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5,2
14.149
4
11 de octubre de 2024
11 de octubre de 2024
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aclaración introductoria: me repelen las películas de superhéroes tipo Marvel. A las que están mejor hechas les pongo un 6 como mucho y la mayoría de putrefacción para adolescentes y maduritos infantiloides me producen una urticaria gorda.
Así que no. No todos a los que no nos ha gustado este experimento somos los subnormales sedientos de sangre, muerte y destrucción que pintan algunas críticas.
La película es infantil, plana y aburridísima, un tostón. Pero claro, parece que humaniza al personaje y pone el foco en la plaga de salud mental que sufre la decadente civilización occidental. Con esto se conforman los “entendidos”, que no son más que carnaza de autoayuda, de psis y demás sucedáneos del cura de toda la vida.
Y sí, se entiende todo muy bien. Que sí hombre, si está todo telegrafiado desde el simplón y vulgar corto de animación introductorio. En un drama psicológico/carcelario/romántico/musical/judicial, Todd Philips nos cuenta una no historia de no amor, en una peli de un no villano, que mató a su madre de no brote, que va a un no juicio donde se juzga al espectador y se le pone ante el reflejo (la sombra) de sus más oscuros gustos.
¡Guau! ¡Que le den no ya el Óscar sino el Nóbel de la paz!
Así que no. No todos a los que no nos ha gustado este experimento somos los subnormales sedientos de sangre, muerte y destrucción que pintan algunas críticas.
La película es infantil, plana y aburridísima, un tostón. Pero claro, parece que humaniza al personaje y pone el foco en la plaga de salud mental que sufre la decadente civilización occidental. Con esto se conforman los “entendidos”, que no son más que carnaza de autoayuda, de psis y demás sucedáneos del cura de toda la vida.
Y sí, se entiende todo muy bien. Que sí hombre, si está todo telegrafiado desde el simplón y vulgar corto de animación introductorio. En un drama psicológico/carcelario/romántico/musical/judicial, Todd Philips nos cuenta una no historia de no amor, en una peli de un no villano, que mató a su madre de no brote, que va a un no juicio donde se juzga al espectador y se le pone ante el reflejo (la sombra) de sus más oscuros gustos.
¡Guau! ¡Que le den no ya el Óscar sino el Nóbel de la paz!

6,9
17.570
6
28 de febrero de 2025
28 de febrero de 2025
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre había creído que las putas, salvando a la mayoría que están horriblemente explotadas, esto es, las que son profesionales por gusto o diversión, son a la mujer un ejemplo de lo que el australopitecus es al género Homo, una realidad evolutiva, triste, poco edificante y mayormente despreciable. ¿Necesaria?
Anora es la pretty woman del siglo XXI, el cuento de la Cenicienta de los bajos fondos. Pues sí, la protagonista es puta y tiene traumas multifactoriales.
Pero no.
El tono de fábula y la agilidad del guion nos sumergen en un thriller de aventuras en el que lo único que importa es comprender la psicología femenina en una alegoría muy explícita de una de sus fantasías más comunes.
Entretenida, juguetona y psicológicamente certera, Anora es buena peli, de las que te invitan a meter mano a tu pareja en el cine, pero te controlas.
Porque la peli está muy bien y porque: ¿Qué pensaría de nosotros?
Anora es la pretty woman del siglo XXI, el cuento de la Cenicienta de los bajos fondos. Pues sí, la protagonista es puta y tiene traumas multifactoriales.
Pero no.
El tono de fábula y la agilidad del guion nos sumergen en un thriller de aventuras en el que lo único que importa es comprender la psicología femenina en una alegoría muy explícita de una de sus fantasías más comunes.
Entretenida, juguetona y psicológicamente certera, Anora es buena peli, de las que te invitan a meter mano a tu pareja en el cine, pero te controlas.
Porque la peli está muy bien y porque: ¿Qué pensaría de nosotros?

7,2
34.296
3
11 de agosto de 2024
11 de agosto de 2024
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Raro no es sinónimo de bueno. Provocador no lo es de visionario. Ni genio de loco. Ni ser un esteta es sinónimo de tener sentido estético.
Lanthimos vuelve con sus metáforas animales. Lo que se entendía regular en Canino y mal en Langosta, aquí tiene algo más de sentido, dentro del sinsentido general, claro está.
No es que la película sea la típica chorrada surrealista con metáfora y media que encandila a los que las cuentan por decenas y ven genialidad (bendita visión que tienen algunos) donde sólo hay forma, forma que es además en este caso una copia obscena del imaginario de Tim Burton.
No, esta vez es casi peor. En la línea de la favorita, la anacrónica crónica de un lesbianismo Real inventado y manipulador, el director griego se sube al carro de la izquierda postmoderna norteamericana más rancia y aprovecha el tirón de una de las ideas de moda (el empoderamiento de la mujer) para comentarnos sus obsesiones. Mutas animales, libertad restringida, pero siempre guía y destino de las almas. Sexo en todas sus variantes: muchas veces masturbaciones solitarias, otras veces masturbaciones asistidas por hombres perversos, casi satánicos. Lo mejor, el sexo lésbico, claro. Cuerpo y alma entrelazados en encarnizada lucha dual que ni el gnosticismo cátaro, secta herética extinguida hace 8 siglos, pero de ideas siempre presentes en personalidades tendentes a una espiritualidad poco civilizada. Se da mucho entre autoproclamados estetas éticos (esto es un guiño a Luis Martínez desde la Deepweb). La invención de la rueda cuadrada.
Cuatro ideas mal contadas. Palabras vacías para cerebros infantiles. Minorías selectas. Vasos de agua a medio llenar. La gota de vino en ellos vertida. “¡Uy! ¡Qué rico es este vino! Alguien sin duda mejor que yo lo ha consagrado”. “The book of snobs, by one of themselves “, by John Makepeace Thackeray (1848). Consensos consentidos. Sin sentidos elevados.
El efecto Flynn acabó en los 70, desde entonces vivimos la anticipada en 1962 pero publicada en 1980 "Conjura de los necios". No me hagan mucho caso: la realidad es esta:
¡Siempre Lanthimos! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta... Gooooool... Gooooool... Gooooool... ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo, viva el Cine! ¡Peliculón! ¡Yorgoooool! ¡Yorgos Lanthimos! Es para llorar, perdónenme... Lanthimos, en una corrida (jiji) memorable, en la película de todos los tiempos... Barrilete cósmico... ¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto Incel, para que el mundo sea un puño apretado gritando por ¿Emma Stone? Stone 2 – Hombres en general 0. Yorgol, Yorgol, Yorgol metegoles Lanthimos... Gracias Diosa, por el cine, por Lanthimos, por estas lágrimas, por este Mujeres 2 - Hombres 0.
Buenas actuaciones. Grande el baile. Le subo un punto por eso.
ENJOY!
Lanthimos vuelve con sus metáforas animales. Lo que se entendía regular en Canino y mal en Langosta, aquí tiene algo más de sentido, dentro del sinsentido general, claro está.
No es que la película sea la típica chorrada surrealista con metáfora y media que encandila a los que las cuentan por decenas y ven genialidad (bendita visión que tienen algunos) donde sólo hay forma, forma que es además en este caso una copia obscena del imaginario de Tim Burton.
No, esta vez es casi peor. En la línea de la favorita, la anacrónica crónica de un lesbianismo Real inventado y manipulador, el director griego se sube al carro de la izquierda postmoderna norteamericana más rancia y aprovecha el tirón de una de las ideas de moda (el empoderamiento de la mujer) para comentarnos sus obsesiones. Mutas animales, libertad restringida, pero siempre guía y destino de las almas. Sexo en todas sus variantes: muchas veces masturbaciones solitarias, otras veces masturbaciones asistidas por hombres perversos, casi satánicos. Lo mejor, el sexo lésbico, claro. Cuerpo y alma entrelazados en encarnizada lucha dual que ni el gnosticismo cátaro, secta herética extinguida hace 8 siglos, pero de ideas siempre presentes en personalidades tendentes a una espiritualidad poco civilizada. Se da mucho entre autoproclamados estetas éticos (esto es un guiño a Luis Martínez desde la Deepweb). La invención de la rueda cuadrada.
Cuatro ideas mal contadas. Palabras vacías para cerebros infantiles. Minorías selectas. Vasos de agua a medio llenar. La gota de vino en ellos vertida. “¡Uy! ¡Qué rico es este vino! Alguien sin duda mejor que yo lo ha consagrado”. “The book of snobs, by one of themselves “, by John Makepeace Thackeray (1848). Consensos consentidos. Sin sentidos elevados.
El efecto Flynn acabó en los 70, desde entonces vivimos la anticipada en 1962 pero publicada en 1980 "Conjura de los necios". No me hagan mucho caso: la realidad es esta:
¡Siempre Lanthimos! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta... Gooooool... Gooooool... Gooooool... ¡Quiero llorar! ¡Dios Santo, viva el Cine! ¡Peliculón! ¡Yorgoooool! ¡Yorgos Lanthimos! Es para llorar, perdónenme... Lanthimos, en una corrida (jiji) memorable, en la película de todos los tiempos... Barrilete cósmico... ¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto Incel, para que el mundo sea un puño apretado gritando por ¿Emma Stone? Stone 2 – Hombres en general 0. Yorgol, Yorgol, Yorgol metegoles Lanthimos... Gracias Diosa, por el cine, por Lanthimos, por estas lágrimas, por este Mujeres 2 - Hombres 0.
Buenas actuaciones. Grande el baile. Le subo un punto por eso.
ENJOY!

7,8
44.568
9
17 de enero de 2025
17 de enero de 2025
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, se nos ha ido David Lynch.
Deja su nombre escrito con letras de oro en la historia del cine. Si existiera, ingresaría desde hoy en el salón de la fama de Hollywood.
No me gustan un pelo sus fantasías oníricas (Terciopelo azul, Carretera perdida…), pero eso no quita que le reconozca incluso a estas películas transgresoras el enorme mérito que tienen. Será seguramente problema mío, que tengo sueños menos complejos.
Sin embargo, sus pelis de narrativa más tradicional consiguen emocionarme profundamente. Me entusiasma ‘El hombre elefante’ y ‘Una historia verdadera’ me parece una obra monumental en su sencillez intimista y belleza cautivadora.
Técnicamente perfecta, con un tema musical que queda grabado a fuego, esta improbable aventura a bordo de un vehículo lento y ya achacoso, nos ofrece el viaje interior de un anciano que ama la vida por encima de todo y deja el orgullo atrás para lanzarse a una apuesta por reconquistar lazos perdidos.
En las rectas carreteras de las grandes llanuras americanas, asistimos a un esfuerzo sobrehumano por volver a sentir el amor más hermoso que existe, el de dos hermanos que se quieren en la distancia, se quieren en sus recuerdos compartidos y se acaban reencontrando en un final maravilloso que te reconcilia con la humanidad.
Como todos los genios, un poco incomprendido, un poco flipado, un poco mistérico, un gran artesano y un artista todoterreno que, indudablemente, deja huella.
Una historia verdadera es para mí su mejor película, la más emotiva. Y es una oda a la vejez, a la memoria y al cariño que tantas veces opacan egos absurdos y absurdas distancias emocionales, que, por suerte, se van acortando lentamente, a ritmo de cortacésped.
Un grande.
Deja su nombre escrito con letras de oro en la historia del cine. Si existiera, ingresaría desde hoy en el salón de la fama de Hollywood.
No me gustan un pelo sus fantasías oníricas (Terciopelo azul, Carretera perdida…), pero eso no quita que le reconozca incluso a estas películas transgresoras el enorme mérito que tienen. Será seguramente problema mío, que tengo sueños menos complejos.
Sin embargo, sus pelis de narrativa más tradicional consiguen emocionarme profundamente. Me entusiasma ‘El hombre elefante’ y ‘Una historia verdadera’ me parece una obra monumental en su sencillez intimista y belleza cautivadora.
Técnicamente perfecta, con un tema musical que queda grabado a fuego, esta improbable aventura a bordo de un vehículo lento y ya achacoso, nos ofrece el viaje interior de un anciano que ama la vida por encima de todo y deja el orgullo atrás para lanzarse a una apuesta por reconquistar lazos perdidos.
En las rectas carreteras de las grandes llanuras americanas, asistimos a un esfuerzo sobrehumano por volver a sentir el amor más hermoso que existe, el de dos hermanos que se quieren en la distancia, se quieren en sus recuerdos compartidos y se acaban reencontrando en un final maravilloso que te reconcilia con la humanidad.
Como todos los genios, un poco incomprendido, un poco flipado, un poco mistérico, un gran artesano y un artista todoterreno que, indudablemente, deja huella.
Una historia verdadera es para mí su mejor película, la más emotiva. Y es una oda a la vejez, a la memoria y al cariño que tantas veces opacan egos absurdos y absurdas distancias emocionales, que, por suerte, se van acortando lentamente, a ritmo de cortacésped.
Un grande.
Serie

6,4
8.458
4
6 de enero de 2025
6 de enero de 2025
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si la primera temporada es un ejemplo claro de placer culpable, porque no es más nada, esta segunda no le va a la zaga.
Culpable: Culpable por su falta de originalidad, por la evolución inverosímil del prota, por los juegos repetidos que son mejores que los nuevos, por algunas actuaciones cochambrosas, porque “Habilidad física 100” es más real por momentos. Por repetitiva. Porque es Netflix y es símbolo de todo lo incomprensible que pasa en Corea y en el mundo. Por el “coitus interruptus” del último capítulo.
Placer: Porque mola mucho ver a unos chinos matarse entre ellos. Porque no somos tan diferentes de estos “chinos”. Por la 1, por Battle Royale, Takeshi Kitano y humor amarillo. Por el primer episodio de la temporada y la actuación del primer (y mejor) “malo”. Porque ya no estamos en pandemia y por el intento de hacer algo más complejo, intento, digo. Por el “coitus interruptus”, también.
Siendo objetivos: un 4.
Subjetivamente: innegociable, imperdible, lo mejor que nos pasará en el 2025 en la plataforma, seguro.
De comadreja a comadreja.
Culpable: Culpable por su falta de originalidad, por la evolución inverosímil del prota, por los juegos repetidos que son mejores que los nuevos, por algunas actuaciones cochambrosas, porque “Habilidad física 100” es más real por momentos. Por repetitiva. Porque es Netflix y es símbolo de todo lo incomprensible que pasa en Corea y en el mundo. Por el “coitus interruptus” del último capítulo.
Placer: Porque mola mucho ver a unos chinos matarse entre ellos. Porque no somos tan diferentes de estos “chinos”. Por la 1, por Battle Royale, Takeshi Kitano y humor amarillo. Por el primer episodio de la temporada y la actuación del primer (y mejor) “malo”. Porque ya no estamos en pandemia y por el intento de hacer algo más complejo, intento, digo. Por el “coitus interruptus”, también.
Siendo objetivos: un 4.
Subjetivamente: innegociable, imperdible, lo mejor que nos pasará en el 2025 en la plataforma, seguro.
De comadreja a comadreja.
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