Muchas veces pensamos que todo aquel dibujo animado que no diga explícitamente en sus advertencias que es para mayores de cierta edad, asumimos que es para niños, pero y con el paso del tiempo he llegado a la conclusión que no hay nada más lejos de la realidad.

Debemos recordar que toda serie o película animada está hecha por adultos con ideas y mensajes explícitos que se buscan transmitir y esta genial miniserie es un ejemplo de ello, uno de sus temas más escabrosos es el miedo a la muerte y la resistencia a la incertidumbre, el auto conocimiento y el crecimiento personal, temas tan pertinentes para los más pequeños como los más grandes porque nunca dejamos de crecer.

Cada minuto esconde una referencia a lo que oculta lo desconocido y cada segmento y dialogo está perfectamente hilado versando sobre los temas advertidos arriba. El dibujo es una oda a la animación y lo que se echa en falta es su corta duración que, al estar tan bien desarrollada, una vez llegado su final nos deja con ganas de más.

Resident evil es un argumento de serie B, quien haya jugado a los videojuegos y con un poco de cabeza fría notara que las estratagemas argumentales que sigue el juego original son tan disparatadas como entretenidas creíbles solo dentro de las vastas horas de gameplay que aquellas entregas nos daban.

Por eso es que es imposible que una entrega de cine nos deje contentos a todos, lo hicieron las seis entregas de Paul W. S. Anderson las cuales tomaron su propio camino y ahora esta entrega que por desperdigar guiños por aquí y allá olvida que es una película convirtiéndose en un desfile de escenas inconexas e historia y personajes muy pero muy flojos.

Mientras que otras series de su género buscan argumentos enrevesados y tramas complejas, aquí tenemos la oportunidad de ver una historia ligera cuyo tropo típico de viajes en el tiempo se confabulan para una historia cuyo final podría ser previsible pero muy tierno y ameno.

Aquí el leitmotiv de salvar al presidente Kennedy es una excusa que da puerta a que la serie centre su atención en otros temas, lugares y personajes. Importa por tanto más el camino que su desenlace, es por ello que la advertencia es necesaria, si esperas giros locos, viajes en el tiempo constantes y otros tropos típicos de este subgénero, quizá no sea la serie indicada.

Si quieres algo novedoso, estas en la película y género cinematográfico equivocado. Se ha dicho que este filme quiere beber del éxito de La casa de papel, pero lo único similar entre ambos es el sitio donde se lleva el robo. El problema es que el género de robos se encuentra algo atascado y por sus tropos típicos es difícil encontrar algo que se sienta fresco y nuevo, no por ello, deja de ser una opción entretenida si no tienes nada más que ver ese fin de semana en tus plataformas.

Que una película te haga verla solo para mirar como han materializado un meme sobre dicha saga debe tener algo de mérito.

Empalagosa, con clichés y giros de trama que ni la propia película se toma de forma seria y sus creadores parecen saberlo y hacerlo a dedo. Creo que en el buen sentido es el mejor Live Action del Coyote y el Correcaminos, buena para un domingo que no se tiene nada que hacer.

Esta saga es algo así como: "Espero interesado la siguiente entrega para ver que locuras van a inventar ahora".