Todo lo que debería hacer de "Los mercenarios 2" una película divertida acaba resultando artificial o estúpido. Casi ninguna de las referencias a los trabajos previos de los mitazos que aparecen en la cinta resulta natural en el discurso (el "voy a por munición y vuelvo" de Shwarzenegger roza lo lamentable), de igual modo que los constantes diálogos ligeros que buscan la risa tonta del espectador se quedan en bromas estúpidas. La película es un constante intento de ser ingenioso por parte de gente que, sencillamente, no lo es. Y, para colmo, las pocas veces que se consigue cierto ingenio, se pierde en la traducción al castellano ("os declaro cuchillo y mujer", por ejemplo).

Por lo demás, el ritmo de la cinta es el que debe ser para este tipo de cine: no ofrece tregua y no se anda con rodeos. Pero es todo demasiado estúpido y previsible. Los malos son demasiado malos, salvo cuando la trama requiere que muestren una piedad injustificada. Los buenos son demasiado buenos, aunque disparen a todo lo que mueve. Los giros de guión se ven venir desde tan lejos que acaban resultando indiferentes. Es más, decir que son "giros de guión" es exagerado.

En cuanto al reparto, la mayoría mantienen el tipo (Willis y Van Damme están francamente notables -para el tipo de película del que estamos hablando). Pero los que no lo mantienen dan un poco de vergüenza ajena... fatal Dolph Lundgren en todas sus escenas, sobre todo en las de acción, y mal Chuck Norris, y mira que su "cameo" tenía potencial para ser lo más divertido de este flojito film.