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6,2
3.244
8
24 de diciembre de 2024
24 de diciembre de 2024
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto no es una película de terror, pero sí que es una película de terror. No en el sentido que normalmente asociamos con historias de fenómenos sobrenaturales, sino en el que podemos reconocer al ver las noticias nocturnas. La historia de la humanidad está llena de eventos terribles que superan cualquier miedo que puedan causar fantasmas o monstruos.
El creativo y ya reconocido dúo de directores aborda uno de los fenómenos de la historia de las tierras de habla alemana: el suicidio por intermediario, al que recurrían con mayor frecuencia las mujeres. No entraré en detalles sobre este fenómeno, para que puedan descubrir por ustedes mismos las particularidades que en la película se muestran y explican de manera más que clara.
La protagonista es una mujer que no logra concebir un hijo, el cual podría cambiar su vida y hacerla más feliz. Poco a poco, comienza a sumergirse más profundamente en las aguas que llenan el baño del diablo. Intenta encontrar una salida, intenta morir, pero no lo consigue. Y tampoco todos están dispuestos a arder eternamente en el infierno, incluso cuando se encuentran en un estado de profunda depresión. Entonces, recurre al método más confiable.
El papel principal lo interpreta brillantemente Anja Plaschg, quien también compuso la música para la película (Soap&Skin es ella). Basada en la investigación de Kathy Stuart y documentos históricos, a través de la cámara de Martin Gschlacht, galardonado por su maestría artística con un premio en el Festival de Cine de Berlín, esta es una película aterradora, pero hipnotizante por su belleza pictórica y perturbadora. Es fácil intuir hacia dónde se dirige la historia y cómo busca cerrar su narrativa. Pero esto es más bien una virtud, ya que permite al espectador prestar mayor atención a los detalles que conforman la iconografía medieval de una historia que culmina en uno de los finales más impactantes y originales del cine de los últimos años.
El creativo y ya reconocido dúo de directores aborda uno de los fenómenos de la historia de las tierras de habla alemana: el suicidio por intermediario, al que recurrían con mayor frecuencia las mujeres. No entraré en detalles sobre este fenómeno, para que puedan descubrir por ustedes mismos las particularidades que en la película se muestran y explican de manera más que clara.
La protagonista es una mujer que no logra concebir un hijo, el cual podría cambiar su vida y hacerla más feliz. Poco a poco, comienza a sumergirse más profundamente en las aguas que llenan el baño del diablo. Intenta encontrar una salida, intenta morir, pero no lo consigue. Y tampoco todos están dispuestos a arder eternamente en el infierno, incluso cuando se encuentran en un estado de profunda depresión. Entonces, recurre al método más confiable.
El papel principal lo interpreta brillantemente Anja Plaschg, quien también compuso la música para la película (Soap&Skin es ella). Basada en la investigación de Kathy Stuart y documentos históricos, a través de la cámara de Martin Gschlacht, galardonado por su maestría artística con un premio en el Festival de Cine de Berlín, esta es una película aterradora, pero hipnotizante por su belleza pictórica y perturbadora. Es fácil intuir hacia dónde se dirige la historia y cómo busca cerrar su narrativa. Pero esto es más bien una virtud, ya que permite al espectador prestar mayor atención a los detalles que conforman la iconografía medieval de una historia que culmina en uno de los finales más impactantes y originales del cine de los últimos años.

6,8
6.571
7
24 de diciembre de 2024
24 de diciembre de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos, en cierta medida, inventamos nuestras historias. Sin embargo, Enric Marco sobresalió especialmente en esta habilidad: fabricó su pasado, haciéndose pasar por un sobreviviente de un campo de concentración.
Marco no fue el único en presentarse como víctima, pero él utilizó esta invención para construir su carrera, llegando incluso a presidir la Asociación Española de Víctimas del Holocausto.
El dúo de directores logra crear un retrato muy eficaz de Marco. Lo conocían personalmente, habían planeado hacer un documental sobre él y llevaban años pensando en una representación ficticia del personaje. Gracias a la participación de Eduard Fernández, el retrato resulta más que convincente. Desde la primera escena, el espectador siente vergüenza al ver lo que ocurre en pantalla, experimentando una especie de placer prohibido al seguir la mirada inquieta del protagonista, que siempre parece estar a punto de ser desenmascarado.
Los directores subrayan desde los primeros momentos que todo lo que ocurre es una ficción. Sin embargo, este recurso interesante no se explota tanto como podría. La imagen del mentiroso y narcisista está construida de manera vívida y creíble, especialmente en las escasas escenas en las que su esposa empieza a sospechar de él. Pero los autores no van más allá, evitando explorar en profundidad la complejidad de una persona capaz de semejante engaño, lo que da como resultado un retrato algo simplificado.
En defensa propia, Marco pronuncia algunas palabras que no podemos verificar. Y aunque intentáramos profundizar en el tema por nuestra cuenta, es probable que fracasemos: sin dedicar años al estudio, no sabremos si estamos leyendo la verdad o una nueva invención. Es algo similar a lo que se experimenta al leer noticias en los últimos años, y en este sentido, la película captura la era de la posverdad con notable precisión.
Al menos, esta mentira fue desenmascarada. Quedan pendientes todas las demás invenciones entre las que vivimos, siendo en su mayoría conscientes de dónde nos mienten. Pero, por alguna razón, preferimos guardar silencio al respecto.
Marco no fue el único en presentarse como víctima, pero él utilizó esta invención para construir su carrera, llegando incluso a presidir la Asociación Española de Víctimas del Holocausto.
El dúo de directores logra crear un retrato muy eficaz de Marco. Lo conocían personalmente, habían planeado hacer un documental sobre él y llevaban años pensando en una representación ficticia del personaje. Gracias a la participación de Eduard Fernández, el retrato resulta más que convincente. Desde la primera escena, el espectador siente vergüenza al ver lo que ocurre en pantalla, experimentando una especie de placer prohibido al seguir la mirada inquieta del protagonista, que siempre parece estar a punto de ser desenmascarado.
Los directores subrayan desde los primeros momentos que todo lo que ocurre es una ficción. Sin embargo, este recurso interesante no se explota tanto como podría. La imagen del mentiroso y narcisista está construida de manera vívida y creíble, especialmente en las escasas escenas en las que su esposa empieza a sospechar de él. Pero los autores no van más allá, evitando explorar en profundidad la complejidad de una persona capaz de semejante engaño, lo que da como resultado un retrato algo simplificado.
En defensa propia, Marco pronuncia algunas palabras que no podemos verificar. Y aunque intentáramos profundizar en el tema por nuestra cuenta, es probable que fracasemos: sin dedicar años al estudio, no sabremos si estamos leyendo la verdad o una nueva invención. Es algo similar a lo que se experimenta al leer noticias en los últimos años, y en este sentido, la película captura la era de la posverdad con notable precisión.
Al menos, esta mentira fue desenmascarada. Quedan pendientes todas las demás invenciones entre las que vivimos, siendo en su mayoría conscientes de dónde nos mienten. Pero, por alguna razón, preferimos guardar silencio al respecto.

6,5
4.396
7
22 de diciembre de 2024
22 de diciembre de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida se vuelve mucho más interesante en la presencia de la muerte. Los destellos de luz tienen un impacto mucho mayor cuando los vemos en la oscuridad. La protagonista del drama LOS DESTELLOS, sin desearlo, se encuentra más cerca de su exmarido de lo que le gustaría. Él está muriendo, y para su hija es importante que alguien esté cerca de su padre. Poco a poco, esta tarea se convierte para la protagonista en una oportunidad para cerrar puertas que habían quedado abiertas y seguir adelante con su vida.
En su tercera película, que muchos consideran la más adulta, Pilar Palomero deja de mirar al pasado y se enfoca en el presente, creando una protagonista de una edad cercana a la suya y, por primera vez, basándose en una obra literaria (el cuento ‘Un corazón demasiado grande’ de Eider Rodríguez).
Para una película tan tranquila y melancólica, contar con la actriz Patricia López Arnaiz en el papel principal ha sido un gran acierto. Sus ojos logran transmitir de manera sorprendente tanto la fuerza como la fragilidad de su personaje. A menudo parece al borde de las lágrimas, pero sabe que llorar no resolverá nada, así que sigue adelante, superándose a sí misma. Como cuando, lenta pero seguramente, el amanecer reemplaza a la noche y el sol ilumina todo con sus rayos, llenando el mundo gris con todos los colores que podamos imaginar.
Esta película es poética, sencilla y hermosa en su poesía minimalista. En el cine español contemporáneo, los temas de las relaciones personales y familiares son muy recurrentes. Pilar Palomero consigue hablar con una voz propia, añadiendo, tal vez no grandes, pero sí nuevos matices a la paleta, y con cada obra afianza más su lenguaje autoral. Es un placer observar estos destellos. Algún día, probablemente, formarán una imagen clara. Quizás cuando la propia Pilar descubra quién es realmente.
En su tercera película, que muchos consideran la más adulta, Pilar Palomero deja de mirar al pasado y se enfoca en el presente, creando una protagonista de una edad cercana a la suya y, por primera vez, basándose en una obra literaria (el cuento ‘Un corazón demasiado grande’ de Eider Rodríguez).
Para una película tan tranquila y melancólica, contar con la actriz Patricia López Arnaiz en el papel principal ha sido un gran acierto. Sus ojos logran transmitir de manera sorprendente tanto la fuerza como la fragilidad de su personaje. A menudo parece al borde de las lágrimas, pero sabe que llorar no resolverá nada, así que sigue adelante, superándose a sí misma. Como cuando, lenta pero seguramente, el amanecer reemplaza a la noche y el sol ilumina todo con sus rayos, llenando el mundo gris con todos los colores que podamos imaginar.
Esta película es poética, sencilla y hermosa en su poesía minimalista. En el cine español contemporáneo, los temas de las relaciones personales y familiares son muy recurrentes. Pilar Palomero consigue hablar con una voz propia, añadiendo, tal vez no grandes, pero sí nuevos matices a la paleta, y con cada obra afianza más su lenguaje autoral. Es un placer observar estos destellos. Algún día, probablemente, formarán una imagen clara. Quizás cuando la propia Pilar descubra quién es realmente.

6,3
1.644
7
22 de diciembre de 2024
22 de diciembre de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A primera vista, parece que BUFFALO KIDS cuenta una historia sencilla e ingenua. Lo hace utilizando una animación que, aunque no perfecta, resulta agradable a la vista.
La película narra la historia de los huérfanos irlandeses Tom y Mary, quienes se dirigen a la casa de su tío y, en el camino, se embarcan en increíbles aventuras.
Cuanto más avanza el tren de los protagonistas, más profunda se vuelve la historia en el corazón del espectador. Fascina con sus colores, y el desarrollo de la trama recuerda a los libros de aventuras que tanto amábamos de niños. Es muy importante en la película que enseñe al espectador sobre la tolerancia y la comprensión.
Pero los sentimientos especiales y tan raros que se pueden experimentar al ver películas de animación son la ternura y el amor absoluto. Estos iluminan la película como el sol de primavera.
Estos sentimientos son profundos y sinceros, y es difícil no sentirlos, incluso sin conocer la historia previa de la película. En el tren, Mary hace amistad con Nico, un niño en silla de ruedas. Nico tiene parálisis cerebral, no se mueve ni habla. Los bisontes en la película se convierten en una imagen de algo más grande y más fuerte que nosotros mismos, gracias a lo cual existimos.
La imagen de Nico está basada en el hijo de uno de los directores, Pedro Solís García. Hace 10 años, ya presentó a su hijo al público a través del cortometraje “Cuerdas”. En 2021, Nico falleció, y esta nueva película de animación se convierte en un acto de amor increíble por parte del padre. Es la asombrosa capacidad del artista de compartir algo profundamente personal y hacer del mundo un lugar mejor.
La película narra la historia de los huérfanos irlandeses Tom y Mary, quienes se dirigen a la casa de su tío y, en el camino, se embarcan en increíbles aventuras.
Cuanto más avanza el tren de los protagonistas, más profunda se vuelve la historia en el corazón del espectador. Fascina con sus colores, y el desarrollo de la trama recuerda a los libros de aventuras que tanto amábamos de niños. Es muy importante en la película que enseñe al espectador sobre la tolerancia y la comprensión.
Pero los sentimientos especiales y tan raros que se pueden experimentar al ver películas de animación son la ternura y el amor absoluto. Estos iluminan la película como el sol de primavera.
Estos sentimientos son profundos y sinceros, y es difícil no sentirlos, incluso sin conocer la historia previa de la película. En el tren, Mary hace amistad con Nico, un niño en silla de ruedas. Nico tiene parálisis cerebral, no se mueve ni habla. Los bisontes en la película se convierten en una imagen de algo más grande y más fuerte que nosotros mismos, gracias a lo cual existimos.
La imagen de Nico está basada en el hijo de uno de los directores, Pedro Solís García. Hace 10 años, ya presentó a su hijo al público a través del cortometraje “Cuerdas”. En 2021, Nico falleció, y esta nueva película de animación se convierte en un acto de amor increíble por parte del padre. Es la asombrosa capacidad del artista de compartir algo profundamente personal y hacer del mundo un lugar mejor.
8 de diciembre de 2024
8 de diciembre de 2024
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al ver el anime precuela de la trilogía de El Señor de los Anillos, es completamente imposible imaginar que esta película animada se hizo con prisa. En 2021, se anunció el estreno de este filme, ya que New Line corría el riesgo de perder los derechos de adaptación de las novelas de Tolkien.
La historia nos transporta 183 años antes de los eventos de la trilogía original. En cuanto la película comienza y escuchamos esa voz narradora tan conocida y querida, se hace evidente que nos están invitando a un lugar al que hemos deseado volver desde hace mucho tiempo. Ni El Hobbit, ni mucho menos la serie, logran provocar este efecto. Pero la película animada lo consigue a la perfección.
Aquí hay respeto por el estilo visual de Peter Jackson. Hay una animación sólida con referencias claras a Miyazaki (la protagonista, Hera, parece una versión ligeramente mayor de una heroína de sus películas). La película, a la vez que se siente como parte de la trilogía, recuerda a Juego de Tronos en sus intrigas políticas y utiliza un lenguaje tan claro que evoca a Akira Kurosawa. No cabe duda de que en este proyecto trabajaron personas que saben lo que hacen, respetan y aman la obra original, pero también desean apasionadamente contar una historia única. Y lo logran.
Los motivos musicales de la trilogía y los paisajes familiares también ayudan enormemente a este regreso a la Tierra Media. No sabía cuánto lo extrañaba hasta que comencé este viaje. También merece atención cómo esta película, que inicialmente debía durar 90 minutos, terminó siendo de más de 2 horas. Los creadores, basándose en la historia de Helm Manomartillo del legendarium de Tolkien, han puesto en el centro a la hija del rey, un personaje apenas mencionado. Y este relato merece ocupar un lugar digno dentro de la mitología de la Tierra Media.
Sabíamos todo, y al mismo tiempo, no sabíamos nada. Es entonces cuando te das cuenta de que la historia de la Tierra Media es también parte de la tuya.
La historia nos transporta 183 años antes de los eventos de la trilogía original. En cuanto la película comienza y escuchamos esa voz narradora tan conocida y querida, se hace evidente que nos están invitando a un lugar al que hemos deseado volver desde hace mucho tiempo. Ni El Hobbit, ni mucho menos la serie, logran provocar este efecto. Pero la película animada lo consigue a la perfección.
Aquí hay respeto por el estilo visual de Peter Jackson. Hay una animación sólida con referencias claras a Miyazaki (la protagonista, Hera, parece una versión ligeramente mayor de una heroína de sus películas). La película, a la vez que se siente como parte de la trilogía, recuerda a Juego de Tronos en sus intrigas políticas y utiliza un lenguaje tan claro que evoca a Akira Kurosawa. No cabe duda de que en este proyecto trabajaron personas que saben lo que hacen, respetan y aman la obra original, pero también desean apasionadamente contar una historia única. Y lo logran.
Los motivos musicales de la trilogía y los paisajes familiares también ayudan enormemente a este regreso a la Tierra Media. No sabía cuánto lo extrañaba hasta que comencé este viaje. También merece atención cómo esta película, que inicialmente debía durar 90 minutos, terminó siendo de más de 2 horas. Los creadores, basándose en la historia de Helm Manomartillo del legendarium de Tolkien, han puesto en el centro a la hija del rey, un personaje apenas mencionado. Y este relato merece ocupar un lugar digno dentro de la mitología de la Tierra Media.
Sabíamos todo, y al mismo tiempo, no sabíamos nada. Es entonces cuando te das cuenta de que la historia de la Tierra Media es también parte de la tuya.
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