Llevaba años con la inquietud de si verla o no y finalmente me decidí a hacerlo. Y me alegro, no porque me haya gustado a rabiar, si no porque creo que resulta incluso valiente y atrevida, provocadora y original en estos días, ¡como debía de parecerlo en el 75!. Se nota cuando detrás de una producción hay un par de cerebros que están pensando en algo más que en hacer dinero, y se agradece.
Otro aliciente indudable son las interpretaciones, inolvidable la de Curry, y una pena no haberle podido ver en muchas más cosas; Susan Sarandon es otra que se come la pantalla, que da gusta verla cada vez que sale, hay actrices y actores que sin hacer nada especial llenan la escena. La música es pegadiza, picante y divertida. En resumen, una película divertida y un clásico referente del cine musical sin duda.

La película es muy buena en todos los aspectos relacionados con la caracterización y el diseño de producción. Destacan también algunas de las escenas de las batallas al principio y pasajes de la historia presentados con mucha imaginación. Personalmente creo que me ha pesado haber leído el libro y estar un poco condicionado por la presentación de personajes, que en la película me ha parecido excesivamente pobre para poder acompañar al personaje principal.

Ese equilibrio entre los aspectos más centrados en la producción y el retrato de personajes creo que no están tan bien conseguido en la película, sin restarle méritos por supuesto y habiendo podido disfrutar mucho de verla.

Que delicia este tipo de películas. Que agradable sentir por unos minutos que el mundo se puede arreglar así, que las personas, incluso las más viles, tienen sentido del humor y alcanzan la redención a través del amor, de vivirlo o de reconocerlo. Billy Wilder hacía eso, te mostraba de soslayo las miserias humanas, envueltas en humor y sátira, para luego devolverte una sonrisa de esperanza. Un gustazo también Barbara Stanwyck, que belleza más discreta y particular; estás deseando que aparezca por la pantalla, con esos andares resueltos, con ese equilibrio entre fuerza y ternura tan inexplicablemente logrado. No se lo que me dan estas películas, ni si me pasa sólo a mí, pero me pregunto porqué me cuesta tanto llegar hoy, con películas contemporáneas, a ese lugar tan especial y cálido.

Podría hablar de la trama, y me gustaría saber como han sabido abordar temas tan sensibles con elegancia y humor, pero realmente hay algo que no se puede transmitir con la trama, ni con el guión, ni siquiera con los aspectos técnicos que seguro que el director controla. Lo sabrán Wilder y Hawks y ojalá se lo hubieran podido trasmitir a alguien.

Entretenida. Visualmente está bien y si no le pides mucho a la trama, sobre todo la parte final, es muy agradable y entretenida de ver. Incluso hay momentos de tensión dramática, sobre todo de la relación de la protagonista con el "renacido", que me han convencido. Poco más le pido y me lo ha dado.
La actuación de Hera Hilmar me ha gustado, le ha dotado del dramatismo que en esos momentos necesitaba y creo que sin ella esa parte se hubiera visto muy lastrada, y la parte de acción no era suficiente para mantener la película. El resto de personajes muy desdibujados, es algo que ha pasado en las películas de Jackson posteriores al señor de los anillos. Cómo si se entretuviese poco en el retrato de los personajes para pasar rápido a rodar acción y accesorios de diseño.
En resumen, un agradable entretenimiento para una tarde de cine disfrutón.

¡Que disfrute de película!. Solo puedo darle las gracias a Richard Curtis por concebirla, ésta y todas las que ha dirigido. Que buen rato nos ha hecho pasar y nos hace pasar casa vez que volvemos a verla. Te hace amar la música, el cine y si me apuras todo lo bonito que puede surgir de la creación humana. Ese es uno de los privilegios de poder ver sus películas y creo que una de las finalidades que como cineasta y ser humano persigue Curtis. Y eso es tan difícil de transmitir, y tan inusual de ver que solo puedo estar agradecido. Con el tiempo será valorado como uno de los grandes, sin los prejuicios y las envidias que todos los realmente excepcionales han provocado entre sus coetáneos. Gracias, y eternamente gracias.