duda una cinta donde prima el guión por encima de la dirección o los elementos técnicos. Muy recomendable para plantearnos quiénes somos y dónde queremos llegar. Si nuestro cerebro no tiene capacidad para asumir todo el conocimiento, mejor escoger qué queremos saber.
8
1 de diciembre de 2010
1 de diciembre de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Richard Dooling logra una notable adaptación del relato de Stephen King que abría su colección de relatos Pesadillas y Alucinaciones.
Siguiendo el manual para adaptar historias breves el guionista desarrolla lo que Stephen King señalaba con simples pinceladas, y así logra extender el relato hasta el metraje de un film. Las ideas añadidas están bien encajadas y quizás se echa en falta un poco de detenimiento en el elaborado y minucioso plan que el protagonista elabora para llevar a cabo su venganza.
Aun así la película es buena porque el relato era muy bueno, y cualquier habitual de las adaptaciones de Stephen King verá satisfechas sus expectativas y probablemente sienta el deseo de releer esta inquietante y genial historia.
Siguiendo el manual para adaptar historias breves el guionista desarrolla lo que Stephen King señalaba con simples pinceladas, y así logra extender el relato hasta el metraje de un film. Las ideas añadidas están bien encajadas y quizás se echa en falta un poco de detenimiento en el elaborado y minucioso plan que el protagonista elabora para llevar a cabo su venganza.
Aun así la película es buena porque el relato era muy bueno, y cualquier habitual de las adaptaciones de Stephen King verá satisfechas sus expectativas y probablemente sienta el deseo de releer esta inquietante y genial historia.
16 de marzo de 2011
16 de marzo de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son pocos los filmes gamberros y desatados que logran abrirse camino en el difícil mundo de las películas transgénicas, aquellas creadas en probeta bajo una fórmula de buenos actores + remake de algo que ya triunfó + triplicar la acción, el ritmo y los efectos. Hoy en día hay poco espacio para la improvisación, la originalidad y el riesgo, y las producciones se sostienen sobre una política de rentabilidad máxima que ahoga los intentos de crear algo nuevo y arriesgado.
Cuando alguien se salta las normas -y logra que le apoyen- surgen los proyectos más interesantes. Son mucho menores los ejemplos de filmes en que su autor se desata y deja que la locura, el cachondeo y la pasión por este arte le dejen mostrar lo que de verdad está en su cabeza.
Este film es único en un momento en que no debería existir según las normas y el panorama que he comentado. Porque esta película es un completo derroche visual sin ningún tipo de ataduras, sin poner el freno y sin más intenciones que llevar a la pantalla un desmadre absoluto. Enhorabuena por reivindicar la pasión por hacer lo que les de la gana.
Cuando alguien se salta las normas -y logra que le apoyen- surgen los proyectos más interesantes. Son mucho menores los ejemplos de filmes en que su autor se desata y deja que la locura, el cachondeo y la pasión por este arte le dejen mostrar lo que de verdad está en su cabeza.
Este film es único en un momento en que no debería existir según las normas y el panorama que he comentado. Porque esta película es un completo derroche visual sin ningún tipo de ataduras, sin poner el freno y sin más intenciones que llevar a la pantalla un desmadre absoluto. Enhorabuena por reivindicar la pasión por hacer lo que les de la gana.

6,0
27.836
6
7 de febrero de 2011
7 de febrero de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los responsables de la cinta optaron por desarrollar y en algunos casos estirar aquellas ideas que subyacían en el original, abriendo demasiados frentes como para desarrollarlos de forma justa y equilibrada. La gran perjudicada en este caso es la propia trama, que viendo como se añaden personajes, giros y acción se fragmenta y deja de ser lo que era la novela original: un producto sólido y adecuado a su medio, que planteaba de forma original cómo es la vida el espía jubilado. Una pena no haber aprovechado la idea de los espías venidos a jardineros.
Por otro lado resulta inevitable la comparación de este film con una joya de los años noventa que era Mentiras Arriesgadas, que hacía del humor y la exageración sus señas de identidad. Pero con ejemplos tan recientes de esa trama de espía que intenta llevar una vida normal como son Noche y Día o Killers las comparaciones se disparan y la película no logra tener identidad propia.
Como producto de entretenimiento puede que funcione, pero la historia no se sostiene, la acción no está bien medida y al final resulta incluso pesada. Lo mejor de la película es Mary Louise Parker, quien vive tan ajena a todo lo que pasa como el propio espectador.
Por otro lado resulta inevitable la comparación de este film con una joya de los años noventa que era Mentiras Arriesgadas, que hacía del humor y la exageración sus señas de identidad. Pero con ejemplos tan recientes de esa trama de espía que intenta llevar una vida normal como son Noche y Día o Killers las comparaciones se disparan y la película no logra tener identidad propia.
Como producto de entretenimiento puede que funcione, pero la historia no se sostiene, la acción no está bien medida y al final resulta incluso pesada. Lo mejor de la película es Mary Louise Parker, quien vive tan ajena a todo lo que pasa como el propio espectador.
9
15 de febrero de 2011
15 de febrero de 2011
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras un leve patinazo con El Incidente y su concesión al blockbuster con Airbender, Shyamalan retoma sus proyectos más prometedores dando paso a su serie de relatos cinematográicos recogidos en sus Crónicas de la Noche.
Las críticas pueden ser demoledoras con este director convertido en esta ocasión en productor porque una parte de la industria decidió sentenciarlo desde prácticamente sus inicios. Pero a pesar de lo que los más contrarios puedan decir lo cierto es que con La Trampa del Mal recuperamos al director que convierte cine independiente en taquillazos. Y es que aunque esta vez no dirija sigue estando muy presente su modo de hacer y de contar historias, con los habituales giros inesperados, la espiritualidad constante en toda su obra y los pequeños acontecimientos que ponen a prueba a sus protagonistas para revelarles que está en ellos mismos la respuesta a la mayoría de las preguntas que nos hacemos.
Junto a esto debemos también resaltar el valor de Shyamalan al tomar la decisión de dejar la dirección de un proyecto tan personal en manos de otra persona. El afortunado director Erick Dowdle ha entendido bien las reglas del juego y consigue regalarnos una película tremendamente entretenida. También el guionista Brian Nelson merece reconocimiento por convertir una breve historia en el resultado que aquí tenemos, respetando también el modelo establecido por Shyamalan en sus anteriores historias.
Este cuento terrorífico no pretende ser otra Enterrado (la obra maestra de Rodrigo Cortés) y los problemas comienzan cuando intentamos comparar las dos cintas. La trampa del mal es un genial relato de suspense, muy bien ambientado, perfectamente acompañado por su música inquietante y en definitiva un guiño al cine de terror sin grandísimas aspiraciones
Las críticas pueden ser demoledoras con este director convertido en esta ocasión en productor porque una parte de la industria decidió sentenciarlo desde prácticamente sus inicios. Pero a pesar de lo que los más contrarios puedan decir lo cierto es que con La Trampa del Mal recuperamos al director que convierte cine independiente en taquillazos. Y es que aunque esta vez no dirija sigue estando muy presente su modo de hacer y de contar historias, con los habituales giros inesperados, la espiritualidad constante en toda su obra y los pequeños acontecimientos que ponen a prueba a sus protagonistas para revelarles que está en ellos mismos la respuesta a la mayoría de las preguntas que nos hacemos.
Junto a esto debemos también resaltar el valor de Shyamalan al tomar la decisión de dejar la dirección de un proyecto tan personal en manos de otra persona. El afortunado director Erick Dowdle ha entendido bien las reglas del juego y consigue regalarnos una película tremendamente entretenida. También el guionista Brian Nelson merece reconocimiento por convertir una breve historia en el resultado que aquí tenemos, respetando también el modelo establecido por Shyamalan en sus anteriores historias.
Este cuento terrorífico no pretende ser otra Enterrado (la obra maestra de Rodrigo Cortés) y los problemas comienzan cuando intentamos comparar las dos cintas. La trampa del mal es un genial relato de suspense, muy bien ambientado, perfectamente acompañado por su música inquietante y en definitiva un guiño al cine de terror sin grandísimas aspiraciones
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