La película es una mierda, es innegable, aunque mantenga la dosis mínima de entretenimiento, es por puro morbo, pero ni sexual ni visceral, morbo de saber con que coño me van a venir luego.

Nada más empezar la película, veo a Michael Madsen, en ese momento no me sabía el nombre, para mí era el señor Rubio de "Reservoir Dogs", aparece un momento y tratan de ocultarlo con unas gafas de sol y un gorro. Pienso, si este tío está aquí, fijo que la peli será curiosa, ¡¡¡que es el señor Rubio!! Iluso de mí, tras el visionado pude comprobar que esta película no era un bache puntual, sino una más de un montón de mierda que lleva tiempo cagando.

Luego el señor Rubio desaparece, y mi única obsesión es que aparezca y diga algo ocurrente, o por lo menos que mate a toda la peña que protagoniza el filme. Que no y que no. Encima, la película era malísima, sueños, torturas psicológicas, muertes mentales.

Al fin aparece el señor Rubio, tiene poco tiempo, pero seguro que levanta el filme hasta un honroso 4. No lo hace, veo al pobre Madsen haciéndo el estúpido, lo veo torturándose por dentro, recordando sus viejos momentos de gloria, recordando sus apariciones en "Wyatt Earp", "Thelma & Louise", "Donnie Brasco", añorando a Susan Sarandon, Geena Davis, Harvey Keitel, Val kilmer, Pacino, etc.

Lo veo triste, me da pena, una vieja gloria, depende de Tarantino si pretende volver a ser feliz, esperemos que el futuro le depare algo positivo y mientras... que descanse en paz.

Un filme de terror cómico que empieza como decenas de ellos, grupo de jóvenes que se pierden de camino hacia una boda, pero con un humor de lo más sarcástico y socarrón . Me reí durante media hora a rabiar, pero a medida que la película avanza el peso de los hechos empezaron a aplastar los chistes hundiéndose en un barro de gore y chistes malos.

Los actores, casi todos salidos de la televisión americana, le dan un toque de distinción al filme. Destaco la breve aparición de David Carradine que no hace nada especial, Jeremy Sisto, de "A dos metros bajo tierra" y el gran Jeffrey Dean Morgan, un actor de esos carismáticos de la televisión que empieza a ser apreciado por Hollywood ya metido en buenos proyectos en la actualidad.

Recomendada para pasar el rato sin exigir demasiado.

El cine clásico estadounidense se caracteriza por una excesiva inocencia que, normalmente, no me afecta, puesto que las películas se suelen apoyar en grandes guiones, en magníficas actuaciones y, sobre todo, evitan el drama como eje central.

La vida del protagonista está, por definición, marcada por el odio y la amargura. Una vida triste llena de problemas e insubordinaciones. De esto, su vida, trata el film, desde los comienzos hasta el culmen.

El guión se apoya demasiado en la demagógica madre, todo el drama que representa la vida del protagonista no es creíble, por muy basado que esté en hechos reales. Tanto la censura por un lado, como la sensiblería de Hollywood por el otro, transforman la vida de este Rocky en un entrar y salir de cárceles, reformatorios y demás instituciones peninteciarias, más parecidos a parques de infancia que a prisiones federales, por la ingenuidad de sus protagonistas. Su paso por el ejército es casi cómico, además rezuma demasiado patriotismo. El boxeo que allí aparece es tan amateur que hunde toda posibilidad de implicarse.

Newman, como casi siempre, realiza un buen papel, pero el contexto del filme consigue que sus actos pierdan sentido. Creo que no hay actor que pueda destacar sobre cimientos tan endebles.

Película entretenida, para pasar el rato sin problemas. Se agradecen muchos de los clichés pugilísticos, fuente de inspiración de tantas películas. Sin embargo, el boxeo es un deporte rudo, cruel, fuerte y la candidez sobra.

21 de octubre:
Por fin me he decidido a escribir. Volveré hacia atrás en el tiempo para recolocar mis pensamientos y así comenzar con buen pie mi diario. Desde que Geoffrey, mi médico en el laboratorio, me había comenzado a inyectar ese medicamento, cada vez iba haciéndome más inteligente. Él no se daba cuenta, porque el desarrollo de mis cuerdas vocales me impedía poder hablar y aún no era capaz de escribir, esto vino luego y nadie lo sabe ni lo sabrá.
Hace un mes llegué a casa de Allan, un amigo tetrapléjico de mi médico. Me han estado preparando para cuidarle y así lo haré en cuanto me haga a la casa. No es fácil para mí.
Si hoy me he decidido a escribir este diario es porque creo que me estoy enamorando y lo peor es que Allan no es de mis especie, soy una "mona araña" y la situación me empieza a superar.

25 de octubre:

Estoy locamente enamorada, me desvivo por él día y noche. Me pide que le haga la comida, se la hago, me pide que le ponga un libro, lo hago, me pide que le acerque cualquier cosa, lo hago, y así todo el día. Me muero por él y tengo la sensación de que le gusto, le estoy cambiando la vida, se le ve feliz. Lo que me cabrea es toda esta gente por nuestra casa, hablando, juzgando, pensando por nosotros.
Hoy he notado algo extraño, como si fuera capaz de saber lo que pensaba Allan exactamente, como si estuviera en su cabeza. No sé si será la medicación, pero la necesito no se puede parar. A él le pasa algo parecido.

7 de Noviembre:

Estoy cabreada. He hecho cosas que nadie hubiera hecho por alguien y el muy cabrón del Allan se ha pasado el fin de semana fuera. Creo que ha estado con mi adiestradora, la muy capulla tan rubia y tan guapa. ¡La odio! He matado por Allan, me he encargado de todos y así me lo agradece.

9 de Noviembre:

Allan se ha enfadado conmigo, me ha echado de casa y estoy de vuelta en el laboratorio. La ira me puede, con lo que lo amo, con lo que he hecho por él y me echa de su vida así, sin más.
Esta noche voy a ir a su casa y tendrá lo que se merece.

Si ya lo decía Rosendo, que cada uno elige la forma de vivir que más le plazca.

Unos pueden ser más tímidos, otros más aventureros, algunos más monógamos y otros más mujeriegos pero como Alexis Zorba sólo él puede vivir.

Su forma de vida es un ejemplo de todas las cualidades que un ser humano pueda tener y como decía él:

- "¿Bueno o malo? que más da diferencia, al final todos acabamos en el mismo sitio, comidos por gusanos".

Un hombre ya mayor, con una fuerza y ganas de vivir que ya le gustaría a muchos, con más cara que espalda, con un corazón capaz del más terrible desdén al mayor acto de bondad que te imagines. Comer, beber, trabajar y follar son las claves de su vida y de lo único que no se podrá arrepentir es de no haberlo intentado siempre.

Pero este filme no va sólo de como vive Zorba, aquí se juntan muchos personajes donde cada uno eligió una forma de afrontar la vida que en cada momento se ve contrapuesta a la de Zorba, el hilo conductor de todo. Llaman la atención los habitantes de Creta, lo auténticos que son, llegándolos a amar y odiar a partes iguales.

Sin duda, un filme muy a lo Fellini donde al final sólo te queda bailar.