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8,1
32.909
7
15 de junio de 2007
15 de junio de 2007
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que "La noche del cazador" es una bofetada al fanatismo.En especial el religioso. Todos los personajes viven atormentados en mayor o menor medida por la figura de ese Dios terrible, castigador, omnisciente y perverso. El Señor. Un ogro que no da un resquicio de clemencia a sus criaturas.
Harry Powell en la primera escena en la que aparece mantiene un diálogo con este Dios, trastornado por tener el cerebro hecho papilla con todas esas monsergas, se cree un verdadero pastor y su misión divina será quitarle el dinero a "los seres perfumados".
El señor y la señora Spoon son otros que tal. Dos viejos que se dejan seducir por la palabrería religiosa de Powell, incitan a la viuda a casarse con él, predican sobre la humildad y el perdón y al final del film no dudan en encabezar el linchamiento de Powell.
Rachel Cooper, una vieja más o menos bondadosa pero igualmente fanática de la Biblia que adoctrina a los niños casi como si fueran a ser monjas o sacerdotes.
Willa Harper, una mujer alegre y vitalista que es reducida por Powell en la noche de bodas negándole salvajemente su dimensión sexual.
Los niños son los únicos que no parecen contaminados ante tanta locura fanática.
Una película inquietante con un Robert Mitchum soberbio. Puede hacerse algo empalagosa si se ve desde el prisma de que realmente intenta transmitir tal cual lo que defienden sus personajes.
Harry Powell en la primera escena en la que aparece mantiene un diálogo con este Dios, trastornado por tener el cerebro hecho papilla con todas esas monsergas, se cree un verdadero pastor y su misión divina será quitarle el dinero a "los seres perfumados".
El señor y la señora Spoon son otros que tal. Dos viejos que se dejan seducir por la palabrería religiosa de Powell, incitan a la viuda a casarse con él, predican sobre la humildad y el perdón y al final del film no dudan en encabezar el linchamiento de Powell.
Rachel Cooper, una vieja más o menos bondadosa pero igualmente fanática de la Biblia que adoctrina a los niños casi como si fueran a ser monjas o sacerdotes.
Willa Harper, una mujer alegre y vitalista que es reducida por Powell en la noche de bodas negándole salvajemente su dimensión sexual.
Los niños son los únicos que no parecen contaminados ante tanta locura fanática.
Una película inquietante con un Robert Mitchum soberbio. Puede hacerse algo empalagosa si se ve desde el prisma de que realmente intenta transmitir tal cual lo que defienden sus personajes.

6,3
12.496
6
27 de febrero de 2007
27 de febrero de 2007
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver hace media hora "Inland Empire" y la verdad es que me ha dejado el cerebro hecho papilla. Película no apta para público pusilánime.
Este es un film que no se puede juzgar bajo criterios racionales. La cantidad de elementos oníricos y subrealistas (el harén de muchachas, la chica que llora frente al televisor o la genial familia con la cabeza de burro) nos permiten catalogar o analizar el film a través del relativismo. El mismo relativismo con el que Lynch lo ha rodado. Y atención porque no me refiero a que "todo vale" sino a que hay verdades más potentes que otras. Y si Lynch elimina la verosimilitud en su film, lo real ya no engloba lo falso y lo real, la verdad y la mentira... asi que todo se convierte en un ejercicio de evaluación subjetivo de cada espectador más allá de cualquier criterio racional. "Inland Empire" tiene elementos sublimes y una interpretación de su protagonista (Laura Dern) portentosa.
Si nos fijamos, en los créditos podemos ver que hay un Técnico de Efectos Especiales Psiquicos. Así, tal cual. Y creo que este es el gran logro de la pelicula. Remover la psique de los espectadotes, atentar contra su percepción y vapulear los cimientos de todo lo visto en una pantalla ateriormente. Podría estar hablando eternamente de esta película que he calificado como "interesante" porque realmente creo que es el adjetivo que mejor se ajusta a ella.
Un apunte interesante y no del todo descabellado es lo que comentaba un amigo cuando ha terminado la proyección. Cree que el rodarla en digital no responde a un criterio meramente artístico (conseguir esa textura "sucia" de la que tanto se ha hablado) sino a algo mucho más mundano y económico. Y es que la productora, en este caso ESTUDIO CANAL le debe haber dicho: "Señor Lynch, este es el dinero que le vamos a dar para rodar esta película" y el amigo David ha optado por rodarla en digital HD puesto que esta técnica abarata los costes de producción considerablemente y permite "jugar" con nuevos efectos para lograr esa destrucción del cerebro del espectador hasta reducirlo a papilla. El resultado, si uno es valiente, es, cuanto menos, digno de ver.
Este es un film que no se puede juzgar bajo criterios racionales. La cantidad de elementos oníricos y subrealistas (el harén de muchachas, la chica que llora frente al televisor o la genial familia con la cabeza de burro) nos permiten catalogar o analizar el film a través del relativismo. El mismo relativismo con el que Lynch lo ha rodado. Y atención porque no me refiero a que "todo vale" sino a que hay verdades más potentes que otras. Y si Lynch elimina la verosimilitud en su film, lo real ya no engloba lo falso y lo real, la verdad y la mentira... asi que todo se convierte en un ejercicio de evaluación subjetivo de cada espectador más allá de cualquier criterio racional. "Inland Empire" tiene elementos sublimes y una interpretación de su protagonista (Laura Dern) portentosa.
Si nos fijamos, en los créditos podemos ver que hay un Técnico de Efectos Especiales Psiquicos. Así, tal cual. Y creo que este es el gran logro de la pelicula. Remover la psique de los espectadotes, atentar contra su percepción y vapulear los cimientos de todo lo visto en una pantalla ateriormente. Podría estar hablando eternamente de esta película que he calificado como "interesante" porque realmente creo que es el adjetivo que mejor se ajusta a ella.
Un apunte interesante y no del todo descabellado es lo que comentaba un amigo cuando ha terminado la proyección. Cree que el rodarla en digital no responde a un criterio meramente artístico (conseguir esa textura "sucia" de la que tanto se ha hablado) sino a algo mucho más mundano y económico. Y es que la productora, en este caso ESTUDIO CANAL le debe haber dicho: "Señor Lynch, este es el dinero que le vamos a dar para rodar esta película" y el amigo David ha optado por rodarla en digital HD puesto que esta técnica abarata los costes de producción considerablemente y permite "jugar" con nuevos efectos para lograr esa destrucción del cerebro del espectador hasta reducirlo a papilla. El resultado, si uno es valiente, es, cuanto menos, digno de ver.

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8
13 de octubre de 2007
13 de octubre de 2007
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película trata uno de los temas que más me fascina: la esencia trágica del payaso o del humorista. Sobre este tema, Daniel, el personaje de Houllebecq en "La posibilidad de una isla", lo deja bien claro: "la risa no existe, nos reímos de nuestros propios miedos porque en el fondo, la vida es una tragedia".
En cine, Woody Allen también ha tocado en repetidas ocasiones esta temática. En "Melinda y Melinda" nos contaba una misma historia desde las dos ópticas: lo cómico y lo trágico.
Pero "Heros" se centra en la figura del payaso-humorista. Aquel que se ha cansado de ser gracioso, porque ser gracioso siempre cuesta. Incluso se podría decir que el éxito que le ha dado el humor, lo ha transtornado y nacen en él nuevos sentimientos: odio, violencia, rencor... que se acercan más a la tragedia de la vida.
Una vieja gloria del rock al que ha secuestrado será testigo de esta transfiguración.
En cine, Woody Allen también ha tocado en repetidas ocasiones esta temática. En "Melinda y Melinda" nos contaba una misma historia desde las dos ópticas: lo cómico y lo trágico.
Pero "Heros" se centra en la figura del payaso-humorista. Aquel que se ha cansado de ser gracioso, porque ser gracioso siempre cuesta. Incluso se podría decir que el éxito que le ha dado el humor, lo ha transtornado y nacen en él nuevos sentimientos: odio, violencia, rencor... que se acercan más a la tragedia de la vida.
Una vieja gloria del rock al que ha secuestrado será testigo de esta transfiguración.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película tiene momentos sublimes. El inicio, con las risas entrecortadas del público mientras el protagonista cuenta un chiste, me parece visualmente muy potente.
Y la primera media parte de la película está rodada en video. La otra media en 35 mm. Para saltar de un formato a otro, se emplea un recurso que me ha sorprendido. El protagonista mira a cámara y le pregunta al director:
-Y tú, ¿qué quieres?
Y se oye una voz, no vemos ni su figura ni su rostro, que respone:
-Yo. Una cámara de cine.
Y PAM. La película sigue en formato cine.
También el detalle onírico mientras están en el piso del hombre que entra, golpea a Michael Youn y lo tira por la ventana. El padre muerto también da mucho juego y la éstetica clown con metralleta del final también me parece impresionante.
Y la primera media parte de la película está rodada en video. La otra media en 35 mm. Para saltar de un formato a otro, se emplea un recurso que me ha sorprendido. El protagonista mira a cámara y le pregunta al director:
-Y tú, ¿qué quieres?
Y se oye una voz, no vemos ni su figura ni su rostro, que respone:
-Yo. Una cámara de cine.
Y PAM. La película sigue en formato cine.
También el detalle onírico mientras están en el piso del hombre que entra, golpea a Michael Youn y lo tira por la ventana. El padre muerto también da mucho juego y la éstetica clown con metralleta del final también me parece impresionante.

5,2
8.528
3
10 de octubre de 2007
10 de octubre de 2007
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy discreta esta nueva incursión de James Wan en el género del terror. Interpretaciones poco convincentes, tópicos a doquier, escasa y previsible tensión y un deja vú persistente durante todo el metraje de que los guionistas se han copiado bastante del libro "La noche del muñeco viviente" de R.L Stine. Para verla cuando la echen por la tele.
8
5 de marzo de 2007
5 de marzo de 2007
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente tenemos la suerte de que muchos directores alemanes echen la vista atrás y revisen su pasado más reciente. A diferencia de otros cines, no caen en el sempiterno masoquismo de hallar “buenos” y “malos” sino que reflejan los fallos, la perversidad y, en ocasiones, la corrupción del ocaso de un sistema (el comunista) que estaba obligado a desaparecer. Buena muestra de ello fue en su día “Good Bye, Lenin” y actualmente “La vida de los otros”. Aunque se ocupe de otro momento histórico, también “El Hundimiento” fue un ejercicio de maestría y precisión, un documento gráfico valiosísimo pues nos permitió ver la decadencia moral y la locura de ese gran villano que fue Adolf Hitler.
El film que nos ocupa, merecido ganador del Oscar a la Mejor Película Extranjera, parte del encargo que recibe un disciplinado capitán de la Stasi (todopoderosa y corruptizada policía secreta comunista) de espiar a una pareja de artistas: un dramaturgo que recibe el favor del régimen y su bella esposa que es actriz.
Ulrich Mühe (que ya destacó en la maliciosa pero excelente “Funny Games” de Michael Haneke) es el encargado de dar vida a este ser gris que se ha pasado la vida espiando a los demás y enseñando a interrogar y extorsionar lo que hace que sea una persona sin vida propia, anodino, seco, aburrido y perdido en un mundo en el que ve como todas las cosas por las que había apostado se van desmoronando.
.....
La película toca en sus tres personajes protagonistas temas interesantes como el desengaño y la culpa (el papel de Ulrich Mühe que con su simple presencia primero férrea y luego fantasmagórica lo dice todo); el compromiso, la lealtad, la amistad y el deber (representados en la pareja de artistas espiados), todo ello bajo el marco desangelado de la Alemania de 1984. Alemania que quedó desestructurada y desmembrada tras la guerra pero que en la actualidad ha sabido hacer ejercicios de análisis histórico tan sabios e interesantes como el de la película que nos ocupa.
El film que nos ocupa, merecido ganador del Oscar a la Mejor Película Extranjera, parte del encargo que recibe un disciplinado capitán de la Stasi (todopoderosa y corruptizada policía secreta comunista) de espiar a una pareja de artistas: un dramaturgo que recibe el favor del régimen y su bella esposa que es actriz.
Ulrich Mühe (que ya destacó en la maliciosa pero excelente “Funny Games” de Michael Haneke) es el encargado de dar vida a este ser gris que se ha pasado la vida espiando a los demás y enseñando a interrogar y extorsionar lo que hace que sea una persona sin vida propia, anodino, seco, aburrido y perdido en un mundo en el que ve como todas las cosas por las que había apostado se van desmoronando.
.....
La película toca en sus tres personajes protagonistas temas interesantes como el desengaño y la culpa (el papel de Ulrich Mühe que con su simple presencia primero férrea y luego fantasmagórica lo dice todo); el compromiso, la lealtad, la amistad y el deber (representados en la pareja de artistas espiados), todo ello bajo el marco desangelado de la Alemania de 1984. Alemania que quedó desestructurada y desmembrada tras la guerra pero que en la actualidad ha sabido hacer ejercicios de análisis histórico tan sabios e interesantes como el de la película que nos ocupa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El mismo choque frustrante recibe el director de teatro (Sebastian Koch) al ver como un amigo suyo, poeta y compositor (apuntado en la lista negra de la Stasi por ser un artista conflictivo y subversivo), decide quitarse la vida desesperado. Por si fuera poco, un alto cargo de la Stasi se ha encaprichado de su bella esposa y la obliga a mantener relaciones con él si quiere seguir triunfando en los escenarios. El director de teatro comienza así a abrir los ojos ante un régimen que está podrido (y que asfixia por si solo cualquier posibilidad de mejora) y comenzará a escribir artículos prohibidos denunciado todo los déficits a los que los ciudadanos de la RDA se ven sometidos publicándolos en revistas occidentales.
Por supuesto, la pareja vive ajena a que está siendo espiada y por el giro que ha tomado la situación el capitán de la Stasi que los vigila enfermizamente se halla en la dicotomía de denunciarlos religiosamente y con severidad como ha hecho hasta la fecha o amparar su “delito” y permitir que se desate el escándalo contra el regimen. En esta decisión influirá un enamoramiento de la actriz chantajeada y el déspota de su amigo, un director de la Stasi en el que se refleja a la perfección todas las incoherencias del sistema.
Con un final demasiado trágico a mi gusto...
Por supuesto, la pareja vive ajena a que está siendo espiada y por el giro que ha tomado la situación el capitán de la Stasi que los vigila enfermizamente se halla en la dicotomía de denunciarlos religiosamente y con severidad como ha hecho hasta la fecha o amparar su “delito” y permitir que se desate el escándalo contra el regimen. En esta decisión influirá un enamoramiento de la actriz chantajeada y el déspota de su amigo, un director de la Stasi en el que se refleja a la perfección todas las incoherencias del sistema.
Con un final demasiado trágico a mi gusto...
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