You must be a loged user to know your affinity with La Taverna del Mastí
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
Documental

6,8
1.611
8
5 de marzo de 2016
5 de marzo de 2016
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se puede afirmar perfectamente que en estos últimos años el documental musical está atravesando un buen momento, ya que se han realizado numerosos filmes muy interesantes que acercan al gran público (además de retratar) a los artistas en cuestión. Pueden servir como ejemplo excelentes documentales como el oscarizado "Searching for Sugar Man" (Malik Bendjelloul, 2012) centrado en la figura de Sixto Rodríguez; "Queen: Days of Our Lives" (Matt O'Casey, 2011) sobre la banda británica Queen; "Marley" (Kevin McDonald, 2012) sobre la figura del reagee Bob Marley; "George Harrison: Living in the Material World" (Martin Scorsese, 2011) centrado en el ex-Beatle; o los más recientes "What Happened, Miss Simone?" (Liz Garbus, 2015) sobre la cantante de soul Nina Simone, y el ganador como mejor documental en la pasada edición de los Oscar "Amy (La chica detrás del nombre)" (Asif Kapadia, 2015) sobre la carismática Amy Winehouse. Es necesario indicar que han ido pasando los años y para Janis Joplin no se había hecho ningún biopic (pese a que su historia de superación, fulgor y combustión prematura es puramente cinematográfica), ni tampoco un nuevo documental (desde aquel "Janis" canadiense de Howard Alk, estrenado en 1975). Así que la reputada cineasta estadounidense Amy Berg ha puesto punto final a la incertidumbre, realizando uno de los documentales más esperados de la historia, titulado "Janis: Little Girl Blue" (que traducido al castellano viene a decir "pequeña chica triste"), centrado en la cantante con la voz más rasposa de los años sesenta, que triunfó en el rock, pero que su blues personal acabó condenándola a morir joven.
Hablar de Janis Joplin es hacerlo sobre una de las mejores cantantes de rock de todos los tiempos. Una auténtica pionera que influyó (y aún en la actualidad sigue influyendo) a muchísimas artistas a lo largo de la historia musical. Atesoraba una potente voz desgarrada y muy característica; y cabe decir que su agitada vida, repleta de drogas y excesos, unidos a su prematura muerte a los 27 años de edad, le han llevado a ocupar un puesto de honor entre los grandes mártires de la música moderna, formando parte del famoso y fatídico "Club de los 27"; de hecho, el impulso para la creación del citado club fueron las muertes de Joplin, junto con las de Brian Jones (guitarrista y multi-instrumentista de la banda The Rolling Stones), Jimi Hendrix (considerado como el guitarrista más grande de la historia), y Jim Morrison (legendario vocalista de la banda de rock psicodélico The Doors), todas ellas comprendidas entre 1969 y 1971. Huelga decir que más tarde se agregaron a la lista artistas como el genuino bluesman de los años 30 Robert Johnson; el mítico líder de Nirvana Kurt Cobain; y la genial cantante de pop Amy Winehouse.
Para llevarlo a cabo, su directora Amy Berg, con una amplia experiencia en el género, siendo responsable de los notables documentales "Líbranos del mal" (2006), "West of Memphis" (2012) y "An Open Secret" (2014); confecciona una completa pieza sobre la icónica cantante. La premisa se sostiene en un triángulo de investigación consistente, archivo en directo y documentos íntimos para mostrar una historia familiar y singular: aquella de la moza ambiciosa, y rebelde por naturaleza, que huye de su hogar para buscar fortuna y sentirse valorada. Es digno de mención que la cantante de folk alternativo Cat Power presta su voz, leyendo (a modo de 'voz en off') las cartas personales que Janis escribía a su familia; asimismo, contiene entrevistas deslumbrantes y meticulosas, en el que algunos de los entrevistados se han visto por primera vez aquí, como los hermanos pequeños de la artista; además de sus numerosos amoríos (que narran con candidez la experimentación sexual de la cantante tejana); y por descontado, los miembros de "Big Brother & The Holding Company", la banda que le dió la oportunidad de subirse a un escenario. El filme incluye mucha música, siendo una auténtica gozada ver imágenes en los estudios de grabación en el que Janis y su banda daban forma a grandes temas como "Summertime" o "Piece of my heart", al igual que diversas entrevistas televisivas, como las grabaciones en el backstage y actuaciones en vivo, de los míticos festivales de "Monterrey '67" y "Woodstock '69"; sin embargo, también resalta a la mujer detrás del mito, respetando su figura con afecto, profundidad y sin la menor morbidez. En resumidas cuentas, se trata de un apasionante, honorable y riguroso tributo que se postula como el definitivo.
Hablar de Janis Joplin es hacerlo sobre una de las mejores cantantes de rock de todos los tiempos. Una auténtica pionera que influyó (y aún en la actualidad sigue influyendo) a muchísimas artistas a lo largo de la historia musical. Atesoraba una potente voz desgarrada y muy característica; y cabe decir que su agitada vida, repleta de drogas y excesos, unidos a su prematura muerte a los 27 años de edad, le han llevado a ocupar un puesto de honor entre los grandes mártires de la música moderna, formando parte del famoso y fatídico "Club de los 27"; de hecho, el impulso para la creación del citado club fueron las muertes de Joplin, junto con las de Brian Jones (guitarrista y multi-instrumentista de la banda The Rolling Stones), Jimi Hendrix (considerado como el guitarrista más grande de la historia), y Jim Morrison (legendario vocalista de la banda de rock psicodélico The Doors), todas ellas comprendidas entre 1969 y 1971. Huelga decir que más tarde se agregaron a la lista artistas como el genuino bluesman de los años 30 Robert Johnson; el mítico líder de Nirvana Kurt Cobain; y la genial cantante de pop Amy Winehouse.
Para llevarlo a cabo, su directora Amy Berg, con una amplia experiencia en el género, siendo responsable de los notables documentales "Líbranos del mal" (2006), "West of Memphis" (2012) y "An Open Secret" (2014); confecciona una completa pieza sobre la icónica cantante. La premisa se sostiene en un triángulo de investigación consistente, archivo en directo y documentos íntimos para mostrar una historia familiar y singular: aquella de la moza ambiciosa, y rebelde por naturaleza, que huye de su hogar para buscar fortuna y sentirse valorada. Es digno de mención que la cantante de folk alternativo Cat Power presta su voz, leyendo (a modo de 'voz en off') las cartas personales que Janis escribía a su familia; asimismo, contiene entrevistas deslumbrantes y meticulosas, en el que algunos de los entrevistados se han visto por primera vez aquí, como los hermanos pequeños de la artista; además de sus numerosos amoríos (que narran con candidez la experimentación sexual de la cantante tejana); y por descontado, los miembros de "Big Brother & The Holding Company", la banda que le dió la oportunidad de subirse a un escenario. El filme incluye mucha música, siendo una auténtica gozada ver imágenes en los estudios de grabación en el que Janis y su banda daban forma a grandes temas como "Summertime" o "Piece of my heart", al igual que diversas entrevistas televisivas, como las grabaciones en el backstage y actuaciones en vivo, de los míticos festivales de "Monterrey '67" y "Woodstock '69"; sin embargo, también resalta a la mujer detrás del mito, respetando su figura con afecto, profundidad y sin la menor morbidez. En resumidas cuentas, se trata de un apasionante, honorable y riguroso tributo que se postula como el definitivo.

7,6
59.321
9
25 de agosto de 2017
25 de agosto de 2017
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Según CIMA (Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales) asegura que apenas un 8% de las películas que se producen en España son dirigidas por una mujer, un hecho que desde mi punto de vista es totalmente cierto; aunque actualmente esté cambiando la tendencia, debido a asociaciones como la citada anteriormente y a la política democrática del siglo XXI, en la vasta historia del cine español cuesta encontrarse con filmes realizados por el sexo femenino.
Una de las cineastas más destacadas y prolíficas de nuestro cine es Isabel Coixet, y que de modo coincidente, es una de las socias fundadoras de CIMA. Esta cineasta nacida en una ciudad de la provincia de Barcelona y curtida en el mundo de los videoclips musicales y spots publicitarios de televisión, se caracteriza por realizar intensos melodramas psicológicos, claramente enmarcados dentro del cine de autor, en los que se tocan temas tan dispares como la enfermedad, el amor o la cultura japonesa, entre otros.
"Mi vida sin mí", estrenada en 2002, es posiblemente la obra cumbre de su filmografía, en la cual nos relata la historia de una mujer de 23 años llamada Ann, que vive a duras penas con su marido y sus dos hijas pequeñas en una caravana, alojada en el jardín de la casa de su madre. Trabaja de noche limpiando una universidad, teniendo una existencia que se desarrolla de forma anodina y deprimente. Se podría afirmar que vive una vida que quizás no ha elegido, y mucho menos soñado; sin embargo, la acepta sin rechistar y se entrega en cuerpo y alma por el bienestar de su familia.
Tras un reconocimiento médico, le diagnostican una enfermedad terminal, hecho que propicia un cambio permanente en su rutinaria y gris existencia. Lejos de hundirse y sumirse en la más profunda depresión, así como someterse a cualquier tipo de tratamiento, el citado cáncer le hace abrir los ojos, pues se da cuenta de las posibilidades que tiene la vida y de lo bello que es vivir. Guiada por tal impulso, escribe una lista con las cosas que desea realizar antes de morir.
Sin duda, se trata de un tema bastante arriesgado porque puede caer en el cliché fácilmente. Nuestra protagonista elabora una pequeña lista de cosas que va cumpliendo una por una; no obstante, la película no está abordada de la manera convencional, como por ejemplo "Ahora o nunca" (The Bucket List, 2007) de Rob Reiner, que su visionado solamente queda justificado por la calidad interpretativa de sus protagonistas, unos fantásticos Morgan Freeman y Jack Nicholson. En "Mi vida sin mí", Anne no le cuenta a nadie que va a morir, guardando el secreto en lo más profundo de su ser, propiciando que el filme nos muestre como afronta la enfermedad de forma interna y personal. En este sentido, cabría reseñar que la influencia del drama asiático es latente, caracterizado generalmente por relatar historias de corte romántico, intimistas, dramáticas y con un halo de tristeza tremendo. Que esta opera prima de Coixet se desmarque de las constantes que rigen el cine más occidental la convierten en una cinta interesante y por descontado, recomendable.
Por otro lado, es necesario puntualizar que una de las constantes de la filmografía de Coixet es trabajar con actores y actrices internacionales; de hecho, en "Mi vida sin mí" trabaja con Sarah Polley, Scott Speedman y Mark Ruffalo, entre otros; de Sarah Polley cabe destacar que es el alma mater de la película, pues realiza una grandísima interpretación, en la cual dota al personaje de una naturalidad y sensibilidad inusitada, siendo frágil y fuerte a la vez; habría que decir también que en lo referente a Mark Ruffalo (otro de los actores antes citados) me ha gustado especialmente interpretando a ese amante clandestino de nuestra protagonista, que es ajeno a la cruda realidad, y cuya historia de amor se podría afirmar que se asemeja a una representación onírica de la misma. Su conmovedora historia nos emociona y nos hace reír a partes iguales, hasta su anunciado trágico final.
Me ha encantado la inclusión del clásico de los Beach Boys "God only Knows", que se convierte en el tema principal de la película y se encuentra muy bien integrado, ya que su estribillo dice: "God only knows where I'll be without you", que traducido al castellano vendría a decir: Solo dios sabe que sería sin ti. También es digno de mención el potente inicio, con una Sarah Polley empapada bajo la lluvia, mientras su voz en off nos presenta a su personaje, siendo un instante verdaderamente hermoso, poético y repleto de magia. A continuación me gustaría plasmar el instante en un pequeño inciso, para poder comprobar de primera mano toda la belleza poética de ese inicio tan magnético e impresionante: "Ésta eres tú. Con los ojos cerrados, bajo la lluvia. Nunca imaginaste que harías algo así, nunca te habías visto como… no sé cómo describirlo, como una de esas personas a las que les gusta la lluvia o que pasan horas contemplando el mar o una puesta de sol. Seguro que sabes de qué gente estoy hablando, o tal vez no. Da igual. A ti te gusta estar así, desafiando al frío, sintiendo cómo el agua empapa tu camiseta y te moja la piel, y notar cómo la tierra se vuelve mullida bajo tus pies, y el olor y el sonido de la lluvia al golpear las hojas. Todas esas cosas que dicen los libros que no has leído. Esta eres tú. Quién iba a pensarlo.. tú."
Después de "Mi vida sin mí", realizaría la notable "La vida secreta de las palabras" (2005), con Tim Robbins, Julie Christie, y en ella repetiría con Sarah Polley, papel por el que fue multi-premiada en los Goya, contando con una premisa probablemente un tanto más ambiciosa en su discurso; aunque sería pertinente señalar que no llegó a alcanzar la excelencia de esta fascinante obra maestra que nos concierne.
Una de las cineastas más destacadas y prolíficas de nuestro cine es Isabel Coixet, y que de modo coincidente, es una de las socias fundadoras de CIMA. Esta cineasta nacida en una ciudad de la provincia de Barcelona y curtida en el mundo de los videoclips musicales y spots publicitarios de televisión, se caracteriza por realizar intensos melodramas psicológicos, claramente enmarcados dentro del cine de autor, en los que se tocan temas tan dispares como la enfermedad, el amor o la cultura japonesa, entre otros.
"Mi vida sin mí", estrenada en 2002, es posiblemente la obra cumbre de su filmografía, en la cual nos relata la historia de una mujer de 23 años llamada Ann, que vive a duras penas con su marido y sus dos hijas pequeñas en una caravana, alojada en el jardín de la casa de su madre. Trabaja de noche limpiando una universidad, teniendo una existencia que se desarrolla de forma anodina y deprimente. Se podría afirmar que vive una vida que quizás no ha elegido, y mucho menos soñado; sin embargo, la acepta sin rechistar y se entrega en cuerpo y alma por el bienestar de su familia.
Tras un reconocimiento médico, le diagnostican una enfermedad terminal, hecho que propicia un cambio permanente en su rutinaria y gris existencia. Lejos de hundirse y sumirse en la más profunda depresión, así como someterse a cualquier tipo de tratamiento, el citado cáncer le hace abrir los ojos, pues se da cuenta de las posibilidades que tiene la vida y de lo bello que es vivir. Guiada por tal impulso, escribe una lista con las cosas que desea realizar antes de morir.
Sin duda, se trata de un tema bastante arriesgado porque puede caer en el cliché fácilmente. Nuestra protagonista elabora una pequeña lista de cosas que va cumpliendo una por una; no obstante, la película no está abordada de la manera convencional, como por ejemplo "Ahora o nunca" (The Bucket List, 2007) de Rob Reiner, que su visionado solamente queda justificado por la calidad interpretativa de sus protagonistas, unos fantásticos Morgan Freeman y Jack Nicholson. En "Mi vida sin mí", Anne no le cuenta a nadie que va a morir, guardando el secreto en lo más profundo de su ser, propiciando que el filme nos muestre como afronta la enfermedad de forma interna y personal. En este sentido, cabría reseñar que la influencia del drama asiático es latente, caracterizado generalmente por relatar historias de corte romántico, intimistas, dramáticas y con un halo de tristeza tremendo. Que esta opera prima de Coixet se desmarque de las constantes que rigen el cine más occidental la convierten en una cinta interesante y por descontado, recomendable.
Por otro lado, es necesario puntualizar que una de las constantes de la filmografía de Coixet es trabajar con actores y actrices internacionales; de hecho, en "Mi vida sin mí" trabaja con Sarah Polley, Scott Speedman y Mark Ruffalo, entre otros; de Sarah Polley cabe destacar que es el alma mater de la película, pues realiza una grandísima interpretación, en la cual dota al personaje de una naturalidad y sensibilidad inusitada, siendo frágil y fuerte a la vez; habría que decir también que en lo referente a Mark Ruffalo (otro de los actores antes citados) me ha gustado especialmente interpretando a ese amante clandestino de nuestra protagonista, que es ajeno a la cruda realidad, y cuya historia de amor se podría afirmar que se asemeja a una representación onírica de la misma. Su conmovedora historia nos emociona y nos hace reír a partes iguales, hasta su anunciado trágico final.
Me ha encantado la inclusión del clásico de los Beach Boys "God only Knows", que se convierte en el tema principal de la película y se encuentra muy bien integrado, ya que su estribillo dice: "God only knows where I'll be without you", que traducido al castellano vendría a decir: Solo dios sabe que sería sin ti. También es digno de mención el potente inicio, con una Sarah Polley empapada bajo la lluvia, mientras su voz en off nos presenta a su personaje, siendo un instante verdaderamente hermoso, poético y repleto de magia. A continuación me gustaría plasmar el instante en un pequeño inciso, para poder comprobar de primera mano toda la belleza poética de ese inicio tan magnético e impresionante: "Ésta eres tú. Con los ojos cerrados, bajo la lluvia. Nunca imaginaste que harías algo así, nunca te habías visto como… no sé cómo describirlo, como una de esas personas a las que les gusta la lluvia o que pasan horas contemplando el mar o una puesta de sol. Seguro que sabes de qué gente estoy hablando, o tal vez no. Da igual. A ti te gusta estar así, desafiando al frío, sintiendo cómo el agua empapa tu camiseta y te moja la piel, y notar cómo la tierra se vuelve mullida bajo tus pies, y el olor y el sonido de la lluvia al golpear las hojas. Todas esas cosas que dicen los libros que no has leído. Esta eres tú. Quién iba a pensarlo.. tú."
Después de "Mi vida sin mí", realizaría la notable "La vida secreta de las palabras" (2005), con Tim Robbins, Julie Christie, y en ella repetiría con Sarah Polley, papel por el que fue multi-premiada en los Goya, contando con una premisa probablemente un tanto más ambiciosa en su discurso; aunque sería pertinente señalar que no llegó a alcanzar la excelencia de esta fascinante obra maestra que nos concierne.
6
21 de noviembre de 2014
21 de noviembre de 2014
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera entrega de "Dos tontos muy tontos", que se estrenó hace veinte años, supuso el debut en la dirección de Bobby y Peter Farrelly, especialista de la comedia absurda, o como se llama coloquialmente: 'de sal gorda'; que cuentan con algunas de ellas consideradas de las más destacadas del género, como "Algo pasa con Mary" (1998), "Vaya par de idiotas" (1996) que posiblemente sea su mejor filme hasta la fecha, o su debut antes citado, que consagró a su actor protagonista, Jim Carrey.
En esta tardía secuela, los hermanos Farrelly se apoyan en la nostalgia de la primera entrega, en la que Jim Carrey y Jeff Daniels a pesar de haber pasado la friolera de veinte años, conservan intacta esa compenetración mutua que atesoraban tan bien en la primera, bordando el papel de mentecato; aunque huelga decir que hay algunos gags que funcionan mejor que otros (como esa descacharrante parodia a la genial serie de Vince Gilligan, "Breaking Bad"), y habiendo también otros tantos que están demasiado pasado de vueltas, como los de perfil escatológico que personalmente no me acaban de gustar.
Uno de sus grandes aciertos reside en la interpretación secundaria de Kathleen Turner, que al igual como hizo en las series de "Californication" (haciendo de la ninfómana jefa de Charlie Runkle), o en "Friends" (haciendo del padre de Chandler), y también teniendo en cuenta que en los años ochenta era toda una 'sex symbol' del cine de Hollywood, en "Dos tontos todavía más tontos" se autoparodia, como si de alguna manera hubiera fusionado ambos roles, siendo posiblemente el personaje más divertido, y realizando uno de los mejores gags del filme. Mención especial merece que Laurie Holden y Jim Carrey compartieron protagonismo hace unos cuantos años en la notable película de Frank Darabount, titulada "The Majestic", en una de las escasas interpretaciones "serias" del cómico estadounidense; y además, cabe reseñar también que tras los títulos de crédito, hay una última escena que tiene su gracia, del mismo modo que en la primera entrega.
Por contra cabe decir que el guión es bastante flojo, aunque en este tipo de propuestas suele estar siempre relegado a un segundo plano; también se nota la falta de frescura, pero es algo normal teniendo en cuenta que la primera entrega es una de las comedias más aclamadas y divertidas de los últimos tiempos; y su excesiva duración, alcanzando casi las dos horas, sobrándole al menos veinte minutos que hubieran agilizado el ritmo y mejorado considerablemente el resultado final del filme.
En conclusión, a pesar de sus fallos, "Dos tontos todavía más tontos" contiene los suficientes chistes graciosos que la hacen bastante entretenida, ideal para desconectar totalmente de las rutinas cotidianas.
En esta tardía secuela, los hermanos Farrelly se apoyan en la nostalgia de la primera entrega, en la que Jim Carrey y Jeff Daniels a pesar de haber pasado la friolera de veinte años, conservan intacta esa compenetración mutua que atesoraban tan bien en la primera, bordando el papel de mentecato; aunque huelga decir que hay algunos gags que funcionan mejor que otros (como esa descacharrante parodia a la genial serie de Vince Gilligan, "Breaking Bad"), y habiendo también otros tantos que están demasiado pasado de vueltas, como los de perfil escatológico que personalmente no me acaban de gustar.
Uno de sus grandes aciertos reside en la interpretación secundaria de Kathleen Turner, que al igual como hizo en las series de "Californication" (haciendo de la ninfómana jefa de Charlie Runkle), o en "Friends" (haciendo del padre de Chandler), y también teniendo en cuenta que en los años ochenta era toda una 'sex symbol' del cine de Hollywood, en "Dos tontos todavía más tontos" se autoparodia, como si de alguna manera hubiera fusionado ambos roles, siendo posiblemente el personaje más divertido, y realizando uno de los mejores gags del filme. Mención especial merece que Laurie Holden y Jim Carrey compartieron protagonismo hace unos cuantos años en la notable película de Frank Darabount, titulada "The Majestic", en una de las escasas interpretaciones "serias" del cómico estadounidense; y además, cabe reseñar también que tras los títulos de crédito, hay una última escena que tiene su gracia, del mismo modo que en la primera entrega.
Por contra cabe decir que el guión es bastante flojo, aunque en este tipo de propuestas suele estar siempre relegado a un segundo plano; también se nota la falta de frescura, pero es algo normal teniendo en cuenta que la primera entrega es una de las comedias más aclamadas y divertidas de los últimos tiempos; y su excesiva duración, alcanzando casi las dos horas, sobrándole al menos veinte minutos que hubieran agilizado el ritmo y mejorado considerablemente el resultado final del filme.
En conclusión, a pesar de sus fallos, "Dos tontos todavía más tontos" contiene los suficientes chistes graciosos que la hacen bastante entretenida, ideal para desconectar totalmente de las rutinas cotidianas.
8
22 de mayo de 2015
22 de mayo de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los años setenta, el realizador australiano George Miller (junto con un joven y desconocido Mel Gibson), confeccionó un infernal retrato de un país australiano estéril y dominado por las bandas, pasándolo por el filtro de la ciencia ficción apocalíptica, y que con el tiempo se convirtió en todo un clásico de culto.
Esta nueva entrega, titulada "Furia en la carretera", nos llega veinte años después de la esperpéntica tercera parte (de hecho lo único rescatable es la canción de Tina Turner), y nos trae a un solitario Mad Max perseguido por su turbulento pasado; no obstante, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un camión de guerra conducido por una Emperatriz de élite: Furiosa. Escapan de una Ciudadela tiranizada por Immortan Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue implacablemente a los rebeldes en una "guerra de la carretera" de altas revoluciones...
Miller ha resucitado la saga que él mismo creó y le puso en el panorama cinematográfico, actualizándola a los cánones que rigen en la actualidad, pero manteniendo la esencia de sus dos primeras entregas: el espíritu rebelde y macarra. 'Fury Road' nos hace sentir en nuestras carnes el árido polvo de sus anaranjados desiertos, la tensión de las adrenalíticas persecuciones, explosiones, y la acción pura metida en vena... todo en ella es mastodóntico y bestial; sin embargo, no se queda solo en su espectáculo visual, ya que posee corazón y sentimientos, con un trasfondo que subyaga el tema sobre el maltrato a las mujeres.
Cabe destacar el alto nivel de las interpretaciones, sobre todo de su dúo protagonista, que a pesar de la sonada ausencia del carismático Mel Gibson, el rudo Tom Hardy le sustituye de forma notable, encarnando de maravilla al antihéroe Max Rockatansky; aunque es Charlize Theron la que se lleva el gato al agua, estando realmente inmensa y genial como la Emperatriz Furiosa, siendo está una de sus mejores interpretaciones en su vasta carrera.
También destaca una factura técnica alucinante, una fotografía colorista que dota de vida cada fotograma, una banda sonora potente (y a ratos hasta divertida) ya que los tamborileros blancos y el delirante guitarra escupe fuego (que personalmente me ha recordado a esa desenfadada banda del club de la 'Teta Enroscada' de la cinta 'Tarantiana', "Abierto hasta el amanecer") son parte del desquiciado grupo del señor de la guerra.
Por ponerle alguna traba (eso sí, pequeña), quizás sea que el guión es un tanto sencillo (aunque solvente), pero siendo una cinta de evasión y espectáculo, tampoco hay que marear tanto la perdiz, y por consiguiente, esta nimiedad no consigue empañar la sensacional experiencia de disfrutar de esta gran película.
En conclusión, "Mad Max: Furia en la carretera" es una película impresionante, que revitaliza una saga que se había reducido a su estatus de culto, dándola a conocer a las nuevas generaciones, y que personalmente espero que sea la primera de una nueva, estimulante, bizarra, y espectacular saga post-apocalíptica.
Esta nueva entrega, titulada "Furia en la carretera", nos llega veinte años después de la esperpéntica tercera parte (de hecho lo único rescatable es la canción de Tina Turner), y nos trae a un solitario Mad Max perseguido por su turbulento pasado; no obstante, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un camión de guerra conducido por una Emperatriz de élite: Furiosa. Escapan de una Ciudadela tiranizada por Immortan Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue implacablemente a los rebeldes en una "guerra de la carretera" de altas revoluciones...
Miller ha resucitado la saga que él mismo creó y le puso en el panorama cinematográfico, actualizándola a los cánones que rigen en la actualidad, pero manteniendo la esencia de sus dos primeras entregas: el espíritu rebelde y macarra. 'Fury Road' nos hace sentir en nuestras carnes el árido polvo de sus anaranjados desiertos, la tensión de las adrenalíticas persecuciones, explosiones, y la acción pura metida en vena... todo en ella es mastodóntico y bestial; sin embargo, no se queda solo en su espectáculo visual, ya que posee corazón y sentimientos, con un trasfondo que subyaga el tema sobre el maltrato a las mujeres.
Cabe destacar el alto nivel de las interpretaciones, sobre todo de su dúo protagonista, que a pesar de la sonada ausencia del carismático Mel Gibson, el rudo Tom Hardy le sustituye de forma notable, encarnando de maravilla al antihéroe Max Rockatansky; aunque es Charlize Theron la que se lleva el gato al agua, estando realmente inmensa y genial como la Emperatriz Furiosa, siendo está una de sus mejores interpretaciones en su vasta carrera.
También destaca una factura técnica alucinante, una fotografía colorista que dota de vida cada fotograma, una banda sonora potente (y a ratos hasta divertida) ya que los tamborileros blancos y el delirante guitarra escupe fuego (que personalmente me ha recordado a esa desenfadada banda del club de la 'Teta Enroscada' de la cinta 'Tarantiana', "Abierto hasta el amanecer") son parte del desquiciado grupo del señor de la guerra.
Por ponerle alguna traba (eso sí, pequeña), quizás sea que el guión es un tanto sencillo (aunque solvente), pero siendo una cinta de evasión y espectáculo, tampoco hay que marear tanto la perdiz, y por consiguiente, esta nimiedad no consigue empañar la sensacional experiencia de disfrutar de esta gran película.
En conclusión, "Mad Max: Furia en la carretera" es una película impresionante, que revitaliza una saga que se había reducido a su estatus de culto, dándola a conocer a las nuevas generaciones, y que personalmente espero que sea la primera de una nueva, estimulante, bizarra, y espectacular saga post-apocalíptica.

6,0
12.443
7
24 de agosto de 2015
24 de agosto de 2015
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El escritor irlandés Jonathan Swift decía que "Ningún hombre sabio quiso nunca ser joven", y posiblemente no le faltara la razón. ¿Cómo sería tu vida si supieras que nunca terminaría? El director estadounidense Lee Toland Krieger, en su tercera película tras las cámaras, responde a esta cuestión poniendo en bandeja el elixir de la eterna juventud. En un argumento digno de una buena novela, el secreto de la vida y la muerte, la fantasía, el romance, y todo un ejercicio filosófico, se dan la mano de forma sutil a través de la historia de Adaline Bowman, que tras sufrir un accidente, se estanca para siempre en la edad de 29 años. Lo que en un principio podría ser el sueño de muchos, irremediablemente se convierte en el conflicto que se le plantea a nuestra protagonista, ya que por su vida pasan amores, momentos y despedidas, mientras ella permanece impasible.
"El secreto de Adaline" no es la primera película en abordar el tema de la inmortalidad (ni será la última); sin embargo, sí que se desmarca un poco de los clichés del género, ya que aquí no tenemos ningún tipo de vampiro (ni brillantes ni convencionales, vamos), ubicando su historia en la vida real.
La arrebatadoramente bella y talentosa Blake Lively está realmente encantadora, realizando un maravilloso retrato de la melancolía, la soledad y la ambigüedad de una mujer, que vive con la mente de una anciana atrapada en un cuerpo eternamente joven. Esa losa de tal magnitud marca el devenir de nuestra protagonista, y hace que durante décadas tenga que ir cambiando de identidad y residencia para no llamar la atención, impidiéndole de mala manera echar raíces y formar una familia; por otra parte, cuando conoce al personaje interpretado por Michiel Huisman (actor conocido de la excelente serie 'Juego de tronos') le hará recobrar la esperanza de reencontrarse con el amor verdadero, y se verá en el dilema de tomar ciertas decisiones que repercutirán de manera realmente interesante. Más tarde, un atrapante Harrison Ford (que interpreta al padre de su amado), le supondrá un punto de inflexión, dejando patente lo caprichoso que puede llegar a ser a veces el destino.
Destaca también una atmosférica ciudad de San Francisco, que recuerda bastante a la Manhattan retratada en infinidad de veces por Woody Allen, y la exquisita fotografía, siendo una parte fundamental del filme, y que potencia aún más el clasicismo y elegancia que rezuma el conjunto.
De ponerle algún pero, se podría afirmar que con los argumentos que tiene a su disposición, su director no acaba de ahondar demasiado en los temas que trata, dando la sensación que podría haber sido una película mejor; no obstante, su resultado global de por si ya es notable. Además, como dato curioso, cabe decir que hace unos años, un grupo de astrónomos chilenos identificaron una estrella en la que aparentemente reside el secreto de la eterna juventud. Esta noticia es totalmente relativa a la astronomía, haciendo referencia solamente a ese tipo de astros, aunque quizás fuese el punto de partida para desarrollar la historia.
En definitiva, "El secreto de Adaline" es una película fascinante y reflexiva, en la cual se puede afirmar con total seguridad que estar en una situación especial podría no ser la mejor de las ofertas, ya que hay más formas de morir sin hacer frente a la muerte física, siendo una fantasía que se siente real y palpable, que se refiere a nosotros, a nuestros sueños y al significado de la felicidad.
"El secreto de Adaline" no es la primera película en abordar el tema de la inmortalidad (ni será la última); sin embargo, sí que se desmarca un poco de los clichés del género, ya que aquí no tenemos ningún tipo de vampiro (ni brillantes ni convencionales, vamos), ubicando su historia en la vida real.
La arrebatadoramente bella y talentosa Blake Lively está realmente encantadora, realizando un maravilloso retrato de la melancolía, la soledad y la ambigüedad de una mujer, que vive con la mente de una anciana atrapada en un cuerpo eternamente joven. Esa losa de tal magnitud marca el devenir de nuestra protagonista, y hace que durante décadas tenga que ir cambiando de identidad y residencia para no llamar la atención, impidiéndole de mala manera echar raíces y formar una familia; por otra parte, cuando conoce al personaje interpretado por Michiel Huisman (actor conocido de la excelente serie 'Juego de tronos') le hará recobrar la esperanza de reencontrarse con el amor verdadero, y se verá en el dilema de tomar ciertas decisiones que repercutirán de manera realmente interesante. Más tarde, un atrapante Harrison Ford (que interpreta al padre de su amado), le supondrá un punto de inflexión, dejando patente lo caprichoso que puede llegar a ser a veces el destino.
Destaca también una atmosférica ciudad de San Francisco, que recuerda bastante a la Manhattan retratada en infinidad de veces por Woody Allen, y la exquisita fotografía, siendo una parte fundamental del filme, y que potencia aún más el clasicismo y elegancia que rezuma el conjunto.
De ponerle algún pero, se podría afirmar que con los argumentos que tiene a su disposición, su director no acaba de ahondar demasiado en los temas que trata, dando la sensación que podría haber sido una película mejor; no obstante, su resultado global de por si ya es notable. Además, como dato curioso, cabe decir que hace unos años, un grupo de astrónomos chilenos identificaron una estrella en la que aparentemente reside el secreto de la eterna juventud. Esta noticia es totalmente relativa a la astronomía, haciendo referencia solamente a ese tipo de astros, aunque quizás fuese el punto de partida para desarrollar la historia.
En definitiva, "El secreto de Adaline" es una película fascinante y reflexiva, en la cual se puede afirmar con total seguridad que estar en una situación especial podría no ser la mejor de las ofertas, ya que hay más formas de morir sin hacer frente a la muerte física, siendo una fantasía que se siente real y palpable, que se refiere a nosotros, a nuestros sueños y al significado de la felicidad.
Más sobre La Taverna del Mastí
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here