Lo digo porque su humor es tan blanco e inocente cómo la propia lana de la ovejas de Aardman Animation. No hay referencias escatológicas ni sexuales, ni dobles sentidos o metáforas que puedan llevar a pensar en algo más de lo que simplemente es, una película para niños con la que algunos adultos disfrutarán, no cómo otras que a base de marketing nos venden una peli infantil en la que se rien los padres a mandíbula batiente mientras lo hijos los miran con cara circunspecta. Resumiendo, una agradable sorpresa y un canto a la técnica del Stop Motion, y no estaría de más que al final nos mostrasen unos segundos de cómo se realizan las animaciones, muchos aprenderían a apreciarla más todavía.

Basada en el popular juego arcade de Midway de los 80, en el que tres monstruos intentan destruir una ciudad evitando el armamento pesado y ligero de los militares. Me ha sorprendido de manera grata lo fiel que es la peli al videojuego, y es que salvo alguna licencia del todo justificada, por que a ver cómo sino rellenas 90 minutos de peli a partir de una idea tan simple como la de la recreativa original, los efectos especiales sustituyen de manera totalmente eficaz a los añorados y simples píxeles, mostrando violencia y destrucción por doquier cómo en la máquina original. Tiene sus fallos, que por otra parte son los habituales en este tipo de producciones, cómo unos villanos sin carisma, un guión con bastantes agujeros y un Negan... perdón, un Jeffrey Dean Morgan como agente de una organización secreta norteamericana, copiando su personaje de Walking Dead y con menos credibilidad que un político prometiendo la paz mundial. Si disculpas todo lo anteriormente dicho, queda un divertido y simple entretenimiento propio de las calurosas fechas en las que surgen este tipo de películas.

A Jason Statham debieron venderle la película diciéndole que sería una mezcla de Harry el Sucio, Charles Bronson y el propio Statham. Lo malo es que el director no es ni se parece a Don Siegel o ya que estamos en la Gran Bretaña a Guy Ritchie, ni siquiera al Matthew Vaughn de Layer Cake (gran película desgraciadamente infravalorada). Le falta ritmo, le sobran personajes, la fotografía es de telefilm y la dirección es aburrida y falta de ideas.

Jean-Jacques Annaud nos embarca en un viaje por la prehistoria reflejando en la medida de lo que se conoce como fueron los primeros descubrimientos del hombre, entre ellos el mas importante, el fuego. Y lo hace de una manera salvaje, fría y sin ornamentos de ningún tipo, arriesgándose por recrear los primeros sonidos/lenguajes humanos esperando que los espectadores entiendan lo que intentan decir y describir. A destacar el reparto, las localizaciones y aunque parezca mentira los diálogos, no se entienden pero se comprenden, obra de Anthony Burguess (el autor de La Naranja Mecánica).

Reconozco mi debilidad por Steve McQueen, esa especie de chulería y pasotismo me gusta, si a eso lo juntamos con un papel hecho a su medida, una ciudad como San Francisco en su máximo apogeo, y una banda sonora en clave de jazz de Lalo Schifrin que retrata a la perfección el climax de la acción y el ambiente de la ciudad, tenemos una gran, grandísima película.
P.D. Cuando sea mayor quiero comprarme un Ford Mustang del '68.