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7,0
20.078
7
30 de enero de 2025
30 de enero de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director Edward Berger nos presenta "Cónclave" tras el éxito abrumador de la multipremiada "Sin novedad en el frente" (2022), aunque no podemos olvidar "Patrick Melrose" (2018), una maravilla de miniserie protagonizada por un Benedict Cumberbatch en estado de gracia y en la que ha sido, en mi opinión, una de las mejores interpretaciones de este actor superlativo.
La película está centrada en el proceso de selección de un nuevo Papa tras la repentina muerte del anterior. Un proceso que deberá coordinar el cardenal Lawrence —interpretado por un destacadísimo Ralph Fiennes— en el recinto del Vaticano. Todo ello, con la presencia de todos los demás cardenales llegados de todos los rincones del planeta para participar en uno de los rituales más antiguos del mundo: la elección de un nuevo papa que debe terminar, dure el tiempo que dure, en la esperada y popular "fumata blanca".
En un formato narrativo de thriller, el director va tensando la trama con una intriga que nos va atrapando de forma progresiva y bien medida. La elegancia de las imágenes y los delicados movimientos de cámara se acompañan con una música nada invasiva, que acaba convirtiéndose en un ingrediente esencial de la cinta. Todo resulta muy verosímil, porque, al fin y al cabo, la institución cardenalicia no deja de ser un conjunto de personas como cualquier otra: con sus secretos, sus ambiciones y sus inconfesables miserias que. como siempre, son de lo más suculento. También cabe destacar la reproducción eficiente de bellos rincones del majestuoso edificio con sus objetos y detalles que acaban conformando una fotografía exquisita. Algunas secuencias como el desfile de los cardenales con sus paraguas blancos son, literalmente, para quitarse el sombrero.
Aunque la parte final parece acelerarse de forma repentina y puede llegar a descolocar, la solidez de la película no se tambalea en ningún momento. E. Berger logra mantener un intenso encanto basado en un guión bien encajado, una intriga que no decae, unas imágenes deslumbrantes y unas interpretaciones bastante remarcables. No sería ninguna sorpresa que también le cayesen algunos premios.
La película está centrada en el proceso de selección de un nuevo Papa tras la repentina muerte del anterior. Un proceso que deberá coordinar el cardenal Lawrence —interpretado por un destacadísimo Ralph Fiennes— en el recinto del Vaticano. Todo ello, con la presencia de todos los demás cardenales llegados de todos los rincones del planeta para participar en uno de los rituales más antiguos del mundo: la elección de un nuevo papa que debe terminar, dure el tiempo que dure, en la esperada y popular "fumata blanca".
En un formato narrativo de thriller, el director va tensando la trama con una intriga que nos va atrapando de forma progresiva y bien medida. La elegancia de las imágenes y los delicados movimientos de cámara se acompañan con una música nada invasiva, que acaba convirtiéndose en un ingrediente esencial de la cinta. Todo resulta muy verosímil, porque, al fin y al cabo, la institución cardenalicia no deja de ser un conjunto de personas como cualquier otra: con sus secretos, sus ambiciones y sus inconfesables miserias que. como siempre, son de lo más suculento. También cabe destacar la reproducción eficiente de bellos rincones del majestuoso edificio con sus objetos y detalles que acaban conformando una fotografía exquisita. Algunas secuencias como el desfile de los cardenales con sus paraguas blancos son, literalmente, para quitarse el sombrero.
Aunque la parte final parece acelerarse de forma repentina y puede llegar a descolocar, la solidez de la película no se tambalea en ningún momento. E. Berger logra mantener un intenso encanto basado en un guión bien encajado, una intriga que no decae, unas imágenes deslumbrantes y unas interpretaciones bastante remarcables. No sería ninguna sorpresa que también le cayesen algunos premios.

6,6
1.441
7
30 de enero de 2025
30 de enero de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dramas carcelarios hay muchos, pero lo que recuerdo y que se asemeja más a la trama de "Las vidas de Sing Sing" es una película italiana y muy interesante que lleva por título "César debe morir" (2012) , dirigida por los hermanos Taviani. Ambas están basadas en hechos reales y nos explican cómo varios prisioneros participan en un grupo de teatro, ya sea como actividad sanadora o como forma para conseguir algún mérito. Ambas están interpretadas por una combinación muy conseguida de actores profesionales y los propios internos. Podría decirse perfectamente que "Las Vidas de Sing Sing" emula y hace un exitoso homenaje a "César debe morir".
En la cárcel de máxima seguridad de Sing Sing, el grupo de teatro inicia sus preparativos para una nueva representación con un casting para reclutar nuevos talentos. El elegido será Divine Eye (un Clarence Maclin sorprendente) que acaba formando una sólida amistad con Divine G (un Colman Domingo superlativo y que recuerdo por la serie "Euphoria"). Una amistad que se convierte en el hilo conductor de la trama, aunque el punto fuerte de la película radica en la inmersión, dentro del proceso creativo que los prisioneros protagonizan, con sus conflictos y una red de ayuda mutua que va consolidando. Todas y cada una de las interpretaciones son creíbles y nos acompañan por un proceso colectivo de ejercicio de libertad creativa en una situación de ausencia total de ésta.
La disyuntiva se plantea diáfana, sin aleccionamientos estériles ni abusos de la parte más lacrimógena. El resultado llega a conmover de forma convincente, intensa y destacando, por encima de todo, la parte más humana de cada uno de los personajes, sin caer en el exhibicionismo de sus miserias. Para llegar a este nivel de conexión debe destacarse un trabajo de encuadre, primeros planos y movimientos de cámara que nos permiten una perfecta simbiosis con el mensaje de la película, el cual esquiva perfectamente el tópico de la amistad o la reinserción .
"Las vidas de Sing Sing" va más allá del drama carcelario o de "película de buenos sentimientos" para invitarnos, sin estridencias ni maniqueísmos, a ser partícipes de un proceso creativo colectivo como ejercicio de libertad personal en un ámbito de máxima opresión, mostrando de forma profunda los conflictos personales en su crudeza.
En la cárcel de máxima seguridad de Sing Sing, el grupo de teatro inicia sus preparativos para una nueva representación con un casting para reclutar nuevos talentos. El elegido será Divine Eye (un Clarence Maclin sorprendente) que acaba formando una sólida amistad con Divine G (un Colman Domingo superlativo y que recuerdo por la serie "Euphoria"). Una amistad que se convierte en el hilo conductor de la trama, aunque el punto fuerte de la película radica en la inmersión, dentro del proceso creativo que los prisioneros protagonizan, con sus conflictos y una red de ayuda mutua que va consolidando. Todas y cada una de las interpretaciones son creíbles y nos acompañan por un proceso colectivo de ejercicio de libertad creativa en una situación de ausencia total de ésta.
La disyuntiva se plantea diáfana, sin aleccionamientos estériles ni abusos de la parte más lacrimógena. El resultado llega a conmover de forma convincente, intensa y destacando, por encima de todo, la parte más humana de cada uno de los personajes, sin caer en el exhibicionismo de sus miserias. Para llegar a este nivel de conexión debe destacarse un trabajo de encuadre, primeros planos y movimientos de cámara que nos permiten una perfecta simbiosis con el mensaje de la película, el cual esquiva perfectamente el tópico de la amistad o la reinserción .
"Las vidas de Sing Sing" va más allá del drama carcelario o de "película de buenos sentimientos" para invitarnos, sin estridencias ni maniqueísmos, a ser partícipes de un proceso creativo colectivo como ejercicio de libertad personal en un ámbito de máxima opresión, mostrando de forma profunda los conflictos personales en su crudeza.
30 de enero de 2025
30 de enero de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este melodrama de título imposible nos narra de forma bastante amable, entretenida e irónica las peripecias de "M", un joven Tailandés que vive con su madre con la ilusa pretensión de abrirse camino con el precario oficio de "probador" de juegos virtuales". Cuando se da cuenta de que el tiempo invertido no compensa, prueba otra forma "alternativa" de conseguir unas perras. Se propone cuidar a su abuela, ganarse su cariño y, de rebote, su herencia a la vista de un incipiente tramo final de su vida. A una amiga le acaba "de ir bien" y tratará de seguir los "consejos" que le da. Pero la abuela que se encuentra es arisca y espabilada al margen que deberá encararse con los demás "competidores" en litigio. La trifulca es inevitable dentro de una trama que las estrategias iniciales de "M" se van abriendo a una verdadera amistad con la abuela.
Con este argumento, ¿cómo se logra no caer en la sensiblería frívola y superficial?. Pues con un guión ingenioso y bien equilibrado, el planteamiento de situaciones a la vez sinceras y redondas, unas interpretaciones naturales y bien perfiladas, unos personajes del todo imperfectos y cercanos y una música de piano que acompaña con acierto —aunque alguna vez resulta empalagosa.En conjunto se consigue construir una película calmada, entrañable, suficientemente entretenida y de una realización, a nivel técnico y estético, bastante notable.
La cinta comienza y termina en un particular cementerio. En medio de todo esto transcurre la vida con sus miserias y dramas, pero también con la posibilidad de hacerla más amable y divertida si ponemos algo de voluntad y dejamos a un lado la miserable i obscena codicia.
Con este argumento, ¿cómo se logra no caer en la sensiblería frívola y superficial?. Pues con un guión ingenioso y bien equilibrado, el planteamiento de situaciones a la vez sinceras y redondas, unas interpretaciones naturales y bien perfiladas, unos personajes del todo imperfectos y cercanos y una música de piano que acompaña con acierto —aunque alguna vez resulta empalagosa.En conjunto se consigue construir una película calmada, entrañable, suficientemente entretenida y de una realización, a nivel técnico y estético, bastante notable.
La cinta comienza y termina en un particular cementerio. En medio de todo esto transcurre la vida con sus miserias y dramas, pero también con la posibilidad de hacerla más amable y divertida si ponemos algo de voluntad y dejamos a un lado la miserable i obscena codicia.

6,2
1.039
7
9 de septiembre de 2024
9 de septiembre de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La actriz Dolores Fonzi ("Paulina" y "Truman", ambas del año 2015) se estrena como realizadora con una propuesta admirable y suficientemente exitosa. Todo comienza con un comprometido primer plano secuencia en el que nos presenta a una madre (Blondi) y su hijo (Mirko) en la misma cama con muestras evidentes de una noche de fiesta en la casa familiar. Blondi tiene que ir a trabajar y, con el máximo silencio posible para que no molestar a nadie de los que todavía duermen, finalmente llega al coche aparcado frente al balcón y recupera un pitillo apagado sobre la guantera, pone la Velvet Undergrount e inicia un trayecto para recoger a su equipo de personas encuestadoras de servicios sociales para empezar la jornada. Una escena por enmarcar que supone a la vez una presentación y una declaración de intenciones.
Blondi supera apenas la treintena y su hijo Mirko se acerca a la mayoría de edad. Ser madre joven con quince años no ha impedido que esa "madre coraje" y con un evidente síndrome Peter Pan haya criado una familia con la inestimable ayuda de la madrina Pepa en un ambiente de confianza, siempre desde el amor y una juguetona desinhibición . Un modelo familiar en las antípodas de su hermana mayor, con una pareja sin sangre en las venas y unos estándares de lo más convencionales (dos hijos a los que no añora cuánto tiene una "escapada" de la que Blondi la "rescatará") .
Todo funciona perfectamente con unas escenas ingeniosas, bien construidas sobre diálogos creíbles y originales hasta que aceptan a Mirko en un curso de diseño gráfico en Barcelona. El hecho se mantiene en secreto para no disgustar a la madre y evitar el síndrome del nido vacío. Inevitable es la asociación con dos películas recientes. Por un lado la impresionante "Viaje al cuarto de una madre" (2018) y la sólida "Lady Bird" (2017) en las que podemos disfrutar de retratos bastante interesantes de madres afrontando este conflicto.
En el caso de "Blondi" y como hecho diferenciador a destacar cabe mencionar la capacidad de ligar una atractiva comedia con algún toque dramático desde una cotidianidad cercana, vitalista y fresca evitando en todo momento cualquier migaja de artificio ya sea en los diálogos, la estructura narrativa o el dinamismo de una cámara inmersiva.
El resultado es una propuesta que impacta emotivamente a partir de un retrato entrañable de unos personajes con los que es imposible no empatizar —al margen de los pequeños disparates que hacen o dicen— dentro de una comedia divertida y profunda a la vez, que demuestra un laborioso trabajo de realización e interpretación de una apariencia sencilla que esconde un talento a seguir y una firmeza indiscutible. (7,5)
Blondi supera apenas la treintena y su hijo Mirko se acerca a la mayoría de edad. Ser madre joven con quince años no ha impedido que esa "madre coraje" y con un evidente síndrome Peter Pan haya criado una familia con la inestimable ayuda de la madrina Pepa en un ambiente de confianza, siempre desde el amor y una juguetona desinhibición . Un modelo familiar en las antípodas de su hermana mayor, con una pareja sin sangre en las venas y unos estándares de lo más convencionales (dos hijos a los que no añora cuánto tiene una "escapada" de la que Blondi la "rescatará") .
Todo funciona perfectamente con unas escenas ingeniosas, bien construidas sobre diálogos creíbles y originales hasta que aceptan a Mirko en un curso de diseño gráfico en Barcelona. El hecho se mantiene en secreto para no disgustar a la madre y evitar el síndrome del nido vacío. Inevitable es la asociación con dos películas recientes. Por un lado la impresionante "Viaje al cuarto de una madre" (2018) y la sólida "Lady Bird" (2017) en las que podemos disfrutar de retratos bastante interesantes de madres afrontando este conflicto.
En el caso de "Blondi" y como hecho diferenciador a destacar cabe mencionar la capacidad de ligar una atractiva comedia con algún toque dramático desde una cotidianidad cercana, vitalista y fresca evitando en todo momento cualquier migaja de artificio ya sea en los diálogos, la estructura narrativa o el dinamismo de una cámara inmersiva.
El resultado es una propuesta que impacta emotivamente a partir de un retrato entrañable de unos personajes con los que es imposible no empatizar —al margen de los pequeños disparates que hacen o dicen— dentro de una comedia divertida y profunda a la vez, que demuestra un laborioso trabajo de realización e interpretación de una apariencia sencilla que esconde un talento a seguir y una firmeza indiscutible. (7,5)

7,5
3.832
8
23 de marzo de 2025
23 de marzo de 2025
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Película basada en el libro autobiográfico de Marcelo Rubens Paiva, hijo pequeño de una familia brasileña de cinco hermanos, en el que se narra la vida familiar marcada por la desaparición de su padre, el ingeniero y ex diputado Rubens Paiva, durante la dictadura militar del año 1971. De entrada, cabe destacar que el autor del libro y el director, Walter Salles, son amigos de la infancia, con lo que la veracidad y emotividad de la película quedan reforzadas por una proximidad e intensidad inigualables.
El director acierta plenamente al dejar de lado las escenas más violentas de la detención, interrogatorio y la muerte de Rubens Paiva para centrarse en las vivencias familiares en medio de una incertidumbre que se vuelve insoportable a medida que pasaban los días. Sin embargo sí narra la detención y torturas de la madre Eunice y una de las hijas mayores en medio de un maltrato evidente. A partir de ese momento es la madre la que se erige en la auténtica heroína anónima para conseguir sacar adelante a la familia sin perder la sonrisa vitalista, mantener abierta sin descanso la investigación sobre lo ocurrido a su marido, sanear las finanzas y empezar una vida profesional propia. Todo ello se convierte en la mejor manera de poner un poco de luz en el trauma oscuro y violento de la dictadura.
La actriz Fernanda Torres en su papel de Eunice logra encajar de forma brillante todos los momentos que van desde el dramatismo más crudo manteniendo una firmeza encomiable hasta una alegría generosa y siempre compartida. Sin desmerecer en ningún momento el resto de intérpretes, ese papel justifica haber ganado merecidamente el Globo de Oro.
W. Salles construye sin fisuras un drama íntimo y familiar lleno de momentos brillantes y conmovedores, que desprende en todo momento una singular fortaleza. Sin embargo, en la parte final, cae en una repetición artificiosa e innecesaria que ya no aporta gran cosa. A pesar de todo, estamos ante una grandiosa película de memoria con el amor, la comunidad familiar y la firmeza como antídotos imprescindibles ante la barbarie. Para tomar nota en tiempos actuales. (7,5)
El director acierta plenamente al dejar de lado las escenas más violentas de la detención, interrogatorio y la muerte de Rubens Paiva para centrarse en las vivencias familiares en medio de una incertidumbre que se vuelve insoportable a medida que pasaban los días. Sin embargo sí narra la detención y torturas de la madre Eunice y una de las hijas mayores en medio de un maltrato evidente. A partir de ese momento es la madre la que se erige en la auténtica heroína anónima para conseguir sacar adelante a la familia sin perder la sonrisa vitalista, mantener abierta sin descanso la investigación sobre lo ocurrido a su marido, sanear las finanzas y empezar una vida profesional propia. Todo ello se convierte en la mejor manera de poner un poco de luz en el trauma oscuro y violento de la dictadura.
La actriz Fernanda Torres en su papel de Eunice logra encajar de forma brillante todos los momentos que van desde el dramatismo más crudo manteniendo una firmeza encomiable hasta una alegría generosa y siempre compartida. Sin desmerecer en ningún momento el resto de intérpretes, ese papel justifica haber ganado merecidamente el Globo de Oro.
W. Salles construye sin fisuras un drama íntimo y familiar lleno de momentos brillantes y conmovedores, que desprende en todo momento una singular fortaleza. Sin embargo, en la parte final, cae en una repetición artificiosa e innecesaria que ya no aporta gran cosa. A pesar de todo, estamos ante una grandiosa película de memoria con el amor, la comunidad familiar y la firmeza como antídotos imprescindibles ante la barbarie. Para tomar nota en tiempos actuales. (7,5)
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