Si no te caen bien estos dos actores o sus personajes los primeros 15 minutos, huye de esto inmediatamente... Todo es horrorosamente repetitivo y dolorosamente aburrido. Duelo actoral cansino, que da vergüenza ajena.

Más de hora y media en la misma habitación jugando al gato y al ratón, actuando y hablando de estupideces que me interesan cero.

Creo que aunque te gusten los rollos masoquistas con dominatrix, tampoco te va a gustar por ser demasiado floja.

Solo apta para fanáticos de Margaret Qualley.

Vergonzoso intento de documental para justificar el robo de las elecciones para la momia decrépita huele-niños totalmente incapacitada Biden. Se nota que lo han hecho a la desesperada para sacarlo justo antes de las elecciones.

Todo son entrevistas patéticas a gentuza vengativa y envidiosa con cortes inconexos de frases de Trump para acusarle de loco, racista, homófobo, machista, fascista, nazi, ETC,....

Empiezan el panfleto diciendo el miedo que les da que inicie una guerra nuclear, cuando ha sido el único presidente que no ha iniciado ninguna guerra en los últimos 40 años, todo lo contrario que el pelele Biden.

Es vomitivo como intentan vender la moto los demócratas millonarios (que están fuera de la realidad y de los graves problemas de la gente de a pie que ellos desprecian e ignoran), machacando que Trump es mucho peor que Hitler.

Esperaba con ansias el final de esta película, pero desafortunadamente no pude evitar quedarme dormido en mi primer intento. Aunque decidí darle una segunda oportunidad, la trama me resultó demasiado lenta y aburrida.

Fue como intentar dormir en una cama llena de clavos.

La película presenta a un policía que, a pesar de ser judío, parece desconectado de su identidad. Su entorno laboral lo etiqueta como tal, pero él mismo parece no entender del todo su pertenencia a esta comunidad. Cuando le asignan un caso relacionado con una anciana judía asesinada, espera encontrar un sentido de conexión y propósito. Sin embargo, a medida que avanza la investigación, se da cuenta de que el mundo judío que creía conocer es mucho más complejo y oscuro de lo que imaginaba.

Todo genera una sensación de desorientación tanto en el protagonista como en el espectador.

"100 Foot Wave" tuvo un impacto sísmico en mí, alterando intereses arraigados y abriendo un mundo completamente nuevo. Mi aversión previa al deporte y mi rechazo al surf, que consideraba un entorno superficial y artificial, se desvanecieron ante la fuerza de este documental.

La cinematografía es deslumbrante, Nazaré se revela como un lugar casi místico, y la personalidad del protagonista, tan singular y apasionada, me fascinó por completo. La experiencia fue adictiva: tras el primer capítulo, la serie completa cayó rendida ante mi curiosidad, seguida de la búsqueda impaciente de la segunda temporada y una profunda inmersión en la historia y el atractivo de Nazaré.

La llamada fue tan fuerte que organicé un viaje inmediato, cámara en mano, ante la llegada de una prometedora tormenta de olas gigantes. Nazaré me ha conquistado; su belleza me atrae irresistiblemente y mi aspiración es vivir allí. Es, sin duda, un lugar extraordinario.

Esta bazofia olvidada ochentera se lanza de cabeza a una parodia del cine de surf sesentero, que recuerda al universo Troma, pero filtrado para un público casi familiar.

Antes que nada, debo aclarar que solo he visto la reciente versión Director’s Cut en su versión original subtitulada lanzada por Vinegar Syndrome en 2021, con 20 minutos adicionales. También tiene su documental y todo...

La historia gira en torno a un nerd-científico vengativo que desarrolla una bebida capaz de crear un ejército de punk-zombis ochenteros (que actúan como deficientes mentales a veces hacen surf, otras música), y su exnovia nerd ahora convertida en la bomba sexy del pueblo.

Pese a lo absurdo del planteamiento, sorprende su humor inocente y casi entrañable (aunque con alguna que otra teta fugaz que se cuela entre las olas).

Y lo más sorprendente de todo: con semejante fumada de guion, resulta bastante más coherente y disfrutable que la mismísima Point Break.