Los amantes y sufridos aficionados al género de terror no debemos olvidarnos de una buena película como es el caso. Sin trucos fáciles ni desmadres finales, con un buen guion y una adecuada realización, el espectador se verá envuelto en un relato demoníaco salpicado con buenos tintes de thriller. Casting, ambientación y el resto de segmentos que forman este film configuran un resultado final no solo más que satisfactorio, sino que invita al aficionado de películas de terror a pedir más calidad en los productos del género que le es afín, ¿para qué extenderse más en críticas cuando queremos recomendar una buena obra cinematográfica?

Pellizcos de humor y guiños al empedernido seguidor de las películas de terror.
Guion y dirección dotan de un buen ritmo en una narración donde la curiosidad inicial del espectador va siendo sustituida por más de una sonrisa. Esto no va exactamente de sustos y sí de una parodia que en ningún caso cae en los chistes fáciles. Repoker de tópicos bien aprovechados para pasar un buen rato, obvio resulta que también tendremos hasta nuestros momentos ‘casquería’.
Sin engaños. No hay que pedirle más puesto lo que consigue no es poco.

No hay sentimentalismo barato ni demagogia de saldo, la cruda realidad expuesta en modo cinematográfico, un escenario donde el espectador deberá masticar su empatía y engullir una historia real y amarga.
No se trata de sufrir, pero Cafarnaum es una invitación sincera y valiente a vivir a ras de suelo, ahí justo donde el protagonista debe bailar sin ser pisado por las bajezas del ser humano.
Un trabajo notable de la directora donde la narrativa nos atrapa. El Oscar a la mejor película de habla no inglesa resultó esquivo pero el cine con mayúsculas y un mensaje tan bien amasado merece toda nuestra atención y recuerdo.
Cero pedantería, notable resultado.

Divertida y palomitera.
No busquemos la trascendente pedantería de algún producto del universo DC, afortunadamente la acción trascurre por la comedia familiar pero sin llegar a saturar ni caer en los chistes fáciles.
El entretenimiento se consigue e incluso el/los villano/s pueden llegar a sorprender de forma apropiada en sus acciones.
Shazam no escribe una página mítica en la historia del cine pero ha valido la pena gastarse el dinero en las palomitas y dejar que te hagan sonreír de forma eficiente.
No engaña.

Buena producción, buen casting y desgraciadamente, un afán desmedido por encadenar sustos, algunos de ellos sin venir a cuento que en algún momento llegan a saturar al espectador. El volumen sube de golpe antes de medio segundo que cambie la imagen, ya saben, un recurso habitual pero en este caso más que recurso llega a parecer un truco barato. Podemos decir que hasta una bibliotecaria deposita un libro en la mesa haciendo un ruido infernal… ¿Qué aporta?
El relato merecía más gramos de tensión en muchas de sus escenas y no un avaricioso interés en hacer gritar al adolescente sentado en su butaca dispuesto a que vuelen las palomitas por el aire…