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5,7
441
5
19 de febrero de 2023
19 de febrero de 2023
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si se pretendía realizar un remake de “Smartphone o Otoshita dake nanoni” lo han conseguido. Y es que, si la primera versión dirigida por el japonés Hideo Nakata tiene serios fallos, esta última, realizada apenas cinco años después vuelve a caer en los mismos errores. Sin embargo, si usted es fanático del cine surcoreano y desea ver un thriller para pasar el rato quizás pueda darle una oportunidad.
Seguimos la historia de una joven (interpretada por Chun Woo-hee) la cual vive continuamente dependiente de su celular, pero su vida cambia cuando este es hackeado y comienza a ser espiada por un desconocido. De esta manera, es interesante observar una clara critica a nuestra sociedad actual, en donde nuestra privacidad está en riesgo ya que si bien nuestros dispositivos móviles son una gran herramienta también son una fuente de información de todo nuestro entorno y vida personal.
Sin embargo, aunque se pueda apreciar un claro avance en la construcción de la trama y se nos presente de apoco información para anticipar el clímax, la película se pierde en la forma que estos elementos se presentan.
Para empezar el guión es sumamente forzado al crear acciones de la narración que rompen con la verisimilitud con el simple fin de construir la historia cayendo en clichés una y otra vez. Un ejemplo de lo anteriormente explicado es la incompetencia de los personajes secundarios a la hora de accionar ante una causa siendo apenas un relleno en la historia sin aportar nada a la trama. Y es que, da la sensación que se le presta mucha más atención en resaltar la figura de los actores Chun Woo-hee y Yim Si-wan antes que construir sus personajes, modelos mirando a cámara no tienen nada que hacer en una película policial.
En conclusión, una obra de Netflix que se toma el tiempo para publicitarse a sí mismo dentro de la película, así como también una evidente propaganda a juegos, cervezas, celulares, deja más que claro las pretensiones del film.
Seguimos la historia de una joven (interpretada por Chun Woo-hee) la cual vive continuamente dependiente de su celular, pero su vida cambia cuando este es hackeado y comienza a ser espiada por un desconocido. De esta manera, es interesante observar una clara critica a nuestra sociedad actual, en donde nuestra privacidad está en riesgo ya que si bien nuestros dispositivos móviles son una gran herramienta también son una fuente de información de todo nuestro entorno y vida personal.
Sin embargo, aunque se pueda apreciar un claro avance en la construcción de la trama y se nos presente de apoco información para anticipar el clímax, la película se pierde en la forma que estos elementos se presentan.
Para empezar el guión es sumamente forzado al crear acciones de la narración que rompen con la verisimilitud con el simple fin de construir la historia cayendo en clichés una y otra vez. Un ejemplo de lo anteriormente explicado es la incompetencia de los personajes secundarios a la hora de accionar ante una causa siendo apenas un relleno en la historia sin aportar nada a la trama. Y es que, da la sensación que se le presta mucha más atención en resaltar la figura de los actores Chun Woo-hee y Yim Si-wan antes que construir sus personajes, modelos mirando a cámara no tienen nada que hacer en una película policial.
En conclusión, una obra de Netflix que se toma el tiempo para publicitarse a sí mismo dentro de la película, así como también una evidente propaganda a juegos, cervezas, celulares, deja más que claro las pretensiones del film.
11 de febrero de 2023
11 de febrero de 2023
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un musical biográfico dirigido por Kasi Lemmosns, el cual está basado en la vida de la cantante de pop estadounidense, Whitney Houston, (interpretada por Naomi Ackie) considerada como la artista femenina más galardonada de todos los tiempos.
Este ambicioso film toma como punto de partida los comienzos de la cantante y la acompaña a lo largo de su carrera, desarrollando los diversos conflictos que tuvo con el público debido a su homosexualidad, problemas con las drogas y sus peleas familiares. Es por ello, que al intentar abordar una enorme parte de la vida de Whitney y el hecho de querer incorporar momentos importantes de su vida forzosamente, el guión suele cometer algunos fallos. Para empezar, una vez planteados los conflictos nombrados anteriormente, el film se vuelve repetitivo al no dar muestras de una posible resolución y si a esto se le suma las más de dos horas de duración de la película, puede resultar aburrida de ver.
Sin embargo, aunque existan estos huecos en la construcción del relato, se aprecia un excelente trabajo en el área de arte. La recreación de los escenarios, maquillajes y vestuarios (estos últimos diseñados por Charlese Antoinette Jones) nos remite a aquellos conciertos y época en la sucede la historia y nos permite apreciar las distintas etapas de la vida en las que transito la cantante, incluso para aquellos que no vivieron estos momentos o desconocían a la artista, aunque no está demás decir, que algunos elementos de la historia son propios de la cultura estadounidense y no cobran la misma significación para el espectador extranjero.
Finalmente, los números musicales repiten una misma formula una y otra vez, lo que hace perder la emoción con cada tema que se va presentando. La continua oposición entre tomas de Whitney y la reacción de su familia intenta de manera forzosa influir sobre la emoción del espectador.
En conclusión, es una película entretenida para aquellos fanáticos del pop pero no presenta un gran esfuerzo en construir una obra artística decente.
Este ambicioso film toma como punto de partida los comienzos de la cantante y la acompaña a lo largo de su carrera, desarrollando los diversos conflictos que tuvo con el público debido a su homosexualidad, problemas con las drogas y sus peleas familiares. Es por ello, que al intentar abordar una enorme parte de la vida de Whitney y el hecho de querer incorporar momentos importantes de su vida forzosamente, el guión suele cometer algunos fallos. Para empezar, una vez planteados los conflictos nombrados anteriormente, el film se vuelve repetitivo al no dar muestras de una posible resolución y si a esto se le suma las más de dos horas de duración de la película, puede resultar aburrida de ver.
Sin embargo, aunque existan estos huecos en la construcción del relato, se aprecia un excelente trabajo en el área de arte. La recreación de los escenarios, maquillajes y vestuarios (estos últimos diseñados por Charlese Antoinette Jones) nos remite a aquellos conciertos y época en la sucede la historia y nos permite apreciar las distintas etapas de la vida en las que transito la cantante, incluso para aquellos que no vivieron estos momentos o desconocían a la artista, aunque no está demás decir, que algunos elementos de la historia son propios de la cultura estadounidense y no cobran la misma significación para el espectador extranjero.
Finalmente, los números musicales repiten una misma formula una y otra vez, lo que hace perder la emoción con cada tema que se va presentando. La continua oposición entre tomas de Whitney y la reacción de su familia intenta de manera forzosa influir sobre la emoción del espectador.
En conclusión, es una película entretenida para aquellos fanáticos del pop pero no presenta un gran esfuerzo en construir una obra artística decente.

4,4
5.281
5
17 de julio de 2023
17 de julio de 2023
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Pastor nos traen un spin-off de “Bird Box: A Ciegas” (2018), cuya idea inicial tiene un gran potencial, pero una vez más queda demostrado que los efectos digitales no son suficientes para realizar una buena película.
De esta manera, se nos presenta un mundo apocalíptico al estilo “Estación zombie: Seul” (2016), en donde surge una presencia que se mueve bajo la luz solar, la cual quien la ve entra en un estado de trance haciendo que este cometa un suicidio. Así, podremos presenciar un film lleno de acción, gore y efectos digitales que nos sumerge en una ciudad de Barcelona completamente devastada por la locura y demencia.
La película cuenta con una gran facilidad para hacernos comprender la historia desde los primeros minutos, y al igual que otros trabajos de este genero asociado a la catástrofe y supervivencia se nos presentarán una serie de personajes que deberán sobrevivir en este ambiente hostil. En este sentido, hay que mencionar que la idea de pertinencia que antiguamente formaba parte de estos trabajos se ha perdido. En lugar de apoyarse en la cultura española y construir sus personajes desde allí; el film decide tomar el “modelo Miami” en dónde coloca personajes de distintas nacionalidades de habla hispana, inglesa y alemana produciendo una ruptura en la construcción del espacio que quieren recrear. Este cambio constante de acentos e idiomas da cuenta de las pretensiones económicas de la obra para alcanzar un público más internacional y se desentiende del título que la misma obra lleva.
En comparativa, el actor quien protagoniza esta historia (Mario Casas), fue parte de otro film “El bar” (2017) de una índole similar, aunque con tintes cómicos. En este sin contar con un gran presupuesto y apenas utilizando unas pocas locaciones logra lo que los hermanos Pastor no, aprovechar las fortalezas de la historia y desarrollarlas al máximo. En lugar de valerse de la narrativa que cuenta como los personajes deben vendarse para no ver la presencia que ha llegado a la Tierra y así desarrollar componentes sonoros, la película se entretiene con sus efectos visuales y en ocasiones con diálogos explicativos forzados por el guión.
En conclusión, las pretensiones de la obra son demasiado altas y no está a la altura de su predecesora. Cuenta con una premisa prometedora, pero se diluye a cada minuto del film.
De esta manera, se nos presenta un mundo apocalíptico al estilo “Estación zombie: Seul” (2016), en donde surge una presencia que se mueve bajo la luz solar, la cual quien la ve entra en un estado de trance haciendo que este cometa un suicidio. Así, podremos presenciar un film lleno de acción, gore y efectos digitales que nos sumerge en una ciudad de Barcelona completamente devastada por la locura y demencia.
La película cuenta con una gran facilidad para hacernos comprender la historia desde los primeros minutos, y al igual que otros trabajos de este genero asociado a la catástrofe y supervivencia se nos presentarán una serie de personajes que deberán sobrevivir en este ambiente hostil. En este sentido, hay que mencionar que la idea de pertinencia que antiguamente formaba parte de estos trabajos se ha perdido. En lugar de apoyarse en la cultura española y construir sus personajes desde allí; el film decide tomar el “modelo Miami” en dónde coloca personajes de distintas nacionalidades de habla hispana, inglesa y alemana produciendo una ruptura en la construcción del espacio que quieren recrear. Este cambio constante de acentos e idiomas da cuenta de las pretensiones económicas de la obra para alcanzar un público más internacional y se desentiende del título que la misma obra lleva.
En comparativa, el actor quien protagoniza esta historia (Mario Casas), fue parte de otro film “El bar” (2017) de una índole similar, aunque con tintes cómicos. En este sin contar con un gran presupuesto y apenas utilizando unas pocas locaciones logra lo que los hermanos Pastor no, aprovechar las fortalezas de la historia y desarrollarlas al máximo. En lugar de valerse de la narrativa que cuenta como los personajes deben vendarse para no ver la presencia que ha llegado a la Tierra y así desarrollar componentes sonoros, la película se entretiene con sus efectos visuales y en ocasiones con diálogos explicativos forzados por el guión.
En conclusión, las pretensiones de la obra son demasiado altas y no está a la altura de su predecesora. Cuenta con una premisa prometedora, pero se diluye a cada minuto del film.

5,4
3.373
4
11 de marzo de 2023
11 de marzo de 2023
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2010 el británico Nell Cross escribió un guión para una serie policial llamada “Luther” la cual estaba protagonizada por el actor Idris Elba. Más de diez años después ambos vuelven con una película exclusiva para Netflix que deja un sabor a poco.
La historia gira alrededor de John Luther (Idris Elba) quien a pesar de haber sido detenido en la cárcel y de perder su licencia como policía, decide huir para cerrar un caso que tenia pendiente encontrando a un asesino en serie (Andy Serkis) y detenerlo.
De esta manera, podremos apreciar una obra con grandes influencias formales propias de la televisión, en gran parte producto de su director Jamie Payne quien se caracteriza por haber dirigido muchas series en su carrera profesional. Así, se observa una construcción dramática que enfatiza los momentos de mayor tensión con travellings hacia los personajes, como también se evidencia, un permanente uso de los diálogos para dar información y hacer avanzar la trama.
Ahora bien, no es un secreto para nadie que el largometraje se rige mediante otras reglas. Para empezar, el director decide presentar varios personajes que si bien influyen en la trama no cuentan con la suficiente profundidad debido al tiempo que maneja en una película en relación a una serie. De esta manera surgen actores con la necesidad de hacer avanzar la trama y realmente no importa quienes son o cuáles son sus motivos, lo cual fuerza el guión repentinamente.
Por otro lado, la búsqueda de la policía a Luther funciona como un obstáculo más que el protagonista debe superar. Sin embargo, no tiene sentido que con toda la tecnología, armas y vínculos con los que cuenta las fuerzas de seguridad sean puestos para matar a un a policía fugitivo por encima del asesino en serie. Esto provoca que se fuerce el relato una y otra vez con el fin de alargar la película y nos saque de a ratos de la diégesis.
Y si de sacar de la diégesis se trata, no podemos no hablar del arte y los efectos especiales. A mi parecer el film es demasiado pretencioso y comete errores por ello. Esto se aprecia cuando vemos maniquíes que pretenden ser cuerpos, nieve evidentemente falsa, o supuestas conducciones de vehículos donde no se disimula estar grabadas en el set.
En conclusión, es una obra policial que no tiene intenciones de justificar sus decisiones. Aunque si se ve sin muchas pretensiones puede resultar pasable.
La historia gira alrededor de John Luther (Idris Elba) quien a pesar de haber sido detenido en la cárcel y de perder su licencia como policía, decide huir para cerrar un caso que tenia pendiente encontrando a un asesino en serie (Andy Serkis) y detenerlo.
De esta manera, podremos apreciar una obra con grandes influencias formales propias de la televisión, en gran parte producto de su director Jamie Payne quien se caracteriza por haber dirigido muchas series en su carrera profesional. Así, se observa una construcción dramática que enfatiza los momentos de mayor tensión con travellings hacia los personajes, como también se evidencia, un permanente uso de los diálogos para dar información y hacer avanzar la trama.
Ahora bien, no es un secreto para nadie que el largometraje se rige mediante otras reglas. Para empezar, el director decide presentar varios personajes que si bien influyen en la trama no cuentan con la suficiente profundidad debido al tiempo que maneja en una película en relación a una serie. De esta manera surgen actores con la necesidad de hacer avanzar la trama y realmente no importa quienes son o cuáles son sus motivos, lo cual fuerza el guión repentinamente.
Por otro lado, la búsqueda de la policía a Luther funciona como un obstáculo más que el protagonista debe superar. Sin embargo, no tiene sentido que con toda la tecnología, armas y vínculos con los que cuenta las fuerzas de seguridad sean puestos para matar a un a policía fugitivo por encima del asesino en serie. Esto provoca que se fuerce el relato una y otra vez con el fin de alargar la película y nos saque de a ratos de la diégesis.
Y si de sacar de la diégesis se trata, no podemos no hablar del arte y los efectos especiales. A mi parecer el film es demasiado pretencioso y comete errores por ello. Esto se aprecia cuando vemos maniquíes que pretenden ser cuerpos, nieve evidentemente falsa, o supuestas conducciones de vehículos donde no se disimula estar grabadas en el set.
En conclusión, es una obra policial que no tiene intenciones de justificar sus decisiones. Aunque si se ve sin muchas pretensiones puede resultar pasable.

5,6
206
6
30 de julio de 2023
30 de julio de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con efectos especiales de momentos cuestionables, llena de acción, sangre y dinamismo, llega para celebrar su sorprendente 50 aniversario “Shin Kame Rider” una experiencia al menos entretenida.
Siguiendo la línea de sus trabajos anteriores, “Shin Godzilla” (2016) como director y “Shin Ultraman” (2022) como guionista, Hideaki Anno nos trae una nueva entrega de personajes icónicos de la televisión japonesa. En este caso se nos cuenta la historia de Takeshi Hongo (Sosuke Ikematsu), un ciborg hecho por SHOCKER, el cual tras traicionar esta organización lucha contra ellos para salvar su vida y la de su protegida Ruriko Midorikawa (Minami Hamabe).
Así veremos una historia llena de acción, en donde el director juega continuamente con las angulaciones y puestas de cámara, por lo cual, sin ser una película de animación, se aproxima más al anime japonés en sus formas que al cine de superhéroes estadounidense. De esta manera, hace que los momentos de peleas sean dinámicos utilizando planos sumamente cortos en su duración, aunque cuando quiere ser dramática pierde su veracidad ya que predomina la sorpresa sobre el suspenso al no detenerse nunca en su ritmo tan vertiginoso.
De igual manera, al querer abarcar una narrativa muy grande no nos deja profundizar mucho sobre lo personajes haciendo que estos se vean como caricaturescos. Y se bien es entendible que intente ser una adaptación de una serie; en el corto tiempo que se desarrollan las historias en las películas les es insuficiente para que un arco no pase en la historia como irrelevante y por lo cual de la sensación que estamos viendo mini episodios.
Por este motivo, es mucho más probable que quienes ya tienen un conocimiento previo sobre la historia y los personajes, puedan entender mucho más que aquellos que ven Kamen Rider por primera vez y por lo tanto puedan disfrutar mejor del espectáculo.
En conclusión, es un film de acción mayoritariamente destinado a los fanáticos, aunque esto no impide comprender la historia que se desarrolla. Sus escenas de acción son lo más brillante de este trabajo y aunque abecés cuenta con efectos especiales no muy buenos, a diferencia de películas de este mismo año como “Flash” los cuales están inacabados, en este caso presentan una continuidad en su estilo y dan una sensación orgánica que en ningún momento te sacan del largometraje.
Siguiendo la línea de sus trabajos anteriores, “Shin Godzilla” (2016) como director y “Shin Ultraman” (2022) como guionista, Hideaki Anno nos trae una nueva entrega de personajes icónicos de la televisión japonesa. En este caso se nos cuenta la historia de Takeshi Hongo (Sosuke Ikematsu), un ciborg hecho por SHOCKER, el cual tras traicionar esta organización lucha contra ellos para salvar su vida y la de su protegida Ruriko Midorikawa (Minami Hamabe).
Así veremos una historia llena de acción, en donde el director juega continuamente con las angulaciones y puestas de cámara, por lo cual, sin ser una película de animación, se aproxima más al anime japonés en sus formas que al cine de superhéroes estadounidense. De esta manera, hace que los momentos de peleas sean dinámicos utilizando planos sumamente cortos en su duración, aunque cuando quiere ser dramática pierde su veracidad ya que predomina la sorpresa sobre el suspenso al no detenerse nunca en su ritmo tan vertiginoso.
De igual manera, al querer abarcar una narrativa muy grande no nos deja profundizar mucho sobre lo personajes haciendo que estos se vean como caricaturescos. Y se bien es entendible que intente ser una adaptación de una serie; en el corto tiempo que se desarrollan las historias en las películas les es insuficiente para que un arco no pase en la historia como irrelevante y por lo cual de la sensación que estamos viendo mini episodios.
Por este motivo, es mucho más probable que quienes ya tienen un conocimiento previo sobre la historia y los personajes, puedan entender mucho más que aquellos que ven Kamen Rider por primera vez y por lo tanto puedan disfrutar mejor del espectáculo.
En conclusión, es un film de acción mayoritariamente destinado a los fanáticos, aunque esto no impide comprender la historia que se desarrolla. Sus escenas de acción son lo más brillante de este trabajo y aunque abecés cuenta con efectos especiales no muy buenos, a diferencia de películas de este mismo año como “Flash” los cuales están inacabados, en este caso presentan una continuidad en su estilo y dan una sensación orgánica que en ningún momento te sacan del largometraje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sosteniendo lo dicho anteriormente, su ritmo tan vertiginoso hace que la película comience con una gran fuerza y termine cayendo sobre el final, lo que acaba causando que este termine cerrando lo que parecía una subtrama con Ruriko Midorikawa y deje un final abierto sin resolver lo que plantea desde un principio con la corporación SHOCKER.
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