De hecho, no consigo rememorar una cinta donde una historia corriente, que no destaca en exceso por su contenido, ni narración, sea rescatada y encumbrada por sus actores. En efecto, nos encontramos posiblemente ante unas de las interpretaciones más inconmensurables que se recuerdan. A la cabeza, cómo no, Matthew McConaughey, dando vida a un personaje realmente trabajado, con hartas peculiaridades, y dotado de una profundidad y desarrollo impresionantes, gracias a una interpretación excelsa. En la misma línea, Jared Leto, capaz de realizar una actuación notable, con un personaje nada sencillo, pues entraña una complejidad y atención encomiable. Eso sí, siempre a la estela de Ron Woodroof, insuperable en esta cinta, que se convierte en una "rara avis" dentro del panorama cinematográfico actual, pues no destaca por sus efectos visuales, sino por unas magníficas interpretaciones.

Una secuela sin duda aceptable, pero inevitablemente prescindible. Con una historia centrada en el recuerdo y la nostalgia uno no puede sacudirse de encima la alargada sombra de su magnífica precuela. Destinando un reguero continuo de guiños a su primera parte, se consigue conmover pero no impresionar, diciendo definitivamente adiós a ese mensaje crítico, desagradable y desgarrador de su antecesora. En cierto modo es comprensible, con la edad todos envejecemos y dejamos de molar... instalándonos en el recuerdo de tiempos mejores, donde seguimos molando. La misma línea de ocaso la siguen también los personajes y sus respectivos actores, algo coherente y respetable. De todo ello, se puede extraer un mensaje claro, todo se apaga y se acaba consumiendo.

Menos la BSO, que sigue siendo extraordinaria.

En esta última cinta de la saga todo se desvanece. No estamos ante un resacón, sino frente a una trama de sucesos artificiosos, faltos de esa comicidad natural subyacente que sí poseían sus dos precuelas. Solo la gracia natural de los actores y las inevitables reminiscencias de sus predecesoras consiguen que la película ofrezca un visionado mínimamente divertido.

PD: El efecto de las dos primeras partes caló demasiado hondo como para desperdicar la oportunidad de hacer caja con una tercera entrega. Es comprensible.

Una obra impactante, capaz de alterar la visión común del espectador a través de un viaje excéntrico y surrealista, cargado de pasión y vehemencia. Resulta una oportunidad extraordinaria para fantasear y reflexionar de modo distinto a lo habitual. No obstante, en algunos momentos el cortometraje parece alejarse demasiado de lo racional, hecho que confunde y abruma, dando como resultado un desconcierto considerable.

Un filme efectivo y directo que narra una historia sencilla pero a la vez potente, explicada de un modo original e interesante. Destaca especialmente la consecución de secuencias no cronológicas, uno de los atractivos más destacables de la cinta. Por su parte los personajes y actores no lucen con especial vigor, simplemente correctos. Por último, mencionar que los efectos visuales tampoco resultan extraordinarios.

En síntesis, una película entretenida, de visionado agradable, pero en absoluto sobresaliente.