Película basada en el segundo libro de la serie ¨The Flashman Papers¨, una de las mejores series de novela histórica que se han escrito, no sólo por la exactitud con la que se refieren aquellos hechos históricos que ocurrieron en la realidad, sino por el sentido del humor con el que están escritos.

El problema es que la adaptación de Lester, sin ser mala, es una pésima adaptación y sigue sin ser una gran película. Ni siquiera está particularmente bien dirigida, ya que algunas partes de humor físico están hechas sin ritmo.

El gran atractivo de las novelas son los monólogos interiores de Harry Flashman, que es donde reside gran parte del humor, y es prácticamente imposible llevarlo al cine. El otro problema es que sí, Flashman es un matón, un cobarde y un miserable, pero el tipo es bastante listo y competente en algunas cosas, mientras que en la película no es más que un imbécil balbuciente que no hace más que charlotadas.

Háganme caso y lean los libros.

Interesante drama que resalta la complicada convivencia entre diferentes razas y culturas en Sudáfrica, pero esta vez desde un ángulo diferente al centrarse en la relación entre una anciana india y un niño negro. Es muy interesante también el país que retrata, los barrios residenciales de la periferia de las grandes ciudades, una Sudáfrica muy alejada de las postales turísticas y del ideario occidental.
Decentemente rodada y actuada, el mensaje de tolerancia y mirar más allá de las diferencias en el color de la piel sigue siendo necesario ahora más que nunca.

Hawk lucha contra una serie de guerreros malignos liderados por Jack Palance con la ayuda de su amigo Ranulf y un enano, un elfo y un gigante. Todo es muy de baratillo y el diálogo es sonrojante. Si te gusta la fantasía heróica aunque sea de garrafón y eres capaz de aguantar cine trash pues p´alante. Si eres un amargado y no te gusta pasar un buen rato, ni te acerques

Aceptable comedia en la que Bud Spencer se une a los españoles para combatir a los franceses para alegría patria. Hay muchos mamporros y muchas tonterías. Buen diseño de producción.

Una de las comedias clásicas del cine australiano, The Castle nos muestra una familia típica australiana de los suburbios pobres, que allí denominan bogans. No son refinados ni cultos pero son buena gente, y cuando la empresa les quiere comprar la casa por una miseria, el cabeza de familia no se va a dar por vencido ni por enterado. Si bien no tiene excesiva mala leche, tiene una serie de situaciones cómicas desopilantes, tanto por las ocurrencias de los miembros de la familia como por el cuñao, un Eric Bana fondón en chandal de tactel en uno de sus primeros papeles, así como el vecino libanés o el abogado familiar.
Una película con multitud de frases para la posteridad y cuyo tema sigue estando de rabiosa actualidad, que es más disfrutable si se tiene algo de conocimiento sobre la sociedad australiana.