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Críticas ordenadas por utilidad
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8,1
139.423
8
8 de enero de 2015
8 de enero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quentin Tarantino en todo su esplendor. Acción, violencia, sangre, y ese largo etcétera de elementos que conforman su cine que lo hacen ser él. Todo esto y más, se encuentra en su primer largometraje grabado de manera profesional.
Reservoir Dogs es la cinta que colocó su nombre en el planeta; y que le confirió el poder para aparecer junto a los directores más preciados de Hollywood. Un atraco a un banco de diamantes, el cual sale bastante mal debido a que la policía aparece y acaba con unos cuantos miembros de la banda, mientras que los que quedan se confinan en un lugar seguro para trazar los próximos pasos a seguir.
Y así, entre designaciones cromáticas y motes que a unos encantan y a otros disgustan, se nos presenta ante nuestras retinas una película violentamente maravillosa, y con una muestra de lo que es un guión cuidado y mimado hasta el hastío. Se nos muestra una película basada en el respeto, donde, sin demasiada acción, hay diálogos frescos y sinceros, ritmo trepidante y una trama apasionante. Una puesta en escena al más puro estilo “Like a Virgin” –histórica disputa por su significado.- y, en definitiva, un largometraje con todo el poder narrativo al que, más tarde, nos acostumbra su director.
Pero centrando la película desde un plano de visionado libre de conocimiento sobre el mismo, se ampara en cuatro elementos sencillos, que le confieren toda su magnificencia: el humor negro, ese gran humor que los Coen manejan maravillosamente en sus películas, pero en el cual Tarantino tiene un nombre marcado a fuego; ese humor negro que nos hace preguntarnos por qué somos el Señor Rosa –actuación memorable de un Steve Buscemi que, se encontraba en las últimas económicamente hablando.- o a hablar de penes mientras desayunamos.
También encontramos en la elección de la banda sonora y la música que acompaña al film un punto de inflexión; puesto que otorga a las escenas el sentimiento exacto, tanto para bien como para mal, que se pretende sacar de la imagen. Sin más, escuchar “Stuck in the middle with you" del grupo Stealer's Wheel tras haber visto la película ofrece ideas y recuerdos difíciles de olvidar.
La elección de los personajes, presentados de manera magistral entre flashbacks que lo hacen atractivo y entretenido, y la actuación de dichos personajes es un punto más que fuerte de la película; donde se desatan de manera estelar los diálogos tan cuidados que antes se han comentado.
Y la sangre. La violencia sin acción desenfrenada tan bien llevada a cabo y tan cuidadosamente utilizada en escenas que se marcan en la retina. Uno de los sellos de Tarantino en su primera muestra y la manera de encarnar estos planos de manera que todo quede retratado tal y como él tenía en mente.
No hay nada que se desperdicie en uno de los clásicos por antonomasia de los noventa; en una de esas películas que da pena terminar de ver, porque en su próximo visionado, aunque eres bien conocedor que la disfrutarás, desearías estar virgen de ella para poder volver a impregnarte de cada segundo y cada escena que un novato director estadounidense te brinda.
Así pues, Reservoir Dogs, desde la conversación inicial hasta su final, con ciertas escenas intermedias, ha pasado a la historia del cine como la muestra de un cineasta destacado y lleno de talento; que, poco a poco empieza a confeccionar los puntos que lo distinguirán del resto de compañeros del gremio.
Y si con El cumpleaños de mi mejor amigo dijo en voz bajita “¡Eh, que existo!”, con Reservoir Dogs se levanta de la silla, se sube a la mesa, se baja los pantalones y grita a los cuatro vientos: “Señores, ¡Tarantino está en la casa!”
Crítica para MagaZinema / @MagaZinema _
Reservoir Dogs es la cinta que colocó su nombre en el planeta; y que le confirió el poder para aparecer junto a los directores más preciados de Hollywood. Un atraco a un banco de diamantes, el cual sale bastante mal debido a que la policía aparece y acaba con unos cuantos miembros de la banda, mientras que los que quedan se confinan en un lugar seguro para trazar los próximos pasos a seguir.
Y así, entre designaciones cromáticas y motes que a unos encantan y a otros disgustan, se nos presenta ante nuestras retinas una película violentamente maravillosa, y con una muestra de lo que es un guión cuidado y mimado hasta el hastío. Se nos muestra una película basada en el respeto, donde, sin demasiada acción, hay diálogos frescos y sinceros, ritmo trepidante y una trama apasionante. Una puesta en escena al más puro estilo “Like a Virgin” –histórica disputa por su significado.- y, en definitiva, un largometraje con todo el poder narrativo al que, más tarde, nos acostumbra su director.
Pero centrando la película desde un plano de visionado libre de conocimiento sobre el mismo, se ampara en cuatro elementos sencillos, que le confieren toda su magnificencia: el humor negro, ese gran humor que los Coen manejan maravillosamente en sus películas, pero en el cual Tarantino tiene un nombre marcado a fuego; ese humor negro que nos hace preguntarnos por qué somos el Señor Rosa –actuación memorable de un Steve Buscemi que, se encontraba en las últimas económicamente hablando.- o a hablar de penes mientras desayunamos.
También encontramos en la elección de la banda sonora y la música que acompaña al film un punto de inflexión; puesto que otorga a las escenas el sentimiento exacto, tanto para bien como para mal, que se pretende sacar de la imagen. Sin más, escuchar “Stuck in the middle with you" del grupo Stealer's Wheel tras haber visto la película ofrece ideas y recuerdos difíciles de olvidar.
La elección de los personajes, presentados de manera magistral entre flashbacks que lo hacen atractivo y entretenido, y la actuación de dichos personajes es un punto más que fuerte de la película; donde se desatan de manera estelar los diálogos tan cuidados que antes se han comentado.
Y la sangre. La violencia sin acción desenfrenada tan bien llevada a cabo y tan cuidadosamente utilizada en escenas que se marcan en la retina. Uno de los sellos de Tarantino en su primera muestra y la manera de encarnar estos planos de manera que todo quede retratado tal y como él tenía en mente.
No hay nada que se desperdicie en uno de los clásicos por antonomasia de los noventa; en una de esas películas que da pena terminar de ver, porque en su próximo visionado, aunque eres bien conocedor que la disfrutarás, desearías estar virgen de ella para poder volver a impregnarte de cada segundo y cada escena que un novato director estadounidense te brinda.
Así pues, Reservoir Dogs, desde la conversación inicial hasta su final, con ciertas escenas intermedias, ha pasado a la historia del cine como la muestra de un cineasta destacado y lleno de talento; que, poco a poco empieza a confeccionar los puntos que lo distinguirán del resto de compañeros del gremio.
Y si con El cumpleaños de mi mejor amigo dijo en voz bajita “¡Eh, que existo!”, con Reservoir Dogs se levanta de la silla, se sube a la mesa, se baja los pantalones y grita a los cuatro vientos: “Señores, ¡Tarantino está en la casa!”
Crítica para MagaZinema / @MagaZinema _
MediometrajeDocumental

7,8
13.872
Documental
7
16 de abril de 2014
16 de abril de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cosima Dannoritzer pretende, mediante cincuenta y dos minutos de documental, una apertura de ojos hacia el vínculo vital que se ha creado hacia el dinero, y la necesidad del movimiento del mismo. Los ricos tienen mucho más dinero que antes, y los pobres tienen mucho menos; por lo que este movimiento ha de ser más descarado que antaño. Ya no solo se trata del movimiento de éste; si no que el consumo ha de ser más continuado y aún más salvaje, con el fin de que la economía perdure.
Cosima Dannoritzer explica por qué las corporaciones más grandes del planeta, crean los productos con una durabilidad concreta, finita; con el fin de incentivar la recaída y el nuevo consumo; donde la parte tratante de dichos consumidores empiezan a formalizarse como yonkis de esto, incapaces de preservar su status sin la última actualización del último modelo de la última batidora del mercado –algo que me recuerda cierta frase de El club de la lucha-. Esto crea una generación de seres abstraídos ante las compras, y dedicadas cien por cien a las multinacionales que nos ceban con sus productos fabricados por equis cantidad, y vendidas por equis elevado a la dieciseisava potencia, con el fin de que nosotros, tengamos lo mejor y lo último.
Ahora bien, lo mejor radica en la calidad a razón del gasto, lo que vulgarmente llamamos todos relación calidad-precio. Ahí, los consumidores hemos de abrir bien los ojos, y Cosima intenta esto, puesto que las calidades finales de los productos están potenciadas hacia su destrucción y una vida con fecha de caducidad; con el fin de la auto regeneración de consumo una, y otra, y otra vez, entrando así en el círculo destinado al movimiento de capital hacía un camino muy concreto: el bolsillo de los mismos.
En 2011, Comprar, tirar, comprar se llevo el Premio Ondas al mejor documental, gracias a su intachable crítica social y a la procesión de realidades que muestra mediante sus imágenes. Pone en su sitio las razones que impiden crear a estas corporaciones los productos que verdaderamente tienen el potencial de crear, con el fin de mejorar la vida social; y acerca la realidad al ciudadano medio, que, al fin y al cabo, es el gran consumidor de estos activos. Pero no es el obcecamiento concreto hacia el hecho del consumismo, y la regeneración del mismo; también entran en valor las lanzas de el coste por fabricación, y el hecho de que la basura; el desecho que genera un producto de calidad inferior y que la mayoría de los consumidores tiran antes de que sean verdaderamente desechables, adquiere posibilidades en otros ámbitos de mercado menos exigentes con la calidad de estos.
El hecho de que una lavadora no dure veinte años; un coche no puede pasar por dos generaciones y que una reparación de móvil cueste más que uno nuevo, coloca en un alto punto de la pirámide consumidora al cliente medio; incapaz de mantenerse mediante productos denominados de lujo, y cuya estimación de vida útil supere la media que se haya establecida.
Así pues, Cosima Dannoritzer mueve conciencias en torno a la fragilidad de la línea que separa lo ético. Dos caminos que bifurcan, pero que mantienen el mismo fin: más consumismo es igual a más beneficios, que a su vez asienta el capitalismo.
Una mirada crítica, donde se entiende la fragilidad de algunos activos, desmitificando el concepto de durabilidad y fiabilidad; así como la verdadera vida finita de los recursos más utilizados para la creación de los mismos.
Una invitación para abrir los ojos; y alzar la mirada.
Crítica para MagaZinema. @MagaZinema_
http://www.magazinema.es/comprar-tirar-comprar-cosima-dannoritzer-2010/
Cosima Dannoritzer explica por qué las corporaciones más grandes del planeta, crean los productos con una durabilidad concreta, finita; con el fin de incentivar la recaída y el nuevo consumo; donde la parte tratante de dichos consumidores empiezan a formalizarse como yonkis de esto, incapaces de preservar su status sin la última actualización del último modelo de la última batidora del mercado –algo que me recuerda cierta frase de El club de la lucha-. Esto crea una generación de seres abstraídos ante las compras, y dedicadas cien por cien a las multinacionales que nos ceban con sus productos fabricados por equis cantidad, y vendidas por equis elevado a la dieciseisava potencia, con el fin de que nosotros, tengamos lo mejor y lo último.
Ahora bien, lo mejor radica en la calidad a razón del gasto, lo que vulgarmente llamamos todos relación calidad-precio. Ahí, los consumidores hemos de abrir bien los ojos, y Cosima intenta esto, puesto que las calidades finales de los productos están potenciadas hacia su destrucción y una vida con fecha de caducidad; con el fin de la auto regeneración de consumo una, y otra, y otra vez, entrando así en el círculo destinado al movimiento de capital hacía un camino muy concreto: el bolsillo de los mismos.
En 2011, Comprar, tirar, comprar se llevo el Premio Ondas al mejor documental, gracias a su intachable crítica social y a la procesión de realidades que muestra mediante sus imágenes. Pone en su sitio las razones que impiden crear a estas corporaciones los productos que verdaderamente tienen el potencial de crear, con el fin de mejorar la vida social; y acerca la realidad al ciudadano medio, que, al fin y al cabo, es el gran consumidor de estos activos. Pero no es el obcecamiento concreto hacia el hecho del consumismo, y la regeneración del mismo; también entran en valor las lanzas de el coste por fabricación, y el hecho de que la basura; el desecho que genera un producto de calidad inferior y que la mayoría de los consumidores tiran antes de que sean verdaderamente desechables, adquiere posibilidades en otros ámbitos de mercado menos exigentes con la calidad de estos.
El hecho de que una lavadora no dure veinte años; un coche no puede pasar por dos generaciones y que una reparación de móvil cueste más que uno nuevo, coloca en un alto punto de la pirámide consumidora al cliente medio; incapaz de mantenerse mediante productos denominados de lujo, y cuya estimación de vida útil supere la media que se haya establecida.
Así pues, Cosima Dannoritzer mueve conciencias en torno a la fragilidad de la línea que separa lo ético. Dos caminos que bifurcan, pero que mantienen el mismo fin: más consumismo es igual a más beneficios, que a su vez asienta el capitalismo.
Una mirada crítica, donde se entiende la fragilidad de algunos activos, desmitificando el concepto de durabilidad y fiabilidad; así como la verdadera vida finita de los recursos más utilizados para la creación de los mismos.
Una invitación para abrir los ojos; y alzar la mirada.
Crítica para MagaZinema. @MagaZinema_
http://www.magazinema.es/comprar-tirar-comprar-cosima-dannoritzer-2010/
8
23 de octubre de 2023
23 de octubre de 2023
19 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí. Sí. Sí... un sí como una catedral es esta temporada dos de '30 monedas'. Álex de la Iglesia continúa con los eventos de su imaginario en esta temporada que es todo mucho más que la primera. Más acción, más ritmo, (si es que era posible), más imaginación, más humor... una suma de más de todo lo positivo que se podría añadir a una nueva temporada de la que se esperaba tanto que bien podría haber decepcionado, pero que nada más lejos de la realidad, encandila y hace que desees más y más de lo que se te está mostrando y que consigue que cada episodio se quede cortísimo.
Una barbaridad de elenco en el que un par de fichajes brutales (Paul Giamatti y Najwa Nimri) hacen las delicias del público debido a como se les ve dentro de la propia serie. El primero tiene un personaje maravilloso que parece divertirse en cada escena que tiene frente a la pantalla, resultando intimidante y viéndosele en los ojos las ansias de poder que pedía a gritos la serie; y Najwa es una delicia de personaje, una creación divertidísima que da un soplo de aire fresco a esta segunda temporada y que coge casi todas las situaciones en las que se encuentra y les da un toque de humor magnífico que es un equilibrio perfecto para la trama de la serie. Trabajar con Álex tiene que ser agotador ya que se le ve un hombre volcado a esta pasión, pero la traducción de este trabajo da como resultado unos trabajos interpretativos que son alucinantes, en los que no hay distorsión y en los que todas y todos los que forman parte de la historia abrazan un delicioso guion para hacer el pack completo en el que el público simplemente tiene que dejarse llevar y disfrutar.
Algo muy destacable de esta T2 también es la agilidad con la que la trama se va sucediendo. Si bien estamos enfocados en una historia central bárbara, los diversos grupos de protagonistas que se encuentran en situaciones diferentes se nos van mostrando con saltos de edición perfectamente organizados, no cayendo ninguno de ellos en el olvido y teniendo de manera constante muy claro la situación en la que se encuentran. Esto ayuda a que el recorrido por esta segunda temporada sea muy ágil y que estemos continuamente conectados con todas las historias que hay.
Las visiones del infierno, los ritos, brujería y todos estos detalles que esa cabeza que tiene el gran Álex nos presenta son una absoluta delicia para amantes del género. Como si de una obra pictórica se tratase, ya en los primeros episodios descubrimos ese aire que le da este rollo tétrico en una nueva temporada donde la fascinación por lo fantástico quedará más que satisfecha, al igual que la acción que nos trae de nuevo unas luchas de poder interesantes y otra vez el mundo trabajando por tener las monedas cada uno en su mano. Más oscura en determinados momentos también, pero no enfocada en el terror, aunque sí en lo fantástico.
Si ya con la primera temporada se vino a jugar, a dejarse llevar y a disfrutar, con esta segunda tenemos todo lo bueno que hubo y un poquito más que resulta magnífico. En definitiva, viva la madre que parió a Álex de la Iglesia. ¡Qué maravilla de creación y qué diversión de continuación en esta segunda temporada!
Crítica para MagaZinema
https:www.magazinema.es
Una barbaridad de elenco en el que un par de fichajes brutales (Paul Giamatti y Najwa Nimri) hacen las delicias del público debido a como se les ve dentro de la propia serie. El primero tiene un personaje maravilloso que parece divertirse en cada escena que tiene frente a la pantalla, resultando intimidante y viéndosele en los ojos las ansias de poder que pedía a gritos la serie; y Najwa es una delicia de personaje, una creación divertidísima que da un soplo de aire fresco a esta segunda temporada y que coge casi todas las situaciones en las que se encuentra y les da un toque de humor magnífico que es un equilibrio perfecto para la trama de la serie. Trabajar con Álex tiene que ser agotador ya que se le ve un hombre volcado a esta pasión, pero la traducción de este trabajo da como resultado unos trabajos interpretativos que son alucinantes, en los que no hay distorsión y en los que todas y todos los que forman parte de la historia abrazan un delicioso guion para hacer el pack completo en el que el público simplemente tiene que dejarse llevar y disfrutar.
Algo muy destacable de esta T2 también es la agilidad con la que la trama se va sucediendo. Si bien estamos enfocados en una historia central bárbara, los diversos grupos de protagonistas que se encuentran en situaciones diferentes se nos van mostrando con saltos de edición perfectamente organizados, no cayendo ninguno de ellos en el olvido y teniendo de manera constante muy claro la situación en la que se encuentran. Esto ayuda a que el recorrido por esta segunda temporada sea muy ágil y que estemos continuamente conectados con todas las historias que hay.
Las visiones del infierno, los ritos, brujería y todos estos detalles que esa cabeza que tiene el gran Álex nos presenta son una absoluta delicia para amantes del género. Como si de una obra pictórica se tratase, ya en los primeros episodios descubrimos ese aire que le da este rollo tétrico en una nueva temporada donde la fascinación por lo fantástico quedará más que satisfecha, al igual que la acción que nos trae de nuevo unas luchas de poder interesantes y otra vez el mundo trabajando por tener las monedas cada uno en su mano. Más oscura en determinados momentos también, pero no enfocada en el terror, aunque sí en lo fantástico.
Si ya con la primera temporada se vino a jugar, a dejarse llevar y a disfrutar, con esta segunda tenemos todo lo bueno que hubo y un poquito más que resulta magnífico. En definitiva, viva la madre que parió a Álex de la Iglesia. ¡Qué maravilla de creación y qué diversión de continuación en esta segunda temporada!
Crítica para MagaZinema
https:www.magazinema.es

5,6
703
7
22 de noviembre de 2024
22 de noviembre de 2024
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy rico es en el cine el hecho de una visita a la familia. Con todas las posibilidades que ello conlleva, sobre todo debido a que cada familia es, como se suele decir, de su padre y de su madre, existen una gran cantidad de aspectos diferentes que pueden ocurrir para que una historia salga por un lado u otro. En 'Tú no eres yo', la historia comienza ya a darte pistas de que normal, normal, no va a ser lo que vas a ver: un camión de cerdos asusta a nuestra protagonista, su pareja y su hijo. Y a raíz de esto no es que haya algo de normalidad, por que la llegada de Aitana a su casa para disfrutar de las navidades, haciéndolo por sorpresa, no tiene por parte de su familia la recepción que ella habría soñado. A partir de aquí la película empieza a fluir.
Y fluir es una buena palabra para definir 'Tú no eres yo' por muchos puntos diferentes de la misma. El primero de todos es que la propia película fluye con muy buen ritmo y con una narrativa muy lineal, pero interesantísima. Teniendo aspectos de sorpresa para que el público piense por sí mismo y coloque las piezas del puzzle por su cuenta, pero no dejando en ningún momento que se pierda en la historia que estamos viendo, de esa trama principal y familiar que tenemos ante nosotros... Y claro que hay sorpresas en términos de terror, no olvidemos el género en el que estamos, pero en el ejercicio de intriga que la propia película posee tenemos que ir descifrando poco a poco con lo que nos dejan. Un poco como enseñando el conejito que esconde en la chistera, pero sin llegar a sacarlo en ningún momento (hasta un clímax inmenso, claro). Esta manera de que la propia historia que crea 'Tú no eres yo' fluya es lo que hace que estemos desde el primer instante pendientes y que cuando la obra finalice nos haya pasado volando.
Marisa Crespo y Moisés Romera vuelven a trabajar juntos tras un buen puñado de cortometrajes que llevaron incluso nominaciones a los premios Goya: '9 pasos', 'Sé lo que quieras' o 'Valentina', son algunos de los trabajos en los que podemos ver a esta directora y director trabajando conjuntamente. Como primer gran largometraje, 'Tú no eres yo' no es sencillo de manejar (imagino, claro) en su grabación. Muchos aspectos a tener en cuenta y un aura o ambiente que hay que trabajar con mucho mimo para que ese regusto que la película deja y esa sensación de tensión que tiene sea continua y se pueda manejar. Desde ese punto, el montaje también ayuda, puesto que no se pierde en flashbacks absurdos y aun así te va contando el por qué y de donde vienen muchas cosas.
Las interpretaciones son de capital importancia para que ese ambiente esté perfectamente coordinado, y la protagonista, Aitana, a quien da vida en 'Tú no eres yo' la actriz Roser Tapias, es quien más peso tiene dentro de la película. Y ese peso no es sencillo de llevar, puesto que las sorpresas que la película tiene son también las sorpresas que ella se lleva, y es en sus ojos que el público va descubriendo los detalles de 'Tú no eres yo'; en su mirada, que es la del público, es donde todo se va ordenando y todo va tomando sentido. Por tanto, sin que su interpretación fuese de la credibilidad y la calidad que es, la película podría haber sido un sin sentido muy serio. Es un placer estas películas en las que la sorpresa no se conoce por parte del o de la protagonista, y va cabalgando por el metraje al mismo tiempo que el espectador descubriendo todo el pastel.
En definitiva, muy disfrutable esta 'Tú no eres yo'. Desde un comienzo en el que se pone de manifiesto el estilo de la película, si tu fluyes por ella como la misma te está invitando a hacer, caerás en una historia que es intensa, divertida como espectador y con un potente trabajo en muchos de sus aspectos cinematográficos. El instante en el que el nudo se deshace y llega el desenlace de la película es una delicia para amantes del género, y el resto del metraje, cercano a un cine de autor muy interesante, obliga a la curiosidad de uno a ponerse en alerta para no perder ningún mínimo detalle de la película. Y oye, te deja pensando en que acabas de ver con un final en el que tendrás que dilucidar que ha ocurrido realmente. Un trabajo interesantísimo.
Crítica para MagaZinema
https://magazinema.es/
Y fluir es una buena palabra para definir 'Tú no eres yo' por muchos puntos diferentes de la misma. El primero de todos es que la propia película fluye con muy buen ritmo y con una narrativa muy lineal, pero interesantísima. Teniendo aspectos de sorpresa para que el público piense por sí mismo y coloque las piezas del puzzle por su cuenta, pero no dejando en ningún momento que se pierda en la historia que estamos viendo, de esa trama principal y familiar que tenemos ante nosotros... Y claro que hay sorpresas en términos de terror, no olvidemos el género en el que estamos, pero en el ejercicio de intriga que la propia película posee tenemos que ir descifrando poco a poco con lo que nos dejan. Un poco como enseñando el conejito que esconde en la chistera, pero sin llegar a sacarlo en ningún momento (hasta un clímax inmenso, claro). Esta manera de que la propia historia que crea 'Tú no eres yo' fluya es lo que hace que estemos desde el primer instante pendientes y que cuando la obra finalice nos haya pasado volando.
Marisa Crespo y Moisés Romera vuelven a trabajar juntos tras un buen puñado de cortometrajes que llevaron incluso nominaciones a los premios Goya: '9 pasos', 'Sé lo que quieras' o 'Valentina', son algunos de los trabajos en los que podemos ver a esta directora y director trabajando conjuntamente. Como primer gran largometraje, 'Tú no eres yo' no es sencillo de manejar (imagino, claro) en su grabación. Muchos aspectos a tener en cuenta y un aura o ambiente que hay que trabajar con mucho mimo para que ese regusto que la película deja y esa sensación de tensión que tiene sea continua y se pueda manejar. Desde ese punto, el montaje también ayuda, puesto que no se pierde en flashbacks absurdos y aun así te va contando el por qué y de donde vienen muchas cosas.
Las interpretaciones son de capital importancia para que ese ambiente esté perfectamente coordinado, y la protagonista, Aitana, a quien da vida en 'Tú no eres yo' la actriz Roser Tapias, es quien más peso tiene dentro de la película. Y ese peso no es sencillo de llevar, puesto que las sorpresas que la película tiene son también las sorpresas que ella se lleva, y es en sus ojos que el público va descubriendo los detalles de 'Tú no eres yo'; en su mirada, que es la del público, es donde todo se va ordenando y todo va tomando sentido. Por tanto, sin que su interpretación fuese de la credibilidad y la calidad que es, la película podría haber sido un sin sentido muy serio. Es un placer estas películas en las que la sorpresa no se conoce por parte del o de la protagonista, y va cabalgando por el metraje al mismo tiempo que el espectador descubriendo todo el pastel.
En definitiva, muy disfrutable esta 'Tú no eres yo'. Desde un comienzo en el que se pone de manifiesto el estilo de la película, si tu fluyes por ella como la misma te está invitando a hacer, caerás en una historia que es intensa, divertida como espectador y con un potente trabajo en muchos de sus aspectos cinematográficos. El instante en el que el nudo se deshace y llega el desenlace de la película es una delicia para amantes del género, y el resto del metraje, cercano a un cine de autor muy interesante, obliga a la curiosidad de uno a ponerse en alerta para no perder ningún mínimo detalle de la película. Y oye, te deja pensando en que acabas de ver con un final en el que tendrás que dilucidar que ha ocurrido realmente. Un trabajo interesantísimo.
Crítica para MagaZinema
https://magazinema.es/

6,9
37.873
8
7 de marzo de 2022
7 de marzo de 2022
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Batman ya pasado por la pantalla una cantidad de veces difícil de numerar. El enmascarado de Gotham es bien conocido por todas y todos, por el público que ha tenido cierto interés en descubrirlo y por el público que se lo ha ido encontrando de manera casi obligada ante la ingente cantidad de veces que su máscara se oferta. Desde blockbusters ambientados en Gotham con tremendos nombres detrás y delante de la pantalla hasta series han creado diferentes versiones de Batman, y ahora era el turno de Matt Reeves.
El cineasta estadounidense demostró sus dotes para crear impresionantes escenas en pantalla con ‘Monstruoso’ y la saga de El planeta de los simios protagonizada por César. ‘The Batman’ llega tras un parón de unos cuantos años por parte del director y nos sumerge en el segundo de Batman y sus quehaceres diarios (y nocturnos) por la ciudad, así como la búsqueda de una verdad en un intrigante juego organizado por uno de los villanos más reconocidos del mismo, Enigma.
Tras un dubitativo comienzo en el que la cantidad de minutos de metraje y las primeras impresiones que nos encontramos en la cinta hacen presagiar que estamos ante una nueva entrega más del hombre murciélago que pasará y será, la propia película se encarga de hacernos ver nuestra equivocación, organizando en muy temprano instante de la obra un auténtico thriller cargado de intriga y con un estilo muy policiaco para lo que estábamos acostumbrados. A saber hemos pasado por diferentes Batman en el cine; desde ‘El Caballero Oscuro’ al que dio vida Christian Bale y que sentó un poco las bases de ese “héroe sin súper”; de ese hombre con ciertos conocimientos y aptitudes, pero que no deja de ser un humano se podría hacer una reflexión de las tres vertientes que nos hemos encontrado.
A saber este Caballero Oscuro de Christopher Nolan, considerada por muchísima gente una de las mejores películas que se han creado sobre el mismo, nos mostraba un thriller compuesto por una perfecta orquesta de detalles minuciosamente tratados. Una película (saga) que jugaba con el drama, la personalidad de los todos aquellos que formaban parte de la obra y un juego perfectamente organizado para dar rienda suelta a la mente del público; un Batman organizado, inteligente y con muchas razones para ser y no ser, al igual que un espectáculo visual y de efectos.
Tras este Batman surgió el protagonizado por Ben Affleck, al que Zack Snyder dotó de una epicidad diferente, haciéndole un auténtico monstruo plagado de fuerza física y juguetitos de sobra como para luchar contra el propio Supermán. Un Batman más “súper” y menos humano.
‘The Batman’ es otro rollo. Un halo de película policiaca noir aparece desde que ese comienzo dubitativo y las dudas que teníamos sobre su metraje se disipan como por arte de magia y termina abriéndose ante nosotros una obra cargada de fuerza e intensidad que poco a poco va dejándote exhausto en la butaca. ‘The Batman’ se va volviendo cada vez más oscura, jugando con esa poca luz y un ejercicio de colores entre el negro y el rojo con leves destellos que nos sumergen en un ambiente cercano al terror en ciertos instantes, pero que atrapa y te hace estar satisfecho y conforme dentro del mismo. Es lo que quieres, pues si algo nos ha ido demostrando Batman a lo largo de sus incursiones cinematográficas es que cuanto más negro, oscuro y plagado de fantasmas internos esté, el resultado termina tornándose mejor.
Esa fotografía derivada de la paleta cromática comentada sugiere e invita a adentrarte a conocer más; cuidada al detalle por parte de Greig Fraser (culpable de ‘Dune’, por ejemplo), nos muestra una Gotham hastiada y sucia, lúgubre, con un complejo sentido de la cotidianeidad y con un cúmulo de recovecos que alimentan ese “miedo” que la película va dejando a pequeños retazos durante su trama.
Dentro de lo infinitamente destacable está Robert Pattinson dando vida a Batman. Como no podía ser de otra manera, cientos de críticas arremetieron contra él en cuanto se supo que iba a ser el encargado, pero lejos de ser ese joven que comenzó en ‘Crepúsculo’, el propio Robert ya demostró sus dotes interpretativas con ‘El faro’, y ahora ha vuelto a crear un ejercicio notable dando vida al hombre murciélago. Es un muy buen Batman y un mejor Bruce Wayne.
Perfectamente acompañado por una Catwoman diferente a lo que estábamos acostumbrados a ver de ella. Zöe Kravitz está maravillosa, sienta las bases de lo que debería ser una justiciera de esa índole y además se aprecia la tremenda química que tiene con Robert Pattinson desde el minuto uno. Personalmente Jeffrey Wright dando vida a James Gordon creo que ha sido uno de los mayores aciertos del casting de ‘The Batman’. Menciones especiales a John Turturro y Colin Farrell, geniales en sus papeles de villanos.
En definitiva: más oscura y alejada de un mundo de superhéroes; si en vez de llevar el traje de Batman llevase el de la policía estaríamos pensando (salvando las distancias de la épica y el fetiche con Batman) de una obra de igual calado gracias a su tono policiaco y enigmático que va envolviendo una a una todas las escenas de la película. Un Batman diferente, un Batman imperdible.
Crítica para MagaZinema.
https://www.magazinema.es/
El cineasta estadounidense demostró sus dotes para crear impresionantes escenas en pantalla con ‘Monstruoso’ y la saga de El planeta de los simios protagonizada por César. ‘The Batman’ llega tras un parón de unos cuantos años por parte del director y nos sumerge en el segundo de Batman y sus quehaceres diarios (y nocturnos) por la ciudad, así como la búsqueda de una verdad en un intrigante juego organizado por uno de los villanos más reconocidos del mismo, Enigma.
Tras un dubitativo comienzo en el que la cantidad de minutos de metraje y las primeras impresiones que nos encontramos en la cinta hacen presagiar que estamos ante una nueva entrega más del hombre murciélago que pasará y será, la propia película se encarga de hacernos ver nuestra equivocación, organizando en muy temprano instante de la obra un auténtico thriller cargado de intriga y con un estilo muy policiaco para lo que estábamos acostumbrados. A saber hemos pasado por diferentes Batman en el cine; desde ‘El Caballero Oscuro’ al que dio vida Christian Bale y que sentó un poco las bases de ese “héroe sin súper”; de ese hombre con ciertos conocimientos y aptitudes, pero que no deja de ser un humano se podría hacer una reflexión de las tres vertientes que nos hemos encontrado.
A saber este Caballero Oscuro de Christopher Nolan, considerada por muchísima gente una de las mejores películas que se han creado sobre el mismo, nos mostraba un thriller compuesto por una perfecta orquesta de detalles minuciosamente tratados. Una película (saga) que jugaba con el drama, la personalidad de los todos aquellos que formaban parte de la obra y un juego perfectamente organizado para dar rienda suelta a la mente del público; un Batman organizado, inteligente y con muchas razones para ser y no ser, al igual que un espectáculo visual y de efectos.
Tras este Batman surgió el protagonizado por Ben Affleck, al que Zack Snyder dotó de una epicidad diferente, haciéndole un auténtico monstruo plagado de fuerza física y juguetitos de sobra como para luchar contra el propio Supermán. Un Batman más “súper” y menos humano.
‘The Batman’ es otro rollo. Un halo de película policiaca noir aparece desde que ese comienzo dubitativo y las dudas que teníamos sobre su metraje se disipan como por arte de magia y termina abriéndose ante nosotros una obra cargada de fuerza e intensidad que poco a poco va dejándote exhausto en la butaca. ‘The Batman’ se va volviendo cada vez más oscura, jugando con esa poca luz y un ejercicio de colores entre el negro y el rojo con leves destellos que nos sumergen en un ambiente cercano al terror en ciertos instantes, pero que atrapa y te hace estar satisfecho y conforme dentro del mismo. Es lo que quieres, pues si algo nos ha ido demostrando Batman a lo largo de sus incursiones cinematográficas es que cuanto más negro, oscuro y plagado de fantasmas internos esté, el resultado termina tornándose mejor.
Esa fotografía derivada de la paleta cromática comentada sugiere e invita a adentrarte a conocer más; cuidada al detalle por parte de Greig Fraser (culpable de ‘Dune’, por ejemplo), nos muestra una Gotham hastiada y sucia, lúgubre, con un complejo sentido de la cotidianeidad y con un cúmulo de recovecos que alimentan ese “miedo” que la película va dejando a pequeños retazos durante su trama.
Dentro de lo infinitamente destacable está Robert Pattinson dando vida a Batman. Como no podía ser de otra manera, cientos de críticas arremetieron contra él en cuanto se supo que iba a ser el encargado, pero lejos de ser ese joven que comenzó en ‘Crepúsculo’, el propio Robert ya demostró sus dotes interpretativas con ‘El faro’, y ahora ha vuelto a crear un ejercicio notable dando vida al hombre murciélago. Es un muy buen Batman y un mejor Bruce Wayne.
Perfectamente acompañado por una Catwoman diferente a lo que estábamos acostumbrados a ver de ella. Zöe Kravitz está maravillosa, sienta las bases de lo que debería ser una justiciera de esa índole y además se aprecia la tremenda química que tiene con Robert Pattinson desde el minuto uno. Personalmente Jeffrey Wright dando vida a James Gordon creo que ha sido uno de los mayores aciertos del casting de ‘The Batman’. Menciones especiales a John Turturro y Colin Farrell, geniales en sus papeles de villanos.
En definitiva: más oscura y alejada de un mundo de superhéroes; si en vez de llevar el traje de Batman llevase el de la policía estaríamos pensando (salvando las distancias de la épica y el fetiche con Batman) de una obra de igual calado gracias a su tono policiaco y enigmático que va envolviendo una a una todas las escenas de la película. Un Batman diferente, un Batman imperdible.
Crítica para MagaZinema.
https://www.magazinema.es/
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